EL ARTE DE SER FELIZ Ignacio Larrañaga - OpenDrive
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<strong>Ignacio</strong> <strong>Larrañaga</strong> <strong>EL</strong> <strong>ARTE</strong> <strong>DE</strong> <strong>SER</strong> F<strong>EL</strong>IZ<br />
y de que siempre será así, y la persona es tomada enteramente por la<br />
angustia. Pero no siempre será así. Cuando a la vuelta de horas, días o<br />
meses, toma una razonable distancia y abre la perspectiva suficiente,<br />
comprueba que aquello tan horroroso no era más que un episodio<br />
insignificante de su vida. Luego vendrá otro disgusto, el cual a su vez<br />
pasará, y luego otro, que también pasará, y aquí no queda nada. Todo es un<br />
incesante pasar, todo es relativo.<br />
Es una locura llorar hoy por cosas que hoy son y mañana no serán.<br />
Y, así, la gente vive absolutizando cada uno de los disgustos vividos en alto<br />
voltaje, y su existencia se transforma muchas veces en un infierno. Si en<br />
cada episodio por el que tanto sufres te dieras un toque de atención,<br />
despertaras y tomaras conciencia de que eso que te parece tan espantoso no<br />
es más que una insignificancia en el transcurso de la existencia, ¡cuántas<br />
angustias de tu vida se reducirían a su mínima expresión!<br />
Relativizar no significa, pues, disfrazar la realidad, como el<br />
avestruz que esconde la cabeza para no ver el peligro. Es todo lo contrario,<br />
se trata de situar los hechos en su verdadera perspectiva y dimensión. En<br />
suma, relativizar es objetivar.<br />
Se te murió el ser más querido, cayó sobre tu alma el vacío, la<br />
noche y la tristeza de muerte; ¿para que vivir?, pensaste. Pasó una semana,<br />
la tristeza te hundió en la depresión; pasó un mes, comenzaste a respirar;<br />
pasaron seis meses, comenzaste a olvidar a aquel ser querido y a vivir<br />
normalmente; pasó un año, el ser querido es un recuerdo tan lejano...;<br />
pasaron cinco años y tú vives como si aquella persona nunca hubiera<br />
existido. Todo es tan relativo... Aquí no queda nada. Todo es un pasar.<br />
¿Porqué angustiarse hoy por cosas que mañana serán vacío, silencio, nada?<br />
Si el día que te visita un disgusto mortal te dieras una llamada de atención y<br />
lo relativizaras, ¡cuánto sufrimiento desaparecería de tu alma!<br />
Imaginemos otro caso. Supongamos que tú eres una persona<br />
insustituible en los ámbitos de tu familia, de los negocios, del sindicato, de<br />
la política...Todo gravita en torno a ti. Todos comentan "si él muere, todo<br />
se hunde". Falleces efectivamente; después de los primeros días de<br />
desconcierto y confusión, paso a paso, todo comienza a arreglarse, se van<br />
cubriendo los vacíos que dejaste y, a los pocos meses, todo sigue<br />
funcionando como si nada hubiera sucedido, como si tú nunca hubieras<br />
existido. Todo es tan insignificante, tan relativo... ¿Porqué angustiarse por<br />
cosas que, por su naturaleza, son completamente efímeras y pasajeras como<br />
las nubes, como las olas, como el viento? ¡Basta de sufrir!<br />
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