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Condenados a entenderse.pdf - Escuela de Comunicación Social

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Nuestra presencia es otro aspecto <strong>de</strong> la comunicación que incumplimos<br />

constantemente. «Somos bellos cuando permanecemos fieles a nuestra propia naturaleza;<br />

por el contrario, somos feos cuando cambiamos <strong>de</strong> naturaleza (V.8.13)». Plotino<br />

¿Qué aspecto <strong>de</strong>be tener un creativo? Hay que <strong>de</strong>rrumbar los tópicos. No<br />

estamos hablando <strong>de</strong> artistas bohemios, ni <strong>de</strong> surferos californianos, ni <strong>de</strong><br />

skaters con pantalones colgando por encima <strong>de</strong> la ropa interior. No somos<br />

trendy, ni cool, ni genios <strong>de</strong>spistados. Somos profesionales <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as. Debemos<br />

transmitir lo que somos. Cada uno <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su especialidad profesional<br />

y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su carácter íntimo. No hay que renunciar a ser uno mismo,<br />

pero <strong>de</strong> la misma manera que no radicalizamos nuestras propuestas tampoco<br />

<strong>de</strong>bemos radicalizar la transmisión <strong>de</strong> nuestro yo.<br />

Es fácil creer que este es un tema menor, que a principios <strong>de</strong>l siglo XXI<br />

todo pue<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>rse, pero nada más alejado <strong>de</strong> la realidad. Sólo la<br />

alarma <strong>de</strong>l cambio climático ha conseguido eliminar las corbatas <strong>de</strong> la city<br />

londinense, pero el statement se mantiene intacto. Si nuestro cliente nos va<br />

a entregar la gestión, <strong>de</strong>sarrollo o creación <strong>de</strong> una cuenta <strong>de</strong> seis dígitos,<br />

nuestro aspecto <strong>de</strong>be estar a la par. Ningún inversor le entregará la gestión<br />

<strong>de</strong> su patrimonio a un sin techo, aunque no estaría mal probar. Es cierto<br />

que vivimos en una sociedad llena <strong>de</strong> prejuicios visuales y morales, que<br />

comete todos los pecados capitales que los católicos tienen en su lista y<br />

que muy pocas virtu<strong>de</strong>s afloran en nuestro entorno. Pero este no es motivo<br />

para ir a una presentación enseñando el culo. Seremos prejuzgados y hay<br />

que evitar que se preste más atención a nuestro aspecto que al proyecto<br />

que vamos a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r. Lo importante es el proyecto, no nuestro aspecto,<br />

por tanto <strong>de</strong>bemos eliminarlo <strong>de</strong> la partida.<br />

Es fácil buscar la belleza <strong>de</strong> fácil comprensión, <strong>de</strong> asumida <strong>de</strong>mocratización<br />

y sin carácter. Me refiero a la belleza que no necesita <strong>de</strong> educación<br />

previa para ser comprendida: la belleza <strong>de</strong> nivel básico. Hay que esforzarse<br />

para encontrar la belleza en un lugar no previsto. Alejado <strong>de</strong> lo artificial<br />

resi<strong>de</strong> lo excepcional. Un cactus como el San Pedro parece una planta<br />

«simple» que por su aspecto po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que busca pasar <strong>de</strong>sapercibido,<br />

pero <strong>de</strong> su tronco nacen flores <strong>de</strong> entre diecinueve y veinticuatro<br />

centímetros <strong>de</strong> largo y son <strong>de</strong> una belleza excepcional, abrumadora. Si<br />

investigamos un poco sabremos que el San Pedro tiene vida oculta. Que<br />

<strong>Con<strong>de</strong>nados</strong> a <strong>enten<strong>de</strong>rse</strong><br />

es rico en mescalina. En realidad es una persona que tras su aspecto «simple»<br />

nos obsequia con i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> una hermosura extraordinaria y que en su<br />

interior ruge la belleza oculta <strong>de</strong> un mundo psicotrópico. Su nombre es un<br />

sarcasmo cristiano, la puerta a otros mundos.<br />

Un apreciado amigo calcula hasta la exasperación su justo <strong>de</strong>saliño. Es<br />

una mente maravillosa, su encanto es intelectual y físico. Cree intensamente<br />

en todo lo que hace y su aspecto le acompaña. No os cofundáis, no<br />

es guapo. Es complejo como un dandy pero sin un ápice <strong>de</strong> snobismo. Su<br />

belleza es intelectual. La mente pue<strong>de</strong> ser sexy, las i<strong>de</strong>as también.<br />

Nuestro aspecto externo <strong>de</strong>be servirnos para mantener intacto nuestro yo<br />

íntimo. Es un salvoconducto.<br />

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