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La doncella de hielo La doncella de hielo

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Mi querida señorita Nosferatu,<br />

No se preocupe. Su secreto está a salvo conmigo.<br />

¡Mis labios están sellados!<br />

<strong>La</strong> segundo vino unos días más tar<strong>de</strong>.<br />

¡Adorable <strong>de</strong>monio necrófago!<br />

Todo lo que quiero son 1.000 dólares.<br />

Rió aliviada. ¡De eso se trataba! ¡Chantaje!<br />

<strong>La</strong>s instrucciones para pagar le fueron entregadas a la mañana siguiente.<br />

Querida sanguijuela,<br />

Apresúrate a aparecer por Central Park esta noche<br />

Antes <strong>de</strong> ir a trabajar. En la puerta <strong>de</strong> la calle 72 Este<br />

Deja caer el dinero <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l banco marcado con una X<br />

(Espero que no te importe que te eche el anzuelo <strong>de</strong> esta forma. ¡Ja,<br />

ja, ja!)<br />

Al principio estaba casi segura <strong>de</strong> que el bromista era Argoli Junior, el gamberro y<br />

borracho que Cesare tenía por hijo. <strong>La</strong> había cortejado asiduamente durante meses y se estaba<br />

volviendo más plomo que aquel actor <strong>de</strong>mente y su histérica mujer. Pero ahora no las tenía<br />

todas consigo. No, el estilo <strong>de</strong> las cartas no casaba con él, quien probablemente nunca había<br />

oído hablar <strong>de</strong> Nosferatu y a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> eso no tenía sentido lo <strong>de</strong> los mil dólares. El viejo<br />

Cesare lo asfixiaba en dinero. ¡Tenía una paga <strong>de</strong> quinientos dólares a la semana!. Sin<br />

embargo, su chantajista necesitaba realmente la suma.<br />

De hecho podía sentir su <strong>de</strong>sesperación. Todo lo que quiero son 1.000 dólares.<br />

No era una burla. Se trataba <strong>de</strong> un grito <strong>de</strong> angustia.<br />

Ahora bien, si no era Junior, ¿quién entonces? Obviamente alguien <strong>de</strong>l Stuyvesant.<br />

¿Cesare el Viejo? No, los macarrones <strong>de</strong>l Viejo Mundo tomaban seriamente a sus amista<strong>de</strong>s.<br />

Nunca se habría permitido salidas <strong>de</strong> tono con una “criatura”. ¿Un empleado? ¿Uno <strong>de</strong> los<br />

encargados <strong>de</strong>l blackjack?<br />

Había tres, todos gentuza <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong>l crimen. ¿O Hal el batería? ¡Era un auténtico<br />

puerco! Un adicto a la cocaína y un pervertido sexual. (Tenía un asunto con un chico <strong>de</strong>l coro<br />

en <strong>La</strong> dama <strong>de</strong> la oscuridad.) Sí, era <strong>de</strong> esa clase <strong>de</strong> pájaro <strong>de</strong> cuenta. Lo aborrecía, siempre<br />

estaba sin blanca y era un <strong>de</strong>pravado y un maquiavélico.<br />

Puso diez billetes <strong>de</strong> a cien dólares en un sobre y emprendió el camino por la Quinta<br />

Avenida.<br />

Al pasar ante el Museo Frick fue repentinamente consciente <strong>de</strong> unas vibraciones y unos<br />

ojos indagatorios. ¡Ah, la estaba vigilando! Para hacerle bajar la guardia, simuló estar<br />

aterrorizada, y apresurándose como un perro sarnoso que trata <strong>de</strong> pasar inadvertido,<br />

encorvada por la culpa, ojos acechantes, miraba por encima <strong>de</strong>l hombre subrepticiamente.<br />

Dio un giro hacia el parque a la altura <strong>de</strong> la calle 72. Allí estaba el banco con una X<br />

escrita a tiza en el respaldo. Dejó caer el sobre bajo el mismo, y se alejó a todo correr hacia el<br />

Mall, como si escapara <strong>de</strong> un castigo merecido.<br />

Se precipitó sobre los arbustos, y retrocedió dando vueltas hasta la valla. Se quedó<br />

<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> un árbol, a la espera, temblando por la excitación.<br />

Una figura alta, que se movía con viveza, llevaba un impermeable y fumaba un puro se<br />

dirigió hacia el banco. Se hallaba oculto entre las sombras y ella no podía distinguirlo, pero<br />

sabía que no era Hal, o Cesare el Joven. Ni ninguno <strong>de</strong> los encargados.<br />

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