EL ARTE DE SER FELIZ Ignacio Larrañaga - OpenDrive
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<strong>Ignacio</strong> <strong>Larrañaga</strong> <strong>EL</strong> <strong>ARTE</strong> <strong>DE</strong> <strong>SER</strong> F<strong>EL</strong>IZ<br />
Así pues, una vez enfrentado a situaciones dolorosas, debes<br />
preguntarte: ¿puedo yo modificar esto que tanto me molesta?, ¿y en qué<br />
medida? Si hay algo que hacer estás obligado, en la medida de tus<br />
posibilidades, a encender los motores y librar el combate de la liberación.<br />
Pero si no hay nada que hacer, si nos topamos en el camino con un<br />
imposible, es una locura reaccionar airadamente como si pudiéramos<br />
remediar lo irremediable con las furias del corazón. He aquí pues, la gran<br />
puerta de la liberación: los imposibles dejarlos.<br />
Las piedras del camino El camino de la vida está sembrado de<br />
piedras; ¿qué hay que hacer con las piedras del camino? El caminante<br />
tropieza constantemente con ellas y, al golpearse, se lastima y cuida sus pies<br />
y queda sangrando. Las piedras están ahí, a la vuelta de cada esquina.<br />
Esperándonos; ¿qué hay que hacer con ellas?<br />
Hoy, día de campo, amaneció desapacible y lloviendo; en el viaje<br />
se nos estropeó el motor del coche; los vecinos han puesto una música<br />
estridente; el avión trae cinco horas de retraso; el granizo deshizo los<br />
trigales; quise decirle la verdad pero se quedó ofendido; es una conferencia<br />
aburrida y no se acaba nunca; ya van seis meses que no ha llovido; el tráfico<br />
está atascado y los nervios no dan más de sí; nuestro equipo perdió un<br />
partido decisivo; los padres están a punto de separarse; el jefe de la oficina<br />
está insoportable; las heladas han acabado con la cosecha del año; en el<br />
viaje nos ha tocado un tipo petulante; estuvimos horas plantados en la fila<br />
de espera; la inflación se ha disparado y nuestra economía peligra; hace un<br />
calor sofocante; a tu hermano le han hipotecado la casa; el río ha inundado<br />
nuestros campos; han secuestrado a nuestro mejor amigo; hemos<br />
presenciado un accidente de tráfico; tenía que actuar hoy y amaneció<br />
afónico...<br />
He aquí las mil y una piedras del camino. ¿Cómo mantener los<br />
nervios en calma en medio de tantos agentes que nos atacan por todas<br />
partes?, ¿qué hacer para no ser heridos por tanta agresión?, ¿cómo<br />
transformar las piedras en amigas o hermanas?...<br />
La regla de oro es ésta: dejar que las cosas sean lo que son.<br />
Dado que no hay nada que hacer por nuestra parte y que, de todas<br />
formas, las piedras se harán porfiadamente presentes en el camino, el<br />
sentido común aconseja aceptarlo todo con calma, casi con dulzura.<br />
No te irrites porque el otro sea así. Acepta que las cosas sean como<br />
son. Suelta los nervios. Concéntrate serenamente en cada suceso hiriente<br />
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