EL ARTE DE SER FELIZ Ignacio Larrañaga - OpenDrive
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<strong>Ignacio</strong> <strong>Larrañaga</strong> <strong>EL</strong> <strong>ARTE</strong> <strong>DE</strong> <strong>SER</strong> F<strong>EL</strong>IZ<br />
Capítulo lll Obsesiones y angustias<br />
La obsesión Tú estás en tu habitación y, sin pedir permiso, entra en<br />
tu cuarto un enemigo y cierra la puerta. No puedes expulsar al intruso, ni<br />
tampoco puedes salir de tu habitación. Eso es la obsesión; es como tener<br />
que cohabitar con un ser extraño y molesto sin poder expulsarlo.<br />
La persona que sufre de obsesión se siente dominada, se da cuenta<br />
de que la idea que lo obsesiona es absurda, no tiene sentido, y de que se le<br />
ha instalado ahí sin motivo alguno. Pero, al mismo tiempo, se siente<br />
impotente para expulsarla y parece que, cuanto más se esfuerza por<br />
ahuyentarla, con más fuerza se le instala y se le fija.<br />
La mayor desdicha que puede experimentar un hombre es la de<br />
sentirse interiormente vigilado por un gendarme, sin poder ser autónomo ni<br />
dueño de sí.<br />
El pueblo, para manifestar la idea de obsesión, se expresa de la<br />
siguiente manera: "se le puso tal idea".<br />
Aquella mujer vivió durante largos años cuidando solícitamente a<br />
su padre enfermo, después de que éste murió, se le puso la idea de que no lo<br />
había cuidado con suficiente esmero mientras vivió. Ella tenía la conciencia<br />
clara de que este pensamiento era absurdo, pero no pudo evitar que la<br />
obsesión la dominara completamente.<br />
Hay personas que una vez acostadas, se les pone la idea de que no<br />
van a poder dormir esa noche. La idea les domina de tal manera que,<br />
efectivamente, no duermen.<br />
Hay personas que cuando preparan el equipaje de un viaje abren la<br />
maleta cinco o seis veces para comprobar si metieron aquel objeto; personas<br />
que se levantan varias veces de la cama para comprobar si está bien cerrada<br />
la puerta; personas que pasan todo el día lavándose las manos una y otra<br />
vez... Se podrían multiplicar los ejemplos.<br />
Existe la obsesión de la culpa, la del fracaso, la del miedo, la de la<br />
muerte, la de las diferentes manías.<br />
Hay personas que son y están predispuestas a las obsesiones por su<br />
propia constitución genética. Basta que se haga patente en su entorno un<br />
factor estimulante para que entren rápidamente en una crisis obsesiva.<br />
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