tesis completa en pdf-poesia del tolima
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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA<br />
EN EXTENSIÓN CON LA<br />
UNIVERSIDAD DEL TOLIMA<br />
POESÍA DEL TOLIMA (1905-1955)<br />
Bibliografía y panorama de autores<br />
Línea de investigación:<br />
LITERATURA REGIONAL, COLOMBIANA Y LATINOAMERICANA.<br />
ALBEIRO ARIAS<br />
2012<br />
Universidad Tecnológica de Pereira<br />
Facultad de Bellas Artes y Humanidades<br />
Universidad <strong>del</strong> Tolima<br />
Facultad de Educación<br />
Maestría <strong>en</strong> Literatura<br />
1
POESÍA DEL TOLIMA (1905-1955)<br />
Bibliografía y panorama de autores<br />
ALBEIRO ARIAS<br />
Trabajo de grado pres<strong>en</strong>tado como requisito para optar al título de<br />
Magíster <strong>en</strong> Literatura<br />
DIRECTOR:<br />
Nelson Romero Guzmán<br />
2012<br />
2
Resum<strong>en</strong><br />
La investigación Poesía <strong>del</strong> Tolima (1905-1955). Bibliografía y panorama de autores busca<br />
brindar un soporte bibliográfico y un panorama de autores a futuros investigadores sobre<br />
lírica tolim<strong>en</strong>se. El trabajo investigativo se desarrolla <strong>en</strong> tres capítulos: el primero pres<strong>en</strong>ta<br />
el levantami<strong>en</strong>to bibliográfico más completo de libros de poesía publicados por autores<br />
tolim<strong>en</strong>ses <strong>en</strong> el periodo objeto <strong>del</strong> pres<strong>en</strong>te estudio. El segundo capítulo corresponde a un<br />
panorama de autores que incluye a Diego Fallon, Martín Pomala, Oscar Echeverri Mejía,<br />
Juan Lozano y Lozano, German Pardo García, Arturo Camacho Ramírez y Jaime Tello,<br />
buscando develar algunos datos biográficos, com<strong>en</strong>tarios de la crítica especializada y<br />
algunas características estéticas y formales de sus obras publicadas <strong>en</strong>tre 1905 y 1955.<br />
Finalm<strong>en</strong>te se revisan las principales antologías de Poesía colombiana para establecer la<br />
pres<strong>en</strong>cia de autores tolim<strong>en</strong>ses que hac<strong>en</strong> parte <strong>del</strong> levantami<strong>en</strong>to bibliográfico <strong>en</strong> dichas<br />
recopilaciones.<br />
Palabras Clave: Poesía <strong>del</strong> Tolima 1905-1955- Bibliografía- Panorama de autores- Diego<br />
Fallon - Martín Pomala - Oscar Echeverri Mejía - Juan Lozano y Lozano- German Pardo<br />
García - Arturo Camacho Ramírez - Jaime Tello.<br />
3
1. INTRODUCCIÓN 6<br />
2. LEVANTAMIENTO BIBLIOGRÁFICO 11<br />
2.1. Metodología para la elaboración <strong>del</strong> levantami<strong>en</strong>to 11<br />
2.2. Libros correspondi<strong>en</strong>tes al levantami<strong>en</strong>to bibliográfico (1905-1955) 14<br />
3. PANORAMA DE AUTORES 18<br />
3.1. Criterios para la escog<strong>en</strong>cia de los poetas reseñados 18<br />
3.2. Diego Fallon: el músico de las palabras 20<br />
3.2.1. Datos biográficos 20<br />
3.2.2. Publicaciones 22<br />
3.2.3. Sobre la obra de Diego Fallon 23<br />
3.2.4. Fallon y el contexto poético nacional 27<br />
3.2.5. Diego Fallon y la música 28<br />
3.2.6. Fallon, el amor y la muerte 32<br />
3.2.7. Fallon y la naturaleza 34<br />
3.3. Martín Pomala: poeta de la Arcadia 41<br />
3.3.1. Datos Biográficos 41<br />
3.3.2. La poesía de Martín Pomala 42<br />
3.4. German Pardo García: De las profundidades <strong>del</strong> espíritu a la inm<strong>en</strong>sidad <strong>del</strong><br />
universo 49<br />
3.4.1. Datos biográficos 50<br />
3.4.2. German Pardo y ―Los Nuevos‖ 51<br />
3.4.3. ¿Poeta que se repite o que se r<strong>en</strong>ueva? 51<br />
3.4.4. Temas y fu<strong>en</strong>tes de imág<strong>en</strong>es 52<br />
3.4.4.1. Naturaleza y panteísmo 53<br />
3.4.4.2. Amor 59<br />
3.4.4.3. Poeta místico 62<br />
3.4.4.4. Soledad y angustia 63<br />
3.4.4.5. La muerte 65<br />
3.4.4.6. Compromiso social 69<br />
3.4.4.7. La ci<strong>en</strong>cia, la tecnología y la exploración <strong>del</strong> universo 71<br />
3.5. Juan Lozano y Lozano: un nuevo no tan nuevo 75<br />
4
3.5.1. Datos biográficos 75<br />
3.5.2. La poesía de Lozano y Lozano 76<br />
3.6. Arturo Camacho Ramírez: la metáfora como exceso 82<br />
3.6.1. Datos biográficos 82<br />
3.6.2. La poesía de Camacho 83<br />
3.7. Oscar Echeverry Mejía: epígono de los clásicos 91<br />
3.7.1. Datos biográficos 91<br />
3.7.2. La poética de Echeverry Mejía 92<br />
3.8. Jaime Tello: la geometría de un r<strong>en</strong>ovador 102<br />
3.8.1. Datos biográficos 102<br />
3.8.2. Jaime Tello y su geometría <strong>del</strong> espacio 103<br />
4. TRASCENDENCIA DE LOS AUTORES TOLIMENSES EN EL PANORAMA DE<br />
LAS ANTOLOGÍAS NACIONALES 107<br />
CONCLUSIONES 115<br />
Anexos 122<br />
Bibliografía 127<br />
5
1. INTRODUCCIÓN<br />
El pres<strong>en</strong>te trabajo se <strong>en</strong>marca d<strong>en</strong>tro la línea investigativa de la literatura regional, por<br />
circunscribirse a un espacio geográfico políticam<strong>en</strong>te determinado: el Departam<strong>en</strong>to <strong>del</strong><br />
Tolima. La palabra región trae consigo múltiples connotaciones pero de manera particular<br />
nos remite a un espacio físico que repres<strong>en</strong>ta una ―unidad‖ determinada por factores<br />
topográficos, climáticos, económicos, socio-culturales e históricos, <strong>en</strong>tre otros.<br />
La etimología <strong>del</strong> término procede <strong>del</strong> latín regi, que significa ‗espacio colocado bajo el<br />
mismo poder‘ (Rivera y Rico, 2007:67). En una región confluy<strong>en</strong> diversos elem<strong>en</strong>tos<br />
simbólicos, imaginarios, conocimi<strong>en</strong>tos y prácticas sociales, es decir, elem<strong>en</strong>tos culturales.<br />
Hay que t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que región no significa homog<strong>en</strong>eidad, ni totalidad armónica sin<br />
disonancias, tampoco territorialidad compacta ni tradiciones aseguradas; por el contrario, <strong>en</strong><br />
la región pervive la heterog<strong>en</strong>eidad y la pluralidad. Para reconocer lo regional hay que<br />
explorar el principio de diversidad <strong>en</strong> la unidad. Para este trabajo de investigación<br />
consideramos como región al marco político-administrativo de un territorio, <strong>en</strong> donde:<br />
…han t<strong>en</strong>ido lugar procesos continuos y variados de as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to y producción<br />
humanos, acumulación de conocimi<strong>en</strong>tos y formación de cultura y personalidad<br />
<strong>en</strong> los grupos ocupantes […] Se id<strong>en</strong>tifican <strong>en</strong>tonces como cont<strong>en</strong>edores<br />
territoriales activos o formales, que constituy<strong>en</strong> ev<strong>en</strong>tuales <strong>en</strong>tidades de<br />
gobierno‖ (Fals, 2003: 9).<br />
En una era globalizada, es necesario para la región t<strong>en</strong>er una mayor conci<strong>en</strong>cia de los<br />
diversos compon<strong>en</strong>tes que la integran, reconocer <strong>en</strong> qué medida contribuyeron o contribuy<strong>en</strong><br />
a la construcción o perman<strong>en</strong>cia de esta, saber que la palabra región va más allá de un<br />
escudo, una bandera y un himno. Lo global y lo particular no son cosas contrarias sino<br />
complem<strong>en</strong>tarias que deb<strong>en</strong> fortalecerse mutuam<strong>en</strong>te. La unidad y la id<strong>en</strong>tidad surg<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />
términos de las difer<strong>en</strong>cias y sus productos. Pero la difer<strong>en</strong>cia no debe <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse como<br />
negación de lo similar o lo parecido. Es necesario organizar lo diverso, lo peculiar, o<br />
excepcional, lo discontinuo, lo singular y lo contradictorio <strong>en</strong> algunos marcos<br />
cons<strong>en</strong>suados, que para nuestro caso será la región, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do que este criterio puede ser<br />
parcial, frágil, y quizá revisable.<br />
6
D<strong>en</strong>tro <strong>del</strong> anterior contexto, hablar de literatura regional trae dificultades. Una de ellas es el<br />
desconocimi<strong>en</strong>to y la marginalidad a la que se ve relegada este tipo de literaturas, <strong>en</strong> algunos<br />
casos por ser consideradas <strong>del</strong>eznables, faltas de ―universalidad‖ o elem<strong>en</strong>tales. En otros<br />
casos por debates inocuos de algunos críticos y teóricos que pi<strong>en</strong>san que no es importante la<br />
relación región–literatura para aproximarse a f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os literarios, pues la obra de arte debe<br />
ser indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de su autor y proced<strong>en</strong>cia; otras veces son los intereses hegemónicos y<br />
globalizadores los que pret<strong>en</strong>d<strong>en</strong> desaparecer las fronteras sociales, económicas, políticas y<br />
culturales. Esto ha g<strong>en</strong>erado una ―c<strong>en</strong>tralización‖ no sólo económica sino también cultural.<br />
Otro elem<strong>en</strong>to desfavorable ha sido la exaltación gratuita de ciertas tradiciones simplem<strong>en</strong>te<br />
por el hecho de ser consideradas como parte de la ―id<strong>en</strong>tidad regional‖ de un lugar. Algunos<br />
llegan a confundir literatura de una región con literatura sobre una región. Entonces ¿cuál es<br />
la validez de hacer un estudio sobre una región <strong>en</strong> particular? Gilberto Giménez dice:<br />
―Como organización <strong>del</strong> espacio, se puede decir que el territorio responde <strong>en</strong><br />
primera instancia, a las necesidades económicas, sociales y políticas de cada<br />
sociedad […] pero su función no se reduce a esta función instrum<strong>en</strong>tal: el<br />
territorio es también objeto de funciones simbólicas y una especie de pantalla<br />
sobre la que los actores sociales (individuales y colectivos) proyectan sus<br />
concepciones de mundo‖ (2000: 93).<br />
La literatura de una región es un <strong>en</strong>tramado de significaciones, simbolismos, concepciones<br />
de mundo e imaginarios, donde el hombre despliega gran parte de eso que Heidegger llamó<br />
―el ser <strong>en</strong> el mundo‖. Esto se constituye <strong>en</strong> refer<strong>en</strong>tes id<strong>en</strong>titarios para, como plantea García<br />
Canclini, ―interactuar con las múltiples ofertas simbólicas internacionales desde posiciones<br />
propias‖ (2000:332). En la gran aldea global los estudios sobre lo regional implica no dejar<br />
desaparecer lo propio fr<strong>en</strong>te a lo aj<strong>en</strong>o, se constituye como lo plantea el profesor Vargas<br />
Celemín (2003:89), <strong>en</strong> una propuesta política de resist<strong>en</strong>cia ideológica y artística para<br />
def<strong>en</strong>der la autonomía y los capitales simbólicos que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran cond<strong>en</strong>sados <strong>en</strong> la obras.<br />
O, si se me permite el término, def<strong>en</strong>der la ―id<strong>en</strong>tidad‖ de los pueblos, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta<br />
que estamos <strong>en</strong> la época de los discursos posmodernos <strong>en</strong> donde el sujeto es desc<strong>en</strong>trado,<br />
disperso, dividido, heterogéneo, por lo que ―id<strong>en</strong>tidad‖ no puede <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse como idéntico<br />
(<strong>del</strong> latín ―idem‖) sino como una construcción provisional, temporal, histórica e hipotética,<br />
es decir, id<strong>en</strong>tidad sería lo propio fr<strong>en</strong>te a lo aj<strong>en</strong>o. Paul Ricouer, según Roció Silva<br />
Santisteban (1999), hace dos lecturas <strong>del</strong> concepto de id<strong>en</strong>tidad: 1. ―lo mismo‖ 2. ―Sí<br />
7
mismo‖. Dice la autora que Ricouer <strong>en</strong> Soi-meme comme un autre 1 no se propone<br />
meram<strong>en</strong>te la deconstrucción <strong>del</strong> uso de ―id<strong>en</strong>tidad‖ sino su reconstrucción filológica,<br />
demostrando que esta palabra que nombra o r<strong>en</strong>ombra al yo fr<strong>en</strong>te al l<strong>en</strong>guaje posee una<br />
historia no sólo intrincada sino procesal; una actualidad, por lo mismo, pot<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te<br />
abierta. Sólo se puede p<strong>en</strong>sar la id<strong>en</strong>tidad desde su narrativa, esto es desde su relato de<br />
construcción y autoreflexión. Lo que se busca es una voluntad, un deseo de construcción de<br />
id<strong>en</strong>tidad <strong>en</strong> los discursos para lograr cierta autoid<strong>en</strong>tificación, que se hace recíprocam<strong>en</strong>te<br />
fr<strong>en</strong>te a los otros discursos. Esto es la ―inclusividad <strong>del</strong> ‗sí mismo‘ desde el otro‖ (Silva,<br />
1999). La id<strong>en</strong>tidad se construye como repres<strong>en</strong>tación, no para conceptualizarla ni para<br />
c<strong>en</strong>trarla, sino para hallar la difer<strong>en</strong>cia mutua, la resist<strong>en</strong>cia posible, la reafirmación de<br />
apertura.<br />
La pres<strong>en</strong>te investigación está concebida e impulsada desde la academia, <strong>en</strong> el llamado a<br />
brindar un soporte bibliográfico prácticam<strong>en</strong>te inexist<strong>en</strong>te hasta <strong>en</strong>tonces. El resultado de<br />
este trabajo permite a futuros investigadores <strong>en</strong> el campo de los estudios regionales sobre la<br />
lírica, t<strong>en</strong>er acceso a una fu<strong>en</strong>te bibliográfica y panorámica de los autores <strong>en</strong> el periodo aquí<br />
propuesto.<br />
Hacer divisiones espaciales (Tolima) y temporales (1905-1955) como las que se ha<br />
planteado, ti<strong>en</strong>e sus fundam<strong>en</strong>taciones. En primer lugar el Departam<strong>en</strong>to <strong>del</strong> Tolima fue<br />
creado política y administrativam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el año 1905, aunque durante la Colonia, el<br />
territorio formó parte de las provincias de Neiva y Mariquita. Esta es la razón por la que<br />
damos inició a este estudio <strong>en</strong> el año 1905. El corte que he propuesto de 1955 ti<strong>en</strong>e razones<br />
metodológicas simplem<strong>en</strong>te, se pret<strong>en</strong>de abarcar los primeros cincu<strong>en</strong>ta años de poesía <strong>en</strong> el<br />
Tolima. Además queda abierta la posibilidad para que futuros trabajos de investigación<br />
complem<strong>en</strong>t<strong>en</strong> este relevami<strong>en</strong>to hasta fechas más próximas. La demarcación <strong>del</strong> periodo<br />
obedece a un criterio cronológico que relaciona <strong>en</strong> principio la productividad textual y su<br />
contexto histórico social g<strong>en</strong>erador.<br />
1 Paul Ricoeur. Oneself as another. The Chicago press. 1992. Publicado originalm<strong>en</strong>te como Soi-meme comme<br />
un autre. De suil, 1990.<br />
8
Sabido es que pocos investigadores <strong>en</strong> Colombia han estudiado la poesía tolim<strong>en</strong>se y que<br />
quizá el único (salvo algún caso) que ha hecho antologías y estudios <strong>en</strong> el departam<strong>en</strong>to ha<br />
sido el escritor Carlos Orlando Pardo y su casa editorial Pijao Editores. Fuera de sus aportes,<br />
sólo exist<strong>en</strong> algunos <strong>en</strong>sayos aislados sobre tópicos particulares. Los textos que han<br />
abordado el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de la poesía tolim<strong>en</strong>se se quedan <strong>en</strong> miradas someras, intuitivas y<br />
g<strong>en</strong>erales. Por ejemplo, se dice que la poesía tolim<strong>en</strong>se ha sido tributaria y rezagada o que<br />
no existe una verdadera tradición poética <strong>en</strong> el Tolima; pero estas <strong>tesis</strong> no van respaldadas<br />
por análisis y argum<strong>en</strong>tos sino más bi<strong>en</strong> por intuiciones. Estos juicios a priori sobre la poesía<br />
tolim<strong>en</strong>se, asumi<strong>en</strong>do de <strong>en</strong>trada que región, periferia y provincia es igual a mediocridad e<br />
ing<strong>en</strong>uidad, ha hecho que muchos la consider<strong>en</strong> como algo <strong>del</strong>eznable que no vale la p<strong>en</strong>a<br />
ser estudiado. Queda claro, la visualización que hay <strong>en</strong> la actualidad de la poesía tolim<strong>en</strong>se<br />
de primera mitad de siglo XX es mínima, de ahí que nombres como Arturo Camacho<br />
Ramírez, Diego Fallón, Juan Lozano y Lozano y Germán Pardo García sean casi<br />
desconocidos por las nuevas g<strong>en</strong>eraciones.<br />
El hecho concreto es que hasta el mom<strong>en</strong>to no se ha realizado un levantami<strong>en</strong>to<br />
bibliográfico sigui<strong>en</strong>do normas técnicas internacionales. De ahí que el objetivo principal de<br />
este trabajo investigativo es pres<strong>en</strong>tar el levantami<strong>en</strong>to bibliográfico más completo que se<br />
pueda hacer hasta el mom<strong>en</strong>to de libros de poesía publicados <strong>en</strong>tre 1905 y 1955 y un<br />
panorama de autores, que revele datos biográficos importantes, com<strong>en</strong>tarios de la crítica<br />
sobre sus obras, así como una descripción de sus principales características estéticas y<br />
formales.<br />
Este estudio procura explorar las particularidades de la poesía tolim<strong>en</strong>se producida <strong>en</strong> la<br />
época estudiada, ahondando <strong>en</strong> los aciertos y/o dificultades, dilucidando si existe una<br />
tradición <strong>del</strong> género, con hitos y t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias estéticas reconocidas por la tradición y la crítica<br />
especializada. Se trata de reafirmar o cuestionar dicha tradición desde una postura<br />
académica.<br />
Como la poesía es un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o complejo <strong>en</strong> los planteami<strong>en</strong>tos <strong>del</strong> l<strong>en</strong>guaje y la<br />
producción de s<strong>en</strong>tidos y significados, se hizo necesario implem<strong>en</strong>tar un mo<strong>del</strong>o holístico<br />
9
para esta investigación; el primero es arqueológico, pues a través de los libros de poesía,<br />
como manifestaciones culturales de un pueblo, se reconstruye la producción poética de un<br />
contexto espacial específico (Departam<strong>en</strong>to <strong>del</strong> Tolima) y de un periodo temporal definido<br />
(1905-1955). El segundo mo<strong>del</strong>o de investigación se corresponde con el panorama, c<strong>en</strong>trado<br />
<strong>en</strong> una región y <strong>en</strong> un mom<strong>en</strong>to específico, complem<strong>en</strong>tado por el factor cualitativo,<br />
t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cuanta que la poesía —por ser creadora de mundos a través <strong>del</strong> l<strong>en</strong>guaje y<br />
acrec<strong>en</strong>tar búsquedas estéticas—, es lo que define su calidad y su perman<strong>en</strong>cia. El tercer<br />
mo<strong>del</strong>o ori<strong>en</strong>tador es el cuantitativo, al apoyarse <strong>en</strong> pruebas estadísticas tradicionales para<br />
establecer la pres<strong>en</strong>cia de autores tolim<strong>en</strong>ses <strong>en</strong> antologías nacionales. En este s<strong>en</strong>tido, los<br />
factores cuantitativos servirán como apoyo para corroborar la calidad de las obras y verificar<br />
su pres<strong>en</strong>cia a nivel nacional, buscando t<strong>en</strong>er bases sólidas que se alej<strong>en</strong> de la intuición y <strong>del</strong><br />
prejuicio que tanto daño han hecho a la lírica tolim<strong>en</strong>se.<br />
Este estudio se pres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> tres partes complem<strong>en</strong>tarias. El primer capítulo corresponde al<br />
levantami<strong>en</strong>to bibliográfico de libros de poesía publicados por autores tolim<strong>en</strong>ses <strong>en</strong>tre 1905<br />
a 1955. El segundo apartado, corresponde al panorama de autores, <strong>en</strong> donde se reseña<br />
algunos aspectos bio-bibliográficos de los poetas y se describ<strong>en</strong> las principales<br />
características estéticas y formales de la obra publicada durante el periodo estudiado. En el<br />
tercer mom<strong>en</strong>to se revisan las principales antologías de poesía colombiana para verificar la<br />
trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a nivel nacional de los poetas que aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> el levantami<strong>en</strong>to bibliográfico.<br />
Esta información se pres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> cuadros y <strong>en</strong> tablas estadísticas, estableci<strong>en</strong>do desde lo<br />
cuantitativo cuáles son considerados como hitos destacados o ―tradición consolidada‖.<br />
10
2. LEVANTAMIENTO BIBLIOGRÁFICO<br />
2.1. Metodología y criterios de selección<br />
Realizar el levantami<strong>en</strong>to bibliográfico de la poesía tolim<strong>en</strong>se de 1905 a 1955 es una<br />
necesidad de primer ord<strong>en</strong>, debido a que cualquier investigación sobre poesía regional o<br />
colombiana requiere contar con este tipo de trabajos base. La int<strong>en</strong>ción es dar un paso<br />
preliminar e imprescindible <strong>en</strong> el estudio de la poesía <strong>del</strong> Tolima, como lo sust<strong>en</strong>ta Eug<strong>en</strong>io<br />
Castelli <strong>en</strong> ―Prioridades metodológicas <strong>en</strong> el estudio de la literatura regional‖ 2 . El<br />
investigador arg<strong>en</strong>tino propone cinco aspectos prioritarios <strong>en</strong> el estudio de la literatura<br />
regional, donde el aspecto primero y fundam<strong>en</strong>tal es el relevami<strong>en</strong>to bibliográfico de la<br />
producción literaria de cada región. Se trata de dar una visión de conjunto sobre las obras de<br />
un género específico, editadas <strong>en</strong> un tiempo y un lugar determinado. Si bi<strong>en</strong> exist<strong>en</strong> trabajos<br />
—principalm<strong>en</strong>te antologías o balances panorámicos—que han catalogado a los poetas <strong>del</strong><br />
periodo aquí estudiado, éstos no deb<strong>en</strong> confundirse con pesquisas bibliográficas<br />
propiam<strong>en</strong>te dichas, pues no han perseguido ese objeto. Por el contrario, estos trabajos<br />
fueron parciales, rudim<strong>en</strong>tarios y <strong>en</strong> cierta forma, confusos: m<strong>en</strong>cionan libros que no<br />
exist<strong>en</strong>, recopilan datos bibliográficos incompletos, incluy<strong>en</strong> poetas que no son nacidos <strong>en</strong> el<br />
Tolima, carec<strong>en</strong> de homog<strong>en</strong>eidad y sistematicidad, obvian normas técnicas, incluy<strong>en</strong> libros<br />
que no son de poesía y sobre todo no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> pautas claras para definir el corpus, <strong>en</strong>tre otras<br />
dificultades. Estas inconsist<strong>en</strong>cias podrían inducir al error por lo que no resultan confiables.<br />
Obviam<strong>en</strong>te no se pret<strong>en</strong>de restarles el mérito sino avanzar a partir de lo que ya existe.<br />
Este capítulo pres<strong>en</strong>ta el relevami<strong>en</strong>to bibliográfico más completo que se ha hecho de libros<br />
de poesía publicados por autores tolim<strong>en</strong>ses <strong>en</strong>tre 1905 y 1955. Para ello se realizó una<br />
búsqueda exhaustiva <strong>en</strong> las bibliotecas departam<strong>en</strong>tales como la Biblioteca Darío Echandía<br />
<strong>del</strong> Banco de la República, Soledad R<strong>en</strong>gifo y Rafael Parga Cortés de la Universidad <strong>del</strong><br />
Tolima, ubicada <strong>en</strong> Ibagué; Esta búsqueda se amplió con información obt<strong>en</strong>ida <strong>en</strong> las<br />
bibliotecas nacionales como la Luis Ángel Arango y la Biblioteca Nacional de Bogotá. Se<br />
2 Simposio de Literatura Regional organizado por la Carrera de letras. Actas. Salta, Universidad Nacional de<br />
Salta, Secretaria de Estado de Educación y Cultura, 1980, t. II, pág. 436-440.<br />
11
acudió a la ―Red Nacional de Bibliotecas‖ <strong>del</strong> Banco de la República<br />
(http://www.banrepcultural.org/blaa), a casas de la cultura de diversos municipios y La Casa<br />
de Poesía Silva de Bogotá. Además se hizo una revisión al SILC (sistema de información de<br />
la literatura colombiana de la Universidad de Antioquía). Asimismo se visitó múltiples<br />
bibliotecas personales de escritores, académicos, investigadores y poetas. Otra fu<strong>en</strong>te<br />
importante de datos fueron los diccionarios y antologías de poetas colombianos y regionales.<br />
Este trabajo ti<strong>en</strong>e variados anteced<strong>en</strong>tes como antologías, reseñas críticas y biográficas,<br />
<strong>en</strong>tre las que cabe destacar: Romero Guzmán, Nelson; Gutiérrez, Luis Eduardo y Vargas<br />
Celemín, Libardo. (2000). La poética y la narrativa tolim<strong>en</strong>se <strong>del</strong> siglo XX. Ibagué: Fondo<br />
mixto para la promoción de la cultura y las artes <strong>del</strong> Tolima. 80p.; Ospina, Hernando de.<br />
(1995). Tolima curioso. Ibagué: siglo XXI editores. 319p.; Sepúlveda Grimaldo, Jesús<br />
Alberto. (1995). Antología com<strong>en</strong>tada de la poesía tolim<strong>en</strong>se: ci<strong>en</strong> años de recorrido (1895-<br />
1996). Ibagué: Papeles sueltos. 225p.; Salavarrieta Marín, Miguel. (1980?). 107 años de<br />
poetas y escritores. Ibagué: Pijao Editores. 272p.; Piñeros Corpas, Joaquín. (1970?)<br />
Antología lirica <strong>del</strong> Tolima. Selección y com<strong>en</strong>tarios de Joaquín Piñeros Corpas. Ibagué.<br />
Impr<strong>en</strong>ta departam<strong>en</strong>tal, 63p.<br />
Sin duda alguna, las antologías y el diccionario de autores de la Editorial Pijao Editores y de<br />
su director Carlos Orlando Pardo, qui<strong>en</strong> ha sido el que más ha hecho trabajos sobre poesía<br />
tolim<strong>en</strong>se, merec<strong>en</strong> ser destacados, ya que se constituy<strong>en</strong> <strong>en</strong> el embrión de este trabajo.<br />
Algunos de los textos consultados son: Pardo, Carlos Orlando. (1977). Antología poética <strong>del</strong><br />
Tolima. Ibagué: Pijao Editores. 324p.; Pardo, Carlos Orlando. (1978). Poetas Tolim<strong>en</strong>ses<br />
(Antología) Ibagué: Pijao Editores. 322 p.; 1978, 2a. edición; 1980; 3a. edición, 1982. ;<br />
Pardo, Carlos Orlando. (1985). Poetas <strong>del</strong> Tolima. Bogotá: Pijao Editores. 110p.; Pardo,<br />
Carlos Orlando. (1991). Palabra Viva. Diccionario de autores tolim<strong>en</strong>ses. Ibagué. Pijao<br />
Editores. 200 p.; Pardo, Carlos Orlando. (2002). (Compilación y pres<strong>en</strong>tación) Poetas <strong>del</strong><br />
Tolima siglo XX (Antología). Ibagué: Pijao Editores. 477 p.; Pardo, Carlos Orlando. (2002).<br />
Diccionario de autores tolim<strong>en</strong>ses. Ibagué: Pijao Editores. 289 p.<br />
12
Partir <strong>del</strong> año 1905 para el levantami<strong>en</strong>to bibliográfico obedece a que el Departam<strong>en</strong>to <strong>del</strong><br />
Tolima fue creado política y administrativam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> este año 3 . Cerrar esta investigación <strong>en</strong><br />
el año 1955 ti<strong>en</strong>e razones metodológicas simplem<strong>en</strong>te, pues se pret<strong>en</strong>de abarcar los primeros<br />
cincu<strong>en</strong>ta años de poesía <strong>en</strong> el Tolima.<br />
El criterio de selección que se t<strong>en</strong>drá <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> la pres<strong>en</strong>te investigación para considerar a<br />
un autor como tolim<strong>en</strong>se es el sigui<strong>en</strong>te: poetas nacidos <strong>en</strong> el territorio (23.562 km²) <strong>del</strong><br />
Departam<strong>en</strong>to <strong>del</strong> Tolima tal como lo conocemos hoy con sus 47 municipios: localizado <strong>en</strong><br />
el c<strong>en</strong>tro-oeste de Colombia, <strong>en</strong>tre las cordilleras C<strong>en</strong>tral y Occid<strong>en</strong>tal, <strong>en</strong>tre los 2º 59‘ y<br />
5º 18‘ de latitud N y los 74º 29‘ y 76º 05‘ de longitud O. Al norte limitando con el<br />
departam<strong>en</strong>to de Caldas, al ori<strong>en</strong>te con Cundinamarca, al sur con Huila y Cauca, y al<br />
occid<strong>en</strong>te con Caldas, Valle <strong>del</strong> Cauca, Quindío y Risaralda. Cabe anotar, que si un poeta<br />
nació <strong>en</strong> esta misma área antes de 1905, se considera un poeta tolim<strong>en</strong>se. El segundo criterio<br />
es que la obra haya sido publicada <strong>en</strong>tre 1905 y 1955. Estos son las premisas fundam<strong>en</strong>tales<br />
de inclusión, sin embargo, es posible estudiar obras póstumas si estas son publicadas durante<br />
el periodo previsto y ti<strong>en</strong><strong>en</strong> alguna trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia como es el caso de Diego Fallon.<br />
Es de subrayar que sólo se incluirán libros de poesía de un solo autor, no los colectivos ni la<br />
participación <strong>en</strong> antologías, ni traducciones y sólo primeras ediciones o ediciones de obras<br />
<strong>completa</strong>s. Los títulos de las obras deb<strong>en</strong> haber sido publicados <strong>en</strong> formato de libro, es decir,<br />
un conjunto de varias páginas de papel, papiro u otra materia, unidas <strong>en</strong>tre sí, que se hayan<br />
publicado con la int<strong>en</strong>ción de ser libro, cuya edición se haga <strong>en</strong> su totalidad de una sola vez<br />
<strong>en</strong> un volum<strong>en</strong> o a intervalos <strong>en</strong> varios volúm<strong>en</strong>es o fascículos, que ojalá t<strong>en</strong>ga lomo y que<br />
cont<strong>en</strong>gan un mínimo de 15 textos poéticos o concebidos como tal. Además de haber sido<br />
divulgados al público.<br />
El repertorio bibliográfico pesquisado a continuación, tuvo <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta las obras publicadas<br />
d<strong>en</strong>tro y fuera <strong>del</strong> Departam<strong>en</strong>to <strong>del</strong> Tolima, inclusive <strong>del</strong> país, pues el lugar de publicación<br />
no fue el criterio de selección sino el orig<strong>en</strong> <strong>del</strong> autor. También se tuvo <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta a los<br />
3 Por medio de la ley 46 de 1905 el Presid<strong>en</strong>te de la República Rafael Reyes separó al Tolima <strong>del</strong> actual<br />
Departam<strong>en</strong>to <strong>del</strong> Huila. Jurídicam<strong>en</strong>te se creó por medio de la ley 01 de 1908, que fija desde <strong>en</strong>tonces sus<br />
actuales límites geográficos.<br />
13
autores que nacieron <strong>en</strong> el Tolima pero su vida o su obra se desarrollaron <strong>en</strong> otro lugar. Cabe<br />
señalar que este trabajo es sobre poesía <strong>del</strong> Tolima y no de poesía sobre el Tolima.<br />
14
2.2. Libros correspondi<strong>en</strong>tes al levantami<strong>en</strong>to bibliográfico (1905- 1955) 4<br />
BORJA, Filom<strong>en</strong>o. (1899-1969)<br />
Borja, Filom<strong>en</strong>o. (1914). Amelia o la v<strong>en</strong>ganza de una novia: poema <strong>en</strong> VI cantos<br />
(histórico). Bogotá: Ed. Arboleda &Val<strong>en</strong>cia. 31p.<br />
CÁRDENAS ROA, María. (Luz Stella) (1899-1969)<br />
Cárd<strong>en</strong>as Roa, María. (Luz Stella) (1942). Rincón infantil: poemas y cu<strong>en</strong>tos para niños.<br />
Ibagué: Pr<strong>en</strong>sas <strong>del</strong> departam<strong>en</strong>to. 191p.<br />
_______ (1950?) Ronda iluminada: versos para niños [s.c., s.e.] 79p.<br />
CAMACHO RAMÍREZ, Arturo. (1910-1982)<br />
Camacho Ramírez, Arturo. (1939). Cándida Inerte. Edit. San José. [Legación Colombia].<br />
15p.<br />
_______ (1935). Espejo de naufragios. Bogotá: Editorial Minerva. 61p.<br />
_______ (1948). Luna de ar<strong>en</strong>a. Bogotá: Editorial Iqueima. 104p.<br />
_______ (1945). Oda a Carlos Bau<strong>del</strong>aire. Bogotá: Editorial C<strong>en</strong>tro. 67p.<br />
_______ (1939). Presagio de amor: Poema. Bogotá: Edit. C<strong>en</strong>tro. 28p.<br />
CRUZ, Jesús Antonio. (POMALA, Martín) (1884-1951)<br />
Pomala, Martín. (1941). Sangre y otros poemas. Ibagué: Pr<strong>en</strong>sas <strong>del</strong> Departam<strong>en</strong>to. 133p.<br />
ECHEVERRI MEJÍA, Oscar. (1918-2005)<br />
Echeverri Mejía, Oscar. (1947). Canciones sin palabras. Bogotá: Librería y ediciones teoría.<br />
212p.<br />
_______ (1952). Cielo de poesía. San Rafael (Arg.) S.l. Impresor Fermín Castro. 30p<br />
(colección Brigadas liricas lanzadas desde San Rafael)<br />
_______ (1942). Destino de la voz. Manizales: Casa Editorial y Talleres gráficos Arturo<br />
Zapata. 128p.<br />
4 Todo el relevami<strong>en</strong>to cumple con la norma APA, de la sigui<strong>en</strong>te manera: Apellidos, Nombre. (Año). Título.<br />
Ciudad: Editorial, año. N° de Páginas. Cuando no exist<strong>en</strong> datos como fechas se coloca la sigla [s.f.], es decir<br />
sin fecha; [s.e.] sin editorial; [s.c.] sin ciudad.<br />
15
_______ (1952). La rosa sobre el muro. Bogotá: Edit. Saturno. 114p. (Ilustraciones de<br />
Ignacio Gómez Jaramillo)<br />
FALLON, Diego. (1834-1905)<br />
AA.VV. (1934). Diego Fallon, su obra, juicios sobre ella y estudios sobre su vida. Ibagué:<br />
Tip. Etobar. 104p. 5<br />
GOLOGRE, Julio N. (1900-1976)<br />
Gologre, Julio N. (1947). Crepusculares. Bogotá: Samper Matiz. 87p.<br />
LOZANO Y LOZANO, Juan. (1902-1979)<br />
Lozano y Lozano, Juan. (1943). Hojas de poesía: poemas. Bogotá: ELVIRA M<strong>en</strong>doza. 11p.<br />
_______ (1927). Joyería: Sonetos de Juan Lozano y Lozano. Roma: Scuola Tipografía Pio<br />
X, 93p.<br />
_______ (1954). Los mejores versos. Bu<strong>en</strong>os Aires: Macagno Lagna. 38p.<br />
_______ (1923). Horario primaveral, Lima. [s.c., s.e., s.f.,] 6<br />
PARDO GARCÍA, Germán. (1902-1991)<br />
Pardo García, Germán. (1940). Claro abismo. México: A. <strong>del</strong> Bosque. 137p.<br />
_______ (1945). Las voces naturales México: Veracruz. 105p.<br />
_______ (1933). Los júbilos ilesos. México: Imp. Mundial. 70p.<br />
_______ (1935). Los sonetos <strong>del</strong> convite. México D.F.: Edit. A. Mijares y Hno. 27p.<br />
_______ (1948). Los sueños corpóreos México: Graficas Guanajuato. 107p.<br />
_______ (1937). Poderíos. México: Plycsa. 85p.<br />
_______ (1953). Poemi contemporanei. Torino: Iberoamericani. 95p.<br />
_______ (1938). Pres<strong>en</strong>cia. México: Edit. Cultura. 124p.<br />
_______ (1943). Sacrificio. México: Edit. Cultura. 118p.<br />
_______ (1954). U.Z. Llama al espacio México: Cuadernos americanos. 124p.<br />
_______ (1952). U.Z. Llama al espacio. México: Edit. Cultura. 123p.<br />
5 Se incluye por ser obra <strong>completa</strong> <strong>del</strong> poeta Diego Fallon.<br />
6 Esta obra se m<strong>en</strong>ciona <strong>en</strong> varias biografías <strong>del</strong> poeta, pero no aportan los datos técnicos. No se pudo verificar<br />
su exist<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> físico ni tampoco los datos bibliográficos.<br />
16
_______ (1930). Voluntad: poemas. Bogotá: Edit. El Grafico. 104p.<br />
_______ (1953). Acto poético. México: Ediciones cuadernos americanos. 204p.<br />
_______ (1944). Antología poética. México: Impr<strong>en</strong>ta Veracruz. 167p.<br />
_______ (1935). Los canticos: poemas. México: editorial cultura. 131p.<br />
_______ (1952). Lucero sin orilla. México: Edit. Cultura. 128p.<br />
_______ (1930). Poemas. Bogotá: Edit. El Grafico. 104p.<br />
_______ (1953). Acto poético. México: Ediciones cuadernos Americanos. 204p.<br />
PIEDRAHITA ARANGO, Daniel. (1897-1948)<br />
Piedrahita Arango, Daniel. (1938). Madre naturaleza. Bogotá: Edit. Minerva. 215p.<br />
SANTA, Eduardo. (1927-)<br />
Santa, Eduardo. (1947). Sonoro Zarzal. Bogotá: Ediciones Espiral. 28p.<br />
SENDOYA, Luis Enrique. (1920-1994)<br />
_______ (1950). Niebla de música. Bogotá: Edit. Iqueima. 150p.<br />
TELLO QUIJANO, Jaime (1918-1996)<br />
Tello Quijano, Jaime. (1951). Geometría <strong>del</strong> espacio. Poemas (1937-1948) Bogotá:<br />
ediciones Espiral. 85p.<br />
TORRES VARGAS, Roberto. (1882-1959)<br />
Torres Vargas, Roberto. (1939). Versos de ayer. 159 p.<br />
_______ (1946). Charadas <strong>en</strong> verso. Bogotá: Edit. Cromos. 126p.<br />
_______ (1944). Estrofas s<strong>en</strong>cillas. Bogotá: Edit. Cromos. 107p.<br />
_______ (1949). Perfiles poéticos. Bogotá. Edit. Iqueima. 183p.<br />
SEPÚLVEDA ZULUAGA, Eduardo. (Sin datos).<br />
Sepúlveda Zuluaga, Eduardo. (1955). La canción persist<strong>en</strong>te. Santiago: Impr<strong>en</strong>ta Colombia.<br />
92p.<br />
17
3. PANORAMA DE AUTORES<br />
Un panorama es, según el diccionario de la Real Academia de la L<strong>en</strong>gua <strong>en</strong> su vigésima<br />
segunda edición 1. m. Paisaje muy dilatado que se contempla desde un punto de<br />
observación. 2. m. Aspecto de conjunto de una cuestión. Para el caso específico de este<br />
trabajo, el panorama incluye siete reseñas sobre el mismo número de poetas, pres<strong>en</strong>tando<br />
una visión de conjunto que destaca algunos de los nombres más repres<strong>en</strong>tativos de la poesía<br />
tolim<strong>en</strong>se, ac<strong>en</strong>tuando su especificidad, así como sus modos de inserción o relaciones con el<br />
contexto de la literatura regional y nacional, develando algunos aspectos bio-bibliográficos,<br />
sus t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias estéticas y formales y los temas más destacadas de la obra publicada durante<br />
el periodo estudiado. Queda claro que no es un estudio crítico pues no persigue ese objeto<br />
sino que como ya se dijo anteriorm<strong>en</strong>te, se trata de reseñas, por <strong>en</strong>de, ti<strong>en</strong>de a ser<br />
descriptivo.<br />
3.1. Criterios para la escog<strong>en</strong>cia de los poetas reseñados<br />
Este trabajo de investigación se <strong>en</strong>marca d<strong>en</strong>tro de un periodo temporal preciso (1905-<br />
1955), por <strong>en</strong>de, sólo se tuvo <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta a escritores nacidos <strong>en</strong> el Departam<strong>en</strong>to <strong>del</strong> Tolima<br />
que publicaron libros de poesía durante este lapso. Hay un caso excepcional, se trata de<br />
Diego Fallon, que nace <strong>en</strong> 1834 y muere <strong>en</strong> 1905 pero su obra <strong>completa</strong> se publica <strong>en</strong> el<br />
periodo objeto de este trabajo. Su pres<strong>en</strong>cia y notoriedad <strong>en</strong> revistas, periódicos y <strong>en</strong><br />
antologías, llegando a ser el poeta tolim<strong>en</strong>se más antologizado y su poema ―La luna‖ el de<br />
mayor concurr<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> este tipo de selecciones, hizo que fuera incuestionable su inclusión<br />
d<strong>en</strong>tro de este panorama. Juan Lozano y Lozano, German Pardo García y Arturo Camacho<br />
Ramírez lograron trasc<strong>en</strong>der <strong>del</strong> medio local y hacer parte de la tradición poética nacional,<br />
si<strong>en</strong>do antologados perman<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te y su obra reseñada por los críticos más repres<strong>en</strong>tativos<br />
<strong>del</strong> país. Este panorama no pret<strong>en</strong>de ser un eco de la tradición o <strong>del</strong> canon nacional, por ello,<br />
además de los poetas m<strong>en</strong>cionados, se incluy<strong>en</strong> d<strong>en</strong>tro de este horizonte a tres poetas que sin<br />
hacer parte <strong>del</strong> canon oficial colombiano, por su reconocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la conci<strong>en</strong>cia colectiva<br />
<strong>del</strong> departam<strong>en</strong>to, porque sigu<strong>en</strong> suscitando interés <strong>en</strong> la actualidad, por su pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong><br />
18
evistas y antologías regionales o por su aporte a la poesía local, consideramos que es<br />
necesario su inclusión, son ellos Martín Pomala, Oscar Echeverri Mejía y Jaime Tello.<br />
19
3.2. Diego Fallon: El músico de las palabras<br />
FOTO TOMADA DE: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/f/fallon.htm<br />
Yo no he sido poeta,<br />
sino por despecho de no haber podido ser músico de profesión<br />
Diego Fallon<br />
Este texto aborda la obra de Diego Fallon reunida <strong>en</strong> antologías sobre su obra Se tuvo <strong>en</strong><br />
cu<strong>en</strong>ta algunas miradas de la crítica especializada y textos hechos por el mismo autor. Se<br />
indagó <strong>en</strong> el contexto, fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> lo concerni<strong>en</strong>te a su biografía, se revisaron<br />
aspectos lingüísticos y literarios, los temas principales de su obra, las preocupaciones<br />
recurr<strong>en</strong>tes, etc., para observar la evolución, elem<strong>en</strong>tos comunes y propuestas novedosas <strong>en</strong><br />
su poética, tratando de establecer a grandes rasgos algunas características <strong>en</strong> su poética.<br />
3.2.1. Datos biográficos<br />
Diego de J. Fallon, nació el 10 de marzo de 1834 <strong>en</strong> Santa Ana (actualm<strong>en</strong>te municipio de<br />
Falan, por ord<strong>en</strong>anza <strong>del</strong> 2 de mayo de 1930 de la Asamblea Departam<strong>en</strong>tal <strong>del</strong> Tolima<br />
como un hom<strong>en</strong>aje al nombre <strong>del</strong> poeta) y murió <strong>en</strong> Bogotá el 13 de agosto de 1905.<br />
Diego Fallon era hijo <strong>del</strong> médico, mineralogista y naturalista irlandés Tomás Fallon, qui<strong>en</strong><br />
llegó <strong>en</strong> 1833 a Nueva Granada a trabajar <strong>en</strong> las minas de plata de Santa Ana, cercanas a<br />
20
Mariquita. En esta última población conoció a la señorita Marcela Carrión y León y Armero<br />
con qui<strong>en</strong> contrajo nupcias. De esta unión nacieron Tomasa, Cornelia y Diego Fallon.<br />
Don Tomás fue luego a trabajar durante cuatro años a la salina de Zipaquirá, época que<br />
marcó por sus paisajes al futuro poeta Diego Fallon. Su madre descubrió cierto gusto por la<br />
música <strong>en</strong> Diego y le regaló algunos instrum<strong>en</strong>tos musicales como un violín y una guitarra.<br />
Después vino el piano y su interés por <strong>en</strong>trar a la Compañía de Jesús, hecho que no se<br />
concretó por ser único hijo varón. Con la expulsión de los jesuitas <strong>en</strong> el año de 1850 su<br />
padre opto por <strong>en</strong>viarlo a Europa. Diego fue a estudiar <strong>en</strong> un instituto protestante <strong>en</strong> Londres<br />
(Ing.) bajo la protección de Roberto Steph<strong>en</strong>son, un viejo amigo de su padre <strong>en</strong> la época que<br />
trabajaban <strong>en</strong> Santa Ana y de qui<strong>en</strong> se dice, compitió con Tomás por el amor de Marcela y<br />
g<strong>en</strong>erosam<strong>en</strong>te le cedió su amor a don Tomás. Diego prefirió pasar al colegio de Jesuitas de<br />
Stonyhurst y terminó <strong>en</strong> el Colegio de Ing<strong>en</strong>ieros de New Castle donde estuvo cinco años,<br />
allí estudió matemáticas y terminó su carrera de ing<strong>en</strong>iero especialista <strong>en</strong> ferrocarriles,<br />
profesión que nunca ejerció. El padre se opuso a la vocación de Diego por la música, motivo<br />
por el cual Steph<strong>en</strong>son hizo lo posible por alejarlo de esta inclinación <strong>en</strong> Europa, retándolo a<br />
componer una obra que finalm<strong>en</strong>te fue examinada por el director <strong>del</strong> Conservatorio de San<br />
Marcos de V<strong>en</strong>ecia, qui<strong>en</strong> halló <strong>en</strong> ella gran calidad. Steph<strong>en</strong>son se volvió un aliado <strong>en</strong> su<br />
afición y terminó conv<strong>en</strong>ci<strong>en</strong>do a don Tomás <strong>del</strong> tal<strong>en</strong>to de su hijo.<br />
Regresó al s<strong>en</strong>o de sus padres que residían <strong>en</strong> Muzo (Boyacá). En 1860 llegó a Bogotá <strong>en</strong><br />
donde por su carisma, bu<strong>en</strong>as costumbres y formación intelectual adquirió notoria<br />
relevancia. En 1864 muere su padre y seis meses después, fallece su madre de p<strong>en</strong>a moral.<br />
Se casó con Amalia Luque y Lizarralde, unión que duró casi cuar<strong>en</strong>ta años. Hablaba<br />
perfectam<strong>en</strong>te el inglés y castellano, estudioso <strong>del</strong> latín, italiano y francés.<br />
Su celebridad <strong>en</strong> tertulios hizo que inevitablem<strong>en</strong>te llegará a ―El Mosaico‖ conocida tertulia<br />
intelectual:<br />
La tertulia de El Mosaico apareció <strong>en</strong> Bogotá <strong>en</strong> el segundo semestre de 1858, con<br />
el objeto de ll<strong>en</strong>ar un doble vacío. Por una parte el que repres<strong>en</strong>taba la aus<strong>en</strong>cia de<br />
instituciones ori<strong>en</strong>tadas al fom<strong>en</strong>to de las artes y de la literatura <strong>en</strong> el país. Por otra<br />
21
parte, el que correspondía la impresión vivida por la elite cultural de un decaimi<strong>en</strong>to<br />
de la vida social, manifiesto <strong>en</strong> un embotami<strong>en</strong>to de la vida asociativa <strong>del</strong> que<br />
únicam<strong>en</strong>te se salía de cuando <strong>en</strong> cuando con las fiestas cívicas y religiosas, así<br />
como con algunos ev<strong>en</strong>tos sociales excepcionales que rompían la rutina diaria como<br />
matrimonios y <strong>en</strong>tierros (Gordillo, 2003: 25).<br />
Alejo Posee Martínez lo <strong>en</strong>salzó para que desarrollara su incipi<strong>en</strong>te afición poética con<br />
promesas de publicación. La primera vez que se divulgó ―La luna‖ fue <strong>en</strong> una hoja suelta a<br />
cargo de Tomás Carrasquilla. Este poema se convirtió <strong>en</strong> un acontecimi<strong>en</strong>to literario. ―La<br />
luna‖, ―La palma <strong>del</strong> desierto‖ y ―Las rocas de Suesca‖ fueron publicadas <strong>en</strong> 1882 por<br />
Miguel Antonio Caro, mereci<strong>en</strong>do la crítica favorable de Juan Valera.<br />
Fallon, fue uno de los primeros profesores de Estética <strong>en</strong> el Colegio <strong>del</strong> Rosario (Mora,<br />
1934: 63-70) y el primer maestro de piano de la Academia Nacional de Música de Bogotá<br />
(Roa, 1905: 481-487). Llevó una vida discreta como maestro de inglés y daba clases<br />
particulares de música.<br />
3.2.2. Publicaciones<br />
Inicialm<strong>en</strong>te algunos poemas de Fallon circularon copiosam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> hojas sueltas difundidos<br />
desde la m<strong>en</strong>cionada tertulia de El Mosaico, grupo literario con publicación homónima al<br />
que pert<strong>en</strong>ecieron Manuel Ancízar, José Manuel Groot, Medardo Rivas, José Manuel<br />
Marroquín, José María Samper, Rafael Eliseo Santander, José María Vergara y Vergara,<br />
Ricardo Silva y Eug<strong>en</strong>io Díaz Castro, <strong>en</strong>tre otros; e incluso habían sido objeto de una<br />
primera edición bajo el título de Poesías (Bogotá: M. Rivas, [s.f.]: 51p. ). Sin embargo, la<br />
producción poética de Diego Fallon, fue recogida y publicada por primera vez por Miguel<br />
Antonio Caro <strong>en</strong> el último cuarto <strong>del</strong> siglo XIX (García, 988: 81), <strong>en</strong> un volum<strong>en</strong> titulado<br />
Poesías de Diego Fallon y José María Roa Bárc<strong>en</strong>a (Bogotá: Librería Americana, 1882.<br />
160p.). En este libro aparec<strong>en</strong> 15 poemas: ―La Luna‖, ―Reminisc<strong>en</strong>cias‖, ―Las Rocas de<br />
Suesca‖, ―A la Palma <strong>del</strong> desierto‖, ―Mintamos‖, ―A la fu<strong>en</strong>te de Nemocón‖, ―A una<br />
naranja‖, ―Crepúsculo‖, ―La flor silvestre‖, ―Al señor J. T. Gaibrois‖, ―En la montaña‖, ―A<br />
la señora Last<strong>en</strong>ia S. de Soffia‖, ―El rayo‖. Además, hay dos poemas más <strong>en</strong> el prólogo:<br />
22
Contestaciones a una invitación para fiestas de Navidad: 1. ―De un niño que partía para la<br />
Sabana‖ 2. ―De una niña que estaba de duelo‖. Otros textos suyos son la traducción de ―The<br />
Windmill‖ de H<strong>en</strong>ry Longfellow traducido como ―El molino de vi<strong>en</strong>to‖ Vol. 2, N°. 8; <strong>en</strong><br />
agosto de 1894 (255-6) y ―A Panamá‖ Vol. 2. N°. 11; <strong>en</strong> noviembre de 1894 (356-7)<br />
publicados ambos <strong>en</strong> la Revista Gris. Su obra fue recogida póstumam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Poesía de<br />
1916. Los poemas ―El Espejo‖ <strong>en</strong>contrado <strong>en</strong> el álbum de la Sra. Herboso y ―Últimos versos<br />
de Fallon‖ <strong>en</strong>contrado <strong>en</strong> el álbum Srta. Ana El<strong>en</strong>a García fueron dados a conocer <strong>en</strong> Diego<br />
Fallon, su obra, juicios sobre ella y estudios sobre su vida; publicación efectuada <strong>en</strong> 1934<br />
<strong>en</strong> el c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario de su natalicio. La edición definitiva de su breve creación poética se logró<br />
con el libro titulado Diego de J. Fallon. Poesía (Bogotá: Biblioteca Banco Popular, 1971),<br />
con textos introductorios y biográficos de José J. Casas, Luis Mª Mora, Víctor E. Caro y<br />
Miguel A. Caro. No se puede desconocer su obra de didáctica musical Arte de leer, escribir<br />
y dictar música: sistema alfabético comparado con la notación conocida por Diego Fallon<br />
(Bogotá: Imp. Musical de D. Fallon, 1885. 134p). También exist<strong>en</strong> <strong>en</strong> los fondos de la<br />
Biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá dos textos sin mayores datos que se titulan Cartas<br />
literarias [manuscritos]: ideas estéticas de Fallon. Se trata de dos hojas manuscritas y En la<br />
muerte de Diego Fallon [manuscritos] de 1905, con 5 hojas.<br />
3.2.3. Sobre la obra de Diego Fallon<br />
En este apartado no se pret<strong>en</strong>de hacer un estado <strong>del</strong> arte sobre los textos críticos que sobre<br />
Diego Fallon se han escrito sino esbozar un leve panorama de los com<strong>en</strong>tarios que su obra<br />
ha suscitado <strong>en</strong> diversos mom<strong>en</strong>tos <strong>del</strong> siglo XIX y XX. La crítica sobre la obra de Fallon<br />
es poca. La mayor parte de qui<strong>en</strong>es la escribieron, eran sus amigos y conocidos, dedicados a<br />
hablar de su biografía y sus virtudes más que de su obra.<br />
En 1882, <strong>en</strong> El Repertorio Colombiano (número 45, <strong>en</strong>ero-junio, 1882), se publica un texto<br />
de Miguel Antonio Caro <strong>en</strong> el que hace una lectura <strong>del</strong> poema titulado ―Rocas de Suesca‖.<br />
Sosti<strong>en</strong>e que <strong>en</strong> el poema analizado hay dos partes: una, <strong>en</strong> la que Fallon hace uso de un<br />
tono burlesco y humorístico; la otra, <strong>en</strong> la que utiliza un tono serio, y <strong>en</strong> la que aparece el:<br />
23
Fallon cristiano, serio, <strong>en</strong> el fondo de su ser, aunque <strong>en</strong> ocasiones revestido de<br />
aquella forma bufonesca, que <strong>en</strong>cubrió muchas veces no sólo graves p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos<br />
sino aún dolores profundos‖ (1882: 213).<br />
De Miguel Antonio Caro también se puede leer el ―Prólogo‖ que aparece <strong>en</strong> el libro Poesía<br />
(Bogotá: Editorial Banco Popular, 1971).<br />
Uno de los primeros críticos serios que se interesó <strong>en</strong> la obra Fallon fue el español Juan<br />
Valera, qui<strong>en</strong> celebró los versos <strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> sus famosas Cartas americanas. En la epístola<br />
fechada el 15 de octubre de 1888 Valera dice lo sigui<strong>en</strong>te sobre Fallon:<br />
Mi distinguido amigo: Vuelvo a leer las dos únicas poesías que de Diego<br />
Fallon inserta el Parnaso colombiano, y reconozco más claro todavía cuán<br />
indisculpable hubiera sido mi falta si no hubiese yo hablado de ellas. No me<br />
atreveré a decir que sean las mejores de la colección; pero son, sin duda, las<br />
más originales, y cada una de ellas de muy extraña y distinta originalidad<br />
(1889:199).<br />
Sobre su poema ―Las rocas de Suesca‖ afirma el crítico español:<br />
En Las rocas de Suesca vuela con gracia y tino la imaginación alegre y caprichosa<br />
<strong>del</strong> poeta para describir un lugar alpestre, prestando vida, palabra y animación a<br />
los peñascos <strong>en</strong>ormes. Lo grotesco, colosal de aquel conjunto de gigantes<br />
petrificados, que recobran la vida conjurados por el poeta, se infunde <strong>en</strong> el espíritu<br />
<strong>del</strong> lector, el cual se si<strong>en</strong>te transportado a un mundo fantástico, donde <strong>en</strong> lo<br />
esquivo y solitario de las montañas, lejos de los hombres, hablan y discurr<strong>en</strong> las<br />
piedras, y refier<strong>en</strong> sus lances de amor y fortuna de hace muchísimos siglos, allá <strong>en</strong><br />
las edades primeras de este globo que habitamos (1889: 199).<br />
Valera compara los versos de Fallon con los <strong>del</strong> poeta y filósofo Ter<strong>en</strong>cio Mamiani:<br />
Pero si los versos de Mamiani son elegantísimos y sublimes, los de Fallon, por<br />
otro camino, como desate port<strong>en</strong>toso de fantasía, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> no muy inferior valer. Los<br />
de Mamiani, más filosóficos y didácticos <strong>en</strong> el fondo, son más poesía por la forma,<br />
por la elegancia de la dicción, mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> los de Fallon, donde hay otra<br />
facilidad y tal vez cierto desaliño, hay poesía de conceptos y de imág<strong>en</strong>es, aunque<br />
lo grotesco predomine. […] El mérito de los versos de Fallon está más <strong>en</strong> lo<br />
descriptivo y <strong>en</strong> el efecto total de la pintura que su fantasía anima. Es aquello un<br />
aquelarre de brujas de pasmosa magnitud. La más anciana y la más ilustre es la<br />
24
que da la lección de Geología, aunque, <strong>en</strong> mi s<strong>en</strong>tir, la pintura vale más que la<br />
lección (1889: 200-1).<br />
Del poema ―A la luna‖ dice Valera:<br />
Los otros versos de Fallon, A la luna son mucho mejores que Las rocas de Suesca,<br />
sin que ninguna extravagancia caprichosa contribuya a su originalidad, que es<br />
grande, si bi<strong>en</strong> más <strong>en</strong> la meditación, a que la contemplación induce, que <strong>en</strong> la<br />
misma contemplación. Aun así, <strong>en</strong> la parte descriptiva hay notables bellezas, y el<br />
poeta nos hace s<strong>en</strong>tir la calma magnífica de una noche de <strong>en</strong>tre trópicos a la falda<br />
de los Andes. […] Después, provocado el poeta por el sil<strong>en</strong>cio y reposo nocturnos,<br />
si<strong>en</strong>te y expresa más alta inspiración: es teósofo primero y luego místico. Pero este<br />
Dios, que <strong>en</strong>trevé el poeta <strong>en</strong> el éter infinito, poblado de estrellas, se deja ver<br />
mejor <strong>en</strong> el fondo <strong>del</strong> alma, hecha a su imag<strong>en</strong>. El alma es más grande que el<br />
Universo todo y más capaz que el Universo de cont<strong>en</strong>er a Dios (1889: 202-3).<br />
En 1905 Rafael Maya escribe ―De un estudio sobre Fallon‖ (Colegio Mayor de Nuestra<br />
Señora <strong>del</strong> Rosario. Bogotá: sept. –nov. de 1905. Pág. 297.). Allí establece que la poesía de<br />
Fallon es bastante original debido a que cada tema se agota <strong>en</strong> un solo texto por lo bi<strong>en</strong><br />
escrito, que el poeta escribe poco y con lapsos de tiempo considerables <strong>en</strong>tre un poema y<br />
otro. Añade que la segunda parte de ―La Luna‖ es un poema clásico por los temas, las<br />
imág<strong>en</strong>es y el l<strong>en</strong>guaje.<br />
También <strong>en</strong> 1905 el escritor e historiador caucano Cordovez Moure <strong>en</strong> sus Reminisc<strong>en</strong>cias<br />
de Santafé y Bogotá publicadas <strong>en</strong> 1905, <strong>en</strong> las que retrató minuciosam<strong>en</strong>te a la Bogotá de<br />
su época, hace las sigui<strong>en</strong>tes afirmaciones sobre el poema ―Las rocas de Suesca‖:<br />
En Las rocas de Suesca hace pres<strong>en</strong>ciar la formación de las rocas sedim<strong>en</strong>tarias;<br />
establece la id<strong>en</strong>tidad de orig<strong>en</strong> de las moles de granito que prevalec<strong>en</strong> <strong>en</strong> las dos<br />
Américas; demuestra la solidaridad que existe <strong>en</strong>tre los volcanes que surg<strong>en</strong> de los<br />
abismos de fuego subterráneo; <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra los fundam<strong>en</strong>tos <strong>del</strong> nuevo contin<strong>en</strong>te<br />
que se forma <strong>en</strong> el mar Caribe con los despojos de los Andes, y divierte con la<br />
originalísima y chistosa animación que atribuye al impon<strong>en</strong>te f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o natural<br />
que se burla de la ira <strong>del</strong> cielo cuando éste se manifiesta por medio <strong>del</strong> rayo<br />
abrasador que aterra al hombre; y como Fallon es antí<strong>tesis</strong> vivi<strong>en</strong>te, debe gozar<br />
<strong>del</strong>iciosa fruición al considerar las s<strong>en</strong>saciones opuestas que experim<strong>en</strong>tan sus<br />
lectores cuando los eleva a las regiones de lo sublime para precipitarlos, sin<br />
solución de continuidad, a las risueñas campiñas, de Fauno (2006: 1521).<br />
25
En sus Notas de Viaje, el escritor arg<strong>en</strong>tino Miguel Cané, qui<strong>en</strong> llegó a la ciudad <strong>en</strong> 1881<br />
como repres<strong>en</strong>tante diplomático de su país, describía el ambi<strong>en</strong>te intelectual bogotano de la<br />
época como de una superioridad incontestable: ―es la tierra de la poesía; desde el hombre <strong>del</strong><br />
mundo, el político, el militar, hasta el humilde campesino, todos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un verso <strong>en</strong> los<br />
labios‖ (1907). De las poesías de Fallon decía:<br />
…acaba de publicar sus poesías <strong>en</strong> un volum<strong>en</strong> (Bogotá, 1882). ¿Sabéis cuántas<br />
son? ¡Dos! Un canto a Las rocas de Suesca y otro a La Luna. He ahí todo su bilan,<br />
como composiciones de ali<strong>en</strong>to.<br />
Ese calavera, ese despilfarrador de su savia íntima, ha escrito <strong>en</strong> su vida, lo repito,<br />
dos composiciones. ¿Impot<strong>en</strong>cia? Hablaría <strong>en</strong> verso un día <strong>en</strong>tero. ¿Desidia?<br />
Necesita más actividad moral para una charla de una hora que para un poema. No;<br />
una concepción altísima y respetuosa <strong>del</strong> arte, la idea de que el poeta debe cuidar<br />
su obra hasta llevarla al grado de perfección que es dado alcanzar al hombre.<br />
Fallon confiesa que hay cuarteta que le ha costado meses, quería <strong>en</strong>cerrar <strong>en</strong> cuatro<br />
versos una idea y, ó el ritmo la desfiguraba ó el verso rev<strong>en</strong>taba. Así, ¡qué júbilos<br />
íntimos, qué francas y abiertas alegrías cuando al fin, al último golpe de cincel, la<br />
estatua aparecía pura, tál como la soñó el maestro!<br />
¿Quién de <strong>en</strong>tre nosotros no ti<strong>en</strong>e perdida <strong>en</strong> la memoria la s<strong>en</strong>sación <strong>del</strong>iciosa de<br />
una noche de luna, cuando, con el espíritu tranquilo bajo la plácida influ<strong>en</strong>cia de<br />
esas horas sil<strong>en</strong>ciosas, se sigue el rayo de luz <strong>en</strong>tre los árboles, <strong>en</strong> los campos y <strong>en</strong><br />
los cerros, poblándolo, como el haz luminoso sobre la cuna de Belén bajo el<br />
místico pincel de Durero, de visiones t<strong>en</strong>ues y flotantes, de sueños y recuerdos?...<br />
¿Cuál es aquel que, impot<strong>en</strong>te para crear, no ha pedido al arte un reflejo, <strong>en</strong> el<br />
verso ó el color, <strong>en</strong>contrándolo á veces <strong>en</strong> la música, de esos diálogos íntimos<br />
<strong>en</strong>tre el alma y las esc<strong>en</strong>as de la noche, bajo la blanca luz de la luna? (Cané: 1907).<br />
En Diego Fallon, su obra, juicios sobre ella y estudios sobre su vida se recuperan algunos<br />
estudios ya hechos y aparece el texto ―Diego Fallon su obra Literaria‖ de Manuel Antonio<br />
Bonilla. Él dice que Fallon, <strong>en</strong> su poesía, es pintor, escultor y músico (1934). Daniel Samper<br />
Ortega, director de la Biblioteca Nacional revela inéditos <strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> la Revista S<strong>en</strong>deros<br />
(Bogotá: marzo de 1934, pág. 55). Andrés Holguín <strong>en</strong> la nota preliminar de su Antología<br />
critica de la poesía colombiana 1874- 1974 dice sobre Fallon al compararlo con Rafael<br />
Pombo, que al contrario de la fecundidad y desborde de Pombo, Diego es cuidadoso <strong>en</strong> la<br />
forma, preciso, depurado, adivinándose algunas tonalidades parnasianas, casi modernistas<br />
(1974). Al referirse a ―La luna‖ expresa Holguín:<br />
26
"La Luna", que ti<strong>en</strong>e, también, luz prestada de románticos y parnasianos,<br />
curiosam<strong>en</strong>te amalgamados. Sus estrofas, largam<strong>en</strong>te elaboradas, pulidas - hasta el<br />
extremo de que parec<strong>en</strong> bloques aislados, no fundidos <strong>en</strong> la unidad <strong>del</strong> poema -<br />
son a veces hermosas, a veces inútiles (por ello transcribiremos fragm<strong>en</strong>tariam<strong>en</strong>te<br />
el poema). De pronto, la <strong>en</strong>tonación es es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te lírica; pero, al instante, cae<br />
verticalm<strong>en</strong>te, como si Fallon confundiera la poesía con la versificación (1974:<br />
40).<br />
Continúa Holguín Señalando que <strong>en</strong> ―La luna‖ hay versos logrados, estrofas y metáforas<br />
excepcionalm<strong>en</strong>te bellas, sin embargo:<br />
…hay una triste pobreza conceptual <strong>en</strong> el poema (por ejemplo, al compararlo con<br />
lo mejor de Pombo, y los ripios tan frecu<strong>en</strong>tes (alma - calma; desmaya - playa)<br />
fastidian. Falta concisión poética y sobra palabrería. Habrá notado el lector que<br />
Fallon hace descripciones minuciosas, que nada agregan, que no son creadoras. La<br />
poesía no puede limitarse a describir, a registrar. Las alusiones mitológicas (ninfas,<br />
ondinas..) resultan arbitrarias. Hay algunos toques de mal gusto literario muy<br />
reveladores (el lucero: "Cayó de su diadema ese diamante..."). Por lo demás,<br />
aparece <strong>en</strong> Fallon, respecto de su concepción sobre el hombre, un dualismo<br />
simplón, que será muy frecu<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre nuestros poetas. De todos modos - y es lo<br />
único decisivo - casi nunca llega Fallon a la sutileza, al misterio, de la verdadera<br />
poesía - como si ya su luna se hubiera ocultado - , a esa viva comunicación que<br />
hallamos antes <strong>en</strong> Pombo o después <strong>en</strong> Silva (1974: 43).<br />
De los poemas "La Palma" y "Las Rocas de Suesca" dice Holguín que carec<strong>en</strong> de toda<br />
significación lírica (1974: 41).<br />
Los poemas ―La luna‖ y ―Las Rocas de Suesca‖ y alguna veces ―La palma <strong>del</strong> desierto‖ han<br />
merecido alguna at<strong>en</strong>ción de crítica. De los demás poemas poco o nada se ha escrito.<br />
3.2.4. Fallon y el contexto poético nacional<br />
La literatura colombiana <strong>en</strong> la segunda mitad <strong>del</strong> siglo XIX se caracteriza por la imitación de<br />
las formas estilísticas predominantes <strong>en</strong> las literaturas europeas, especialm<strong>en</strong>te la inglesa y<br />
la francesa. En 1850, cuando el romanticismo ya había finalizado su ciclo <strong>en</strong> Europa, <strong>en</strong><br />
Colombia brillaba <strong>en</strong> todo su furor. La cercana emancipación de España, la reci<strong>en</strong>te<br />
formación de los partidos políticos, la t<strong>en</strong>sión <strong>en</strong>tre viejas formas de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to y las<br />
ideas nuevas y reformadoras hizo que el romanticismo fuera caldo de cultivo <strong>en</strong> los espíritus<br />
27
colombianos de la época. Tanto la novela como la poesía de la segunda parte <strong>del</strong> siglo XIX<br />
seguía los mo<strong>del</strong>os románticos europeos: predominaban <strong>en</strong> ellos la fatalidad, la muerte, los<br />
s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos amorosos; de igual manera se rindió culto a lo nacional y lo histórico. Buscaron<br />
recuperar el pasado histórico y se despertar el gusto por el sabor local, adaptando los temas a<br />
la realidad y a la búsqueda de refer<strong>en</strong>tes que expusieran una id<strong>en</strong>tidad nacional, aludi<strong>en</strong>do y<br />
descubri<strong>en</strong>do elem<strong>en</strong>tos autóctonos. Hay también una Fe <strong>en</strong> el cristianismo como doctrina<br />
unificadora de la sociedad y <strong>en</strong> la figura de Jesucristo como red<strong>en</strong>tor de los humildes. En<br />
esta época están floreci<strong>en</strong>do las impr<strong>en</strong>tas, los periódicos y las tertulias literarias e<br />
intelectuales. En dichas tertulias se conoc<strong>en</strong> nuevas visiones sobre la poesía como es el caso<br />
de la influ<strong>en</strong>cia <strong>del</strong> parnasianismo francés de la segunda parte <strong>del</strong> siglo XIX. Su nombre<br />
vi<strong>en</strong>e <strong>del</strong> Monte Parnaso, una montaña <strong>en</strong> la mitología griega, consagrada al dios Apolo y a<br />
las musas, porque los autores trataron de recuperar los valores estéticos de la antigüedad<br />
clásica como una forma de oposición al romanticismo. Este movimi<strong>en</strong>to es interesante<br />
porque rompe con el compromiso social e instauran lo que se ha dado <strong>en</strong> llamar ―el arte por<br />
el arte‖. En este esc<strong>en</strong>ario se desarrolla la poesía de Diego Fallon qui<strong>en</strong> <strong>en</strong> su corta pero<br />
interesante poética transita <strong>en</strong>tre el Romanticismo tardío y el Parnasianismo.<br />
3.2.5. Diego Fallon y la música<br />
No es de extrañar la analogía que Fallon hace <strong>en</strong>tre la música y la poesía. Prueba de ello es<br />
el sistema de notación musical El Arte de Leer, Escribir y Dictar Música que el mismo creó<br />
y editó, <strong>en</strong> el cual hace equival<strong>en</strong>cias alfabéticas como lo explica Natalia Ramírez:<br />
Diego no habría podido crear este nuevo sistema musical sin la ayuda de las<br />
matemáticas, el abecedario, la gramática y la métrica, involucradas estrecham<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> sus lecciones: las vocales d<strong>en</strong>ominaban los siete valores musicales y las<br />
consonantes, las notas; los acordes y las melodías se escribían <strong>en</strong> línea recta<br />
creando extrañas y sonoras palabras que <strong>en</strong>umeraban el conjunto de notas de que<br />
se componían. Con letras también d<strong>en</strong>ominaba los sil<strong>en</strong>cios, los puntillos y las<br />
apoyaturas.<br />
Pret<strong>en</strong>día que el l<strong>en</strong>guaje musical fuera susceptible de ser hablado, como otro<br />
idioma, utilizando así no sólo el alfabeto sino otros signos gramaticales como las<br />
comillas que repres<strong>en</strong>taban el ligado y los puntos que indicaban las repeticiones.<br />
Para <strong>en</strong>señar s<strong>en</strong>cillam<strong>en</strong>te el ritmo ideó frases, silábica y rítmicam<strong>en</strong>te<br />
28
comparables con los compases. Ejemplo: Lino - Sale - Pide - Tela - Lino - Sale -<br />
Pide - Tela... para la medida cuaternaria o variación de la binaria: medidas de<br />
cuatro tiempos.<br />
Este Sistema permitió que la música se pusiera al alcance de muchas personas que<br />
no pudieron apr<strong>en</strong>der la clásica notación y que se difundieran algunas obras<br />
musicales relevantes como difer<strong>en</strong>tes áreas de famosas óperas. Por algunos años se<br />
hizo realidad el sueño de Fallon de ver la notación musical no sólo como l<strong>en</strong>guaje<br />
escrito, sino también como l<strong>en</strong>guaje hablado susceptible de ser dictado con<br />
rapidez, puesto al alcance de los ciegos (6-7).<br />
Fallon dominó a la perfección el l<strong>en</strong>guaje musical. Estos elem<strong>en</strong>tos requier<strong>en</strong> ejercitar una<br />
cualidad indisp<strong>en</strong>sable: la memoria musical, que es igual a la capacidad de observación de<br />
las artes figurativas como la pintura y la escultura. Además, por su capacidad para<br />
interpretar el piano, el poeta conoce el manejo de los movimi<strong>en</strong>tos o tiempos. De ahí la<br />
musicalidad que alcanza <strong>en</strong> sus textos:<br />
…<br />
El último lucero <strong>en</strong> el levante<br />
asoma, y triste tu partida llora:<br />
cayó de tu diadema ese diamante,<br />
y adornará la fr<strong>en</strong>te de la aurora (1934: 119).<br />
Las imág<strong>en</strong>es auditivas de la música están directam<strong>en</strong>te relacionadas <strong>en</strong> la rima, la métrica y<br />
el verso regular <strong>en</strong> su poética. Fallon emplea patrones rítmicos y giros melódicos derivados<br />
de las inflexiones naturales de la voz, interesantes estructuras sintácticas y atractivos ritmos.<br />
En el sonido de las palabras reside gran parte <strong>del</strong> <strong>en</strong>cantami<strong>en</strong>to de sus poemas:<br />
…<br />
que, cuando toca el corazón <strong>en</strong> suerte<br />
apurar el dolor de los dolores,<br />
sólo puede el amor de los amores<br />
el abismo ll<strong>en</strong>ar que abre la muerte (1934: 152).<br />
Fallon juega <strong>en</strong> la estructura <strong>del</strong> verso con el sonido de las palabras, su ritmo y rima. Hay<br />
aliteraciones pero también la s<strong>en</strong>sación de estancami<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> el tiempo. Introduce variantes<br />
de tipo rítmico, melódico, armónico a través de pausas con el uso de la coma,<br />
29
<strong>en</strong>cabalgami<strong>en</strong>tos, sinalefas y algunas variaciones <strong>en</strong> la estructura de las oraciones como<br />
colocar primero el adjetivo y luego el sustantivo:<br />
…<br />
¡Mas contempladla! Sobre la ancha fr<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> vano el sol sus dardos ha lanzado,<br />
<strong>en</strong> vano, al par, la lluvia disolv<strong>en</strong>te,<br />
el rayo, el aquilón le han azotado! (1934: 128).<br />
La forma clásica más usada por Fallon son los cuartetos <strong>en</strong>decasílabos con rima consonante<br />
de la forma ABAB. Esta estructura aparece <strong>en</strong> las 29 estrofas de ―En la montaña‖ y <strong>en</strong> los 30<br />
cuartetos de ―La luna‖:<br />
…<br />
Cu-bre- tu- mar-cha- gru-po- si-l<strong>en</strong>-cio-so 11A<br />
de- ri-zos- co-pos,- que- tu- lum-bre- ti-ñe; 11B<br />
y –de- la- no-che el- i-ris –va-po-ro-so 11A<br />
la –re-gia- pom-pa- de- tu –tro-no- ci-ñe. 11B (1934: 116)<br />
Igual sucede <strong>en</strong> ―Las rocas de Suesca‖, poema divido <strong>en</strong> dos partes, cada una con 29<br />
cuartetos, ―La flor silvestre‖ conformado por 4 cuartetos y ―Mintamos‖ de 14 cuartetos<br />
<strong>en</strong>decasílabos pero con variaciones <strong>en</strong> la rima:<br />
…<br />
Min-ta-mos, -pues,- min-ta-mos, -dul-ce a-mi-ga. 11A<br />
―tu -no -has –a-ma-do –nun-ca -ni a-ma-rás, 11B<br />
y a -la –ver-dad, -lo -que -mi –pe-cho a-bri-ga 11A<br />
por -ti, -mi –so-lo -bi<strong>en</strong>, -es –a-mis-tad‖. 11- (1934: 137)<br />
Los cuartetos octosílabos sigu<strong>en</strong> <strong>en</strong> su prefer<strong>en</strong>cia. El poema ―A la fu<strong>en</strong>te de Nemocon‖ está<br />
compuesto de 13 cuartetos octosílabos con rima consonante:<br />
…<br />
Que –pa-ra -tí -no hay –a-ro-mas, 8a<br />
so-bre -tí -no –lu-ce el –cie-lo, 8b<br />
ni a -tu –rau-dal -las –pa-lo-mas 8a<br />
30
se-di<strong>en</strong>-tas –ba-t<strong>en</strong> -el –vue-lo. 8b (1934: 139)<br />
Lo mismo sucede con las 10 estrofas de ―A una naranja‖, los 12 cuartetos de ―Crepúsculo‖ y<br />
con los 11 cuartetos octosílabos de ―Al señor J.T. Gaibrois‖.<br />
El poema ―Reminisc<strong>en</strong>cias‖ trae 15 estrofas, todas con un número de versos distinto (10, 4,<br />
5, 13, 12, 15, 4, 6, 5, 5, 3, 7, 6, 9, 5). En algunas estrofas, se alternan versos de arte mayor<br />
(<strong>en</strong>decasílabos) con versos de arte m<strong>en</strong>or (heptasílabos). La rima es consonante y se da<br />
librem<strong>en</strong>te.<br />
…<br />
En -tan –fe-liz –mo-ra-da, 7a<br />
de –ro-sas- y a-zu-ce-nas 7b<br />
por- sus- ne-va-das- ma-nos- a-dor-na-da 11A<br />
em-pe-za-ban- tus- ho-ras- de- v<strong>en</strong>-tu-ra 11-<br />
a –des-li-zar-se a-pe-nas. 7B (1934: 120)<br />
Los sextetos combinados con versos de arte mayor (<strong>en</strong>decasílabos) y arte m<strong>en</strong>or<br />
(heptasílabos) con rimas libres, son usados <strong>en</strong> ―A la palma <strong>del</strong> desierto‖:<br />
…<br />
Y –de- tu –blon-da –cuel-gas- al –a-bri-go, 11A<br />
Pa-ra -rey -y –m<strong>en</strong>-di-go, 7a<br />
Con –lar-gue-za -sin -par -que al –mun-do a-som-bra, 11B<br />
Del –dá-til –re-d<strong>en</strong>-tor -el –ri-co <strong>en</strong>-jam-bre; 11C<br />
Que el –es-pec-tro -<strong>del</strong> –ham-bre 7c<br />
Ja-más –vio-ló el –re-cin-to -de -tu –som-bra. 11B (1934: 136)<br />
El poema ―A la señora Last<strong>en</strong>ia S. de Soffia es el único soneto clásico, con versos<br />
<strong>en</strong>decasílabos de la forma ABBA.<br />
Esta leve mirada nos muestra que el poeta respeta los preced<strong>en</strong>tes clásicos pero introduce<br />
variantes muy personales como la alternancia de versos de arte mayor y de arte m<strong>en</strong>or, el<br />
uso de diverso número de estrofas, de versos y de rimas <strong>en</strong> un mismo poema.<br />
31
3.2.6. Fallon, el amor y la muerte<br />
Tal vez el poema que mejor refleja el amor es <strong>en</strong> ―Mintamos‖, poema jocoso <strong>en</strong> donde el<br />
amante le pide a su amor que mi<strong>en</strong>tan sobre sus s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos. La voz poética sosti<strong>en</strong>e que<br />
sólo si<strong>en</strong>te por la mujer a qui<strong>en</strong> va dedicado el texto un s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de amistad, que su<br />
afecto es de padre, de hermano, y sucesivam<strong>en</strong>te negando afirma todo lo contrario:<br />
…<br />
No me respondas, calla, no me amaño<br />
con la verdad; mintamos otra vez:<br />
si dije que te amaba es un <strong>en</strong>gaño,<br />
que yo de amor, señora nada sé (1934: 138).<br />
En el poema ―A una naranja‖ la mujer es comparada con una naranja, por su tez y su aroma;<br />
belleza que finalm<strong>en</strong>te la llevará a ser cautiva por el hombre:<br />
…<br />
Mas fue tu hechicera infancia,<br />
cuando feliz, fugitiva;<br />
que aunque fuiste al hombre esquiva,<br />
te traicionó tu fragancia,<br />
y el hombre te hizo cautiva! (1934: 142).<br />
En el texto ―En la montaña‖ el amor es frustrado por la muerte:<br />
…<br />
Y cuando, <strong>en</strong>vuelta <strong>en</strong> funerario velo,<br />
huye la dicha <strong>del</strong> hogar querido,<br />
queda el amor <strong>en</strong> perdurable duelo<br />
y asolador recuerdo convertido (1934: 151).<br />
Fallon preserva de los románticos algunos temas como la pérdida <strong>del</strong> ser amado por la<br />
muerte, sin embargo, hay varias particularidades <strong>en</strong> sus poemas, <strong>en</strong> primer lugar, la muerte<br />
no frustra un amor idílico sino que este amor se logró concretar y disfrutar durante muchos<br />
años, pues las personas fallecidas han vivido largos años <strong>en</strong> feliz matrimonio, <strong>en</strong> segundo<br />
lugar, este quebranto no es <strong>del</strong> ―yo‖ poemático, sino que esta voz se dirige a un alocutario<br />
32
directo que es qui<strong>en</strong> realm<strong>en</strong>te ha sufrido la aus<strong>en</strong>cia <strong>del</strong> ser amado. En el poema<br />
―Reminic<strong>en</strong>cias‖ el alocutario es Alejo Posse Martínez, amigo de Fallon, a qui<strong>en</strong> se le ha<br />
muerto su esposa. En el poema titulado ―A la señora Last<strong>en</strong>ia S. de Soffia, <strong>en</strong> la muerte de<br />
su esposo el excel<strong>en</strong>tísimo señor don José Antonio Soffia‖ es obvio desde el título cuál es el<br />
motivo <strong>del</strong> poema y que, qui<strong>en</strong> sufre la p<strong>en</strong>a es Doña Last<strong>en</strong>ia y no el <strong>en</strong>unciador <strong>del</strong> poema.<br />
Contrariam<strong>en</strong>te a la angustia, derrota y tristeza de los románticos cuando se pierde al ser<br />
amado, <strong>en</strong> Fallon se llama a la fortaleza; la voz poética se ubica <strong>del</strong> lado de la señora<br />
Last<strong>en</strong>ia, preguntándose por qué Dios le ha trazado un nuevo camino, pero luego se<br />
despr<strong>en</strong>de nuevam<strong>en</strong>te de ella y la convida a no apartarse de Dios y aceptar su destino:<br />
…<br />
Descifrando hallarás el hondo arcano,<br />
tras el dintel de tu final destino;<br />
<strong>en</strong> tanto…besa <strong>del</strong> Señor la mano! (1934: 152)<br />
O buscando hacer <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der a manera de consuelo que la extinta o extinto han sido llamados<br />
por Dios:<br />
…<br />
Y súbito ¡oh dolor! Ante tu esposa<br />
su s<strong>en</strong>o abrió la eternidad inm<strong>en</strong>sa;<br />
<strong>del</strong> sumo tribunal <strong>en</strong> los umbrales<br />
sonó la voz de justa recomp<strong>en</strong>sa.<br />
¡Un toque de llamada… !Un nombre!...<br />
El suyo!<br />
y <strong>en</strong> pos dejando lágrimas y duelo,<br />
y el yerto polvo sobre el pecho tuyo<br />
a la ord<strong>en</strong> <strong>del</strong> Eterno t<strong>en</strong>dió el vuelo (1934: 122).<br />
La muerte se pres<strong>en</strong>ta como una oportunidad para r<strong>en</strong>dir tributo a los aus<strong>en</strong>tes. A la esposa<br />
de Alejo la <strong>en</strong>troniza comparándola con un Ángel:<br />
…<br />
¿Era ángel o mujer? Mi<strong>en</strong>tras viviera<br />
fue preciso dudarlo, amigo amado!<br />
33
sólo al tocar ayer su cuerpo helado<br />
la <strong>en</strong>contraste mujer por vez primera! (1934: 120).<br />
En ―Reminic<strong>en</strong>cias‖, la voz poética llama al afligido para que actué con val<strong>en</strong>tía <strong>en</strong> los<br />
mom<strong>en</strong>tos difíciles:<br />
…<br />
¡Valor! Dos campos hay, amigo caro,<br />
que <strong>en</strong> este triste valle a un tiempo mismo<br />
su fruto ost<strong>en</strong>tan a la luz <strong>del</strong> día:<br />
el campo <strong>del</strong> placer-la cobardía!<br />
el campo <strong>del</strong> dolor-el heroísmo! (1934: 123).<br />
El compon<strong>en</strong>te religioso es vertebral a la hora de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar el vacío o la pérdida <strong>del</strong> ser<br />
querido:<br />
3.2.7. Fallon y la naturaleza<br />
Fallon apunta a la naturaleza al igual que lo hacían lo románticos. En algunos poemas hay<br />
un tono melancólico:<br />
…<br />
¿Dónde, <strong>en</strong> la falda, el rustico poblado,<br />
y dónde los s<strong>en</strong>cillos moradores<br />
qué, <strong>en</strong> otro tiempo el galardón ansiado<br />
cosecharon aquí, de sus labores? (1934: 150).<br />
Aunque los románticos están signados por el pesimismo, la tristeza, las preocupaciones<br />
exist<strong>en</strong>ciales, el gusto por las ruinas y las evanesc<strong>en</strong>cias, el poeta tolim<strong>en</strong>se no todas las<br />
veces sigue este patrón y prefiere <strong>en</strong>focarse <strong>en</strong> la belleza de los objetos y <strong>en</strong> la forma misma<br />
<strong>del</strong> poema, veamos cómo describe una palma <strong>en</strong> el desierto:<br />
…<br />
Al desatarse allí tu copa al aire,<br />
¡con qué g<strong>en</strong>til donaire<br />
34
el verde <strong>en</strong>caje mece cada rama!<br />
tal, <strong>en</strong> brillante fiesta, ondula, juega,<br />
se descoge o repliega<br />
el abanico de andaluza dama (1934: 132).<br />
Los títulos <strong>en</strong> los poemas de Diego Fallon son refer<strong>en</strong>ciales cumpli<strong>en</strong>do una función de<br />
contacto o fática, anticipando u ori<strong>en</strong>tando el proceso de decodificación por parte <strong>del</strong> lector,<br />
t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que los sitios a los cuales alude el poeta son poco conocidos. Cada título<br />
anticipa el lugar, espacio, cosa o de quién se va a hablar. Fallon al igual que los románticos<br />
acude a la búsqueda de refer<strong>en</strong>tes que mostrarán una id<strong>en</strong>tidad nacional, aludi<strong>en</strong>do y<br />
exaltando lugares naturales autóctonos como sucede con el poema ―Las rocas de Suesca‖ <strong>en</strong><br />
hom<strong>en</strong>aje a la mil<strong>en</strong>aria cad<strong>en</strong>a montañosa de formaciones rocosas ubicadas <strong>en</strong> el municipio<br />
de Suesca al norte de Bogotá y las Fu<strong>en</strong>tes de Nemocon ubicadas a unos 65 km de la capital<br />
colombiana. Con estos dos poemas se busca recuperar cierto gusto por el sabor local al hacer<br />
uso de un l<strong>en</strong>guaje cotidiano y temas particulares de Cundinamarca:<br />
…<br />
Es la faz de ésta avinagrada mueca,<br />
con letras chibchas <strong>en</strong> los dos carrillos;<br />
el moño de aluvión y yerba seca,<br />
de liqu<strong>en</strong> el collar y los zarcillos (1934: 125).<br />
En el poema ―Las rocas de Suesca‖ el poeta les otorga características humanas a las<br />
formaciones rocosas, personificándolas como ancianas y ancianos:<br />
…<br />
Un gesto horrible allí petrificado,<br />
con nariz trunca y arrugada fr<strong>en</strong>te,<br />
decir parece al que le queda al lado<br />
que le pisan un callo eternam<strong>en</strong>te (1934: 124).<br />
La voz poética logra despr<strong>en</strong>derse de las problemáticas sociales y de la tristeza romántica y<br />
asumir el mundo con humor y alegría. Algunas de las situaciones jocosas que se le<strong>en</strong> <strong>en</strong> el<br />
poema dedicado a las rocas de Suesca, <strong>en</strong> donde los gigantes mil<strong>en</strong>arios viv<strong>en</strong> su<br />
cotidianidad son: se describe a uno de los colosos de piedra con la boca <strong>en</strong>treabierta; <strong>en</strong><br />
35
dicha cavidad las águilas construy<strong>en</strong> sus nidos y de su labio inferior cuelga una roca como<br />
una l<strong>en</strong>gua de ahorcado. Más a<strong>del</strong>ante, esta roca am<strong>en</strong>aza a un hombre, el cual actúa como<br />
<strong>en</strong>unciador <strong>del</strong> poema, diciéndole que huya o se rueda sobre él. Al correr se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra con<br />
varios patriarcas pedregosos a los cuales interroga sobre qué esperan y ellos le contestan que<br />
están aguardando el fin <strong>del</strong> universo. Otras ancianas rocosas celebran el cumple-siglos de<br />
una hermana. Una pétrea anciana ti<strong>en</strong>e un cigarro apagado <strong>en</strong> la boca e interpela a un<br />
nubarrón para que le de fuego y así sucesivam<strong>en</strong>te se van pres<strong>en</strong>tando situaciones<br />
humorísticas <strong>en</strong> este poema:<br />
…<br />
Cuando la zalamera fumadora<br />
al crespo nubarrón así interpela:<br />
-¡Motosito!<br />
-¿Qué manda, mi señora?<br />
-Que me prestes, mi negro, tu can<strong>del</strong>a (1934: 126).<br />
En el otro texto ―A la fu<strong>en</strong>te de Nemocon‖ la voz poética canta con cierta aflicción porque<br />
esta belleza natural de otros tiempos ha sido acabada por la mano <strong>del</strong> hombre, convirti<strong>en</strong>do<br />
su cauce <strong>en</strong> catacumba y su manantial <strong>en</strong> una tumba hueca:<br />
…<br />
Que tu lecho es catacumba<br />
porque así lo quiso el hombre;<br />
tu manantial, hueca tumba<br />
sin una flor y sin nombre (1934: 140).<br />
Otros elem<strong>en</strong>tos de la naturaleza son cantados por Fallon, como es el caso <strong>del</strong> bello poema<br />
―La luna‖ que se c<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> los efectos que produce la luz lunar sobre los objetos y sobre el<br />
poblado. Esta luna es personificada como una niña virginal y casta que al ver la inm<strong>en</strong>sidad<br />
queda absorta. El ―yo‖ poemático luego se distancia de ella para <strong>en</strong>salzarla y describir su<br />
impacto sobre el paisaje:<br />
…<br />
Cubre tu marcha grupo sil<strong>en</strong>cioso<br />
de rizos copos, que tu lumbre tiñe;<br />
36
y de la noche el iris vaporoso<br />
la regia pompa de tu trono ciñe (1934: 116).<br />
Al observar el satélite la voz <strong>en</strong>unciativa compr<strong>en</strong>de lo vulnerable e insignificante que es el<br />
hombre fr<strong>en</strong>te a la inm<strong>en</strong>sidad <strong>del</strong> universo. Ve a la luna como algo misterioso y abismal, le<br />
hechiza su belleza, su temple majestuoso y se estremece, queda <strong>en</strong>aj<strong>en</strong>ado, alucinado; efecto<br />
que le permite ad<strong>en</strong>trarse <strong>en</strong> su interior:<br />
…<br />
Cruzo perdido el vasto firmam<strong>en</strong>to,<br />
a sumergirme torno <strong>en</strong>tre mí mismo,<br />
y se pierde otra vez mi p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />
de mi propia exist<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el abismo! (1934: 119).<br />
Hay una excitación <strong>en</strong> el alma:<br />
…<br />
Se agita mi alma, desespera, gime,<br />
Sintiéndose <strong>en</strong> la carne prisionera;<br />
Recuerda, al verte, su misión sublime,<br />
Y el frágil polvo sacudir quisiera (1934: 119).<br />
El alma dividida <strong>del</strong> cuerpo se si<strong>en</strong>te prisionera de él. La voz poemática busca alcanzar<br />
cierta unión <strong>del</strong> alma pero no con el cuerpo sino con la divinidad, adquiri<strong>en</strong>do un s<strong>en</strong>tido<br />
místico <strong>en</strong> donde la luz <strong>del</strong> alma opaca la luminosidad de cualquier astro:<br />
…<br />
Porque esos astros, cuya luz desmaya<br />
ante el brillo <strong>del</strong> alma, hija <strong>del</strong> cielo,<br />
no son siquiera ar<strong>en</strong>as de la playa<br />
<strong>del</strong> mar que se abre a su futuro vuelo (1934: 119).<br />
En su poema ―A la palma <strong>del</strong> desierto‖ la palmífera resulta ser un emblema de esperanza, de<br />
fe solitaria, persist<strong>en</strong>cia y de obstinación ante la adversidad; a través de la descripción de su<br />
larga exist<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> compañía <strong>del</strong> desierto, resisti<strong>en</strong>do el abrazo <strong>del</strong> sol, las <strong>en</strong>vestidas de la<br />
37
ar<strong>en</strong>a, y cómo, a pesar de ello, resulta ser consuelo para reyes y desvalidos, si<strong>en</strong>do único<br />
puerto, faro <strong>del</strong> oasis, dando frutos y sombra:<br />
…<br />
Por eso, aún hoy, allí tu cetro impera,<br />
¡munífica palmera,<br />
honor y timbre de la ardi<strong>en</strong>te zona!<br />
tú conquistaste inmarcesible vida<br />
y reina fuiste ungida<br />
por la mano que exalta y que destrona! (1934: 136).<br />
Diego Fallon se interesa por el universo, ve los aspectos más s<strong>en</strong>cillos y humildes de la<br />
naturaleza para tratar de rescatar lo espiritual <strong>del</strong> ser humano, es un idealista que ve <strong>en</strong> el<br />
paisaje un reflejo de los profundos estados <strong>del</strong> alma:<br />
…<br />
V<strong>en</strong>id al bosque. Vedlos: eses amante<br />
que abandonado queda <strong>en</strong> la espesura<br />
pasó por siempre <strong>en</strong> improviso instante<br />
de inm<strong>en</strong>sa dicha a inm<strong>en</strong>sa desv<strong>en</strong>tura (1934: 151).<br />
El poema ―La flor silvestre‖ muestra una flor solitaria alejada <strong>del</strong> ser humano, que vive <strong>en</strong>tre<br />
la muerte, al lado de unas tumbas abandonadas, dándole amor al difunto olvidado.<br />
…<br />
Allá <strong>en</strong> la aldea <strong>en</strong>cuéntrase escondida<br />
<strong>en</strong>tre las tumbas, de la cruz al pie,<br />
que ella sólo ama a qui<strong>en</strong> el mundo olvida<br />
y va su aroma a derramar sobre el (1934: 145)<br />
La descripción que hace <strong>del</strong> paisaje <strong>en</strong> el texto ―Al señor J.T. Gaibrois‖ le sirve para mostrar<br />
su carácter s<strong>en</strong>cillo; el m<strong>en</strong>cionado Gaibrois dibuja a la pluma un paisaje <strong>en</strong> su álbum <strong>en</strong> la<br />
página correspondi<strong>en</strong>te a la letra ―F‖, clara alusión a Fallon. El poema lo termina Fallon<br />
dici<strong>en</strong>do que:<br />
…<br />
38
Para ese sitio yo auguro<br />
no ser morada propicia<br />
la frágil ―f‖ que inicia<br />
mi nombre oscuro;<br />
a tal edén, ¡caro amigo!<br />
que hollar no merece <strong>en</strong> nombre,<br />
la ―g‖ de tu claro nombre<br />
le ofrece más noble abrigo (1934: 147).<br />
Fallon es contemplativo y observador, soñador y meditativo. Sus poemas recurr<strong>en</strong> a la<br />
plasticidad. Por tanto, son muy visuales, de imág<strong>en</strong>es que adquier<strong>en</strong> dinamismo. La<br />
descripción es uno de los elem<strong>en</strong>tos más característicos <strong>en</strong> su obra. El objeto o tema descrito<br />
puede ser cualquier elem<strong>en</strong>to de la naturaleza: la luna, una montaña, las rocas de Suesca, una<br />
naranja, <strong>en</strong>tre otros, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te realidades físicas. Pero estos cuadros no son objetivos<br />
sino anímicos, psíquicos y subjetivos, influy<strong>en</strong>do <strong>en</strong> la imag<strong>en</strong> que el receptor se forma <strong>del</strong><br />
objeto descrito.<br />
Fallon aunque no rechaza la métrica tradicional, modifica su uso <strong>en</strong> la ejecución, por<br />
ejemplo mezclando versos de arte mayor con versos de arte m<strong>en</strong>or, desplazando el soneto<br />
tradicional 4-4-3-3 por el uso exclusivo de cuartetos, quintetos, sextetos, etc. Las rimas<br />
también se realizan <strong>en</strong> algunas ocasiones de manera libre.<br />
Otra característica consiste <strong>en</strong> revestir a los objetos inanimados de la naturaleza con<br />
características y/o cualidades físicas, morales y psicológicas, como son los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos, las<br />
preocupaciones y las acciones propias de los seres humanos; metáforas ontológicas<br />
conocidas técnicam<strong>en</strong>te como prosopopeya o personificación:<br />
…<br />
Y la vieja Borrasca sus canciones<br />
<strong>en</strong>tonaba agitando, aquellas riña,<br />
con chinesco de tru<strong>en</strong>os y aquilones<br />
desde fuera gritando: ―Bail<strong>en</strong>, niñas‖! (1934: 127).<br />
39
En la <strong>en</strong>unciación lirica de Fallon, es usual que el ―yo‖ interior <strong>del</strong> emisor poético se sitúe<br />
fr<strong>en</strong>te a un ―ello‖ exterior, apreh<strong>en</strong>diéndolo y expresándolo. El poeta busca captar la<br />
exist<strong>en</strong>cia, traslucir <strong>en</strong> imág<strong>en</strong>es el sustrato que subyace bajo la realidad apar<strong>en</strong>te, reflejar lo<br />
inmutable y eterno <strong>del</strong> ser humano y la naturaleza, por <strong>en</strong>de, no es la pasión imaginativa la<br />
que prevalece, los paisajes no se utilizan como accesorios, sino que son <strong>en</strong> sí mismos el<br />
c<strong>en</strong>tro <strong>del</strong> interés, debido a que a través de ellos se alcanza cierta unión con la divinidad.<br />
Fallon ve <strong>en</strong> el paisaje un reflejo de los profundos estados <strong>del</strong> alma.<br />
40
3.3. Martín Pomala: poeta de la Arcadia<br />
El pres<strong>en</strong>te texto realiza una mirada a la obra de Martín Pomala. Se tuvo <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta algunos<br />
com<strong>en</strong>tarios de la crítica especializada, <strong>en</strong>trevistas y textos hechos por el mismo autor. Se<br />
indagó <strong>en</strong> el contexto, fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> lo concerni<strong>en</strong>te a su biografía, se revisaron<br />
aspectos lingüísticos y literarios, los temas principales de su obra, las preocupaciones<br />
recurr<strong>en</strong>tes, etc., para observar la evolución, elem<strong>en</strong>tos comunes y propuestas novedosas <strong>en</strong><br />
su poética, tratando de establecer a grandes rasgos algunas características <strong>en</strong> su poesía sin<br />
pret<strong>en</strong>der reducirla o definirla sino meram<strong>en</strong>te esbozarla.<br />
3.3.1. Datos biográficos<br />
Martín Pomala nació <strong>en</strong> la vereda de Cupilicuá, San José de Ataco, Tolima, el 24 de agosto<br />
de 1884; murió asesinado <strong>en</strong> Ibagué <strong>en</strong> el año de 1951. Es el seudónimo tomado <strong>en</strong> 1907<br />
por Jesús Antonio Cruz. Hijo de Mercedes Cruz, una humilde lavandera y Ángel María<br />
Moncaleano Molano, un terrat<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te que nunca lo reconoció. Estudió la primaria <strong>en</strong> la<br />
Escuela Urbana de Varones de su pueblo. Su madre decidió <strong>en</strong>viarlo <strong>en</strong> febrero de 1897 a<br />
estudiar <strong>en</strong> el Colegio San Simón de Ibagué, pero la ―Guerra de los Mil Días‖ hizo que este<br />
sueño se truncara y terminó involucrado <strong>en</strong> la confrontación. Obtuvo el grado de Coronel,<br />
comandó el Batallón Briceño. Terminada la guerra empieza a trabajar <strong>en</strong> la burocracia:<br />
41
Secretario de la Alcaldía de Ataco, el Concejo Municipal de lo nombró Secretario de la<br />
Corporación de 1.904 a 1.907, Oficial Escribi<strong>en</strong>te de la Secretaria de Gobierno <strong>del</strong> Tolima<br />
de 1909 a 1912, Contador G<strong>en</strong>eral de la Tesorería <strong>del</strong> Tolima <strong>en</strong> 1912, Oficial Mayor de la<br />
Secretaria de Gobierno de Cundinamarca, Prefecto de la Provincia de Ibagué, <strong>en</strong>tre otros.<br />
Dirigió la revista Tolima y fue Director <strong>del</strong> periódico El Cronista. Publicó sus poesías <strong>en</strong> las<br />
revistas Tropical, de Manuel Antonio Bonilla, Arte, de Alberto Castilla, y Letras, de<br />
Roberto y Eduardo Torres; también apareció <strong>en</strong> los periódicos de la capital El Espectador y<br />
El Liberal literario. Estuvo recluido <strong>en</strong> el manicomio de Sibaté casi ocho años, desde su<br />
salida vive miserablem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Ibagué. Fue asesinado a cuchilladas <strong>en</strong> el cuello por razones<br />
desconocidas.<br />
3.3.2. La poesía de Martín Pomala<br />
Pomala hace parte de las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias <strong>del</strong> Modernismo de principios <strong>del</strong> siglo XX <strong>en</strong> la poesía<br />
colombiana. Esto puede inferirse a través de la lectura de algunos de sus escritos <strong>en</strong> donde<br />
hace una def<strong>en</strong>sa a ultranza de esta corri<strong>en</strong>te, además de su gran admiración por Guillermo<br />
Val<strong>en</strong>cia, a qui<strong>en</strong> <strong>en</strong>trevistó personalm<strong>en</strong>te. En sus poemas sigue la cosmovisión modernista<br />
<strong>del</strong> des<strong>en</strong>canto ante un mundo degradado por la masificación de los ideales capitalistas y<br />
desilusión con la realidad social. Arturo Torres Rioseco reconoce dos t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> el<br />
modernismo: la primera es la evasión de la realidad o también llamado por otros el<br />
―preciosismo‖ o ―torre de marfil‖, logrado a través de temas exóticos e imaginarios y de<br />
épocas pretéritas; la segunda t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia es el ―mundonovisto‖, <strong>en</strong> donde el poeta vuelve a la<br />
tierra, al paisaje, a las g<strong>en</strong>tes americanas (1951:17). Desde esta perspectiva podríamos<br />
p<strong>en</strong>sar que la poesía de Pomala siguió la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia <strong>del</strong> ―mundonovisto‖. El poeta tolim<strong>en</strong>se<br />
describe las impresiones que le produc<strong>en</strong> la belleza de los paisajes de su pueblo natal, <strong>en</strong><br />
especial el Rio Saldaña, las montañas de su villorio, los animales, etc.<br />
El libro Sangre y otros poemas sale a la luz gracias a la gestión <strong>del</strong> diputado Velázquez<br />
Ortiz, qui<strong>en</strong> pres<strong>en</strong>tó un proyecto de Ord<strong>en</strong>anza el 10 de mayo de 1939 buscando reivindicar<br />
al poeta rindiéndole un hom<strong>en</strong>aje, regalándole una casa y publicándole un libro. El poema<br />
42
―Sangre‖ está escrito <strong>en</strong> dísticos o pareados alejandrinos. Es decir, versos de arte mayor de<br />
14 sílabas con rima consonante:<br />
…<br />
V<strong>en</strong>go desde las ribas románticas de un río<br />
<strong>en</strong> cuyas vegas úberas demora mi bohío<br />
besado santam<strong>en</strong>te por las aguas ser<strong>en</strong>as<br />
que pasan, taciturnas, como rumiando p<strong>en</strong>as..<br />
Mi bohío es el alma de la selva discreta<br />
y dialoga <strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio como un anacoreta,<br />
con los árboles viejos… Un sueño es mi bohío<br />
bordado con espumas de las olas <strong>del</strong> río (1941: 35).<br />
Este termina convertido <strong>en</strong> su poema más celebre, se trata de un hom<strong>en</strong>aje a su tierra natal,<br />
una evocación desde un pres<strong>en</strong>te lejano a la tierra de sus años mozos, a los paisajes que<br />
quedaron guardados <strong>en</strong> la memoria. La descripción esta matizada por s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos<br />
nostálgicos e ing<strong>en</strong>uos:<br />
…<br />
Fueron allí los años de la dulce fragancia,<br />
años <strong>en</strong> que mi vida fue de blanca ignorancia<br />
que nunca ha de volver, que no he de recordar<br />
porque me dan deseos de ponerme a llorar…(1941: 37).<br />
Pinta un cuadro ll<strong>en</strong>o de espl<strong>en</strong>dor, con su flora, su fauna y su río; de amor por el paraíso<br />
perdido que le arrebató los avatares de la vida, es por tanto un texto cargado de subjetividad,<br />
un cuadro bucólico ll<strong>en</strong>o de aromas y colores:<br />
…<br />
¡Tiempos después la suerte me arrancó <strong>del</strong> bohío!<br />
Dije adiós al rebaño, a las selvas, al río… (1941: 43).<br />
El paisaje recuerda la tierra mitológica griega de la Arcadia, donde había un templo erigido<br />
a Poseidón y habitaban seres sobr<strong>en</strong>aturales como c<strong>en</strong>tauros y ninfas. Allí se hallaba el<br />
Templo de Poseidón. Lugar que se convierte <strong>en</strong> un tópico de la literatura idealista por<br />
43
considerársele el edén <strong>en</strong> la tierra. Pomala ve a su tierra natal de una manera idealizada,<br />
hasta el punto de llamarla Arcadia:<br />
…<br />
¡B<strong>en</strong>dita sea mi Arcadia! Loado mi bohío<br />
que duerme un casto sueño cerca de su padre, el río!<br />
¡Oh, viejo río lejano que me diste canciones<br />
y me <strong>en</strong>señaste el ritmo secreto de tus dones! (1941: 37).<br />
El lírico tolim<strong>en</strong>se es un admirador de la cultura griega y latina; leía con at<strong>en</strong>ción los poetas<br />
clásicos grecolatinos de donde nace su gusto por la temática telúrica y pastoril. Hay pasajes<br />
<strong>del</strong> poema ―Sangre‖ <strong>en</strong> donde a la manera de las églogas se trata el tema amoroso d<strong>en</strong>tro de<br />
un ambi<strong>en</strong>te campestre y paradisiaco, veamos dos fragm<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> donde inclusive aparec<strong>en</strong><br />
los términos ―pastor‖ y ―pastora‖:<br />
…<br />
Fragm<strong>en</strong>to 1<br />
Y fui pastor… Los prados <strong>en</strong>florecidos, pl<strong>en</strong>os<br />
de sol y mariposas y perfumes ser<strong>en</strong>os,<br />
me dieron lechos suaves e improvisé cojines<br />
de hojas para t<strong>en</strong>derme con mis bravos mastines… (1941: 38)<br />
…<br />
Fragm<strong>en</strong>to 1<br />
Entoné sobre el césped s<strong>en</strong>cillas pastorelas<br />
al son de tamboriles y eglógicas vihuelas;<br />
y al pasional conjuro de mi panida flauta<br />
pasó por mis s<strong>en</strong>deros una pastora incauta<br />
de s<strong>en</strong>os estallantes y de brazos muy duros<br />
diciéndome palabras y p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos puros (1941: 39).<br />
En ―Sangre‖ también aparec<strong>en</strong> imág<strong>en</strong>es medievales de trovadores, castillos y el amor<br />
galante:<br />
…<br />
Y para que bajara mi novia <strong>del</strong> castillo<br />
le t<strong>en</strong>dí hacia las torres las trémulas escalas<br />
de mis cantos; y ll<strong>en</strong>a de deslumbrantes galas<br />
44
vino hasta mí la virg<strong>en</strong>…(1941: 40).<br />
El paisaje y la historia de una región es el tema de ―!Ave, Antioquia!‖, publicado por vez<br />
primera <strong>en</strong> El Progreso y luego <strong>en</strong> El liberal, poema épico <strong>en</strong> hom<strong>en</strong>aje al c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario de la<br />
indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de la provincia <strong>del</strong> departam<strong>en</strong>to de Antioquia, Colombia. El texto está<br />
dividido <strong>en</strong> tres partes, Conquista y Colonia (siete cuartetos), Indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia (nueve<br />
cuartetos) y Republica (ocho cuartetos) <strong>en</strong> hexámetros de dieciocho sílabas cada uno, con<br />
rima consonante <strong>en</strong> forma cruzada:<br />
…<br />
Y aquel caballero signado <strong>en</strong> la fr<strong>en</strong>te por tu aristocracia,<br />
Fastuoso y soberbio profeta de lauros, el invicto Zea,<br />
Triunfa <strong>en</strong> los salones de la vieja Europa con su diplomacia,<br />
Mágico resum<strong>en</strong> de Ci<strong>en</strong>cia, de Verbo, de Lira, de Idea… (1941: 50).<br />
De este texto dice Emilio Rico <strong>en</strong> el Epílogo de Sangre y otros poemas: ―<strong>en</strong> el año 1913<br />
escribe ‗Ave, Antioquia‘. He aquí para el poeta el triunfo definitivo. Este poema burilado <strong>en</strong><br />
hexámetros de cuidadosa estructura, merecerá por su elegancia pasar a la posteridad grabado<br />
<strong>en</strong> mármol p<strong>en</strong>télico‖ (1941:129)<br />
En 1925 publica <strong>en</strong> el periódico El tiempo de Bogotá tres sonetos intitulados ―El padre sol‖,<br />
una búsqueda de la asc<strong>en</strong>sión espiritual, <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro con la <strong>en</strong>ergía eterna, epifanía de la<br />
divinidad. La luz <strong>del</strong> sol es vida, liberación, prosperidad, posibilidad de salvación, máxime<br />
que cuando escribió estos textos se hallaba aún <strong>en</strong> el manicomio:<br />
…<br />
Tú no caminas, Padre, vives <strong>en</strong> el espacio<br />
girando sobre tu eje, dando tu claridad<br />
a nosotros tus hijos; -luz, diamante o topacio-<br />
la Tierra, V<strong>en</strong>us, Marte, toda la inm<strong>en</strong>sidad (1941: 120).<br />
El yo poemático <strong>del</strong> autor cobra siempre matices autobiográficos. Casi todos los temas que<br />
recorr<strong>en</strong> su obra han sido viv<strong>en</strong>ciados por él. Por ejemplo, el tema <strong>del</strong> amor está inspirado<br />
45
fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> su madre, llegando a p<strong>en</strong>sarse inclusive que el poeta sufría <strong>del</strong><br />
complejo Edipo:<br />
Al observar la vida y la obra de Pomala, este sobr<strong>en</strong>atural amor por Mamá<br />
Cheditas parece ll<strong>en</strong>ar todos los ámbitos, todas las fibras <strong>del</strong> hijo, cada palabra de<br />
su obra. Su desgarradora despedida al marchar hacia Ibagué; sus cartas<br />
salpicadas de lágrimas <strong>en</strong>viadas desde el San Simón; su rápida recuperación al<br />
regreso de la guerra; su trem<strong>en</strong>da angustia y su deprim<strong>en</strong>te desolación después<br />
de la muerte de la madre; la abundancia de composiciones dedicadas a ésta o <strong>en</strong><br />
la que hace refer<strong>en</strong>cia a su gran amor por ella; todo esto indica la magnitud de<br />
esa pasión con contornos patológicos, pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te inconsci<strong>en</strong>te, clavada <strong>en</strong> lo<br />
más profundo de su íntima subconsci<strong>en</strong>cia (García, 1967: 23).<br />
Después de su madre, sólo Felisa Carvajal logra robarle unos versos <strong>en</strong> sus poemas<br />
―Divagación‖ y los 16 sonetos <strong>del</strong> ―Poema de la romería‖, dignos de la más emin<strong>en</strong>te poesía<br />
galante. Dice Vergel: ―después <strong>del</strong> amor filial es el amor hacia Felisa el que más lo subyuga<br />
(1990: 49)‖.<br />
…<br />
Bajo la sombra de tu cabellera<br />
Me t<strong>en</strong>deré a soñar una mañana,<br />
Mi<strong>en</strong>tras la fu<strong>en</strong>te de tu risa hermana<br />
Me arrulle <strong>en</strong> la quietud de la pradera (1941: 56).<br />
El soneto ―Confid<strong>en</strong>cial‖ está estructurado <strong>en</strong> versos alejandrinos y una combinación de<br />
rima cruzada, <strong>en</strong> los cuartetos y rima pareada los dos primeros de cada terceto. Aquí<br />
describe el des<strong>en</strong>canto por el m<strong>en</strong>osprecio y la descortesía que le hace una dama:<br />
…<br />
Me has amado? Quién sabe! Sólo sé que una tarde<br />
crucificaste mi alma con un gesto cobarde<br />
mi<strong>en</strong>tras el sol nimbaba tu fr<strong>en</strong>te con destellos (1941: 107).<br />
La muerte pasa a ser un tema preponderante, de ahí nac<strong>en</strong> sus elegías, poemas de lam<strong>en</strong>to<br />
inspirados <strong>en</strong> el profundo dolor que le causó el deceso de su madre <strong>en</strong> diciembre de 1910.<br />
46
Estas elegías están divididas <strong>en</strong> tres partes, de rima consonante y <strong>en</strong> versos <strong>en</strong>decasílabos,<br />
variando <strong>en</strong> número de estrofas y de versos según el mom<strong>en</strong>to e int<strong>en</strong>sidad de la elegía:<br />
…<br />
Era el grito fatal de tu caída,<br />
madre <strong>del</strong> corazón, piadoso y fuerte!<br />
era que de las playas de la vida<br />
se apartaba tu barca combatida<br />
con rumbo a los abismos de la muerte!<br />
Era tu marcha –pobrecita mía! –<br />
para la eternidad de donde nunca<br />
jamás regresarás, aunque <strong>en</strong> la vía<br />
fatal que me traza tu agonía<br />
yazga mi vida desgarrada y trunca! (1941: 80).<br />
Esta misma tristeza hace que Pomala reviva los ―Saudades‖, palabra que según hipó<strong>tesis</strong><br />
deriva su orig<strong>en</strong> a partir de la voz latina solitate, soledad, cantos de la tradición portuguesa y<br />
gallega que expresan tristeza o melancolía por la distancia espacial o temporal de un ser<br />
amado. Pomala escribe sus ―Saudades‖ <strong>en</strong> trece cuartetos de alejandrinos con rima cruzada o<br />
perfecta:<br />
…<br />
Noble y santa tristeza que me donó la luna<br />
Para que mis recuerdos hayan de florecer;<br />
Melancolía dulce que me ha hecho verter una<br />
Lagrima imperceptible, sin p<strong>en</strong>sar ni querer… (1941: 74).<br />
Pomala vivió como un poeta maldito, hay un parangón <strong>en</strong>tre su vida y su obra, nació <strong>en</strong> la<br />
pobreza, fue a la guerra, estuvo recluido <strong>en</strong> el manicomio por años, mantuvo un amor y un<br />
dolor eterno por su prog<strong>en</strong>itora; la única mujer <strong>en</strong> la que se interesó fuera de ella lo dejó<br />
frustrado. Su labor poética quedo impregnada por su propia biografía: hay <strong>en</strong> sus poemas<br />
amor y desamor, melancolía, muerte, soledad, añoranza por los paisajes y los días de su<br />
infancia, quizá sus únicos años felices. También hay mom<strong>en</strong>tos místicos y ascéticos. Siguió<br />
los preceptos métricos tradicionales, fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te el soneto y los pareados<br />
alejandrinos, fue un devoto <strong>del</strong> modernismo con influjo de los franceses y de los poetas<br />
47
clásicos grecolatinos. Sus últimos años fueron de mucha pobreza, vivi<strong>en</strong>do de la caridad de<br />
los amigos. Murió asesinado por motivos aún desconocidos.<br />
48
3.4. Germán Pardo García: De las profundidades <strong>del</strong> espíritu a la inm<strong>en</strong>sidad <strong>del</strong><br />
universo<br />
FOTO TOMADA DE: http://www.maximogris.net/08_013.html<br />
49<br />
La arquitectura <strong>del</strong> poema,<br />
t<strong>en</strong>drá la s<strong>en</strong>cillez espiritual de un nido…<br />
Germán Pardo García<br />
Este texto aborda la obra de Pardo García que llega hasta el año 1955. Los libros <strong>en</strong> cuestión<br />
son: Acto poético, 1953; Antología poética, 1944; El Árbol <strong>del</strong> alba, 1928; Los canticos:<br />
poemas, 1935; Claro abismo, 1940; Los júbilos ilesos, 1933; Lucero sin orillas, 1952;<br />
Poderíos, 1937; Poemas contemporáneos, 1949; Pres<strong>en</strong>cia, 1938; Sacrificio, 1943; Los<br />
sonetos <strong>del</strong> convite, 1935; Los sueños corpóreos, 1948; U.Z. llama al espacio, 1954; Las<br />
voces naturales, 1945; Voluntad: poemas de Germán Pardo García, 1930. Se tuvo <strong>en</strong><br />
cu<strong>en</strong>ta algunas miradas de la crítica especializada, <strong>en</strong>trevistas y textos hechos por el mismo<br />
autor. Se indagó <strong>en</strong> el contexto, fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> lo concerni<strong>en</strong>te a su biografía, se<br />
revisaron aspectos lingüísticos y literarios, los temas principales de su obra, las<br />
preocupaciones recurr<strong>en</strong>tes, etc., para observar la evolución, elem<strong>en</strong>tos comunes y<br />
propuestas novedosas <strong>en</strong> su poética, tratando de establecer a grandes rasgos algunas<br />
características <strong>en</strong> la poesía Pardo García durante su primera parte, sin pret<strong>en</strong>der reducirla o<br />
definirla sino meram<strong>en</strong>te esbozarla.
3.4.1. Datos biográficos 7<br />
Germán Vic<strong>en</strong>te Pardo García Esponda nace el 19 de julio de 1902 <strong>en</strong> Ibagué, (Col) y<br />
fallece <strong>en</strong> Ciudad de México, D.F., (Méx.) el 23 de agosto de 1991. Algunas biografías<br />
(Vargas, 2004), (Ocampo de, 1965: 219-20), (Ocampo de y Prado, 1967: 273-4)<br />
erróneam<strong>en</strong>te colocan como lugar de nacimi<strong>en</strong>to a Choachí, Cundinamarca (Col.) debido a<br />
que a este poblado llegó a vivir desde muy pequeño. Germán Pardo García afirma, sin<br />
embargo, <strong>en</strong> una carta <strong>en</strong>viada al profesor James Willis Robb, de la Universidad de George<br />
Washington, con fecha 30 de septiembre de 1967:<br />
Nací <strong>en</strong> Ibagué. Pero como a los dos años quedé huérfano, el magistrado Pardo<br />
se trasladó desde esa ciudad a Bogotá y sus pequeños hijos los <strong>en</strong>vió al pueblito<br />
de Choachí […] ‗No qui<strong>en</strong> naces sino con qui<strong>en</strong> paces‘ dice el sabio refrán<br />
español. Soy pues de Choachí. Ibagué es una hermosa ciudad de Colombia,<br />
pero para mí nada quiere decir (Robb, 1998: 38).<br />
Recién nacido sufrió mielopatía 8 , quedando paralizado por completo, los médicos<br />
pronosticaron su muerte temprana. Milagrosam<strong>en</strong>te se recupera después de muchos<br />
tratami<strong>en</strong>tos. El 11 de junio de 1905 su madre muere al dar a luz a su hermana Julia. Esto<br />
hizo que fuera <strong>en</strong>viado a Choachí (Cund.) al cuidado de su nodriza Lucía Acosta. En medio<br />
de los páramos, las montañas y la espesa bruma vive su infancia, acostumbrándose a la<br />
soledad. Su nodriza es una religiosa y manti<strong>en</strong>e contando historias de fantasmas, diablos y<br />
muertos que marcan para siempre a Pardo. Después su padre se casa con Ester Piñeros<br />
Encinales, la nodriza que ha reemplazado a Lucía pasando a ser su madrastra. En 1914 <strong>en</strong>tra<br />
al Colegio San Bartolomé pero lo abandona sin concluir sus estudios. En 1918 su poema<br />
―Noche triste‖, un romance octosílabo, es publicado <strong>en</strong> la Revista Semanal El Literario de<br />
Diego Uribe con un com<strong>en</strong>tario que decía ―Niño de 14 años‖. El 28 de noviembre de 1918<br />
conoce al poeta Carlos Pellicer con qui<strong>en</strong> sost<strong>en</strong>drá una marcada amistad que lo llevará<br />
hasta México, donde residirá desde 1931. A Ibagué volverá por única vez <strong>en</strong> el año 1928.<br />
Sólo publicó <strong>en</strong> Colombia un libro: Voluntad <strong>en</strong> 1930, todos los demás fueron publicados <strong>en</strong><br />
7 Biografías <strong>completa</strong>s sobre Germán Pardo pued<strong>en</strong> leerse <strong>en</strong> la disertación doctoral de Ar<strong>en</strong>as (1971) y <strong>en</strong> la<br />
introducción titulada ―Etiología y síndrome de una angustia‖ que hace el mismo Pardo García <strong>en</strong> Apolo<br />
Pankrator (1977, XI-XLVI).<br />
8 Enfermedad crónica de la médula espinal.<br />
50
México. Dirigió por muchos años la gaceta literaria Nivel. Es considerado uno de los poetas<br />
más prolíficos de Latinoamérica y fue puesto <strong>en</strong> consideración como candidato para obt<strong>en</strong>er<br />
el Premio Nobel por la Academia Mexicana de la L<strong>en</strong>gua y algunas instituciones<br />
colombianas.<br />
3.4.2. German Pardo y los “Los Nuevos”<br />
Germán Pardo García pert<strong>en</strong>eció a la g<strong>en</strong>eración de ―Los Nuevos‖ (Nacidos <strong>en</strong>tre 1894 y<br />
1910) cuya ―sede‖ se c<strong>en</strong>tró <strong>en</strong> el café ―El automático‖. Sus fundadores fueron León de<br />
Greiff, Felipe y Alberto Lleras Camargo. Pert<strong>en</strong>ecieron a este grupo Juan Lozano y Lozano,<br />
Rafael Maya, Germán Arciniegas, Eliseo Arango, José Enrique Gaviria, Abel Botero, Jorge<br />
Zalamea, Francisco Umaña Bernal y Luis Vidales. Según Zalamea:<br />
La nueva g<strong>en</strong>eración pret<strong>en</strong>día que la obra literaria de las anteriores -y muy<br />
especialm<strong>en</strong>te la <strong>del</strong> 'C<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario'- adolecía de dos graves defectos: una especie de<br />
falso romanticismo que se expresaba <strong>en</strong> la predisposición a simular bu<strong>en</strong>os<br />
s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos y cierto provincianismo que les hacía vivir aus<strong>en</strong>tes de las más<br />
hondas y complejas preocupaciones <strong>del</strong> mundo contemporáneo (1978: 591).<br />
Editaron la revista homónima <strong>en</strong>tre junio y septiembre de 1925 cuya t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia modernista<br />
deriva de lo más actual <strong>en</strong> la Europa de su tiempo. Se dieron a conocer <strong>en</strong> los años 20´s <strong>en</strong><br />
pl<strong>en</strong>a euforia de las vanguardias. Este grupo protestaba contra el modernismo parnasiano y<br />
simbolista, el romanticismo, el realismo, el naturalismo y el costumbrismo. Pardo García es<br />
considerado como parte de esta g<strong>en</strong>eración debido a que sus inicios como poeta coincidieron<br />
con la formación <strong>del</strong> grupo.<br />
3.4.3. ¿Poeta que se repite o que se r<strong>en</strong>ueva?<br />
Algunos críticos manifiestan que Germán Pardo García es un poeta que se repite <strong>en</strong> cada<br />
libro y que sus preocupaciones nunca cambian (Gicovate, 1964: 591); Francisco Aguilera,<br />
refiriéndose a Pardo dice que: ―no poet can write so much without repeating himself, unless<br />
51
he says nothing‖ (1941: 371). E.C.C. (¿Eduardo Caballero Calderón?) habla de la poesía de<br />
Pardo como si fuera un solo poema: "procurara r<strong>en</strong>ovarse, complicarse, dar mayor variedad<br />
a los asuntos poéticos y a la manera de tratarlos. Porque, <strong>en</strong>tre tanto, sólo puede decirse de él<br />
que es un gran poeta, un poeta impecable, pero un poeta de un único poema‖ (1938: 332).<br />
Otros críticos son más crueles: "Su exaltación de misterios y angustias es la de un Narciso<br />
que se si<strong>en</strong>te titán...‖ (Anderson-Imbert, 1996: 194-5). Por el contrario, algunos afirman que<br />
es un poeta que siempre está cambiando, este es el caso de Gerardo Val<strong>en</strong>cia qui<strong>en</strong> observa<br />
que "se r<strong>en</strong>uevan constantem<strong>en</strong>te los temas" (1973: 10); Octavino Valdés <strong>en</strong> su reseña a<br />
Poemas contemporáneos dice ―<strong>en</strong>tre los mejores elogios que su poesía merece está el de ese<br />
impulso de r<strong>en</strong>ovación que lo obliga a buscar la belleza bajo nuevos ángulos y nuevas<br />
formas‖ (1950: 535). Andrés Holguín lo que ve <strong>en</strong> la asiduidad de sus temas es la capacidad<br />
<strong>del</strong> poeta para crear una unidad y un universo propio: ―Voluntad, Los júbilos ilesos, Los<br />
canticos, Los sonetos <strong>del</strong> convite, Poderíos, Pres<strong>en</strong>cia, Claro abismo, Sacrificio, son libros<br />
de incomparable belleza que, no obstante las diversas modalidades que los caracterizan y los<br />
diversos estados anímicos que revelan, conservan una clara unidad, un m<strong>en</strong>saje común‖<br />
(1954: 150).<br />
3.4.4. Temas y fu<strong>en</strong>tes de imág<strong>en</strong>es<br />
La poesía de Pardo García alcanza una extraña mezcla <strong>en</strong>tre lo clásico y lo moderno. Su voz<br />
lírica se mueve <strong>en</strong>tre el cielo y la tierra, <strong>en</strong>tre lo más hondo de su ser y la inm<strong>en</strong>sidad <strong>del</strong><br />
cosmos. Entre sus múltiples temas está la soledad, el amor, la muerte, la naturaleza, el<br />
espíritu, la guerra, la humanidad, la ci<strong>en</strong>cia y la tecnología, tratados a través de diversas<br />
formas, si<strong>en</strong>do la más relevante el soneto. Mary Elshoff Ar<strong>en</strong>as <strong>en</strong> su <strong>tesis</strong> doctoral (1971)<br />
aborda de 1930 a 1969 las temáticas principales <strong>en</strong> la poesía de Pardo García <strong>en</strong> 4 grandes<br />
grupos: el primero es el amor, tanto divino como humano, el segundo ti<strong>en</strong>e que ver con la<br />
naturaleza, el tercero con su propia alma y por último, con la humanidad. Vargas (1994)<br />
divide la producción de Pardo García <strong>en</strong> dos etapas: La primera que se ciñe a formas y temas<br />
tradicionales y la segunda, <strong>en</strong> la que se han <strong>en</strong>contrado audacias expresivas, incorporando un<br />
nuevo vocabulario y difusas materias de las ci<strong>en</strong>cias y de la agitación contemporánea. O<br />
52
eitera visiones de abismos con metáforas cósmicas. David Lewis Dickson (1974) <strong>en</strong> su<br />
disertación doctoral, estudia, según él, las 4 principales fu<strong>en</strong>tes de imág<strong>en</strong>es <strong>en</strong> la poesía de<br />
Pardo García hasta los años 70´s. Para este autor las fu<strong>en</strong>tes de imág<strong>en</strong>es de las que se nutre<br />
el poeta son: la tradición judeo-cristiana, el panteísmo, la mitología greco-romana y la<br />
tecnología moderna. Estos dos estudiosos demuestran que Germán Pardo García<br />
efectivam<strong>en</strong>te ti<strong>en</strong>e unos temas que le son transversales, por ejemplo: la naturaleza, la<br />
soledad, la muerte, el amor, el panteísmo, <strong>en</strong>tre otros, y que su forma predilecta es el soneto,<br />
sin embargo, muy al contrario de lo que opinan algunos de los críticos que sólo han<br />
estudiado su obra de manera parcial, el poeta Germán Pardo evoluciona, se modifica, y se<br />
transforma a través de su obra. Germán Pardo <strong>en</strong> la carta que <strong>en</strong>vía al profesor Lewis el 9 de<br />
noviembre de 1971, al referirse a la columna vertebral de su obra, sosti<strong>en</strong>e que: ―La es<strong>en</strong>cia<br />
de mi obra es el cosmos, <strong>en</strong> todas sus dim<strong>en</strong>siones grandes y pequeñas‖ (Dickson, 1974:<br />
280). En los poemas de Pardo se d<strong>en</strong>ota una int<strong>en</strong>ción por <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el universo como una<br />
totalidad y la posición <strong>del</strong> hombre d<strong>en</strong>tro de ese universo. El universo es visto como un<br />
misterio, como algo inexplorado.<br />
3.4.4.1. Naturaleza y Panteísmo<br />
La naturaleza con su infinita variedad de formas y de belleza, se convierte <strong>en</strong> una fu<strong>en</strong>te<br />
inacabada de inspiración que le sirve para mostrar los conflictos humanos. Pardo describe<br />
paisajes que le son comunes, familiares. Haber vivido sus primeros años de vida <strong>en</strong> medio<br />
de páramos, mesetas y ambi<strong>en</strong>tes de naturaleza ruda, marcó de manera definitiva su poesía:<br />
…<br />
Yo nací <strong>en</strong>tre vosotros, compañeros agrícolas.<br />
Reconocedme <strong>en</strong> la nervadura de mis manos curvadas<br />
como la garra de una hoz.<br />
Desde vuestra s<strong>en</strong>cilla apari<strong>en</strong>cia toscas, amables montañas<br />
gobernáis mi destino sobre la tierra intelig<strong>en</strong>te;<br />
y el vi<strong>en</strong>to, educador de mis s<strong>en</strong>tidos vegetales,<br />
a vosotros, barbados como árboles antiguos, suavem<strong>en</strong>te<br />
me induce (1954: 65).<br />
53
Así como los románticos reflejaban sus estados de ánimo a través de la naturaleza, es<br />
frecu<strong>en</strong>te que el poeta use elem<strong>en</strong>tos de la naturaleza para expresar los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos de su yo<br />
lírico:<br />
…<br />
Un vi<strong>en</strong>to sopla, allá sobre los árboles,<br />
a la divina luz <strong>del</strong> novilunio.<br />
Oigo gemir ese aire y se estremece<br />
de asolación mi espíritu (1937: 44).<br />
Las estaciones como la primavera y el otoño son usados para mostrar las impresiones <strong>del</strong><br />
poeta. Un claro ejemplo son los poemas ―Otoño vida‖ y ―Desolación de la primavera‖ <strong>en</strong><br />
Pres<strong>en</strong>cia (1938). La naturaleza cuando es percibida de manera rústica o la misma<br />
naturaleza es agreste, repres<strong>en</strong>ta los conflictos internos <strong>del</strong> alma humana. Por tanto, la<br />
naturaleza sirve para definir rasgos psicológicos <strong>del</strong> yo poemático. También usa imág<strong>en</strong>es<br />
como los cactus, los riscos, las lluvias, los pantanos y el desierto para exponer las angustias<br />
que padece; por el contrario, <strong>en</strong> otros poemas, exalta la belleza de la naturaleza con<br />
descripciones que revelan su s<strong>en</strong>sibilidad:<br />
…<br />
Naranja que susp<strong>en</strong>de<br />
sus rojos hemisferios,<br />
de un ángulo <strong>en</strong> la curva<br />
sin límites <strong>del</strong> sueño (1947: 23).<br />
El poeta a través de sus s<strong>en</strong>tidos percibe los aromas, los sabores, los colores y los sonidos de<br />
la naturaleza, descubri<strong>en</strong>do o evocando los misterios o afinidades que <strong>en</strong>cierra el universo;<br />
clara her<strong>en</strong>cia simbolista que traza las correspond<strong>en</strong>cias ocultas <strong>en</strong>tre los objetos s<strong>en</strong>sibles,<br />
prueba de dicho influjo es que Pardo dedicara un poema a Bau<strong>del</strong>aire. La voz poética logra<br />
<strong>en</strong>contrar y relacionar secretas afinidades <strong>en</strong>tre el mundo s<strong>en</strong>sible y el mundo espiritual.<br />
Algunos ejemplos son las elegías que el poeta hace al color, al tacto, al sonido, etc.<br />
…<br />
Colores: habitad cual rep<strong>en</strong>tinos iris<br />
54
<strong>en</strong> la sumida es<strong>en</strong>cia<br />
de los cuerpos<br />
que lo abstracto <strong>en</strong> su íntima d<strong>en</strong>sidad aprisiona (1947: 63).<br />
En este s<strong>en</strong>tido la naturaleza y la conci<strong>en</strong>cia humana son <strong>en</strong> realidad dos expresiones de lo<br />
mismo. El poeta puede buscar el "espíritu universal" tanto <strong>en</strong> la naturaleza como <strong>en</strong> su<br />
propia m<strong>en</strong>te:<br />
…<br />
Ya mi cuerpo t<strong>en</strong>azm<strong>en</strong>te se aferra<br />
como un árbol al s<strong>en</strong>o de la tierra<br />
Veinte años he vivido<br />
y de la universal <strong>en</strong>traña<br />
me he nutrido,<br />
como árbol de la montaña (1930: 25).<br />
La tierra es vista como principio y fin, a la tierra todo va, de la tierra todo vi<strong>en</strong>e, sigui<strong>en</strong>do la<br />
famosa frase ―Mem<strong>en</strong>to homo, quiapulvis es, et in pulverem revertis‖ 9 , de ahí que lo telúrico<br />
sea es<strong>en</strong>cial <strong>en</strong> la poesía de Pardo García:<br />
…<br />
A ti, siempre hacia ti, tierra cercana.<br />
A ti los movimi<strong>en</strong>tos de la vida<br />
y la última sombra det<strong>en</strong>ida<br />
un instante <strong>en</strong> la luz de la mañana (1940: 35).<br />
La muerte se convierte <strong>en</strong> un estado de integración <strong>del</strong> ser humano con la tierra, es un<br />
regreso al estado primig<strong>en</strong>io, al orig<strong>en</strong> de la vida. La unión <strong>en</strong>tre cuerpo y naturaleza se<br />
evid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el poema ―La culpa‖:<br />
…<br />
Yo he dicho: no podrá<br />
borrar mi vida el soplo de la muerte,<br />
porque mi cuerpo habrá de transformarse<br />
<strong>en</strong> flor, <strong>en</strong> aire, <strong>en</strong> luz (1930: 100).<br />
9 ―Hombre, acuérdate que polvo eres y que al polvo volverás‖<br />
55
La muerte no es algo definitivo sino un tránsito <strong>en</strong> el dev<strong>en</strong>ir cíclico de la materia que se<br />
transforma infinitam<strong>en</strong>te. El ser humano se integra con el cosmos infinitam<strong>en</strong>te, erigiéndose<br />
la idea de la re<strong>en</strong>carnación:<br />
…<br />
He de tornar al Ser súbitam<strong>en</strong>te,<br />
como estrella un instante separada<br />
de su constelación, y limpiam<strong>en</strong>te<br />
a su órbita de luz incorporada (1933: 39).<br />
Sigui<strong>en</strong>do a los románticos, la naturaleza ya no es un simple objeto, un todo mecánico, sino<br />
un todo orgánico, vivo. El poeta se resiste a convertirse <strong>en</strong> una pieza más <strong>del</strong> <strong>en</strong>granaje y<br />
reclama su individualidad, su capacidad creadora y transformadora interior. Esta unión con<br />
la naturaleza hace que el yo lirico se si<strong>en</strong>ta un huésped, adquiri<strong>en</strong>do la condición de ser parte<br />
<strong>del</strong> todo, integrado:<br />
…<br />
de la naturaleza seré un huésped arcano y tranquilo (1945: 22).<br />
Esta comunión con la naturaleza que se ha v<strong>en</strong>ido planteando es alim<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> su poesía por<br />
la doctrina filosófica <strong>del</strong> panteísmo:<br />
…<br />
Mi casa ll<strong>en</strong>a está de la alegría<br />
universal, y el corazón alerta<br />
a todo lo que pasa por la puerta (1935: 35).<br />
El panteísmo es una doctrina filosófica monista según la cual el Universo, la Naturaleza y<br />
Dios son equival<strong>en</strong>tes. El mundo y Dios son uno solo. Según el diccionario de la Real<br />
Academia de la L<strong>en</strong>gua (RAE) la palabra Panteísmo provi<strong>en</strong>e de griego πᾶνpan-, que<br />
significa todo, el gr. θεός (theos), que significa Dios, e -ismo. Lo que fuimos, lo que somos<br />
y lo que seremos se repres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> Dios. Lo divino está pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> todas las cosas. Esta<br />
teoría considera que no cabe establecer una distinción radical <strong>en</strong>tre Dios y la Naturaleza:<br />
56
…<br />
Te pres<strong>en</strong>tía <strong>en</strong> mis nativos valles,<br />
cuando la savia universal circula<br />
más honda por los días y los seres,<br />
y <strong>en</strong> su fuerza confía el corazón (1945: 11).<br />
En Germán Pardo García habitan diversos matices <strong>del</strong> panteísmo. Según Dickson hay cuatro<br />
manifestaciones panteistas: ―These four manifestations of pantheism (harmony of man and<br />
nature, the metamorphosis of nature, the interchage of attributes betwe<strong>en</strong> man and nature,<br />
and the union of the two) (1974: 90).<br />
…<br />
Antes no me preguntaba y mis s<strong>en</strong>tidos<br />
se dirigían hacia el universo,<br />
únicam<strong>en</strong>te para escuchar y contemplar (1952: 54).<br />
En algunos casos el hombre es un observador de la naturaleza; por <strong>en</strong>de, hombre y<br />
naturaleza son organismos separados. Esta dualidad se acaba al darse la integración a través<br />
de la hibridación <strong>en</strong>tre lo humano y la naturaleza, <strong>en</strong> donde atributos de uno y otro se<br />
mezclan de manera indisoluble como un todo orgánico; el hombre está pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te inmerso,<br />
armonizado con ella y los elem<strong>en</strong>tos contrarios se un<strong>en</strong> armónicam<strong>en</strong>te:<br />
…<br />
Mujer naturaleza: así te llamo,<br />
porque a través de tu unidad compr<strong>en</strong>do<br />
la oculta geometría de las cosas;<br />
la furtiva inoc<strong>en</strong>cia de los ciervos<br />
y la ductilidad <strong>del</strong> girasol (1945: 11).<br />
En varios poemas de Pardo la mujer es un <strong>en</strong>te híbrido con la naturaleza, bi<strong>en</strong> con elem<strong>en</strong>tos<br />
minerales o vegetales. Algunos ejemplos son: mujer trigo, mujer lluvia, mujer-mar, mujer<br />
oceánica, mujer-tierra. En el poema ―Al volver de los bosques‖ el hombre y el árbol también<br />
son integrados alcanzando la hibridación:<br />
57
…<br />
…árbol-hombre de columnarias piernas,<br />
tronco c<strong>en</strong>tral de musculosos nudos<br />
y arquitectura de ramales brazos,<br />
se cubriría inm<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te de hojas parecidas<br />
a la cabellera de una mujer flotando al vi<strong>en</strong>to<br />
sobre el dintel g<strong>en</strong>erador <strong>del</strong> valle! (1952: 92).<br />
El poeta Germán Pardo también intercambia cualidades de una <strong>en</strong>tidad a otra:<br />
…<br />
Y aquellos ríos caminantes nubes<br />
Y aquellas nubes elevados ríos (1954: 111-2).<br />
La figura literaria de la prosopopeya o la personificación es usada frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> su<br />
poesía, caracterizando realidades no humanas con propiedades, atributos o características<br />
humanas:<br />
…<br />
Empezó mi afinidad con las casas <strong>en</strong> donde el vi<strong>en</strong>to<br />
abre las puertas sin más ruido<br />
que el de los viejos goznes<br />
y las arruinadas maderas.<br />
Yo mismo algunas noches las abría,<br />
y el vi<strong>en</strong>to por sobre mis hombros<br />
miraba, como yo, interiores abandonados…(1952: 78).<br />
Con este intercambio de propiedades, el hombre y la naturaleza compart<strong>en</strong> cualidades físicas<br />
pero también espirituales. Esta permuta también se puede dar al contrario, si<strong>en</strong>do el hombre<br />
qui<strong>en</strong> adquiere atributos que son propios de la naturaleza:<br />
…<br />
Por eso a ti, incrustada <strong>en</strong> las escarpaduras de mi cuerpo solo,<br />
mujer casi luz sólida, te id<strong>en</strong>tifico llamándote,<br />
por la s<strong>en</strong>sación física de remota hoguera que me causas<br />
y por el deslumbrami<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que me <strong>en</strong>vuelves,<br />
último sol sobre las cumbres (1952: 114).<br />
58
La figura literaria <strong>del</strong> epíteto es usada por Pardo para resaltar las características intrínsecas<br />
<strong>del</strong> sustantivo, relacionando de manera positiva al hombre con la naturaleza o exaltar los<br />
atributos humanos, también para mostrar cosas trágicas:<br />
…<br />
Y con el alma absorta como un día oceánico;<br />
con la fuerza <strong>del</strong> mundo descansado <strong>en</strong> mis músculos;<br />
con la unidad de todo lo que a la tierra vuelve,<br />
el pecho-girasol se inclinará al sil<strong>en</strong>cio,<br />
y bajará a mi rostro la claridad que inviste<br />
las desoladas piedras que están sobre las cúspides (1943: 28-9).<br />
En algunos poemas la unión <strong>en</strong>tre el hombre y la naturaleza adquier<strong>en</strong> un matiz sexual:<br />
…<br />
Otros días fue la tierra solidaria y la que aceptó mi sil<strong>en</strong>cio,<br />
escrito vagam<strong>en</strong>te por mí sobre las formas,<br />
mi<strong>en</strong>tras como un amante conocía<br />
los sitios más ocultos de las selvas,<br />
subyugándolas bajo mi cuerpo<br />
con el equilibrio que dan las consumadas posesiones (1952: 48-9).<br />
3.4.4.2. Amor<br />
En el libro Voluntad de 1930 el poeta inicia su excursión por el amor con poemas como ―La<br />
niña de las flores‖ <strong>en</strong> donde habla de un amor juv<strong>en</strong>il comparado con un elem<strong>en</strong>to natural<br />
como son las flores:<br />
…<br />
Té v<strong>en</strong>ías de la infancia<br />
y <strong>en</strong> los cabellos dorados<br />
había todo el aroma<br />
de la flor de los naranjos (1930: 17).<br />
En su sigui<strong>en</strong>te libro Los júbilos ilesos (1933) amplía su mirada hacia el amor, exaltándolo<br />
de una manera placida, mostrando cómo este s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to logra sacarlo de la oscuridad y<br />
59
llevarlo hacia altas claridades. El poeta hace uso de ―símbolos asc<strong>en</strong>sionales y<br />
espectaculares‖ (Durand: 1982) exponi<strong>en</strong>do a lo alto, a lo que está arriba, a la luz, a la<br />
purificación, la blancura y todo lo que se eleva hacia la luz de manera positiva. El amor no<br />
es vivido naturalm<strong>en</strong>te sino como la asc<strong>en</strong>sión a un estado superior de conci<strong>en</strong>cia. Este<br />
s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to lo ilumina, lo ll<strong>en</strong>a de gozo, alegría y sosiego, alcanzando estados<br />
contemplativos de elevación, de asc<strong>en</strong>so espiritual, por esa razón relaciona el amor con<br />
imág<strong>en</strong>es de luminosidad, claridad y luz:<br />
…<br />
Y amor hallé <strong>en</strong> tu goce y por ti mismo,<br />
oh ser, cayó la sombra de mis abismos<br />
y alzáronse mis altas claridades ( 1933: 73).<br />
En el libro Los Canticos (1935), el poeta escribe varios poemas relacionados con el amor<br />
como son ―A la gloria <strong>del</strong> amor‖, ―Soledad <strong>del</strong> amor‖, ―Tránsito <strong>del</strong> amor‖, ―Sil<strong>en</strong>cio <strong>del</strong><br />
amor‖, ―El amor es sólo un cantico‖, ―Perfección <strong>del</strong> amor‖, ―Los lirios de la pasión‖, <strong>en</strong>tre<br />
otros. En este libro es el alma o un estado psíquico el que dialoga con un amor idolatrado, un<br />
amor que clarifica el espíritu. Se le canta a un amor abstracto, un amor que lo acompaña <strong>en</strong><br />
su soledad, un amor universal:<br />
…<br />
A la luz de un claro albor<br />
que les deslumbra la veste,<br />
se oye el dialogo celeste<br />
<strong>del</strong> alma con el amor (1935: 78).<br />
En Los sonetos <strong>del</strong> convite (1935) el poeta pasa de la embriaguez por la alegría de un posible<br />
amor total a la desilusión por culpa de un amor frustrado, relación que es metaforizada con<br />
un banquete, no de alim<strong>en</strong>tos sino de un amor servido a la carta, pero como todo convite no<br />
queda nada, sólo sobras:<br />
…<br />
Nadie dirá que <strong>en</strong> esta misma mesa<br />
fue servido el convite apasionado;<br />
60
ni que <strong>en</strong> el vivo cáliz humanado<br />
estuvo el agua de la vida ilesa (1935: 24).<br />
La desilusión por el amor carnal continua <strong>en</strong> Claro abismo (1940), <strong>en</strong> la sección titulada<br />
―Pausas de amor‖, <strong>en</strong> el poema titulado ―Al olvido‖, el poeta deja <strong>en</strong>trever que ahora sus<br />
búsquedas amorosas se c<strong>en</strong>trarán <strong>en</strong> lo ―inm<strong>en</strong>so de las cosas sepultas‖ y ―los pálidos<br />
<strong>del</strong>irios‖ (Pardo: 1940, 65). En el texto 2 ―A una mujer‖, se refiere a ella con cierto<br />
desprecio, <strong>en</strong> versos como ―eternidades se hund<strong>en</strong> <strong>en</strong> tu nada‖, ―mujer deshabitada‖ y ―la<br />
sombra que me diste‖ (Pardo: 1940, 69). A partir de estos textos el poeta se ubica <strong>en</strong> lugares<br />
oscuros desde donde habla y desde donde parece s<strong>en</strong>tirse cómodo:<br />
…<br />
Pues te escucho, después de la distancia,<br />
<strong>en</strong> tus voces de ac<strong>en</strong>tos submarinos<br />
y <strong>en</strong> mi angustia que mira hacia la muerte (Pardo: 1940, 74).<br />
El poeta se vuelve taciturno, subterráneo, sombrío, melancólico, se ubica al lado de la<br />
muerte y de las sombras para referirse a los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos amorosos:<br />
…<br />
te espero <strong>en</strong> unos golfos <strong>en</strong>lutados<br />
adonde nada de la vida llega (1940: 81).<br />
En algún instante la voz lirica si<strong>en</strong>te que ya no puede estar <strong>del</strong> lado de la luz y se interna <strong>en</strong><br />
la oscuridad que lo acoge sin mirami<strong>en</strong>tos, <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to su l<strong>en</strong>guaje cambia hacia<br />
―símbolos de caída o catamorfos‖ (Durand: 1982). Caída que ti<strong>en</strong>e implicaciones físicas y<br />
espirituales. En dicho trasegar adquiere conci<strong>en</strong>cia de la mortalidad <strong>del</strong> ser humano. Ser<br />
expulsado <strong>del</strong> paraíso implica efectos dolorosos. Conoce el sufrimi<strong>en</strong>to, la precariedad, el<br />
dolor y la muerte. Paradójicam<strong>en</strong>te cuando el poeta se ubica <strong>en</strong> el lado oscuro se le hace más<br />
fácil admirar la grandeza de la vida. En este s<strong>en</strong>tido hay una marcada relación con la<br />
simbología cristiana, lo que está arriba es sagrado y lo de abajo, profano. El amor es visto<br />
por el poeta con un matiz religioso pero sin serlo, mostrándolo como una virtud que trae<br />
consigo toda la bondad, la ternura y la compasión humana.<br />
61
En Sacrificio (1943) el poeta r<strong>en</strong>uncia definitivam<strong>en</strong>te al amor físico: ―desterrado <strong>del</strong> turbio<br />
corazón de los seres‖ (1943: 23), sacrificándose pero logrando <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> comunión con la<br />
naturaleza, no se trata de una unión corporal con otro ser sino de la tierra con su espíritu. El<br />
amor que profesa ahora es hacia la vida. Una demostración de lo expuesto es su poema<br />
―Mujer naturaleza‖, <strong>en</strong> donde la naturaleza toma forma fem<strong>en</strong>ina desde la cual él puede<br />
compr<strong>en</strong>der ―la oculta geometría de las cosas‖ (1945: 11).<br />
El yo poemático trasci<strong>en</strong>de <strong>del</strong> amor carnal al amor espiritual. Decide cantarle al amor<br />
universal, ya no <strong>en</strong>carnado <strong>en</strong> un cuerpo humano sino al amor mismo, regidor de todo el<br />
universo, es decir que no se trata de un amor concreto sino de un amor conceptual, abstracto,<br />
universal, sublime; un amor cercano a la divinidad con el cual logra expresar cierto éxtasis,<br />
cierta iluminación, el nirvana, el júbilo total.<br />
Su poesía <strong>en</strong> esta etapa logra una conexión absoluta con el universo como manifestación de<br />
Dios. El amor es pues para el poeta un estado o manifestación de la m<strong>en</strong>te y <strong>del</strong> alma, que<br />
adquiere un s<strong>en</strong>tido divino, por <strong>en</strong>de, es el amor íntimo, asexual, el que sirve para establecer<br />
su unidad con el cosmos, con Dios mismo. Desde el punto de vista panteísta, él poeta asume<br />
que este s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to es la fuerza que manti<strong>en</strong>e cohesionado al universo.<br />
Uno de los grandes méritos <strong>en</strong> el tratami<strong>en</strong>to que le da Pardo al tema <strong>del</strong> amor es que<br />
transformó la congoja, la amargura, la tristeza, el dolor, el sufrimi<strong>en</strong>to y la soledad <strong>en</strong> una<br />
experi<strong>en</strong>cia positiva y espiritual, con cualidades salvadoras, volviéndolos <strong>en</strong> instrum<strong>en</strong>tos de<br />
purificación y de asc<strong>en</strong>sión espiritual. La voz lirica termina como <strong>en</strong> una aspiración mística.<br />
3.4.4.3. Poeta místico<br />
Desde la exist<strong>en</strong>cia terr<strong>en</strong>al, el poeta busca alcanzar el grado máximo de unidad con lo<br />
divino a través de visiones o éxtasis místicos muy similares a los acontecidos por poetas<br />
cristianos. Dice Andrés Holguín que Pardo es un ―místico ser<strong>en</strong>o‖ (1947: 169). Aunque a<br />
Pardo le molestaba que lo relacionaran con el misticismo como lo expresa <strong>en</strong> su<br />
62
correspond<strong>en</strong>cia <strong>del</strong> 24 de junio de 1970 (Dickson, 1974: 271), allí él poeta sosti<strong>en</strong>e no hay<br />
<strong>en</strong> sus poemas ningún s<strong>en</strong>tido teleológico ni religioso. Pardo hace clara su posición fr<strong>en</strong>te a<br />
las religiones, manifestando que ellas son bellas historias míticas: ―Me distancié de ese<br />
mundo, fantástico, de ley<strong>en</strong>das hermosas, porque llegué a la conclusión de que son eso nada<br />
más: ley<strong>en</strong>das. […] Pero yo no tomaría esos códices inmortales como guías para la<br />
per<strong>en</strong>nidad <strong>del</strong> alma, inexist<strong>en</strong>tes, tanto el alma como la per<strong>en</strong>nidad‖ (1974: 278). Esta<br />
afirmación está sust<strong>en</strong>tada poéticam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el sigui<strong>en</strong>te fragm<strong>en</strong>to:<br />
…<br />
A pesar de mis símbolos católicos,<br />
te amé por panteísta y por idolatra. (1945: 41)<br />
Al leer la poesía de Pardo se deduce que su religiosidad no se fundam<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> ninguna norma<br />
o moral instaurada sino <strong>en</strong> un profundo s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to que le vi<strong>en</strong>e de ad<strong>en</strong>tro, una intuición<br />
fundam<strong>en</strong>tal, primaria y es<strong>en</strong>cial de lo divino, que lo conduce a una unión ―mística‖ con<br />
Dios, no con el Dios cristiano sino con un Dios que está <strong>en</strong> todas las cosas:<br />
…<br />
Y conmovidos por un dios al que yo nombro:<br />
Dios Vi<strong>en</strong>to,<br />
Dios Espuma,<br />
Dios Madera,<br />
Dándole con s<strong>en</strong>cillez las manos<br />
<strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to mismo de empuñar la hoz (1954: 70-1).<br />
Un Dios con el cual el poeta se comunica con el universo y esa comunicación es la<br />
conci<strong>en</strong>cia de pert<strong>en</strong>ecer al todo. Parece ser que para Pardo no existe Dios fuera <strong>del</strong> hombre<br />
y de la naturaleza.<br />
3.4.4.4. Soledad y Angustia<br />
Hay varios tipos de soledad. La soledad física o emocional, que es aquella aus<strong>en</strong>cia de una<br />
relación con otra persona, la soledad social que es la falta de integración a un grupo y la<br />
63
soledad espiritual, que ti<strong>en</strong>e que ver con el ámbito trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tal. Creo que este último tipo<br />
de soledad es la que se evid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la poesía de Pardo. Una soledad que le permite<br />
conocerse a fondo, <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> contacto consigo mismo, con su alma, y <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> contacto con<br />
el cosmos. Nos dice Alfredo Tr<strong>en</strong>dall: "La soledad y el cosmos, diría yo, son dos temas que<br />
atraviesan íntegra la obra de Pardo García...‖ (1974: 4). Ciertam<strong>en</strong>te el tema de la soledad es<br />
frecu<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la obra de Pardo. La soledad comi<strong>en</strong>za a esbozarse <strong>en</strong> Los júbilos ilesos (1933)<br />
con cierta alegría. La soledad le permite <strong>en</strong>contrarse con el universo y consigo mismo:<br />
…<br />
Sabed: esta es mi sangre,<br />
capaz de sost<strong>en</strong>er mi soledad,<br />
y yo os la <strong>en</strong>trego, transformada <strong>en</strong> vida (1933: 15).<br />
En Los canticos (1935) la temática de la soledad se desarrolla ampliam<strong>en</strong>te. Algunos<br />
ejemplos de los textos que aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> este libro son ―Agua de soledad‖, ―Soledad <strong>del</strong><br />
amor‖, ―Voz <strong>en</strong> la soledad‖, ―Lágrima de la soledad‖, ―Dialogo <strong>en</strong> la soledad‖, ―Espl<strong>en</strong>dor<br />
de soledad‖, ―Estrella de soledad‖, ―Soledad de la alegría‖, <strong>en</strong>tre otros. El poeta la alaba y<br />
<strong>en</strong>salza como objeto de adoración, marcado con un tono <strong>en</strong>tre nostálgico y doloroso:<br />
…<br />
Soledad implacable, que aprisionas<br />
mis si<strong>en</strong>es con tus pálidas coronas.<br />
Cáliz de elevación, ánfora inerte (1935: 48).<br />
En la Revista de las Indias aparece un <strong>en</strong>sayo titulado ―La frecu<strong>en</strong>cia de Silva <strong>en</strong> mi<br />
espíritu‖. Allí se pregunta el poeta Pardo: ¿y qué es la soledad? Y el mismo se responde: ―Y<br />
hallé que t<strong>en</strong>ía de ella un concepto vital, afirmativo, masculino y creador. No la soledad <strong>del</strong><br />
ser <strong>en</strong>fermizo sino la soledad <strong>del</strong> hombre que se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta a la vecindad <strong>del</strong> cosmos, <strong>del</strong> caos,<br />
<strong>en</strong> busca de una verdad, y regresa a sí mismo‖… (1946: 186). En Los canticos (1935) La<br />
soledad es asumida por la voz poética como un estado es<strong>en</strong>cial que <strong>en</strong>riquece la experi<strong>en</strong>cia<br />
vital permitiéndole <strong>en</strong>contrarse con el todo. En su libro Poderíos (1937) la soledad vuelve a<br />
ser un tema medular, allí el hombre esta angustiado, indef<strong>en</strong>so, horrorizado:<br />
64
…<br />
Por medir la oscuridad<br />
grité <strong>en</strong> la sombra, angustiado,<br />
y el grito, profundam<strong>en</strong>te<br />
quedó <strong>en</strong> la sombra temblando (1937: 58).<br />
En el libro Pres<strong>en</strong>cia (1938) la soledad se manifiesta <strong>en</strong> el apartado titulado ―Pres<strong>en</strong>cias‖ <strong>en</strong><br />
donde el poeta habla de una soledad que no es la <strong>del</strong> abandono sino una soledad muy<br />
personal, algo que sólo le pert<strong>en</strong>ece al poeta, una soledad <strong>en</strong> la cual no haya morada el<br />
corazón porque fue devorado por la angustia, una soledad que no sirve de refugio; una<br />
soledad sin solitario:<br />
…<br />
Como qui<strong>en</strong> va hasta la casa<br />
de un amigo a consolarse<br />
y se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> sus abismos<br />
con el corazón de nadie (Pardo: 1938, 55).<br />
Otros poemas sobre la soledad son ―Figuras para la soledad‖ <strong>en</strong> Sacrificio (1943) y<br />
―Apoteosis de la soledad‖ <strong>en</strong> Lucero sin orillas (1952), <strong>en</strong>tre otros.<br />
3.4.4.5. La muerte<br />
El tema de la muerte y la conci<strong>en</strong>cia de la muerte, es preponderante <strong>en</strong> Germán Pardo<br />
García. Manuel Scorza, <strong>en</strong> el prólogo <strong>del</strong> libro Acto poético, dice que el tema la muerte<br />
rebasa por mucho el tema de la soledad (1954: 17). La muerte ti<strong>en</strong>e varias caras <strong>en</strong> la poesía<br />
de Pardo García. En palabras de Ar<strong>en</strong>as: ―En su afán descubridor mira d<strong>en</strong>tro de sí y se<br />
asoma a las regiones íntimas. Don Germán vacila <strong>en</strong> su mirada hacia ad<strong>en</strong>tro <strong>en</strong>tre un<br />
s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de soledad y amargura y uno de rebeldía y gozo, <strong>en</strong>tre el desafío y la aceptación<br />
de la muerte, y <strong>en</strong>tre los reinos de la luz y los de sombra (1974: 34). La muerte es abordada<br />
de diversas maneras por Pardo García. En algunos de sus textos la muerte está rodeada de<br />
soledad y abandono, provocando desesperación, angustia y temor. En otros poemas es<br />
asumida con resignación. Contrariam<strong>en</strong>te, hay un grupo de poemas donde la voz poética<br />
65
eta, confronta y se resiste a la muerte. Por otro lado, desde los principios panteístas <strong>del</strong><br />
poeta, la muerte puede servir como un paso previo para lograr la unidad con el cosmos. Esta<br />
integración hace que se pierda el temor a la muerte y se vea como un estado <strong>en</strong> el eterno<br />
ciclo, que inicia con la descomposición de la materia y continúa recomponiéndose desde la<br />
raíz hasta el fruto que provee la nueva semilla, un tiempo cíclico de perman<strong>en</strong>te r<strong>en</strong>ovación.<br />
En el libro Voluntad (1930) vi<strong>en</strong>e el poema ―Oh sangre‖ (1930: 47); <strong>en</strong> este texto la muerte<br />
es vista como un sueño de paz que fluye sin p<strong>en</strong>a, como una noche de paz, como un lugar de<br />
reposo En el mismo libro aparece ya el concepto panteísta de la muerte, debido a que la vida<br />
no termina sino que se transforma <strong>en</strong> un nuevo elem<strong>en</strong>to de la naturaleza como una flor, el<br />
aire o la luz:<br />
…<br />
Yo he dicho: no podrá<br />
borrar mi vida el soplo de la Muerte,<br />
porque mi cuerpo habrá de transformarse<br />
<strong>en</strong> flor, <strong>en</strong> aire, <strong>en</strong> luz (1930: 100).<br />
Pero luego duda de lo dicho y refuta, dice que se desintegrará y no logrará reunirse ni <strong>en</strong> la<br />
flor, ni <strong>en</strong> el aire, ni <strong>en</strong> la luz que será para sus ojos sólo oscuridad. Se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> el<br />
mismo poema dos conceptos sobre la muerte, el de la materia que no se acaba sino que se<br />
transforma y el de la muerte como mom<strong>en</strong>to definitivo sin ninguna trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia.<br />
En el poema ―El instante‖ manifiesta cierto miedo a la muerte, negación y angustia, pero su<br />
voluntad continua activa para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tarla. La muerte se aleja <strong>del</strong> poeta y la vida está más<br />
cerca, como se evid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> ―La vida‖:<br />
…<br />
Cada vez más cerca, oh, vida,<br />
cada vez de ti más cerca (1933: 124).<br />
66
En sus cantos de alabanza pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a Los canticos (1935) vi<strong>en</strong>e el poema ―Dialogo <strong>en</strong><br />
la soledad‖ donde el poeta dialoga con la muerte y la asume resignadam<strong>en</strong>te sin ninguna<br />
resist<strong>en</strong>cia, desacralizando el concepto mismo de la muerte:<br />
…<br />
Hablo contigo, oh Muerte, <strong>en</strong> la dulzura<br />
de esta paz que rodea mi morada.<br />
Hablo contigo, <strong>en</strong> voz iluminada,<br />
sin que mi l<strong>en</strong>gua tiemble de pavura (1935: 61).<br />
En este poemario la muerte es repres<strong>en</strong>tada con símbolos de luz, es un espl<strong>en</strong>dor divino<br />
hacia el cual el poeta se dirige sinti<strong>en</strong>do sus ardores, llamándola camino de esperanza.<br />
Profesa júbilo al imaginar que abre las puertas de la muerte para conocer sus misterios, por<br />
eso no si<strong>en</strong>te temor sino gozo al transitar por un camino de profundo sil<strong>en</strong>cio y espl<strong>en</strong>dor.<br />
Hay regocijo y alegría. La muerte es v<strong>en</strong>cida por la alegría de su espíritu:<br />
…<br />
Yo estaba muerto y soy resucitado.<br />
Alegría triunfal, porque he llegado<br />
a la vida. Alegría <strong>en</strong> la memoria<br />
sólo de asombros infinitos ll<strong>en</strong>a,<br />
y la alegría <strong>en</strong> la voz, donde resu<strong>en</strong>a<br />
el cantico inmortal de la victoria (1935: 84).<br />
La muerte se pres<strong>en</strong>ta como la oportunidad de integración con todo el universo. Es la<br />
manera de conocer el amor pl<strong>en</strong>o, el amor universal, por eso la emoción está colmada,<br />
triunfante, hay gracia pura y abundante, porque la muerte no es un final sino un eterno<br />
retorno a la unidad, al <strong>del</strong>eite <strong>del</strong> amor y de la exist<strong>en</strong>cia:<br />
…<br />
Cumbre de la alegría y primavera<br />
<strong>del</strong> corazón, que así, no más quisiera<br />
s<strong>en</strong>tir la luz de la pasión ungida<br />
sobre sus hondos júbilos impresa,<br />
y retornar, <strong>en</strong> su unidad ilesa,<br />
al gozo <strong>del</strong> amor y de la vida (1935: 96).<br />
67
En el libro Poderíos (1937) la muerte adquiere un matiz difer<strong>en</strong>te al pres<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> sus<br />
anteriores libros, aquí la muerte adquiere un matiz lóbrego y con matices de angustia. La voz<br />
poética es taciturna, sombría. El poeta cae <strong>en</strong> la congoja, <strong>en</strong> la desolación y el desamparo. La<br />
muerte es vista como algo doloroso, amargo. Si<strong>en</strong>te miedo a la muerte, contrario a la alegría<br />
que antes le profesaba. Pero ante este temor la voz poética reta a la muerte, la desafía:<br />
…<br />
Oh, v<strong>en</strong> y desata tus tr<strong>en</strong>zas de sándalo y ébano.<br />
En tus grandes abismos, abísmame.<br />
Con tu sangre de vida se junte mi sangre de muerte.<br />
Tu sangre y mi sangre, más honda y antigua que el mundo (1937: 36).<br />
En su poema ―Poderíos‖ el espíritu parece ser prisionero de un cuerpo y la muerte la<br />
posibilidad de su liberación, el triunfo de la vida:<br />
…<br />
Mi<strong>en</strong>tras afuera, sobre el mundo, hay pájaros<br />
<strong>en</strong> las frutales ramas <strong>del</strong> estío,<br />
d<strong>en</strong>tro de mí una angustia de alas prisioneras<br />
se agita sin cesar contra los muros<br />
que amparan la tiniebla de mi espíritu (1937: 55).<br />
La muerte es desacralizada <strong>en</strong> ―Pres<strong>en</strong>cia de la muerte‖ (1938: 41-2). Allí el poeta evoca<br />
recuerdos de su infancia y por eso habla de ella con ternura, recordando las historias que le<br />
contaban para asustarlo <strong>en</strong> su antigua casa familiar, donde s<strong>en</strong>tía tanta soledad como ahora<br />
<strong>en</strong> su adultez. Se coloca las manos <strong>en</strong> el pecho esperando su aparición como la llegada de<br />
un amigo. En los demás textos <strong>del</strong> poemario Pres<strong>en</strong>cia (1938) hay dolor, angustia; el amor<br />
se agotó, sólo le queda la soledad de no pert<strong>en</strong>ecer a nada.<br />
En Las voces naturales (1945) el tema de la muerte es asumido desde una visión panteísta<br />
donde el hombre se integra con la naturaleza logrando la unidad pl<strong>en</strong>a, la savia universal<br />
circula por los días y los seres, tierra y cielo se juntan <strong>en</strong> la eternidad de las atmosferas, y<br />
vida y muerte son una sola unidad:<br />
68
…<br />
Para que así me alcance<br />
la purificación de las criaturas<br />
que inmaculadas viv<strong>en</strong> debajo de la tierra,<br />
confundidas con el espíritu de los muertos<br />
y los seres incorporados a la unidad (1945: 21-2).<br />
3.4.4.6. Compromiso social<br />
Una de las facetas más interesantes <strong>en</strong> la poética ―pardiana‖ ti<strong>en</strong>e que ver con su decidido<br />
compromiso social. Él no es el lírico de la ―torre de marfil‖ ni mucho m<strong>en</strong>os un rapsoda<br />
escapista, por el contrario su poética se preocupa por su tiempo y por los tiempos v<strong>en</strong>ideros.<br />
En su poema ―Por los humildes‖ Pardo se reclama como el poeta de los humildes, de los que<br />
ti<strong>en</strong><strong>en</strong> sus manos esclavizadas:<br />
…<br />
Yo soy vuestro poeta,<br />
manos esclavizadas (1930: 75).<br />
La poesía humanista de Pardo García no d<strong>en</strong>uncia, no es moralista, simplem<strong>en</strong>te muestra. En<br />
―Misión actual <strong>del</strong> poeta‖ escrito <strong>en</strong> Repertorio americano afirma: ―<strong>del</strong>ante de la viol<strong>en</strong>cia<br />
acumulada sobre la sangre <strong>del</strong> hombre pres<strong>en</strong>te, el poeta debe ser apóstol de paz y<br />
misericordia (1950: 152). En su libro Poemas contemporáneos (1949) aparec<strong>en</strong> textos como<br />
―Una rosa padece‖ <strong>en</strong> donde hace una clara la alusión a los campos de conc<strong>en</strong>tración Nazi.<br />
A los judíos los repres<strong>en</strong>ta como rosas que padec<strong>en</strong> y a los nazis los refer<strong>en</strong>cia como<br />
―am<strong>en</strong>azadores perros de batalla‖:<br />
…<br />
pudiera ser un hombre y oprimir con las manos<br />
los estambres de acero,<br />
las eléctricas púas.<br />
Proclamar su esperanza<br />
y <strong>en</strong> la sombra erigirla cual celeste bandera.<br />
Pudiera ser un hombre, pero sólo es un iris vegetal, una rosa<br />
detrás de un campo de conc<strong>en</strong>tración,<br />
69
custodiado por am<strong>en</strong>azadores perros de batalla (1949: 2-4).<br />
El rechazo a la II segunda Guerra Mundial es notable <strong>en</strong> este libro. Pero no sólo a este<br />
conflicto sino a todo lo que repres<strong>en</strong>te a lo bélico <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral. En su poema ―Yo no soy un<br />
soldado‖ (1949: 6) el ―yo estético‖ asume una posición ética como una especie de objeción<br />
de conci<strong>en</strong>cia fr<strong>en</strong>te a lo militar. Cuando los batallones van o vi<strong>en</strong><strong>en</strong> de la guerra, él<br />
simplem<strong>en</strong>te es un espectador <strong>en</strong>tre las g<strong>en</strong>tes humildes. La voz lirica se niega a convertirse<br />
<strong>en</strong> un soldado porque su nación es def<strong>en</strong>dida por álamos y tilos, su heroísmo es el de las<br />
brisas y las nubes, su corazón es civil. En la ―Elegía a los muertos actuales‖ se le canta a los<br />
muertos de mitad de siglo, los que bajo férreos antifaces ocultan el dolor de la trinchera, los<br />
que carec<strong>en</strong> de tierra, a los que:<br />
…<br />
Les negamos el nombre y los muertos sin nombre<br />
ya no son ni la sombra, ni el dolor ni el naufragio (1949: 22).<br />
Tal vez uno de los poemas más sociales y críticos sea ―Atómica flor‖ <strong>en</strong> donde se hace<br />
refer<strong>en</strong>cia metafórica a la estela que dejo la bomba de Hiroshima y que mató a miles de<br />
japoneses. Una flor cataclísmica, con un sol fulminante <strong>en</strong> cada pétalo, de raíces dramáticas<br />
que avanza violando atmosferas, aturdi<strong>en</strong>do, quemando, exterminado, una flor extranjera<br />
que trae desolación sobre todo lo creado, una flor abortada por el infierno. Dice Pardo <strong>en</strong> su<br />
carta fechada el 18 de septiembre de 1969 que ―Siempre he querido cantar a los mayores<br />
acontecimi<strong>en</strong>tos humanos, cuando estalló la primera bomba atómica sobre Hiroshima, fui el<br />
primero <strong>en</strong> cond<strong>en</strong>ar <strong>en</strong> mi poema ATÓMICA FLOR la destrucción masiva de la<br />
humanidad‖ (Dickson, 1974: 266). Es obvio que Pardo García sintió mucho dolor y repudio<br />
por la bomba de Hiroshima y fue, según Luis Leal, "el primer poeta americano que protesta<br />
contra los asesinatos <strong>en</strong> masa por medio de los efici<strong>en</strong>tes aparatos de guerra." (1961: 153-4)<br />
…<br />
Todo fue inerme ante la flor atómica,<br />
sost<strong>en</strong>ida por un tallo marítimo<br />
de hirvi<strong>en</strong>tes espumas,<br />
escamas de peces<br />
y cadáveres de madréporas (1949: 32).<br />
70
3.4.4.7. La ci<strong>en</strong>cia, la tecnología y la exploración <strong>del</strong> universo<br />
Pardo cantó motivos v<strong>en</strong>ideros de la ci<strong>en</strong>cia, pues poéticam<strong>en</strong>te asume elem<strong>en</strong>tos, l<strong>en</strong>guaje<br />
e imág<strong>en</strong>es de la era espacial, tecnológica y ci<strong>en</strong>tífica. Dice Dickson ―A chronological<br />
examination of the images derived from the three major sources--mathematics, physis, and<br />
astronomy-- shows that in each area Pardo Garcia expands his repertoire of vehicles over the<br />
years‖ (1974: 139). Si el hombre moderno explora el universo con un afán ci<strong>en</strong>tífico y<br />
racional, el poeta explora el universo con un afán estético y subjetivo que pasa de lo físico a<br />
lo metafísico. Pardo logra liberarse de las limitaciones terrestres para abrirse al infinito.<br />
Pardo si<strong>en</strong>te admiración por los hombres de ci<strong>en</strong>cia debido a que ellos están indagando<br />
perman<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las cosas para tratar de hallar algo nuevo. El poeta como el ci<strong>en</strong>tífico<br />
siempre está explorando lo desconocido. ¿Podrá acaso la ci<strong>en</strong>cia resolver lo que el poeta no<br />
ha podido?<br />
¿Vais a recuperar la primitiva altura<br />
<strong>del</strong> espíritu<br />
con vuestro salto atmosférico? (1954: 80).<br />
La ci<strong>en</strong>cia y la tecnología, los viajes al espacio y la vida <strong>del</strong> hombre moderno son temas<br />
itinerantes que sirvieron de pretexto para indagar <strong>en</strong> el cosmos. Según Dickson ―Most of this<br />
exploration of modern man has focused on three major areas: the technology of modern<br />
war, the epic of the exploration of space, and modern industrial technology (1974: 129).<br />
Pardo <strong>en</strong> principio creía <strong>en</strong> los avances de la técnica y la tecnología para dominar el universo<br />
y hacer de este un lugar mejor para los humanos. La ci<strong>en</strong>cia y la tecnología se pres<strong>en</strong>taban<br />
ante sí como el gran sueño poético; explorar el interior físico y químico de los objetos,<br />
explorar los astros y el conocimi<strong>en</strong>to <strong>del</strong> universo era también la conquista <strong>del</strong> universo<br />
psíquico. Los poetas que tantas veces le cantaron a la luna podrían ver su sueño hecho<br />
realidad con los viajes al espacio.<br />
Pardo logra ser intuitivo a través <strong>del</strong> símbolo, a<strong>del</strong>antándose al 16 de julio de 1969, <strong>en</strong> 1954<br />
visualiza la llegada <strong>del</strong> hombre a la luna y su gesto colonizador de ubicar una bandera sobre<br />
el astro conquistado:<br />
71
…<br />
conducidme a la destrucción o a un triunfo altísimo,<br />
y dejadme compartir vuestro júbilo fr<strong>en</strong>ético<br />
el día <strong>en</strong> que plantéis<br />
las banderas de los hombres <strong>en</strong>tre los astros (1954: 81).<br />
La exploración de universo era vista como una posibilidad de progreso, pero con el dev<strong>en</strong>ir<br />
<strong>del</strong> tiempo, esta visión cambia al notar cómo el hombre empieza a ser deshumanizado y<br />
cómo la tecnología afecta a la tierra. El futuro se pres<strong>en</strong>ta con tintes desesperanzados. El<br />
progreso ci<strong>en</strong>tífico y material trae consigo la pobreza espiritual. Pardo duda de su fe <strong>en</strong> la<br />
tecnología. El poeta que pasó de un mundo rural a los anillos de Saturno, a las estrellas, al<br />
cosmos; finalm<strong>en</strong>te termina regresando a la tierra:<br />
…<br />
Yo, el más árido y t<strong>en</strong>az explorador <strong>del</strong> Universo,<br />
estoy firme otra vez sobre la Tierra (1954: 87).<br />
Germán Pardo no sólo explora el universo, también se sumerge <strong>en</strong> las profundidades <strong>del</strong><br />
océano, <strong>en</strong> los mares y <strong>en</strong> los mundos marinos, como sucede con los poemas ―Mar<br />
<strong>en</strong>emigo‖, ―Naves <strong>en</strong> la tierra‖, ―Islas de sed‖ publicados <strong>en</strong> Sacrificio (1943). De su libro<br />
Lucero sin orillas (1952), el poema ―Destrucción bajo el mar‖ y ―Al volver de los bosques‖,<br />
y de Voces naturales (1945) ―Bob Maimes, Mozo de mar‖ y el famoso poema ―Vulgar<br />
elogio marino‖:<br />
…<br />
Y, por último, mar de los escombros<br />
astrales y las altas agonías,<br />
oyes pasar las sombras y los días<br />
con tu viejo pelicano <strong>en</strong> los hombros (1945: 92).<br />
A pesar de ubicarse a la vanguardia de los avances tecnológicos y ci<strong>en</strong>tíficos, Pardo nunca<br />
olvida los mitos grecoromanos, <strong>en</strong> U.Z. llama al espacio se id<strong>en</strong>tifica con el espíritu rebelde<br />
de Prometeo y con Dionysio:<br />
72
…<br />
¡Soy Dionysios,<br />
un trágico Dionysios,<br />
elevándose deslumbrador fr<strong>en</strong>te a la angustia de una cruz! (Pardo: 1954, 31).<br />
Para concluir podríamos decir que la forma poética preponderante <strong>en</strong> Pardo García es el<br />
Soneto, usando los sigui<strong>en</strong>tes esquemas ABBA ABBA, y CDC DCD o CDE CDE.<br />
Algunas veces los cuartetos son sustituidos por serv<strong>en</strong>tarios ABAB ABAB; o por la unión<br />
de un serv<strong>en</strong>tesio y un cuarteto, o la de un cuarteto y un serv<strong>en</strong>tesio; esto es, ABBA ABAB<br />
o ABAB ABBA. Pardo no solo es un poeta clásico <strong>en</strong> la perfección formal, también lo es<br />
por su regreso a los mitos clásicos, por su yo romántico, por el uso de la frase misteriosa y a<br />
veces idílica. Pardo es un conocedor de la poesía y sus difer<strong>en</strong>tes estilos, de ello se<br />
despr<strong>en</strong>de que recurra a los cantos, la elegía y también al verso libre. Su desapego a lo<br />
moral, su forma de operar sobre el l<strong>en</strong>guaje, su búsqueda de nuevos significantes logran<br />
imprimirle cierto s<strong>en</strong>tido moderno. De ahí la afirmación de que su lirica se desplaza <strong>en</strong>tre lo<br />
clásico y lo moderno.<br />
Algunos rasgos de la poesía de Pardo son la autobiografía, el panteísmo como principio<br />
filosófico, el uso de epítetos, la personificación, las asociaciones de palabras y términos de<br />
manera inusual, el uso de tecnicismos y neologismos, el metal<strong>en</strong>guaje propio <strong>del</strong> campo de<br />
las ci<strong>en</strong>cias, la terminología mítica de Grecia y Roma y de la religión cristiana, la química,<br />
las matemáticas, la biología, la astronomía, la era espacial, la guerra y la tecnología, el<br />
l<strong>en</strong>guaje erudito o de uso restringido y la creación de mundos oníricos, psíquicos y<br />
s<strong>en</strong>soriales.<br />
Pardo explora <strong>en</strong> el alma de las cosas tratando de hallar su es<strong>en</strong>cia; para ello p<strong>en</strong>etra tanto <strong>en</strong><br />
los microcosmos como <strong>en</strong> los macrocosmos, tratando de hallar los secretos <strong>del</strong> misterio<br />
primordial de todo lo creado; es su manera de adquirir la estirpe de demiurgo que sólo le es<br />
posible al poeta. Frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te se plantea dilemas exist<strong>en</strong>ciales como la vida y la muerte,<br />
el amor, el olvido, la trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, el universo; algunas veces desde una mirada angustiosa,<br />
otras con resignación o al contrario, con rebeldía e insubordinación.<br />
73
El mundo que anhela espiritualm<strong>en</strong>te el poeta es el mundo de la poesía, un mundo<br />
atemporal, invisible, inagotable. Un mundo íntimo y misterioso. Por eso su búsqueda es<br />
precisam<strong>en</strong>te el universo de lo inapr<strong>en</strong>sible, de lo que no podemos tocar, mirar, alcanzar, el<br />
lugar primordial de todas las cosas.<br />
Pardo es un poeta de opuestos que se complem<strong>en</strong>tan para reafirmar ideas, un creador de<br />
extremos, por eso se desplaza de la luz a la oscuridad, de la muerte a la vida, de la tierra al<br />
espacio, <strong>del</strong> pres<strong>en</strong>te al pasado, <strong>del</strong> hoy al futuro, <strong>del</strong> mito a la ci<strong>en</strong>cia, de las profundidades<br />
<strong>del</strong> espíritu a la inm<strong>en</strong>sidad <strong>del</strong> universo.<br />
74
3.5. Juan Lozano y Lozano: un nuevo no tan nuevo<br />
IMAGEN TOMADA DE: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/lozajuan.htm<br />
Este texto realiza una inspección a la obra de Juan Lozano y Lozano publicada hasta 1955<br />
destacando algunos datos biográficos y <strong>en</strong> el contexto el que se desarrolló su obra. Se<br />
revisaron aspectos lingüísticos y literarios <strong>en</strong> sus poemas y las temáticas preponderantes de<br />
su obra, buscando dilucidar algunos elem<strong>en</strong>tos comunes y rasgos de su propuesta estética<br />
inicial.<br />
3.5.1. Datos biográficos<br />
Juan Lozano y Lozano nació <strong>en</strong> Ibagué el 6 abril de 1902 y murió <strong>en</strong> Bogotá el 14 de<br />
noviembre de 1980. Político liberal, periodista y poeta tolim<strong>en</strong>se. Hijo de Ester Lozano<br />
Álvaro y Fabio Lozano Torrijos, diplomático y humanista; casado con Luisa Prov<strong>en</strong>zano,<br />
hermano <strong>del</strong> político Carlos Lozano y Lozano qui<strong>en</strong> fuera Presid<strong>en</strong>te de Colombia<br />
<strong>en</strong>cargado. A<strong>del</strong>antó sus estudios escolares <strong>en</strong> la Escuela Militar de Cadetes, se graduó <strong>en</strong><br />
Filosofía y Letras <strong>en</strong> el Colegio Mayor <strong>del</strong> Rosario, hizo una Especialización <strong>en</strong> Economía y<br />
Finanzas <strong>en</strong> la Universidad de Cambridge, se doctoró <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Sociales y Políticas <strong>en</strong> la<br />
Universidad de Roma y <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Económicas <strong>en</strong> el Instituto Solvay de Bruselas;<br />
dominaba el inglés, latín, francés, ruso, italiano y alemán; miembro de la Academia<br />
75
Colombiana de la L<strong>en</strong>gua y de la Academia Americana de Ci<strong>en</strong>cias Políticas y Sociales de<br />
Fila<strong>del</strong>fia (USA).<br />
Fue Secretario de Gobierno de Cundinamarca; Secretario de la Superint<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia Bancaria;<br />
combatió por Colombia <strong>en</strong> la guerra con el Perú con el grado de capitán y ayudante de la<br />
flotilla naval; empresario de libros y muebles; vocero de los guerrilleros liberales <strong>del</strong> Llano,<br />
tanto <strong>en</strong> la reunión de Yopal como <strong>en</strong> la conv<strong>en</strong>ción de Me<strong>del</strong>lín. Secretario personal de<br />
Enrique Olaya Herrera durante la campaña que derrotó la llamada Hegemonía Conservadora<br />
<strong>en</strong> 1930. Entre los cargos que ocupó se destacan el de Concejal de Bogotá, Diputado <strong>del</strong><br />
Tolima y de Cundinamarca, repres<strong>en</strong>tante a la Cámara y Presid<strong>en</strong>te de esta corporación.<br />
S<strong>en</strong>ador de la República, Ministro de Educación de Santos, embajador <strong>en</strong> Italia y <strong>en</strong> varias<br />
ocasiones miembro de la Dirección Nacional Liberal. Luchó <strong>en</strong> contra de las reelecciones de<br />
Alfonso López Pumarejo y Carlos Lleras Restrepo, combatió el régim<strong>en</strong> de Gustavo Rojas<br />
Pinilla.<br />
En 1936 fundó La Razón, diario político que dirigió durante 12 años. Fue redactor principal<br />
y <strong>en</strong>sayista <strong>del</strong> semanario Sábado, el de mayor circulación <strong>en</strong> la época, dirigido <strong>en</strong>tonces por<br />
Plinio M<strong>en</strong>doza Neira. Sucedió a Alberto Lleras Camargo como director de la revista<br />
Semana. Junto con su amigo Carlos Lleras Restrepo fundó el semanario De política y algo<br />
más. Su columna "Jardín de Cándido" se publicó durante varias décadas <strong>en</strong> periódico El<br />
Tiempo. López Michels<strong>en</strong> consideraba a Juan Lozano y Lozano como el padre <strong>del</strong><br />
neoliberalismo <strong>en</strong> Colombia y ―Klim‖, Lucas Caballero Calderón, p<strong>en</strong>saba que era el mejor<br />
editorialista <strong>del</strong> país.<br />
3.5.2. La poesía de Lozano y Lozano<br />
La obra poética de Lozano y Lozano se <strong>en</strong>marca d<strong>en</strong>tro <strong>del</strong> grupo de ―Los Nuevos‖,<br />
homónimo de la revista que com<strong>en</strong>zó a circular <strong>en</strong> Bogotá desde el 25 de junio de 1925,<br />
dirigida por Los hermanos Felipe y Alberto Lleras Camargo y de la cual hicieron parte León<br />
de Greiff, Germán Arciniegas, Rafael Maya, Alberto Ángel Montoya, Francisco Umaña<br />
76
Bernal y Germán Pardo García. Sin embargo, el término ―nuevo‖, parece más referirse a<br />
conceptos <strong>en</strong> la política que propiam<strong>en</strong>te estéticos, pues <strong>en</strong> realidad las vanguardias 10 no<br />
ejercieron ningún influjo sobre ellos.<br />
En el caso concreto de Lozano y Lozano, su poesía es tributaria por un lado de las escuelas<br />
<strong>del</strong> siglo XIX, como el parnasianismo y el simbolismo francés, y por otra parte de ciertas<br />
t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias clásicas grecolatinas; además de un marcado gusto por las imág<strong>en</strong>es sorpresivas,<br />
la perfumería, la joyería, el colorismo y el decorativismo, lo cual se hace patético <strong>en</strong> la<br />
arquitectura ornam<strong>en</strong>tal <strong>del</strong> l<strong>en</strong>guaje, <strong>en</strong> los versos que sigu<strong>en</strong>:<br />
…<br />
Primavera romana. No hay un cielo<br />
más azul que el de Roma <strong>en</strong> primavera.<br />
nos parece que el mármol floreciera<br />
bajo su luminoso terciopelo (1927: 50).<br />
Lozano y Lozano ati<strong>en</strong>de a formas clásicas, <strong>en</strong> especial el soneto. Charry Lara dice: ―<strong>en</strong> el<br />
propio caso de Juan Lozano y Lozano constatamos otra vez cómo el ejemplo t<strong>en</strong>az <strong>del</strong><br />
modernismo se prolonga <strong>en</strong> unos versos frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te admirables <strong>en</strong> su pericia formal,<br />
at<strong>en</strong>idos a formas clásicas, de auténtico inc<strong>en</strong>tivo s<strong>en</strong>tim<strong>en</strong>tal y tardía nostalgia de lo<br />
cortesano y lo galante (Charry, 1988: 81). Lo anterior se puede constatar <strong>en</strong> el poema ―Doña<br />
Gabriela Vieira de Arciniegas‖, <strong>del</strong> cual se citan estos versos:<br />
…<br />
Por la movilidad <strong>del</strong> porte<br />
y la emoción que <strong>en</strong> cont<strong>en</strong>er te empeñas,<br />
me recuerdas aquellas madrileñas<br />
apasionadas que pintó Romero (1956: 72).<br />
El poeta tolim<strong>en</strong>se escribe innumerables poemas dedicados a señoras de su época, retratos<br />
de damas de sociedad. Cultivó el mo<strong>del</strong>o de la poesía galante y cortesana de los poetas de la<br />
10 Movimi<strong>en</strong>tos surgidos a finales <strong>del</strong> siglo XIX y principios <strong>del</strong> s. XX que desde planteami<strong>en</strong>tos diversos<br />
buscaron r<strong>en</strong>ovar el arte a través de recursos que romp<strong>en</strong> con las preceptivas tradicionales de expresión o<br />
repres<strong>en</strong>tación artística. Algunas de las más reconocidas son el dadaísmo, futurismo, creacionismo,<br />
surrealismo, ultraísmo, estrid<strong>en</strong>tismo etc.<br />
77
Prov<strong>en</strong>za francesa y de Italia, donde una mujer es la destinataria de los versos <strong>del</strong> poeta. En<br />
estos poemas recogidos bajo el titulo de poesía dispersa (1928-1940) y publicados <strong>en</strong> sus<br />
Obras selectas de 1956, hiperboliza las cualidades físicas y morales de las damas aludidas,<br />
pero sin mucha descripción, <strong>en</strong>focándose más hacia la interiorización de los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos,<br />
con un tono intelectual y matices abstractos. Estos poemas son <strong>en</strong> algunos mom<strong>en</strong>tos<br />
demasiado refinados y artificiosos.<br />
…<br />
Ninguna como tú, junta, al conjuro<br />
de la nostalgia, <strong>en</strong> nuestra villa y corte,<br />
a una glacial severidad de porte<br />
un prestigio romántico tan puro (1956: 74).<br />
La mayor parte de poemas son escritos desde el yo autobiográfico, haci<strong>en</strong>do que el sujeto de<br />
la <strong>en</strong>unciación poética se confunda con el autor histórico <strong>del</strong> poema:<br />
…<br />
Fue <strong>en</strong> provincia y <strong>en</strong> mayo, <strong>en</strong> mi florida<br />
epoca de T<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te apasionado…<br />
Yo recuerdo su labio sonrosado<br />
como el sitio más puro de mi vida (1927: 56).<br />
Lozano se aleja de la cotidianidad huy<strong>en</strong>do <strong>en</strong> el tiempo y el espacio, de tal manera evoca<br />
épocas lejanas y espacios distantes y exóticos:<br />
…<br />
Y aspiro eternizarla <strong>en</strong> el escrito,<br />
como <strong>en</strong> Roma hay pilares de granito<br />
que sosti<strong>en</strong><strong>en</strong> jarrones de alabastro (1927: 7)<br />
Uno de esos lugares dará título a su poema más reconocido y antológico, ―La catedral de<br />
Colonia‖. En hom<strong>en</strong>aje a la catedral construida <strong>en</strong> la ciudad de Colonia, Alemania desde<br />
1248 hasta 1880. El poeta despliega una mirada metafísico-exist<strong>en</strong>cial, a través <strong>del</strong><br />
monum<strong>en</strong>to arquitectónico como imag<strong>en</strong> de lo colosal e infinito, pero también hace una<br />
mirada al interior <strong>del</strong> hombre.<br />
78
…<br />
Su pesadumbre formidable sube<br />
<strong>en</strong> la luz con tan ágil movimi<strong>en</strong>to,<br />
Que se pi<strong>en</strong>sa <strong>del</strong>ante su fachada<br />
<strong>en</strong> alguna cantera evaporada,<br />
o <strong>en</strong> alguna parálisis <strong>del</strong> vi<strong>en</strong>to (1927: 29).<br />
El poema ―Claustro antiguo‖ es un hom<strong>en</strong>aje al colegio Mayor de Nuestra Señora <strong>del</strong><br />
Rosario, donde Lozano estudió sus primeros años. El Yo poemático realiza un retorno<br />
nostálgico a este espacio, redimi<strong>en</strong>do su infancia de manera idílica:<br />
…<br />
Claustro que ti<strong>en</strong>es el <strong>en</strong>canto<br />
de un recuerdo <strong>en</strong> cada pilar:<br />
claustro hecho <strong>en</strong> gloria y calicanto<br />
sobre piedra y eternidad (1956: 29) 11<br />
En este poema resu<strong>en</strong>an los recuerdos de un hombre adulto que afianza su id<strong>en</strong>tidad y se<br />
reconoce <strong>en</strong> el trato que establece con la arquitectura <strong>del</strong> lugar. Un mundo de arraigo, de<br />
infancia recuperada, de confianza <strong>en</strong> la memoria. A través de la imag<strong>en</strong> <strong>del</strong> claustro<br />
<strong>en</strong>vejecido, de sus pilares, de sus aulas; el hombre que camina por sus pasillos recuerda sus<br />
años de estudio, logrando la unidad espiritual <strong>del</strong> ser humano con la materia. Esta<br />
descripción de carácter lírico concede al colegio la connotación espiritual de refugio y<br />
seguridad, lugar de goces espirituales y acopio de recuerdos, que permit<strong>en</strong> reconocerse <strong>en</strong><br />
una radical intimidad.<br />
La búsqueda de la belleza la consigue a través de imág<strong>en</strong>es muy plásticas, <strong>en</strong> su adjetivación<br />
hay gran predominio <strong>del</strong> color y de los olores, muchas imág<strong>en</strong>es relacionadas con los<br />
s<strong>en</strong>tidos, así como con la musicalidad que produce el uso de la aliteración, los ritmos<br />
marcados y la utilización de la sinestesia (influ<strong>en</strong>cias <strong>del</strong> simbolismo).<br />
11 El poema se publicó originalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el libro Horario primaveral de 1923.<br />
79
…<br />
Demiúrgica <strong>en</strong> el bosque se esparcía<br />
tu fragancia fatalm<strong>en</strong>te oportuna,<br />
y tu carne, ext<strong>en</strong>uada <strong>en</strong> la laguna<br />
era un trémulo cirio <strong>en</strong> agonía (1927: 78).<br />
Llama la at<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> especial la manera <strong>en</strong> que los objetos pierd<strong>en</strong> la d<strong>en</strong>sidad, se hac<strong>en</strong><br />
leves, volátiles, ingrávidos, etéreos:<br />
…<br />
Ti<strong>en</strong>e tanto a la vez de piedra y de nube,<br />
su pesadumbre formidable sube<br />
<strong>en</strong> la luz con tan ágil movimi<strong>en</strong>to (1927: 29).<br />
Varios de sus poemas están cargados de refer<strong>en</strong>cias o alusiones culturales ( her<strong>en</strong>cia <strong>del</strong><br />
culteranismo) sobre todo <strong>del</strong> mundo de la literatura, de ahí que se m<strong>en</strong>cion<strong>en</strong> varios<br />
narradores, sobre todo rusos, a los cuales él frecu<strong>en</strong>taba <strong>en</strong> sus lecturas como Sth<strong>en</strong>dhal,<br />
Gourmont, Rod, Balzac, T<strong>en</strong>nyson, aunque también hay un hom<strong>en</strong>aje a Silva:<br />
…<br />
Sth<strong>en</strong>dhal, Gourmount, Rod…tus miradas<br />
devoran los mil títulos pedantes,<br />
y presum<strong>en</strong> tras ellos, <strong>del</strong>irantes<br />
historias de princesas libertadas (1956: 27) 12 .<br />
Hay poemas barrocos con un definido carácter religioso. El poema es usado como<br />
argum<strong>en</strong>to convinc<strong>en</strong>te <strong>del</strong> poder católico, sigui<strong>en</strong>do preceptos <strong>del</strong> barroco español con una<br />
mezcla de ornam<strong>en</strong>tación y sobriedad:<br />
…<br />
Fé <strong>en</strong> el amor, fé <strong>en</strong> el empeño,<br />
Fé <strong>en</strong> dolor y <strong>en</strong> la ansiedad.<br />
Demos gracias a nuestro Dueño:<br />
Dios muchas veces paga <strong>en</strong> sueño<br />
lo que debe <strong>en</strong> felicidad (1956: 57).<br />
12 El poema se publicó originalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el libro Horario primaveral de 1923.<br />
80
Lozano y Lozano, aunque militante <strong>del</strong> partido liberal, era un verdadero tradicionalista y<br />
conservador <strong>en</strong> lo que a poesía se refiere. En su crítica a los piedracielistas aparecida <strong>en</strong><br />
suplem<strong>en</strong>to literario de El Tiempo esto queda claro: ―no son pues, los piedracielistas,<br />
jóv<strong>en</strong>es de nuestro tiempo expertos <strong>en</strong> disciplinas clásicas, y por ello quizás se muestran tan<br />
fervorosos partidarios de la ―liberación de la poesía‖. Liberación que harán sin embargo,<br />
hasta la emancipación <strong>del</strong> calco de los poetas nuevos, españoles e hispanoamericanos, que<br />
constituy<strong>en</strong> su biblia poética‖. Lozano es monocorde <strong>en</strong> sus temas, casi todos hom<strong>en</strong>ajes a<br />
mujeres, lugares, personajes, los cuales son idealizados. Es bastante escapista, t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia <strong>del</strong><br />
modernismo, evadi<strong>en</strong>do la realidad a través <strong>del</strong> sueño, con elegancia exquisita, evocando la<br />
mitología <strong>del</strong> mundo antiguo y medieval. Sigue la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de que el arte debe superar la<br />
vida y por tanto, ésta debe imitarlo. Se inspira <strong>en</strong> jardines perfumados, brillo de perlas y de<br />
marfiles, de piedras preciosas. Sus poemas son artificiosos pero transpar<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> su<br />
cont<strong>en</strong>ido, a veces muy narrativos, anecdóticos y poco liricos, parece más preocupado por la<br />
métrica y la perfección formal que por el cont<strong>en</strong>ido, de ello se despr<strong>en</strong>de que su poesía sea<br />
artificiosa y ornam<strong>en</strong>tal pero aj<strong>en</strong>a a su tiempo, lo que hizo que fuera un poeta conformista y<br />
tardío, máxime cuando las vanguardias europeas ya hacían eco <strong>en</strong> Latinoamérica. Pero no es<br />
de extrañar, finalm<strong>en</strong>te Lozano siempre reconoció que no era un poeta de oficio como la<br />
mayoría de los mal llamados ―nuevos‖, estas son sus palabras: ―La poesía ha sido <strong>en</strong> mí<br />
incid<strong>en</strong>tal ejercicio de la intelig<strong>en</strong>cia; la he considerado como la más eficaz y agradable<br />
forma de distracción de los azares de la vida‖ (1956: 8).<br />
81
3.6. Arturo Camacho Ramírez: la metáfora como exceso<br />
IMAGEN TOMADA DE: http://blogs.elespectador.com/elmagazin/2010/12/20/1900/<br />
El pres<strong>en</strong>te texto aborda la obra de Arturo Camacho Ramírez publicada hasta 1955. Se<br />
indagó <strong>en</strong> el contexto, fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> lo concerni<strong>en</strong>te a su biografía, se revisaron<br />
aspectos lingüísticos y literarios, los temas principales de su obra, las preocupaciones<br />
recurr<strong>en</strong>tes, etc., para observar la evolución, elem<strong>en</strong>tos comunes y propuestas novedosas <strong>en</strong><br />
su poética, tratando de establecer a grandes rasgos algunas características <strong>en</strong> su poesía<br />
inicial.<br />
2.6.1. Datos biográficos<br />
Arturo Camacho Ramírez nació <strong>en</strong> Ibagué el 28 de octubre de 1910 y murió <strong>en</strong> Bogotá el 24<br />
de octubre de 1982. Se destacó como poeta, diplomático, publicista, periodista y escritor.<br />
Vivió <strong>en</strong> Bogotá desde los tres años, <strong>en</strong> la casa de su abuela paterna María Triana <strong>en</strong> el<br />
barrio la Can<strong>del</strong>aria. Estudió la primaria <strong>en</strong> el Colegio La Pres<strong>en</strong>tación y el bachillerato <strong>en</strong> el<br />
Instituto de La Salle. Inició sus estudios de Derecho <strong>en</strong> la Universidad Nacional de<br />
Colombia pero a los tres años desertó. Auditor fiscal de navegación y puertos <strong>en</strong><br />
Barranquilla; Comisario especial <strong>en</strong> la Guajira; ocupó los cargos de Secretario de Juzgado y<br />
82
Comisario <strong>en</strong>cargado. Secretario de información y pr<strong>en</strong>sa <strong>en</strong> el Ministerio de Gobierno<br />
durante la jefatura de Alfonso López Pumarejo; funcionario <strong>del</strong> Ministerio de Agricultura <strong>en</strong><br />
1934 y asist<strong>en</strong>te de Plinio M<strong>en</strong>doza Neira <strong>en</strong> el Ministerio de Guerra <strong>en</strong> 1935; Secretario de<br />
la Legación colombiana <strong>en</strong> Bolivia; Secretario privado y subjefe de inmigración <strong>del</strong><br />
Ministerio de Relaciones Exteriores; Jefe de publicidad de la Empresa Colombiana de<br />
Turismo; <strong>del</strong>egado de Colombia <strong>en</strong> la UNESCO-París, <strong>en</strong>tre 1970 y 1972; acompañó a<br />
Alfonso López Pumarejo y López Michels<strong>en</strong> <strong>en</strong> sus campañas políticas. Militó <strong>en</strong> los<br />
movimi<strong>en</strong>tos MIL y MRL. Secretario de redacción <strong>del</strong> semanario Sábado, columnista <strong>del</strong><br />
periódico El Tiempo, El Espectador, El Espacio y Acción Liberal; colaborador de la Revista<br />
de las Indias donde publicó <strong>en</strong> 1941 ―Viñeta de Bécquer‖ con la que ganó el concurso de<br />
sonetos; conductor <strong>del</strong> programa radial ¿Cuál es su Hobby? <strong>en</strong> la emisora HJCK. Amigo de<br />
importantes escritores <strong>del</strong> contin<strong>en</strong>te como Pablo Neruda, Julio Cortázar y Jorge Edwards.<br />
Su primer libro fue Espejo de Naufragios (1935), luego v<strong>en</strong>drían Presagio de amor (1939)<br />
tercera <strong>en</strong>trega de los cuadernos de Piedra y Cielo, y Cándida inerte (1939). Se casó con<br />
Olga Castaño Castillo, a qui<strong>en</strong> dedicó su obra de teatro Luna de Ar<strong>en</strong>a (1943); Oda a Carlos<br />
Bau<strong>del</strong>aire (1945). En 1962 publicó La vida pública y <strong>en</strong> 1976 Carrera de la vida.<br />
3.6.2. La poesía de Camacho<br />
Según cons<strong>en</strong>so crítico, el grupo ―Piedra y Cielo‖ conformado por poetas nacidos <strong>en</strong>tre los<br />
años 1908 y 1914, hizo su aparición <strong>en</strong> 1935 con la publicación <strong>del</strong> libro Espejo de<br />
naufragios de Arturo Camacho Ramírez. Dice Andrés Holguín <strong>en</strong> el prólogo de las Obras<br />
<strong>completa</strong>s (1986):<br />
Camacho Ramírez pública, <strong>en</strong> 1935, un volum<strong>en</strong> poético titulado ―Espejo de<br />
naufragios‖ (editorial Minerva, Bogotá). Puede p<strong>en</strong>sarse que con este libro, de<br />
hondo lirismo, y que conti<strong>en</strong>e ya, un nuevo vocabulario literario, se inicia el que<br />
será, más tarde, el movimi<strong>en</strong>to de ―Piedra y Cielo‖ (1986: 14).<br />
Los ―piedracielistas‖ adquier<strong>en</strong> ―una nueva s<strong>en</strong>sibilidad‖ Influ<strong>en</strong>ciados por la lectura de las<br />
publicaciones que v<strong>en</strong>ían de España como las antologías de Gerardo Diego (1932) y la de<br />
Federico de Onís (1934); el Libro de poemas y el Romancero Gitano de García Lorca; las<br />
83
obras de Juan Ramón Jiménez (el nombre de ―piedra y cielo‖ provi<strong>en</strong>e <strong>del</strong> libro homónimo<br />
de este autor: Piedra y cielo: versos (1917-1918). Madrid: impr<strong>en</strong>ta Fortanet, 1919. 175p.);<br />
la poética de Antonio Machado y <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, los poetas de las G<strong>en</strong>eraciones <strong>del</strong> 98 y <strong>del</strong> 27.<br />
Pero no sólo España incidió <strong>en</strong> el cambió de las prefer<strong>en</strong>cias poéticas <strong>en</strong> cuanto al l<strong>en</strong>guaje y<br />
los temas de estos poetas, también Hispanoamérica con nombres como Pablo Neruda, Cesar<br />
Vallejo, Rubén Darío y Huidobro, aportaron <strong>en</strong> dicha estética; llegando a cohabitar dos<br />
corri<strong>en</strong>tes d<strong>en</strong>tro de ―Piedra y Cielo‖: los de corte hispánico y los de t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia americanista,<br />
<strong>en</strong>tre los que estaba Camacho Ramírez.<br />
Camacho leyó con dedicación a Villon y Bau<strong>del</strong>aire pero tomó una distancia marcada<br />
aunque no definitiva de la poesía francesa, italiana y <strong>del</strong> grecolatinismo, tan propio de los<br />
poetas de principios <strong>del</strong> siglo XX. Conocía ampliam<strong>en</strong>te la poesía castellana, degustaba a<br />
Góngora, Villamediana, Archipreste de Hita, Alberti, Góngora, Juan Ramón Jiménez, Jorge<br />
Manrique, Antonio Machado, Garcilaso, Quevedo, Lope de Vega, San Juan de la Cruz,<br />
Bécquer y Darío y sobre todo a García Lorca, <strong>en</strong>tre otros. Este influjo supo acondicionarlo a<br />
otras her<strong>en</strong>cias y llevarlo a un estilo más hispanoamericano, influ<strong>en</strong>ciado fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te<br />
por su amigo Pablo Neruda y la lectura <strong>del</strong> peruano César Vallejo. En el <strong>en</strong>sayo ―Piedra y<br />
cielo‖ de Fernando Charry Lara, <strong>en</strong> la sección dedicada a Camacho Ramírez, dice el autor<br />
que el poeta <strong>del</strong> Tolima divergía con el resto <strong>del</strong> grupo ―Piedra y Cielo‖ no sólo <strong>en</strong> cercanía<br />
al vanguardismo y americanismo fr<strong>en</strong>te al tradicionalismo e hispanismo sino <strong>en</strong> que además<br />
leía a los franceses; al hacer un paralelo de su poesía con la de Carranza, dice que para él<br />
Juan Ramón Jiménez era su estandarte mi<strong>en</strong>tras que Neruda y Lorca lo fueron para<br />
Camacho, y continúa:<br />
Si la ambición de Carranza t<strong>en</strong>día por ello a la pureza poética juanramoniana,<br />
Camacho se ori<strong>en</strong>taba por la impureza que planteó Neruda […] Carranza admiraba<br />
el clasicismo de Rafael Maya, mi<strong>en</strong>tras que Camacho prefería la extrañeza de León<br />
de Greiff. Y las discrepancias fueron desde un principio <strong>en</strong>tre la espiritualización<br />
<strong>del</strong> amor, <strong>en</strong> Canciones para iniciar una fiesta, y el erotismo desesperanzado de<br />
Cándida inerte; <strong>en</strong>tre una visión idealizada e ilusionada de la vida y los seres, y el<br />
antípoda realismo de la otra, que no rehuía aspectos lóbregos de la sociedad y <strong>del</strong><br />
hombre. La oposición <strong>en</strong>tre ambos se reflejaba directam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> sus respectivos<br />
l<strong>en</strong>guajes, si<strong>en</strong>do el de Carranza luminoso y aéreo y el de Camacho nocturno y<br />
volcánico; cristalino, musical y armonioso quería ser el uno, y sombrío, torr<strong>en</strong>cial y<br />
hermético se pres<strong>en</strong>taba el otro (1991: 437).<br />
84
El poeta tolim<strong>en</strong>se publica su primer libro a los 25 años de edad, y desde <strong>en</strong>tonces, hizo de<br />
la metáfora el procedimi<strong>en</strong>to c<strong>en</strong>tral de su estilo. Buscó nuevos s<strong>en</strong>deros <strong>en</strong> su poesía<br />
proponi<strong>en</strong>do metáforas alucinantes, imprimi<strong>en</strong>do suger<strong>en</strong>cia y musicalidad a sus textos; le<br />
gustaba crear relaciones arbitrarias e ing<strong>en</strong>iosas <strong>en</strong>tre las palabras, darles int<strong>en</strong>sidad<br />
semántica, haci<strong>en</strong>do que adquirieran s<strong>en</strong>tidos diversos aprovechando la polisemia <strong>del</strong><br />
l<strong>en</strong>guaje. Este tratami<strong>en</strong>to, <strong>en</strong> ocasiones excesivam<strong>en</strong>te alucinado, hace que <strong>en</strong> muchas<br />
oportunidades sus metáforas provoqu<strong>en</strong> imág<strong>en</strong>es herméticas o surrealistas:<br />
…<br />
Su éxtasis <strong>en</strong>v<strong>en</strong><strong>en</strong>ado<br />
circula aceites marítimos<br />
y m<strong>en</strong>udas golondrinas<br />
hechas de carbón y vidrio<br />
que se <strong>en</strong>trelazan buscando<br />
equivocados caminos (1939: 14).<br />
En algunos casos su poesía resulta bastante farragosa debido al l<strong>en</strong>guaje ampuloso,<br />
grandilocu<strong>en</strong>te y artificioso, resultado básicam<strong>en</strong>te <strong>del</strong> excesivo protagonismo que le da a la<br />
metáfora, buscando fórmulas ing<strong>en</strong>iosas, cargándola de imág<strong>en</strong>es, si<strong>en</strong>do <strong>en</strong> la mayoría de<br />
casos barrocas, herméticas, a veces oníricas, a veces laberínticas:<br />
…<br />
Este vi<strong>en</strong>to de látigos profundos,<br />
contra pávidas cumbres inconcretas,<br />
mo<strong>del</strong>ará <strong>en</strong> la carne de la sombra<br />
la curva sil<strong>en</strong>ciosa <strong>del</strong> poema,<br />
barco aéreo cargado de tu vida (1935:51).<br />
El abuso de la metáfora hace que se vuelva superficial, artificiosa, y <strong>en</strong> muchos casos se<br />
si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> falseadas:<br />
…<br />
Seria así la muerte doncellita desnuda,<br />
cubriéndonos los ojos con las manos heladas.<br />
Mediodía de estrellas con musical vacío<br />
que nuestro amor refresca con per<strong>en</strong>nes alas (1935:19).<br />
85
Camacho maneja diversos tiempos verbales, <strong>del</strong> pres<strong>en</strong>te al pasado, <strong>del</strong> pasado al pres<strong>en</strong>te,<br />
característica frecu<strong>en</strong>te <strong>en</strong> sus textos:<br />
…<br />
Serias tú,<br />
isla melodiosa, tallo musical, última lágrima<br />
rodeada por mí como un océano… (1935: 11-12)<br />
Hay poemas que son sumam<strong>en</strong>te narrativos, este es el caso <strong>del</strong> poema ―Mujeres de otro día‖,<br />
<strong>en</strong> donde se narra la historia de un niño de siete años que admira un grupo de mujeres bellas.<br />
Él está <strong>en</strong>amorado de una de esas mujeres, qui<strong>en</strong> a su vez espera al hombre amado que no<br />
llega:<br />
…<br />
Estas mujeres fueron bellas<br />
y había una que yo amaba.<br />
Yo t<strong>en</strong>ía siete años dulces<br />
como el corazón de la caña.<br />
S<strong>en</strong>os mor<strong>en</strong>os como nísperos,<br />
ojos de estrella y voz de agua,<br />
ella ardía como una es<strong>en</strong>cia<br />
esperando al que no llegaba (1935:14).<br />
Finalm<strong>en</strong>te las mujeres ya han <strong>en</strong>vejecido y aquel niño es ahora un hombre vigoroso:<br />
…<br />
Hoy t<strong>en</strong>go veinte años fuertes<br />
como banderas desplegadas,<br />
hoy ya mi instinto y mi deseo<br />
se erig<strong>en</strong> al sol como lanzas<br />
y cuando paso, esas mujeres<br />
que fueron bellas <strong>en</strong> mi infancia,<br />
murmuran resignadam<strong>en</strong>te:<br />
así era el que no llegaba (1935:14).<br />
Aparte de ser narrativo y anecdótico, este poema como muchos otros poemas reca<strong>en</strong> <strong>en</strong> una<br />
exagerada descripción. También es característico de su poética el corte brusco al final,<br />
permiti<strong>en</strong>do que el lector haga sus interpretaciones:<br />
86
…<br />
-Cuáles?<br />
-Cuáles?<br />
-Cuáles?<br />
Oh, que precipitación de puerta abierta!<br />
Lo sé?<br />
No lo sé?<br />
Sil<strong>en</strong>cio… (1935: 41).<br />
Los poemas conversacionales o con inclusión de diálogos son recurr<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> Espejo de<br />
naufragios, así sucede con ―Caracolí sin flor‖, ―Trinchera de eternidad‖, ―Poema <strong>del</strong> vi<strong>en</strong>to<br />
capitán‖, ―Biografía, ―Recorte de elegía, <strong>en</strong>tre otros.<br />
…<br />
-Préstame tu sombra, cielo<br />
de verdes nubes rodantes.<br />
-No, que t<strong>en</strong>go que llevar<br />
el agua <strong>en</strong> flor de los mares.<br />
-Ay,<br />
que me voy a matar, madre! (1935: 17).<br />
Sus versos abundan <strong>en</strong> símiles, asociaciones complejas, onirismo y antí<strong>tesis</strong>, además de una<br />
g<strong>en</strong>erosa mezcla de efectos s<strong>en</strong>soriales a la manera de sinestesias:<br />
…<br />
Sus naves agujetean<br />
mis ojos aridecidos<br />
y mis manos se devoran<br />
una otra <strong>en</strong> su <strong>del</strong>irio,<br />
que si<strong>en</strong>to <strong>en</strong> mi cuerpo escamas<br />
y <strong>en</strong>trechocados cintillos…(1939:4).<br />
Oscila <strong>en</strong>tre lo sublime y lo carnal, de la pasión al desgarro amoroso y la melancolía.<br />
―Presagio de amor‖, por ejemplo, es un poema de t<strong>en</strong>sión <strong>en</strong>tre el amor y la muerte, un<br />
hombre que busca el universo de una mujer, que la presi<strong>en</strong>te <strong>en</strong> cada cosa, pero ella es<br />
ap<strong>en</strong>as un rumor doloroso. La voz poética es consci<strong>en</strong>te de la soledad y esa soledad se<br />
parece mucho a la proximidad de la muerte.<br />
87
…<br />
…Entre la llama y el lirio,<br />
un vaho verde de perlas<br />
<strong>en</strong> su mirada teñido,<br />
alto pecho, bajo sueño,<br />
a la muerte sometido… (1939:16).<br />
Se aleja de los amores imposibles, virtuosos, platónicos o imaginarios para dejar que la<br />
pasión florezca <strong>en</strong> algunas de sus páginas, si<strong>en</strong>do mucho más carnal, erótico, directo y<br />
expresivo. En el sigui<strong>en</strong>te fragm<strong>en</strong>to el poeta idealiza a la mujer y luego suaviza su<br />
s<strong>en</strong>sualidad comparándola con elem<strong>en</strong>tos de la naturaleza:<br />
…<br />
Tu cuerpo de marinas oleadas<br />
Hizo arder mi canción otro día,<br />
y tu alta, sí, alta <strong>en</strong> esa altura<br />
-primavera de todas las miradas,<br />
Lumbre de voz azul- <strong>en</strong> donde empieza<br />
La patria vegetal de los luceros (1935:51).<br />
A través <strong>del</strong> verso declara su amor perpetuo <strong>en</strong> una actitud caballeresca y galante.<br />
…<br />
Qui<strong>en</strong> me nombra está minti<strong>en</strong>do,<br />
qui<strong>en</strong> me grita decidle que se calle<br />
que ya no t<strong>en</strong>go espadas ni banderas,<br />
ni torres que oponer a su desastre (1939: 25).<br />
La soledad, la nostalgia, la mujer, el erotismo, el amor, la pasión y sobre todo, la muerte,<br />
constituy<strong>en</strong> sus temáticas básicas. Dice Andrés Holguín <strong>en</strong> el prólogo de las Obras<br />
Completas: ―una obsesión constante, el tema de la muerte. De sus primeros a sus últimos<br />
poemas, esa obsesión recorre los versos, desgarra al poeta, nubla la visión‖ (1986:11).<br />
…<br />
Allí, puerta al infierno o al descanso,<br />
espectro torr<strong>en</strong>cial, ola nocturna,<br />
está tu pedestal de siempre y nunca,<br />
88
el plasma de tu sueño,<br />
la maldecida rosa<br />
y el mármol que soñó con tu cabeza (1945: 67).<br />
Oda a Carlos Bau<strong>del</strong>aire (1945) es un libro lírico-narrativo <strong>en</strong> donde se "metaforiza" la vida<br />
<strong>del</strong> poeta maldito impulsor de la poesía moderna. La pluralidad de elem<strong>en</strong>tos e imág<strong>en</strong>es<br />
metafóricas y las asociaciones oníricas que están pres<strong>en</strong>tes a lo largo de toda la obra crean<br />
una atmósfera sombría, d<strong>en</strong>sa y de gran t<strong>en</strong>sión, lograda principalm<strong>en</strong>te por las antí<strong>tesis</strong> que<br />
se utilizan para describir:<br />
…<br />
Solo la nieve puede dormir <strong>en</strong> primavera<br />
y el mar t<strong>en</strong>er un eco de doble resonancia,<br />
donde la muerte tiembla como un recién nacido<br />
y expresa su diamante de luz indisoluble (1945:26).<br />
En este libro cada poema se <strong>en</strong>cad<strong>en</strong>a con el sigui<strong>en</strong>te, construy<strong>en</strong>do una imag<strong>en</strong> onírica <strong>del</strong><br />
poeta Bau<strong>del</strong>aire y de los personajes que lo acompañaron: Jeanne Duval, la V<strong>en</strong>us Negra, su<br />
amor por más de veinte años; madame Sabatier, su musa espiritual, su amor místico; y<br />
finalm<strong>en</strong>te Edgar Allan Poe.<br />
Amó hasta el odio <strong>en</strong>furecido,<br />
hasta morirse de desprecio,<br />
hasta el sollozo y el castigo,<br />
su humillación por tu deseo (1945:35).<br />
A Camacho Ramírez se le abona su capacidad para buscar nuevas perspectivas, cuando<br />
todos miraban hacia el parnasianismo, el simbolismo y el modernismo, el miró hacia la<br />
poesía hispanoamericana. Hay <strong>en</strong> él una r<strong>en</strong>ovación poética, sus versos fueron más impuros,<br />
no sucumbió ante las vanguardias pero es innegable que por lo m<strong>en</strong>os el surrealismo lo<br />
influyó, de ahí el irracionalismo <strong>en</strong> muchos de sus textos.<br />
Para Camacho los versos son recuerdos, experi<strong>en</strong>cias vitales que funcionan como<br />
una mina desde la cual se extrae el poema, una actuación <strong>del</strong> subconsci<strong>en</strong>te que<br />
surge sin control y se pres<strong>en</strong>ta como un vocero iluminado <strong>del</strong> mundo íntimo y<br />
terrible <strong>del</strong> ser humano (Jaramillo: 1978, 42).<br />
89
Fue un obsesionado por el amor y por la muerte, su poesía es oscura, sombría, visceral; un<br />
tanto barroca, aglutinada de imág<strong>en</strong>es, atiborrada de metáforas, con excepción de Oda a<br />
Carlos Bau<strong>del</strong>aire (1945) donde es justo, cabal y mesurado tanto <strong>en</strong> la forma como <strong>en</strong> el<br />
cont<strong>en</strong>ido. Para concluir es justo decir que Camacho bebió <strong>del</strong> simbolismo <strong>en</strong> la her<strong>en</strong>cia<br />
francesa de Bau<strong>del</strong>aire. Esto se deduce justam<strong>en</strong>te de la vocación narrativa, que es propia de<br />
Las flores <strong>del</strong> mal, como por la degradación de la belleza que hace <strong>en</strong> "Las mujeres de otro<br />
tiempo"; además, la alegoría y la musicalidad de sus versos lo pon<strong>en</strong> a tomo con esa<br />
her<strong>en</strong>cia modernista y, por el lado hispano incide <strong>en</strong> él, García Lorca y su Poeta <strong>en</strong> Nueva<br />
York y la elocu<strong>en</strong>cia nerudiana de Resid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la tierra y 20 poemas de amor.<br />
90
3.7. Oscar Echeverri Mejía: epígono de los clásicos<br />
FOTOS TOMADAS DE: http://www.elmundo.com/portal/pagina.g<strong>en</strong>eral.impresion.php?idx=70301<br />
91<br />
Cuando yo digo poesía, digo<br />
la sangre con sus ríos y torr<strong>en</strong>tes,<br />
la sangre y su milagro que nos salva,<br />
el hombre con sus huesos y sus músculos<br />
y su polvo y sus sueños.<br />
Oscar Echeverri Mejia<br />
El pres<strong>en</strong>te texto hará una mirada panorámica a los libros Canciones sin palabras (1947),<br />
Cielo de poesía (1952), Destino de la voz (1942) y La rosa sobre el muro (1952) tratando de<br />
establecer algunas características <strong>en</strong> la poética inicial de Óscar Echeverri Mejía. Se indagó<br />
<strong>en</strong> el contexto, fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> lo concerni<strong>en</strong>te a su biografía, se revisaron aspectos<br />
lingüísticos y literarios, los temas principales de su obra, las preocupaciones recurr<strong>en</strong>tes y<br />
com<strong>en</strong>tarios de la crítica para observar los elem<strong>en</strong>tos comunes y propuestas novedosas e<br />
influ<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> la poesía publicada hasta el año 1955.<br />
3.7.1. Datos Biográficos<br />
Óscar Echeverri Mejía nació <strong>en</strong> Ibagué, Tolima, el 15 de mayo de 1918 y murió <strong>en</strong> Cali<br />
(Col.) el 11 de diciembre de 2005, Miembro <strong>del</strong> Consejo de Redacción de la revista<br />
bogotana El Café Literario, columnista de los diarios La República, El Colombiano,
Occid<strong>en</strong>te y La Tarde, hizo reseñas bibliográficas y columnas sobre correcciones<br />
idiomáticas para los periódicos afiliados a Colpr<strong>en</strong>sa y <strong>en</strong> varias revistas colombianas. Fue<br />
director <strong>del</strong> Departam<strong>en</strong>to de Información y Cultura <strong>del</strong> Ministerio de Relaciones Exteriores<br />
de Colombia, fue miembro principal de diversas <strong>en</strong>tidades y organizaciones como la Junta<br />
de C<strong>en</strong>sura de Cine <strong>del</strong> Ministerio de Educación Nacional de Colombia, de número de la<br />
Academia Colombiana de la L<strong>en</strong>gua y jefe de Relaciones Públicas, integrante<br />
correspondi<strong>en</strong>te de la Real Academia Española, de la Academia Norteamericana de la<br />
L<strong>en</strong>gua Española y de honor <strong>del</strong> C<strong>en</strong>tro de estudios de Relaciones Públicas de Colombia,<br />
socio Honorario de la Asociación Prometeo de Poesía, de Madrid; miembro de número de la<br />
Sociedad Bolivariana de Colombia y de Paraguay, de la Federación Latinoamericana de<br />
Sociedades de Escritores, con sede <strong>en</strong> Caracas, fundador y ex presid<strong>en</strong>te de la Asociación de<br />
Escritores de Colombia, fundador de la Casa de Poesía Jorge Isaacs, miembro honorario de<br />
la Sociedad Sanmartiniana de Colombia y de la Fundación de Poetas Vallecaucanos,<br />
miembro <strong>del</strong> Instituto O‘higginiano de Colombia, editor y director <strong>del</strong> suplem<strong>en</strong>to ―Estafeta<br />
Literaria‖, <strong>del</strong> periódico La Paz, de Bogotá, fundador y director por diez años, de los<br />
programas radiales ―La voz‖ de la Academia Colombiana de la L<strong>en</strong>gua y Cuestiones de<br />
l<strong>en</strong>guaje. Diplomático <strong>en</strong> España, México, Panamá y V<strong>en</strong>ezuela. Editó un Diccionario<br />
abreviado de la L<strong>en</strong>gua Española y con Alfonso Bonilla Naar preparó la antología 21 años<br />
de poesía colombiana, de 1942 a 1963, publicada <strong>en</strong> 1964.<br />
Le otorgaron diversas condecoraciones y reconocimi<strong>en</strong>tos, <strong>en</strong>tre ellos: Diploma Maestro de<br />
Poesía, <strong>en</strong> Valparaíso, Chile; Mérito civil, <strong>en</strong> el grado de Com<strong>en</strong>dador, <strong>en</strong> España; diploma<br />
Rubén Darío, <strong>en</strong> el grado de com<strong>en</strong>dador, <strong>en</strong> Nicaragua; Mérito literario latinoamericano, <strong>en</strong><br />
Caracas; Ord<strong>en</strong> <strong>del</strong> Arriero, <strong>en</strong> Antioquia; premio Bernardo Arias Trujillo, <strong>en</strong> Risaralda;<br />
Cruz de Caballero, <strong>en</strong> la Ord<strong>en</strong> al Mérito Vallecaucano, <strong>en</strong> Cali; y Ord<strong>en</strong> Luis Carlos<br />
González, <strong>en</strong> Pereira.<br />
3.7.2. La poética de Echeverri Mejía<br />
En Colombia se ha dicho que nuestra poesía de principios de siglo XX mantuvo un atraso<br />
92
considerable fr<strong>en</strong>te a la poesía de Europa. En los años 30´s y 40´s el país afrontaba una<br />
discusión sobre la creación poética <strong>en</strong> lo relacionado con los temas y los recursos que debían<br />
usarse. Unos def<strong>en</strong>dían los temas exóticos y distantes <strong>en</strong> el tiempo y <strong>en</strong> el espacio, con<br />
resonancias de Rubén Darío y <strong>del</strong> parnasianismo; otros se preocupaban por el estilo, la<br />
s<strong>en</strong>cillez y el verso depurado, incitados a regresar a la tradición y al clasicismo. Los<br />
tardorománticos, los seguidores <strong>del</strong> simbolismo y parnasianismo, la negación o<br />
desconocimi<strong>en</strong>to de las vanguardias y la mezcla <strong>en</strong>tre política, valores cristianos y moral<br />
conservadora afincaron la idea de que había que def<strong>en</strong>der cierta noción clásica de la poesía.<br />
Después <strong>del</strong> grupo de ―Los Nuevos‖ y antes de la aparición de ―Mito‖, hizo pres<strong>en</strong>cia <strong>en</strong><br />
1939 el movimi<strong>en</strong>to literario conocido como ―Piedra y cielo‖, nombre tomado <strong>del</strong> título <strong>del</strong><br />
libro de Juan Ramón Jiménez (1881-1958) publicado <strong>en</strong> 1919. Aunque Echeverri no<br />
pert<strong>en</strong>eció a ―Piedra y cielo‖, es segura su cercanía hacia este movimi<strong>en</strong>to, que influ<strong>en</strong>ció su<br />
primera producción Destino de la voz (1942); su poema ―A Platero <strong>en</strong> el cielo de Moguer‖<br />
<strong>del</strong> libro Canciones sin palabras (1947), es un hom<strong>en</strong>aje y una clara la intertextualidad con<br />
el poema ―Platero y yo‖, <strong>del</strong> poeta español a qui<strong>en</strong>es los ―piedracielistas‖ rindieron tributo:<br />
…<br />
Sólo el poeta tu destino sabe.<br />
tu dulce nombre evoca tu hermosura,<br />
tu mirada es un rio de ternura,<br />
y tu recuerdo <strong>en</strong> un poema cabe (1947: 71).<br />
En la <strong>en</strong>trevista que le hace Carolina Echeverri Obregón, ella le pregunta: ¿De qué<br />
g<strong>en</strong>eración se considera?, a lo cual el poeta responde:<br />
Poéticam<strong>en</strong>te he sido considerado ―post-piedracielista‖, porque ―Piedra y cielo‖<br />
hizo una revolución <strong>completa</strong> <strong>en</strong> la poesía colombiana, oy<strong>en</strong>do los ecos de la<br />
poesía española de su época. Yo, que era un muchacho, me hice amigos de ellos:<br />
de Jorge Rojas, de Eduardo Carranza, Carlos Martín; y ello me acogieron y me<br />
<strong>en</strong>rutaron. De ahí que a mí se me <strong>en</strong>casille <strong>en</strong> esa g<strong>en</strong>eración (1994:69).<br />
Destino de la voz (1942) se publica <strong>en</strong> Manizales cuando Echeverri t<strong>en</strong>ía 24 años de edad, es<br />
un libro de hermosura simple, elem<strong>en</strong>tal, transpar<strong>en</strong>te, espontanea, diáfana y sin<br />
93
pret<strong>en</strong>siones, además de s<strong>en</strong>tim<strong>en</strong>talista. Consta de 53 poemas, 45 sonetos y el resto, casi<br />
todos, romances. Los temas de este libro son la poesía misma, la naturaleza, el amor,<br />
remembranzas a la infancia y a la muerte:<br />
…<br />
No más tu sombra el corazón <strong>en</strong>vuelva,<br />
que tu hielo <strong>en</strong> mi canto se disuelva:<br />
¡dejadme libre ya de tus prisiones! (1942: 123).<br />
Canciones sin palabras (1947), consta de 48 poemas, once de los cuales son sonetos, vi<strong>en</strong>e<br />
una elegía dedicada a Roberto Garrida, poemas a la naturaleza, a la amistad, una sonata de<br />
admiración a Han<strong>del</strong>, Chopin, Bach y Debussy, hom<strong>en</strong>ajes a María Eug<strong>en</strong>ia Rojas y a Juan<br />
Ramón Jiménez. También hay textos ofrecidos al amor filial, dedicados a su hija y a su<br />
madre. El final <strong>del</strong> libro esta matizado por doce poemas, cada uno formado por dos cuartetos<br />
y con temáticas diversas.<br />
El mar es el tema de las seis estrofas que abr<strong>en</strong> el libro La rosa sobre el muro (1952) y que<br />
llevan por título ―Fragm<strong>en</strong>tos de un poema sobre el mar‖, este mismo tema se repite hacia el<br />
final <strong>del</strong> poemario cuando refiere naufragios, islas, olas, brisa marina, etc.,. Hay un poema<br />
titulado ―Romance <strong>del</strong> que no ha visto el mar‖ <strong>en</strong> donde la voz poética recrea el mar a través<br />
de la imaginación poética para qui<strong>en</strong>es no han podido verlo:<br />
…<br />
Yo jamás he visto el mar<br />
y a veces me lo imagino<br />
como una vasta llanura<br />
donde los peces son plantas<br />
que <strong>en</strong> las olas han crecido.<br />
(El canto de sus sir<strong>en</strong>as<br />
escucho, a veces, dormido) (1952: 59).<br />
En el poema ―Dialogo‖ la voz de la rosa y de la espina se alternan con la voz de un niño:<br />
LA ESPINA:<br />
Símbolo soy de lo áspero,<br />
de los sórdido y lo eterno.<br />
94
Me huye y teme hasta el aire<br />
y yo estoy siempre <strong>en</strong> mi puesto<br />
segura de que me <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tr<strong>en</strong><br />
las criaturas, sin quererlo (1952: 64).<br />
Posteriorm<strong>en</strong>te hay una serie dedicada a objetos cotidianos. El poema ―Patria aus<strong>en</strong>te‖ hace<br />
una bella exaltación de la patria, de lo autóctono, de color local añorado por la distancia <strong>del</strong><br />
aus<strong>en</strong>te:<br />
…<br />
Yo creí que la patria solo era<br />
una noción geográfica que nos dieran los textos,<br />
que solo con salir de sus físicos limites<br />
se podría borrar su nombre <strong>del</strong> recuerdo (1952: 45).<br />
A veces la lectura <strong>del</strong> libro resulta fragm<strong>en</strong>tada por la diversidad de temas que recrea, dando<br />
la s<strong>en</strong>sación de falta de unidad. El libro Cielo de poesía (1952) publicado <strong>en</strong> San Rafael,<br />
Arg<strong>en</strong>tina; está compuesto por once poemas: ―el espejo‖, ―Dios‖, ―La perla‖, ―La noche‖,<br />
―La infancia‖, ―Romance <strong>del</strong> que no ha visto el mar‖, ―El sueño‖, ―Diálogo‖, ―Marina‖, ―La<br />
lluvia‖ y ―Patria aus<strong>en</strong>te‖, todos estos cantos pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> al libro La rosa sobre el muro<br />
(1952), por lo que no merece com<strong>en</strong>tarios adicionales.<br />
En g<strong>en</strong>eral, la forma preferida de Echeverry fue el soneto clásico (ABBA: ABBA/CCD:<br />
CCD) muy cultivado por Lope de Vega, Góngora, Quevedo, Calderón de la Barca, Sor<br />
Juana y Cervantes. Se le ha reconocido precisam<strong>en</strong>te como un gran sonetista. Sin embargo,<br />
hay algunos poemas que romp<strong>en</strong> con esta estructura y manejan librem<strong>en</strong>te el número de<br />
estrofas y el número de versos. Son varias las formas clásicas a las que acude el poeta.<br />
Verbigracia la elegía, las alabanzas, las baladas, los canticos, y sobre todo, los romances,<br />
composiciones arraigadas <strong>en</strong> la métrica española desde el siglo XV. Este tipo de<br />
composición ti<strong>en</strong>e un número indefinido de versos octosílabos aunque algunas veces hay<br />
cierta fluctuación métrica e inclusive combinación de versos de difer<strong>en</strong>te medida. Un<br />
ejemplo lo vemos <strong>en</strong> el poema ―Romance <strong>en</strong> un sólo día‖ (1942: 64), el cual ti<strong>en</strong>e 7 estrofas,<br />
dos quintetos, un par y cuatro cuartetos. Otro ejemplo de versificación es el poema ―Eres tan<br />
dulce, niña…‖ (1942: 55) <strong>en</strong> donde cada una de las cuatro estrofas varía su número de<br />
95
versos (4, 5, 6, 7) combinando heptasílabos y <strong>en</strong>decasílabos de manera aleatoria. Los versos<br />
heptasílabos funcionan como estribillos (repetición <strong>del</strong> sintagma <strong>en</strong> función rítmica). Este<br />
tipo de versificación podría ser una silva. En el mo<strong>del</strong>o de métrica clásico, la silva es la<br />
estrofa culta que más libertad concede al poeta. Los versos de 7 y de 11 sílabas se alternan<br />
<strong>en</strong> el ord<strong>en</strong> que quiera el poeta y le permit<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er un esquema de rimas tal como a él le<br />
plazca. Incluso -caso excepcional <strong>en</strong> la métrica culta clásica- se tolera que haya algún verso<br />
que no rime, es decir, algún verso suelto. En el r<strong>en</strong>acimi<strong>en</strong>to los autores españoles como<br />
Luis de Góngora y Argote acogieron esta forma poética. Confunde <strong>en</strong> este poema que la<br />
rima no se da <strong>en</strong> consonante y son muchos los versos que quedan sueltos:<br />
…<br />
Eres tan dulce, niña,<br />
como decir tu nombre con luceros.<br />
me duele tu belleza blandam<strong>en</strong>te<br />
como espina <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro de mi pecho.<br />
Mirarte es tan azul como este cielo<br />
y acariciarte es solo comparable<br />
a besar <strong>en</strong> tus ojos la mañana.<br />
eres tan dulce, niña,<br />
como gozar el cielo <strong>en</strong> tu mirada (1942: 55).<br />
El símil es la figura retórica más frecu<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Echeverry, la mayoría de sus poemas incluy<strong>en</strong><br />
una comparación o semejanza a través <strong>del</strong> uso de elem<strong>en</strong>tos de relación como ―cual‖, ―que‖,<br />
―se‖ y ―como‖. Se destaca el uso de algunas imág<strong>en</strong>es sinestésicas, pleonasmos,<br />
<strong>en</strong>cabalgami<strong>en</strong>tos, diálogos, hiperbolizaciones y los juegos de palabras anteponi<strong>en</strong>do o<br />
usando palabras antitéticas. También recurre a las anáforas, iniciando dos estrofas con la<br />
misma palabra o dos o varios versos consecutivos con la misma <strong>en</strong>trada:<br />
…<br />
Te quiero, dulce niña,<br />
por tus manos que sabe a agua pura,<br />
por tu boca que sabe a fruta fresca,<br />
por tu blanca sonrisa,<br />
por tu mirada-arroyo de ternura-. (1942:77).<br />
96
Echeverri utiliza <strong>en</strong> una misma estructura sintáctica dos palabras de significado opuesto,<br />
originando un oxímoron:<br />
…<br />
Enterrado cristal, espejo ciego,<br />
tu clara sombra, viva como el fuego,<br />
pulsa la inm<strong>en</strong>sa bóveda estrellada (1942:21).<br />
Algunas veces caracteriza el sustantivo a través de epítetos como viva flauta, azulado<br />
temblor, bandera vegetal, altas nubes, pies de espuma, <strong>en</strong>tre otros:<br />
…<br />
Prolonga el caracol tu voz oscura<br />
y rodean sir<strong>en</strong>as de amargura<br />
tu azulado temblor de espejo ciego (1942:15).<br />
Otra de las figuras retóricas frecu<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> su poética son los pleonasmos, al usar expresiones<br />
<strong>en</strong> la que aparec<strong>en</strong> uno o más términos reiterados o redundantes:<br />
…<br />
Isla rodeada de tus nubes solas<br />
mi alma flota <strong>en</strong>tre desnudas olas<br />
de tu mudo sil<strong>en</strong>cio acompañada (1942:31).<br />
Las temáticas principales <strong>en</strong> la poética de Echeverry son la exaltación de la naturaleza, <strong>en</strong>tre<br />
lo que podemos destacar la eternidad de la misma, el mar y sus criaturas, las aves, el cielo, la<br />
noche, el día, los aflu<strong>en</strong>tes, etc. Veamos el ejemplo <strong>del</strong> poema ―Al rio‖:<br />
…<br />
Espejo regalado de los cielos,<br />
son tus espumas congelados vuelos<br />
y tus aguas cristales desatados (1942:19).<br />
Inspirado <strong>en</strong> Simón Bolívar, su poema ―Breve canto a Bolívar‖ construye la imag<strong>en</strong> de<br />
padre de América, comparándolo con imág<strong>en</strong>es religiosas, de ser omnipot<strong>en</strong>te, a través de<br />
97
imág<strong>en</strong>es panteístas de hibridación <strong>en</strong>tre el hombre y la naturaleza, muy similares a las<br />
creadas por German Pardo García como ―nubes-hadas‖:<br />
…<br />
Hombre-océano, hoguera inextinguible, alzada<br />
<strong>en</strong> lo alto de la gloria.<br />
Nube y relámpago, seguido por los dioses avanzas<br />
Con pies alados sobre las nubes de la historia (1947:145).<br />
En el poema ―piedra‖ expresa la finitud de hombre fr<strong>en</strong>te a lo eterno de la naturaleza:<br />
…<br />
Todo verdor dura una primavera.<br />
El hombre mo<strong>del</strong>ándote perece:<br />
¡Sólo tú quedas, sórdida y primera! (1947: 29)<br />
La mujer y la naturaleza se idealizan y equiparan, creando una imag<strong>en</strong> hibrida:<br />
…<br />
Es un paisaje humano tu belleza.<br />
finge <strong>en</strong> la cima azul de tu cabeza<br />
tu cabello una viva <strong>en</strong>redadera (1942:61).<br />
Sus textos manti<strong>en</strong><strong>en</strong> elem<strong>en</strong>tos de un romanticismo trasnochado donde los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos son<br />
asimilados a elem<strong>en</strong>tos de la naturaleza y a través de ellos se connotan los estados de ánimo<br />
<strong>del</strong> yo poemático:<br />
…<br />
Mi corazón está como una rosa<br />
<strong>en</strong>astado <strong>en</strong> el tallo de la vida…(1942:49).<br />
Otros temas son la aus<strong>en</strong>cia de un ser amado, el amor corporal, la muerte. Hay también<br />
ciertos tintes eróticos <strong>en</strong> algunos textos como <strong>en</strong> los poemas ―V<strong>en</strong>us durmi<strong>en</strong>do de<br />
Giorgione‖ y ―Desnudo‖:<br />
98
…<br />
Dos cálidos colinas embellec<strong>en</strong><br />
el casto pecho, y <strong>en</strong> su cima ofrec<strong>en</strong><br />
la miel de su redonda floresc<strong>en</strong>cia (1947:41).<br />
Echeverri int<strong>en</strong>ta cierta r<strong>en</strong>ovación temática al poetizar algunos deportes, con textos como<br />
―nadadora‖, ―Basquetbolistas‖, ―Equitadora‖ y ―T<strong>en</strong>nis‖, metaforizándolos con elem<strong>en</strong>tos<br />
de la naturaleza:<br />
…<br />
Una luna pequeñita<br />
-piel t<strong>en</strong>sa, silueta blanca-<br />
cruza el cielo de la tarde<br />
y <strong>en</strong> la tibia ar<strong>en</strong>a salta (1942: 99).<br />
Es abundante las exaltaciones, los hom<strong>en</strong>ajes póstumos y los poemas dedicados a la familia,<br />
por ejemplo al padre, la hija, a Jaime Robledo Uribe, Roberto Garrido, María Constanza, a<br />
Bolívar, etc. Veamos un fragm<strong>en</strong>to de ―A María Eug<strong>en</strong>ia Rojas‖:<br />
…<br />
El mundo cabe <strong>en</strong> tu pequeña mano.<br />
Eres, María Eug<strong>en</strong>ia, lirio humano<br />
creci<strong>en</strong>do hacia la luz, igual que el día (1947:49).<br />
Diversas artes confluy<strong>en</strong> <strong>en</strong> su poesía: la pintura, la danza y sobre a la música, con poemas<br />
como ―La música‖, ―Soneto pianísimo a Rosalía‖, ―Balada‖ y ―Bagatela‖, composición<br />
musical propia <strong>del</strong> romanticismo, ágil, corta, sin mayores pret<strong>en</strong>siones, como el mismo<br />
poema:<br />
…<br />
Por la infinita v<strong>en</strong>tana<br />
<strong>del</strong> cielo, asoma un lucero:<br />
la tarde un suspiro exhala<br />
y se escapa hacia la noche<br />
porque tu dulce mirada se ha perdido por el sueño! (1947: 21).<br />
99
Otro texto que recurre a un título relacionado con formas musicales es ―Sonata‖ (1947, 25).<br />
Recordemos que una sonata es una pieza musical que usa dos temas contrastantes, <strong>en</strong> este<br />
caso se contrasta la música de Han<strong>del</strong>, Bach, Chopin, Debussy con la melancolía de la voz<br />
poética que sufre por la pérdida de la mujer amada. Este poema está compuesto por cinco<br />
quintetos.<br />
Finalm<strong>en</strong>te, traigo a colación estas dos citas de <strong>en</strong>tre las muchas que escribieron sus amigos<br />
academicos e intelectuales, y que resum<strong>en</strong> <strong>en</strong> gran medida la obra de Echeverri:<br />
En la <strong>poesia</strong> colombiana muy pocos hasta ahora han podido relatar las multiples<br />
av<strong>en</strong>turas <strong>del</strong> alma , de la vida, de la muerte, <strong>del</strong> amor, de los seres, de los grande,<br />
de lo nimio, que ha corrido este poeta s<strong>en</strong>cillo <strong>en</strong>tre los s<strong>en</strong>cillos (Mejía: 1994,<br />
28).<br />
En este mismo s<strong>en</strong>tido Ricardo Ilian Botero se pronuncia:<br />
Y se le escucha con el asombro que produce la <strong>del</strong>eitacion de una posesía de<br />
ángeles, que ti<strong>en</strong>e la mezcla <strong>del</strong> amor, de las primaveras y de los coloquios. Una<br />
<strong>poesia</strong> que a veces es clasica y broncínea y <strong>en</strong> ocasiones nubil, adolec<strong>en</strong>te,<br />
jardinera. Poesia que recoge el rocío, el llanto y la esquiva mirada, como algo que<br />
trasunta la armonia y pasa, casi inasible, por las praderas <strong>del</strong> olvido (1994: 33).<br />
Los dos coincid<strong>en</strong> <strong>en</strong> que Echeverry hace una <strong>poesia</strong> que toca diversos temas, desde<br />
los mas elevados hasta los mas elem<strong>en</strong>tales, una poesía clásica, ―s<strong>en</strong>cilla‖, núbil,<br />
nimia, ing<strong>en</strong>ua si nos at<strong>en</strong>emos al término ―adolec<strong>en</strong>te‖ y jardinera. Que por supuesto,<br />
se ha quedado <strong>en</strong> las ―praderas <strong>del</strong> olvido‖.<br />
En conclusión a Echeverri parece no haberle afectado las vanguardias, seguidor de la poesía<br />
española <strong>del</strong> Siglo de Oro y de la G<strong>en</strong>eración <strong>del</strong> 27, tributario <strong>del</strong> simbolismo y<br />
parnasianismo. Se mantuvo fiel a un ideal clásico <strong>en</strong> sus temas y sus estructuras, por <strong>en</strong>de,<br />
aunque alcanzó un perfecto dominio de las formas clásicas, sus posturas estéticas fueron<br />
tardías. Fue un romántico rezagado, preocupado por la rima, con cierto fárrago verbal,<br />
temas monocordes, excesos s<strong>en</strong>tim<strong>en</strong>tales y refinami<strong>en</strong>tos excesivos. El soneto fue la forma<br />
predilecta <strong>en</strong> que se manifestaba ese mundo de erotismo cortesano y de impulso s<strong>en</strong>tim<strong>en</strong>tal.<br />
100
Sus poemas son ligeros y transpar<strong>en</strong>tes, reflejan una escasa suger<strong>en</strong>cia, no arriesgan<br />
experim<strong>en</strong>taciones y <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral poco o nada aporte a la poesía colombiana.<br />
101
3.8. Jaime Tello: La geometría de un r<strong>en</strong>ovador<br />
Caricatura de Jaime Tello hecha por Manuel Antonio Bonilla. Tomada de la revista Tiempo de Palabra.<br />
Este texto aborda la obra Geometría <strong>del</strong> espacio de Jaime Tello para visualizar algunos<br />
aspectos lingüísticos y literarios, los temas principales de su obra, las preocupaciones<br />
recurr<strong>en</strong>tes, etc., tratando de establecer lo novedoso <strong>en</strong> su propuesta poética. Se incluy<strong>en</strong><br />
además algunos datos biográficos.<br />
3.8.1. Datos biográficos<br />
Tello, Jaime. Nació el 15 de noviembre de 1918 <strong>en</strong> el municipio de Espinal, Tolima, y murió<br />
<strong>en</strong> Bogotá, 1996. Poeta, <strong>en</strong>sayista, editor, crítico literario y profesor universitario <strong>en</strong> varias<br />
universidades. Los estudios primarios los hizo <strong>en</strong> el Colegio San Isidoro de su pueblo y el<br />
bachillerato <strong>en</strong> el Seminario de Ibagué y <strong>en</strong> la Salle de Bogotá. Estudio Filosofía y Letras y<br />
Derecho <strong>en</strong> la Universidad Javeriana. También estudió música <strong>en</strong> el Conservatorio Nacional<br />
de Música y <strong>en</strong> la Escuela de Música de Cali. Se destacó como traductor de poetas ingleses,<br />
brasileños y norteamericanos. Dirigió el suplem<strong>en</strong>to literario de El Liberal, Estampa<br />
literaria y de la emisora Nuevo Mundo <strong>en</strong> Bogotá, colaboró <strong>en</strong> la BBC de Londres y el<br />
departam<strong>en</strong>to de radio de las Naciones Unidas <strong>en</strong> Nueva York.<br />
102
3.8.2. Jaime Tello y su Geometría <strong>del</strong> espacio<br />
Me referiré <strong>en</strong> este <strong>en</strong>sayo al libro de poemas Geometría <strong>del</strong> espacio de 1951. Este libro se<br />
anticipa estéticam<strong>en</strong>te a su tiempo d<strong>en</strong>tro <strong>del</strong> contexto de la poesía tolim<strong>en</strong>se. Está<br />
impregnado por imág<strong>en</strong>es surrealistas, futuristas y <strong>en</strong> un m<strong>en</strong>or grado posee algún tinte <strong>del</strong><br />
creacionismo latinoamericano. Con gran influ<strong>en</strong>cia de T.S. Eliot, de qui<strong>en</strong> fue su traductor.<br />
Sin embargo, a pesar de usar el verso libre <strong>en</strong> casi todo el libro, no logra liberarse <strong>del</strong> soneto<br />
clásico de tradición hispánica como sucede <strong>en</strong> los poemas ―Signo más‖ y ―Logos<br />
Spermatikos‖, o quizá sólo buscaba demostrar que conocía y dominaba el poema tradicional.<br />
Tello p<strong>en</strong>saba que tanto el significante como el significado eran igual de importantes, de ahí<br />
que no le interesara una poesía vacía de ideas, se preocupó de la palabra. Dice Tello <strong>en</strong> 1955<br />
<strong>en</strong> la Revista Bolívar N° 37 ―Yo no puedo hacer que la palabra azul dé la s<strong>en</strong>sación de<br />
negro, o de automóvil, o de corazón. Azul significará siempre un color, y por ext<strong>en</strong>sión<br />
naturalm<strong>en</strong>te, el cielo‖. Al poeta Tolim<strong>en</strong>se no le incumbe solam<strong>en</strong>te la forma, el cont<strong>en</strong>ido<br />
para él era fundam<strong>en</strong>tal.<br />
…<br />
Hemos p<strong>en</strong>sado demasiado para poder ser felices<br />
hemos filosofado sobre todas las cosas<br />
y hemos conv<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> que lo mejor es<br />
vivir el mom<strong>en</strong>to pres<strong>en</strong>te (1951: 30).<br />
Aunque Tello no era un surrealista <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido estricto <strong>del</strong> término, es cierto que logró<br />
liberar de la racionalidad y desatar de bases lógicas a la imag<strong>en</strong>, y con ello consiguió<br />
<strong>en</strong>riquecer prodigiosam<strong>en</strong>te su l<strong>en</strong>guaje poético al plasmar mundos oníricos a través de<br />
imág<strong>en</strong>es insólitas e ideas sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> varios de sus poemas.<br />
…<br />
Palabras de cuerpo <strong>en</strong>tero con sangre con carne con<br />
huesos con sexo<br />
Palabras masculinas para horadar las grutas <strong>del</strong><br />
sil<strong>en</strong>cio<br />
Palabras fem<strong>en</strong>inas para parir m<strong>en</strong>tiras<br />
103
Palabras hermafroditas para el amor propio<br />
Palabras como tú como yo como nadie<br />
Palabras casi tan expresivas como el más total y viril<br />
de los sil<strong>en</strong>cios (1951:73).<br />
Hay poemas donde es fácil presagiar el influjo de la escritura automática, heredada de<br />
Breton y los surrealistas, donde el poeta se desliga de la conci<strong>en</strong>cia y permite que aflore el<br />
subconsci<strong>en</strong>te dejando fluir p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos sin coerción moral, libre de cualquier represión<br />
social, es muy probable que también haya her<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> cuanto al hermetismo <strong>en</strong> la imag<strong>en</strong> de<br />
Rimbaud y Mallarmé:<br />
…<br />
Yo ya no cabalgaba Mi caballo era una mesa angosta<br />
y larga<br />
con dibujos de niños recorriéndole las crines<br />
y con voces de espuma circulando por los alrededores<br />
<strong>del</strong> cerebro<br />
pero luego todo olvidóse (1951: 84).<br />
La espiritualidad, la imaginación, el sueño y la pesadilla conllevan a una poesía concebida<br />
como intuición, imág<strong>en</strong>es simbólicas <strong>del</strong> subconsci<strong>en</strong>te, reveladas a partir de la asociación<br />
de ideas por yuxtaposición, el uso de sustantivos absolutos y analogías, nos corre la cortina y<br />
nos permite ver la autonomía <strong>del</strong> l<strong>en</strong>guaje:<br />
…<br />
El rascacielos cerró sus mil parpados-<br />
Sin pestañas-<br />
y continuo llorando-<br />
gota a gota.<br />
Los anteojos de los almac<strong>en</strong>es<br />
habíanse transformado <strong>en</strong> alfileteros.<br />
Sobre el asfalto había ojos<br />
susp<strong>en</strong>didos de alambres cristalinos de agua<br />
que cada segundo se estremecían –<br />
abombándose (1951: 13).<br />
Conocía la poesía <strong>en</strong> prosa de Rimbaud, alejada de la métrica y la rima, pero mant<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do la<br />
actitud poética, opto por continuar esa t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, no buscando narrar hechos sino transmitir<br />
s<strong>en</strong>saciones, s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos y emociones:<br />
104
…<br />
Inv<strong>en</strong>tó el Alma y hubo de crear un infierno para ella<br />
Eng<strong>en</strong>dró un hijo y sólo obtuvo la amargura de p<strong>en</strong>sar<br />
<strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de perderlo<br />
Una mujer llegó a su lado y se frustró su gozo ante<br />
la perspectiva de la separación inevitable (1951: 84).<br />
Otra faceta, es, sin duda, la contemplativa y religiosa, heredada seguram<strong>en</strong>te de T.S. Eliot.<br />
El tono trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te de talante místico conquista una ing<strong>en</strong>te pres<strong>en</strong>cia a lo largo de todo el<br />
libro, estos versos a veces trasluc<strong>en</strong> fe o también una desesperanza p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>cial:<br />
…<br />
Era la mano<br />
La mano de un hombre<br />
La mano <strong>del</strong> padre de todos los dioses<br />
¡La mano <strong>del</strong> Hijo-<strong>del</strong>-Hombre! (1951:69).<br />
Tello también posee versos de mucha velocidad, de mucha plasticidad y movimi<strong>en</strong>to, con<br />
<strong>en</strong>umeraciones conclusivas, imág<strong>en</strong>es irrever<strong>en</strong>tes y audaces, e inclusión de palabras y<br />
símbolos poco conv<strong>en</strong>cionales, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te <strong>del</strong> mundo moderno pero incrustado <strong>en</strong> un<br />
contexto de gran int<strong>en</strong>sidad poética:<br />
…<br />
Y había tal quietud <strong>en</strong> el espacio y aun tan claro<br />
sil<strong>en</strong>cio<br />
que el remoto canto de los motores<br />
era una simple y elem<strong>en</strong>tal música de las esferas (Tello: 1951, 31).<br />
El poeta tolim<strong>en</strong>se abandona los espacios rurales y deja de cantarle a la madre naturaleza<br />
para abordar temáticas urbanas y l<strong>en</strong>guajes <strong>del</strong> mundo contemporáneo, además de<br />
preocupaciones propias <strong>del</strong> mundo contemporáneo:<br />
…<br />
Y el amor ¿qué es el amor?<br />
El amor es tal vez estar s<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> el bar<br />
105
solo <strong>en</strong> medio de todos los bohemios<br />
<strong>en</strong>tre prostitutas e invertidos<br />
lesbianas y demás<br />
ante un bock de cerveza<br />
es tal vez invertir dos p<strong>en</strong>iques llamando por teléfono<br />
a un sitio <strong>en</strong> que es seguro que no estás (1951: 31)<br />
D<strong>en</strong>tro <strong>del</strong> panorama de la poesía tolim<strong>en</strong>se de la primera mitad <strong>del</strong> siglo XX, Jaime Tello<br />
es quizá qui<strong>en</strong> más –sino el único- que se aproximó a las vanguardias, a<strong>del</strong>antándose<br />
inclusive al leg<strong>en</strong>dario grupo ―Mito. Su obra, pese a lo breve, logra romper con la<br />
monotonía de las formas clásicas de los poetas anteriores y abre <strong>en</strong> la poesía <strong>del</strong> Tolima, la<br />
posibilidad de nuevas formas expresivas. En Tello se da un interesante cruce de ―itsmos‖<br />
si<strong>en</strong>do el futurismo el que alcanza mayor efecto <strong>en</strong> su obra. Tello es <strong>en</strong>tre nosotros el mejor<br />
ejemplo <strong>del</strong> poeta moderno, no sólo por haber asumido las vanguardias <strong>en</strong> su poesía, sino<br />
porque a la par reflexionó sobre la poesía a través <strong>del</strong> <strong>en</strong>sayo, principalm<strong>en</strong>te sobre poetas<br />
ingleses, franceses y latinoamericanos de la modernidad, sumado esto a su labor de traductor<br />
de poetas ingleses, franceses, brasileños y portugueses. Conocía de pintura, música y<br />
escultura. Su desconocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el Tolima y <strong>en</strong> Colombia se debe <strong>en</strong> gran medida a que su<br />
trabajo y publicaciones las hizo <strong>en</strong> el extranjero y lo que publicó <strong>en</strong> Colombia fue <strong>en</strong> revistas<br />
que no lograron despuntar o influir <strong>en</strong> el horizonte nacional como si lo consiguió la Revista<br />
Mito.<br />
106
4. TRASCENDENCIA DE LOS AUTORES TOLIMENSES EN EL PANORAMA<br />
DE LAS ANTOLOGÍAS NACIONALES<br />
Si bi<strong>en</strong> la pres<strong>en</strong>te investigación se circunscribió al periodo de los primeros cincu<strong>en</strong>ta años<br />
de la poesía <strong>del</strong> Tolima <strong>en</strong> lo que ti<strong>en</strong>e que ver con el inv<strong>en</strong>tario bibliográfico y el panorama<br />
de autores, consideramos de gran importancia demostrar <strong>en</strong> forma cuantitativa, como<br />
complem<strong>en</strong>to al estudio, la trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia que la obra de estos poetas ha t<strong>en</strong>ido más allá de la<br />
región y como una forma de validar su aporte a la literatura colombiana. Para ello se ha<br />
recurrido al registro de los autores y de los poemas más publicados <strong>en</strong> las antologías, para<br />
así arribar al cons<strong>en</strong>so de los lectores <strong>en</strong> el tiempo. No obstante, se quiere dejar <strong>en</strong> claro que<br />
este registro panorámico de las antologías no pret<strong>en</strong>de desbordar el marco cronológico<br />
propuesto —1905-1955—, sino, justam<strong>en</strong>te, determinar su trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> las antologías<br />
hasta la época actual y validar <strong>en</strong> qué medida los libros <strong>del</strong> levantami<strong>en</strong>to bibliográfico<br />
dejaron su impronta, pues el destino de la poesía no es quedarse fija <strong>en</strong> un época sino de<br />
trasc<strong>en</strong>derla. De ahí que este capítulo esté llamado a ser complem<strong>en</strong>tario <strong>en</strong> la solidez <strong>del</strong><br />
trabajo.<br />
El diccionario etimológico de Corominas nos dice que la palabra antología vi<strong>en</strong>e <strong>del</strong> vocablo<br />
griego Anthologia que a su vez deriva de las palabras ánthos = flor, y légo =recoger, yo<br />
recojo. Por lo tanto, una antología es un texto formado por una selección de los escritos más<br />
notables de un mismo autor, o de varios escritos de diversos autores de una época, de una<br />
t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, de un lugar, sobre un tema o una materia particular, <strong>en</strong>tre otros. Al ser una<br />
selección es obvio que algui<strong>en</strong> ti<strong>en</strong>e que hacerla, y por <strong>en</strong>de, toda antología es subjetiva,<br />
puede responder a intereses editoriales, económicos, políticos, sociales o personales. Ahora<br />
bi<strong>en</strong>, se supone que las antologías deb<strong>en</strong> hacerlas personas o colectivos con reconocida<br />
autoridad sobre el tema. Tampoco se puede desconocer que casi siempre, el primer contacto<br />
que se ti<strong>en</strong>e con un autor es a través de una antología. T<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta estas premisas, se<br />
han escogido treinta y un (31) antologías de poesía colombiana, que <strong>en</strong> su mayoría, la crítica<br />
y la academia las han reconocido como las más importantes por su influ<strong>en</strong>cia, divulgación y<br />
trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia d<strong>en</strong>tro de la poesía nacional. Para ello tuvimos <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta los estudios sobre<br />
antologías realizados por Héctor H. Orjuela con el libro Las antologías poéticas de<br />
107
Colombia. Estudio y Bibliografía (1966) y Darío Jaramillo Agu<strong>del</strong>o con su <strong>en</strong>sayo sobre<br />
―Antologías‖ incluido <strong>en</strong> Historia de la poesía colombiana de la Casa de Poesía Silva<br />
(1991).<br />
Las antologías escogidas para este estudio son las sigui<strong>en</strong>tes: Vargas Tamayo, José. (1919).<br />
Las 1oo mejores poesías (líricas) colombianas escogidas por el padre José Vargas Tamayo.<br />
Bogotá: Librería colombiana Camacho Roldan & Tamayo. 287p.; Caro Grau, Francisco.<br />
(1920). Parnaso colombiano. Prólogo de Zoilo Cuéllar Chaves. 4 ed. Revisada y<br />
aum<strong>en</strong>tada. Barcelona: Casa Editorial Maucci. 431p.; Otero Muñoz, Gustavo. (1930).<br />
Antología de poetas colombianos 1800-1930. Bogotá: Cromos, 1930. 342p.; García Prada,<br />
Carlos. (1936). Antología de líricos colombianos. Bogotá: impr<strong>en</strong>ta Nacional. 2v.; Ortega<br />
Torres, José j. (1942). Poesía colombiana: antología de 490 composiciones de 90 autores.<br />
Bogotá. Librería colombiana. 609p.; Caro, Víctor E. (1942). Sonetos colombianos. Bogotá:<br />
Impr<strong>en</strong>ta instituto grafico Ltda. 160p.; Caparroso, Carlos Arturo. (1945). Antología lirica:<br />
100 poemas colombianos. 3 ed.: Bogotá: Librería y Editorial Horizonte. 299p.; Carranza,<br />
Eduardo. (1948). ―Esquema para una antología: un siglo de poesía colombiana‖. Revista de<br />
América N° 41. (Mayo de 1948) pág. 194-230.; Antología de la nueva poesía colombiana.<br />
Bogotá: Ediciones Espiral Colombiana, 1949.; Caballero Calderón, Eduardo. (1952). Los<br />
mejores poemas de los mejores poetas colombianos. Caracas: Casa colombiana. 54p.;<br />
Escobar Uribe, Arturo. (1954). Nuevo parnaso colombiano. 2 ed.: Bogotá: Ediciones<br />
Mundial. 499p.; Albareda, Ginés De y Francisco Garfias. (1957). Antología de la poesía<br />
hispanoamericana: Colombia. Madrid: Almagro-Biblioteca Nueva. 570p.; Arango, Daniel.<br />
(1958). (Selección). Las mejores poesías colombianas. Tomo I. Lima: Festival <strong>del</strong> libro<br />
colombiano. Editora latinoamericana.163p.; Holguín, Andrés. (1959). (Selección). Las<br />
mejores poesías colombianas. Tomo II. Lima: Festival <strong>del</strong> libro colombiano. Editora<br />
latinoamericana. 147p.; Academia colombiana. (1959). Poemas de Colombia. Antología de<br />
la academia colombiana. Prólogo y epilogo, Félix Restrepo; edición y notas bibliográficas,<br />
Carlos López Narváez. Me<strong>del</strong>lín: Academia Colombiana. 623p.; Arbeláez, Fernando.<br />
(1964). Panorama de la nueva poesía colombiana. Bogotá: Ediciones <strong>del</strong> Ministerio de<br />
Educación. 548p.; Holguín, Andrés. (1974). Antología crítica de la poesía colombiana<br />
(1874-1974). Bogotá: Biblioteca <strong>del</strong> C<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario <strong>del</strong> Banco de Colombia. 2v.; Madrid-Malo,<br />
108
Néstor. (1974). 50 años de poesía colombiana (1924-1974). Bogotá: tercer Mundo. 139p.;<br />
Montoya y Montoya, Rafael. (1977). Parnaso Colombiano. Bogotá: Editorial Montoya.<br />
389p.; Cobo Borda, Juan Gustavo. (1980). Álbum de poesía colombiana. Bogotá: Instituto<br />
Colombiano de Cultura. 172p.; Espinosa, Germán. (1980). Tres siglos y medio de poesía<br />
colombiana (1630-1980). Bogotá: Conv<strong>en</strong>io Andrés Bello. 277p.; Panero, Juan Luis. (1981).<br />
Poesía colombiana 1880-1980: una selección. Bogotá: Círculo de Lectores. 238p.; Arévalo,<br />
Guillermo Alberto. (1983). Siete Poetas Colombianos. Antología. Bogotá: El Áncora. 116p.;<br />
Charry Lara, Fernando. (1985). Poesía y poetas colombianos. Bogotá: Procultura. 299p.;<br />
Echavarría, Rogelio. (1994). Quién es quién <strong>en</strong> la poesía colombiana. Bogotá: Ministerio de<br />
Cultura. 550p.; Charry Lara, Fernando. (1996). Antología de la poesía colombiana. Tomo I.<br />
Siglos coloniales; Romanticismo; Modernismo. Bogotá: Presid<strong>en</strong>cia de la República<br />
(Biblioteca Familiar Colombiana). 2v.; Echavarría, Rogelio. (1994). Quién es quién <strong>en</strong> la<br />
poesía colombiana. Bogotá: Ministerio de Cultura. 550p.; Echavarría, Rogelio. (1997).<br />
Antología de la poesía colombiana. Bogotá: El Àncora Editores. 2v.; Luque Muñoz, H<strong>en</strong>ry.<br />
(1996). Tambor <strong>en</strong> la sombra: Poesía colombiana <strong>del</strong> siglo XX. México Verdehalago, 1996.<br />
494p.; Cobo Borda, Juan Gustavo. (2007). Poesía. Bogotá: El Áncora Editores. Selección<br />
Samper Ortega de literatura colombiana. 2v.; Ortiz Forero, Omar Francisco. (2007). (Comp.)<br />
Luna nueva: once miradas a la poesía colombiana. Antología múltiple. Cali: Feriva. 190p.<br />
El objetivo de este apartado es constatar un canon de autores que por haber desbordado el<br />
concepto de región y hacer parte <strong>del</strong> balance poético nacional se les puede considerar hitos<br />
destacados o parte de la tradición consolidada. Para ello, se utilizará una metodología<br />
cuantitativa (estadístico).<br />
En primera instancia se hizo una revisión de antologías de poesía colombiana publicadas<br />
durante el siglo XX y principios <strong>del</strong> XXI, para establecer estadísticam<strong>en</strong>te cuáles de los 15<br />
poetas que se m<strong>en</strong>cionan d<strong>en</strong>tro <strong>del</strong> levantami<strong>en</strong>to de libros publicados <strong>en</strong>tre 1905 y 1955<br />
aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> dichas antologías y cuáles de sus poemas son los más antológicos. El número de<br />
antologías (31) y el hecho de que se t<strong>en</strong>gan <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta selecciones desde 1919 hasta el 2007,<br />
procura que el recorrido sea ext<strong>en</strong>so, heterogéneo, disímil y sobre todo, dar un lapso<br />
109
temporal de más de 50 años, fr<strong>en</strong>te a la fecha límite de la investigación que es el año 1955,<br />
lo que permite que sea el tiempo qui<strong>en</strong> haya hecho el mayor juicio sobre algunos nombres.<br />
Se diseñaron cinco cuadros 13 para pres<strong>en</strong>tar la información obt<strong>en</strong>ida <strong>en</strong> las 31 antologías<br />
objeto de este estudio. D<strong>en</strong>tro de cada cuadro 14 se m<strong>en</strong>ciona el nombre de la antología, el<br />
autor, el año de su publicación, el poeta tolim<strong>en</strong>se que figura <strong>en</strong> dicha selección, el poema o<br />
los poemas y la página <strong>en</strong> la que aparec<strong>en</strong>, la edad <strong>del</strong> poeta al mom<strong>en</strong>to de la divulgación<br />
de la antología o el tiempo que lleva, si es el caso, de fallecido.<br />
En el relevami<strong>en</strong>to bibliográfico de libros de poesía colombiana publicados por autores<br />
tolim<strong>en</strong>ses <strong>en</strong>tre 1905 a 1955, obtuvimos 15 nombres de poetas tolim<strong>en</strong>ses que sus libros se<br />
publicaron durante dicha época. Ellos son: Borja, Filom<strong>en</strong>o; Cárd<strong>en</strong>as Roa, María; Camacho<br />
Ramírez, Arturo; Cruz, Jesús Antonio; Pomala, Martín; Echeverri Mejía, Oscar; Esguerra,<br />
Ars<strong>en</strong>io; Fallon, Diego; Galofre, Julio N.; Lozano y Lozano, Juan; Pardo García, Germán;<br />
Piedrahita Arango, Daniel; Santa, Eduardo; S<strong>en</strong>doya, Luis Enrique; Tello Quijano, Jaime;<br />
Torres Vargas, Roberto; Sepúlveda Zuluaga, Eduardo. Algunos de estos nombres aparec<strong>en</strong><br />
antologizados, unos con mayor porc<strong>en</strong>taje que otros. Este trabajo se propuso indagar <strong>en</strong> qué<br />
cantidad de antologías han sido publicados y cuál de sus textos son los que más han llamado<br />
la at<strong>en</strong>ción de los antólogos. Realizados estos procedimi<strong>en</strong>tos, se obtuvieron los sigui<strong>en</strong>tes<br />
resultados:<br />
13 Nota: Este estudio tomó como base, aunque adaptada y rediseñada a las necesidades propias de esta<br />
investigación, la metodología para investigar antologías de: Jaramillo Agu<strong>del</strong>o, Darío. (1991). ―Antologías‖<br />
EN: Historia de la poesía colombiana. Casa de Poesía Silva. Bogotá: 1991. Pág. 529-591.<br />
14 Ver anexos.<br />
110
N° de antologías <strong>en</strong> las que figura cada autor f h%<br />
ARSENIO ESGUERRA 1 3.23<br />
JESUS MARIA SAMPER 1 3.23<br />
JAIME TELLO 1 3.23<br />
LUIS ENRIQUE SENDOYA 2 6.45<br />
OSCAR ECHEVERRY MEJÍA 3 9.68<br />
GERMAN PARDO GARCÍA 13 41.94<br />
ARTURO CAMACHO RAMÍRES 13 41.94<br />
JUAN LOZANO Y LOZANO 14 45.16<br />
DIEGO FALLON 14 45.16<br />
f:Frecu<strong>en</strong>cia Absoluta (N°de antologías <strong>en</strong> las<br />
que figura cada autor)<br />
h%: Frecu<strong>en</strong>cia Absoluta Porc<strong>en</strong>tual (N° de<br />
antologías <strong>en</strong> las que figura cada autor x 100/<br />
Total de antologías)<br />
111<br />
% de antologías <strong>en</strong> las que figura<br />
cada autor<br />
De los 15 poetas tolim<strong>en</strong>ses que publicaron libros <strong>en</strong>tre 1905 a 1955, sólo aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> las 31<br />
antologías objeto de este estudio ocho (8) poetas. Ars<strong>en</strong>io Esguerra y Jaime Tello una vez<br />
(3, 23%), Luis Enrique S<strong>en</strong>doya dos veces (6, 45%), Oscar Echeverry tres veces (9, 68%),<br />
Germán Pardo y Arturo Camacho con trece veces (41, 94%) y Diego Fallon y Juan Lozano y<br />
Lozano con 14 veces (45, 16), lo que significa, <strong>en</strong> términos estadísticos, que Germán Pardo,<br />
Arturo Camacho, Diego Fallon y Juan Lozano y Lozano superan ampliam<strong>en</strong>te a los otros<br />
cuatro autores.<br />
El mismo ejercicio se realizó buscando establecer qué poemas de los autores tolim<strong>en</strong>ses y<br />
cuantas veces aparecieron <strong>en</strong> dichas antologías, llegando a los sigui<strong>en</strong>tes datos: ―La luna‖ de<br />
Diego Fallon fue antológico 14 veces (45, 16%), ―La catedral de Colonia‖ de Juan Lozano y<br />
Lozano 12 veces (38, 71%), ―Mujeres de otro día‖, ―Comi<strong>en</strong>zo de la sangre‖, ―Nada es<br />
mayor‖ de Camacho Ramírez; ―Tempestad‖, ―Pres<strong>en</strong>cia de la muerte‖ de Pardo, ―A la palma<br />
<strong>del</strong> desierto‖ de Fallon y ―Farewell‖ de Lozano figuran cada uno <strong>en</strong> cuatro (4) oportunidades<br />
(12, 90%). ‖, ―Jess cook‖, ―Vulgar elogio marino‖, ―A la pres<strong>en</strong>cia de la poesía‖ y ―A la<br />
gloria <strong>del</strong> amor‖ de Pardo fueron antologados tres veces (3), con un porc<strong>en</strong>taje <strong>del</strong> (3,41%).<br />
50.00<br />
40.00<br />
30.00<br />
20.00<br />
10.00<br />
0.00<br />
h%
N° de antologías <strong>en</strong> las que figura cada poema f h%<br />
La voz de la amada 2 6.45<br />
Olvido 2 6.45<br />
Madre 2 6.45<br />
Las rocas de Suesca 2 6.45<br />
Espejo 2 6.45<br />
Aire divino 2 6.45<br />
El olvido 2 6.45<br />
Oda a Carlos Bau<strong>del</strong>aire 2 6.45<br />
Entre morir 2 6.45<br />
El asesinado <strong>en</strong> la sombra 2 6.45<br />
Elegía a un aviador muerto 2 6.45<br />
A la gloria <strong>del</strong> amor 3 9.68<br />
A la pres<strong>en</strong>cia de la poesía 3 9.68<br />
Vulgar elogio marino 3 9.68<br />
Jess cook 3 9.68<br />
Farewell 4 12.90<br />
A la palma <strong>del</strong> desierto 4 12.90<br />
Pres<strong>en</strong>cia de la muerte 4 12.90<br />
Tempestad 4 12.90<br />
Nada es mayor 4 12.90<br />
Comi<strong>en</strong>zo de la sangre 4 12.90<br />
Mujeres de otro día 4 12.90<br />
La catedral de colonia 12 38.71<br />
La luna 14 45.16<br />
f:Frecu<strong>en</strong>cia Absoluta (N°de antologías <strong>en</strong> las que figura<br />
cada poema)<br />
h%: Frecu<strong>en</strong>cia Absoluta Porc<strong>en</strong>tual (N° de antologías <strong>en</strong><br />
las que figura cada poema x 100/ Total de antologías)<br />
50.00<br />
45.00<br />
40.00<br />
35.00<br />
30.00<br />
25.00<br />
20.00<br />
15.00<br />
10.00<br />
5.00<br />
0.00<br />
La voz de la amada<br />
Olvido<br />
Madre<br />
% de antologías <strong>en</strong> las que figura cada poema<br />
Las rocas de Suesca<br />
Espejo<br />
Aire divino<br />
El olvido<br />
112<br />
Oda a Carlos Bau<strong>del</strong>aire<br />
Entre morir<br />
El asesinado <strong>en</strong> la sombra<br />
Elegía a un aviador muerto<br />
A la gloria <strong>del</strong> amor<br />
A la pres<strong>en</strong>cia de la poesía<br />
Vulgar elogio marino<br />
Jess cook<br />
Farewell<br />
A la palma <strong>del</strong> desierto<br />
Pres<strong>en</strong>cia de la muerte<br />
Tempestad<br />
Nada es mayor<br />
Estos son los poemas de autores tolim<strong>en</strong>ses con mayor difusión <strong>en</strong> las antologías estudiadas.<br />
Ahora bi<strong>en</strong>, según las estadísticas los poemas más destacados de la poesía tolim<strong>en</strong>se de la<br />
primera mitad <strong>del</strong> siglo XX son:<br />
1. ―La luna‖ de Diego Fallon.<br />
2. ―La catedral de Colonia‖ de Juan Lozano y Lozano.<br />
3. ―Mujeres de otro día‖, ―Comi<strong>en</strong>zo de la sangre‖, ―Nada es mayor‖ de Camacho<br />
Ramírez; ―Tempestad‖, ―Pres<strong>en</strong>cia de la muerte‖ de Pardo García, ―A la palma <strong>del</strong><br />
desierto‖ de Fallon y ―Farewell‖ de Lozano.<br />
4. ―Jess cook‖, ―Vulgar elogio marino‖, ―A la pres<strong>en</strong>cia de la poesía‖ y ―A la gloria <strong>del</strong><br />
amor‖ de Pardo García.<br />
Comi<strong>en</strong>zo de la sangre<br />
Mujeres de otro día<br />
La catedral de colonia<br />
La luna<br />
h%
Se concluye que por apariciones <strong>en</strong> antologías a nivel nacional, los poetas tolim<strong>en</strong>ses que<br />
publicaron sus libros <strong>en</strong>tre 1905 a 1955 y que alcanzaron mayor trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el ámbito<br />
nacional son, <strong>en</strong> su ord<strong>en</strong>:<br />
1. Diego Fallon<br />
2. Juan Lozano y Lozano<br />
3. Germán Pardo García<br />
4. Arturo Camacho Ramírez<br />
Según las estadísticas, de 15 autores (100%) sólo 4 (37.5%) lograron trasc<strong>en</strong>der lo regional y<br />
ubicarse como parte <strong>del</strong> canon poético nacional. Estos resultados pued<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er hipotéticas<br />
explicaciones: 1. Hubo una amplia producción poética de baja calidad que no fue digna de<br />
ser considerada por la crítica, lo que queda evid<strong>en</strong>ciado <strong>en</strong> libros de poca factura,<br />
superficiales, coloquiales, dulzones y s<strong>en</strong>tim<strong>en</strong>talistas. 2. La baja difusión de aquellas obras<br />
debido a que muchos de estos escritores hicieron ediciones personales, financiadas<br />
totalm<strong>en</strong>te con sus propios recursos, <strong>en</strong> la mayoría de casos de baja calidad, muy<br />
―artesanales‖ si se permite el termino, lo que hizo que no hubieran canales de distribución ni<br />
de difusión más allá de sus propias familias y amigos, sumado al escaso apoyo por parte <strong>del</strong><br />
gobierno departam<strong>en</strong>tal y municipal como de las diversas instituciones académicas y<br />
culturales que priman otro tipo de intereses. 3. Dinámicas culturales excluy<strong>en</strong>tes y<br />
hegemónicas, que privilegian cánones c<strong>en</strong>tralistas y oficiales, sin permitir la observancia de<br />
cánones marginales o periféricos por considerarlos desdeñables. 4. Los autores que lograron<br />
una amplia difusión estuvieron cercanos al poder, bi<strong>en</strong> porque prov<strong>en</strong>ían de familias<br />
acaudaladas o por ocupar puestos políticos y diplomáticos; además la mayoría publicaban <strong>en</strong><br />
los grandes periódicos <strong>del</strong> país, lo que pudo influir <strong>en</strong> su difusión y aceptación como queda<br />
evid<strong>en</strong>ciado <strong>en</strong> Juan Lozano y Lozano, Arturo Camacho Ramírez, Diego Fallon, Oscar<br />
Echeverry Mejía y Germán Pardo. Todos prov<strong>en</strong>ían de familias adineradas o relacionadas<br />
con el poder, lo que les permitió t<strong>en</strong>er relaciones tempranas y cercanas con g<strong>en</strong>te importante<br />
<strong>del</strong> mundo de la literatura, realizar estudios profesionales <strong>en</strong> Colombia y el extranjero,<br />
viajar, y obt<strong>en</strong>er cargos importantes y ser difundidos <strong>en</strong> las revistas y periódicos de mayor<br />
repercusión <strong>en</strong> la época o lo que es más definitivo, ser ellos mismos qui<strong>en</strong>es creaban,<br />
113
financiaban y dirigían dichas revistas. 5. Definitivam<strong>en</strong>te su difusión se debe a la calidad de<br />
sus propuestas estéticas, lo que pareciera evid<strong>en</strong>ciarse <strong>en</strong> el anterior estudio sobre la<br />
pres<strong>en</strong>cia de poetas tolim<strong>en</strong>ses <strong>en</strong> antologías nacionales o <strong>en</strong> el interés de algunos críticos<br />
sobre sus obras.<br />
114
CONCLUSIONES<br />
Esta investigación realizó el levantami<strong>en</strong>to bibliográfico más completo de libros de autores<br />
tolim<strong>en</strong>ses publicados <strong>en</strong>tre 1905 y 1955, el cual puede servir a futuras investigaciones que<br />
pret<strong>en</strong>dan estudiar a un autor, hacer la valoración de una época, consultar fu<strong>en</strong>tes<br />
bibliográficas o realizar el balance de la pres<strong>en</strong>cia de autores y sus producciones más<br />
destacadas <strong>en</strong> la poesía colombiana.<br />
A través de la visión de conjunto realizada <strong>en</strong> el panorama de autores se <strong>en</strong>contraron las<br />
sigui<strong>en</strong>tes características individuales <strong>en</strong> su producción poética:<br />
Diego Fallon (1834-1930) fue uno de los autores más destacados <strong>del</strong> romanticismo<br />
colombiano. Aunque su obra inicialm<strong>en</strong>te aparece <strong>en</strong> el siglo XIX, es la publicación de sus<br />
poemas <strong>en</strong> 1934 lo que hace que su obra se conozca <strong>en</strong> la región. Hizo tránsito <strong>en</strong>tre el<br />
romanticismo tardío v<strong>en</strong>ido de Europa y el parnasianismo francés. Su poema ―La luna‖ es<br />
quizá el poema más antológado de nuestras letras. Se destaca <strong>en</strong> su producción el hecho de<br />
que sigui<strong>en</strong>do preceptos románticos, se atrevió a incrustar d<strong>en</strong>tro de su obra el sarcasmo, la<br />
jocosidad y el humor, fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> sus poemas ―Las rocas de Suesca‖ y<br />
―Mintamos‖. Otro poema que alcanzó gran reconocimi<strong>en</strong>to fue ―La palma <strong>del</strong> desierto‖.<br />
Fallon es misterioso, refinado, depurado, cuidadoso de la forma, de imág<strong>en</strong>es visuales,<br />
plásticas y dinámicas, si<strong>en</strong>do la descripción el elem<strong>en</strong>to más característico de su obra. Su<br />
temática prefer<strong>en</strong>te ti<strong>en</strong>e que ver con el retorno a la naturaleza y el inexorable destino <strong>del</strong><br />
hombre. La forma clásica más usada por Fallon son los cuartetos <strong>en</strong>decasílabos con rima<br />
consonante de la forma ABAB, sin embargo, introduce variantes muy personales como la<br />
alternancia de versos de arte mayor y de arte m<strong>en</strong>or, el uso de diverso número de estrofas, de<br />
versos y de rimas.<br />
Germán Pardo García (1902-1991) pert<strong>en</strong>eció a la g<strong>en</strong>eración de ―Los Nuevos‖. Se<br />
caracterizó por crear un universo propio <strong>en</strong> el que se mezcla lo clásico y lo moderno, tanto<br />
<strong>en</strong> la forma como <strong>en</strong> el cont<strong>en</strong>ido. Su composición poética prefer<strong>en</strong>te es el soneto pero<br />
también escribe <strong>en</strong> verso libre. Sus temáticas se desplazan desde la tradición judeo-cristiana,<br />
115
el panteísmo como principio filosófico, la mitología greco-romana hasta la tecnología y la<br />
ci<strong>en</strong>cia moderna, además de temas propios de la agitación contemporánea como la II Guerra<br />
Mundial y los campos de conc<strong>en</strong>tración. Mi<strong>en</strong>tras el hombre moderno estaba explorando el<br />
universo desde una perspectiva ci<strong>en</strong>tífica y racional, Pardo lo hacía desde una postura<br />
subjetiva y estética, pasando de lo físico a lo metafísico. Claram<strong>en</strong>te hay <strong>en</strong> el poeta un<br />
impulso de r<strong>en</strong>ovación que permite dilucidar <strong>en</strong> su obra una evolución temática que lo<br />
conlleva a desplazar las preocupaciones de su ―yo‖ interior por la soledad, el amor y la<br />
muerte, hasta llegar a t<strong>en</strong>er inquietudes trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tales por el futuro de la humanidad,<br />
haciéndolo, un poeta comprometido con su tiempo. Son destacables sus búsquedas <strong>en</strong> el<br />
l<strong>en</strong>guaje poético, incrustando el metal<strong>en</strong>guaje propio <strong>del</strong> campo de la química, las<br />
matemáticas, la astronomía y la tecnología. Estos tecnicismos y neologismos acompañados<br />
de erudición, de asociaciones de palabras y términos de manera inusual, logran crear unos<br />
mundos oníricos, psíquicos y s<strong>en</strong>soriales muy particulares tanto <strong>en</strong> la poesía tolim<strong>en</strong>se como<br />
<strong>en</strong> el ámbito nacional.<br />
Juan Lozano y Lozano (1902-1980) se <strong>en</strong>marca d<strong>en</strong>tro <strong>del</strong> grupo de ―Los Nuevos‖, sin<br />
embargo, poco de novedoso hay <strong>en</strong> su lírica, que resulta ser tributaria por un lado de las<br />
escuelas <strong>del</strong> siglo XIX, como el parnasianismo y el simbolismo francés, y de ciertas<br />
t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias clásicas grecolatinas; además de un marcado gusto por la ornam<strong>en</strong>tación, las<br />
imág<strong>en</strong>es sorpresivas, la perfumería, la joyería, el colorismo y el decorativismo. En sus<br />
sonetos hay plasticidad y predominio de los s<strong>en</strong>tidos. Prefiere alejarse de su realidad<br />
circundante para buscar espacios distantes y exóticos. Una bu<strong>en</strong>a parte de su obra ati<strong>en</strong>de a<br />
lo cortesano y galante.<br />
Arturo Camacho Ramírez (1910 -1982). Se destaca el hecho de que su libro Espejo de<br />
Naufragios (1935) se considere como el iniciador de lo que v<strong>en</strong>dría a ser ―Piedra y Cielo‖. A<br />
Camacho se le abona su capacidad para buscar nuevas perspectivas, apr<strong>en</strong>dió <strong>del</strong><br />
simbolismo <strong>en</strong> la her<strong>en</strong>cia francesa de Bau<strong>del</strong>aire, la alegoría y la musicalidad de sus versos<br />
lo pon<strong>en</strong> a tomo con la her<strong>en</strong>cia modernista, García Lorca es su influ<strong>en</strong>cia hispánica.<br />
Cuando todos miraban hacia el parnasianismo, el simbolismo y el modernismo, él acogió la<br />
t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia americana de Pablo Neruda, Borges y Vallejo. Buscó nuevos s<strong>en</strong>deros <strong>en</strong> su<br />
116
poesía proponi<strong>en</strong>do metáforas alucinantes, imprimi<strong>en</strong>do suger<strong>en</strong>cia y musicalidad a sus<br />
textos; le gustaba crear relaciones arbitrarias e ing<strong>en</strong>iosas <strong>en</strong>tre las palabras para darles<br />
int<strong>en</strong>sidad semántica. La metáfora fue el procedimi<strong>en</strong>to c<strong>en</strong>tral de su estilo. Sin embargo,<br />
debido al l<strong>en</strong>guaje ampuloso, grandilocu<strong>en</strong>te y artificioso, muchas veces sus imág<strong>en</strong>es<br />
resultan ser demasiado herméticas. La soledad, la nostalgia, la mujer, el erotismo, el amor, la<br />
pasión y sobre todo, la muerte, constituy<strong>en</strong> sus temáticas básicas.<br />
Martín Pomala (1884-1951). Siguió los preceptos métricos tradicionales, principalm<strong>en</strong>te el<br />
soneto y los pareados alejandrinos. Tuvo gran influ<strong>en</strong>cia de los franceses y de los poetas<br />
clásicos grecolatinos de donde nace su gusto por la temática telúrica, bucólica, pastoril y las<br />
imág<strong>en</strong>es medievales de trovadores, castillos y el amor galante; pero lo ubicamos d<strong>en</strong>tro de<br />
la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia modernista <strong>del</strong> ―mundonovisto‖, <strong>en</strong> donde el poeta vuelve a la tierra, al paisaje,<br />
a las g<strong>en</strong>tes americanas (Torres: 1951,17). En el libro Sangre y otros poemas Pomala hace<br />
hom<strong>en</strong>aje a su tierra natal, una evocación nostálgica de su infancia y de los paisajes rurales<br />
que quedaron guardados <strong>en</strong> su m<strong>en</strong>te haci<strong>en</strong>do que su villorio se vea como una Arcadia. La<br />
muerte pasa a ser un tema preponderante, de ahí nac<strong>en</strong> sus elegías, poemas de lam<strong>en</strong>to<br />
inspirados <strong>en</strong> el profundo dolor que le causo el deceso de su madre <strong>en</strong> diciembre de 1910.<br />
También <strong>en</strong> su poesía hay mom<strong>en</strong>tos de verdadero misticismo.<br />
Óscar Echeverri Mejía (1918-2005). Amante de la poesía española <strong>del</strong> siglo de oro, de la<br />
―G<strong>en</strong>eración <strong>del</strong> 27‖ y tributario <strong>del</strong> simbolismo y <strong>del</strong> parnacianismo. Las vanguardias no<br />
hicieron eco <strong>en</strong> sus temas ni <strong>en</strong> sus estructuras, por <strong>en</strong>de, sus posturas estéticas fueron<br />
tardías, un romántico rezagado, preocupado por la rima, farragoso verbalm<strong>en</strong>te, monocorde<br />
temáticam<strong>en</strong>te y con refinami<strong>en</strong>tos excesivos. Fiel al soneto clasico de tradicion hispanica,<br />
con el cual manifestó un mundo de erotismo cortesano y de impulso s<strong>en</strong>tim<strong>en</strong>tal. Hay<br />
algunos poemas que romp<strong>en</strong> con esta estructura y manejan librem<strong>en</strong>te el número de estrofas<br />
y el número de versos. Sus poemas son ligeros y transpar<strong>en</strong>tes, con escasa sugestión,<br />
suger<strong>en</strong>cia y experim<strong>en</strong>tación; su aporte a la poesía tolim<strong>en</strong>se y colombiana <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral es<br />
poco o nada.<br />
117
Jaime Tello (1918-1996). Su libro de poemas Geometría <strong>del</strong> espacio (1951) está impregnado<br />
por imág<strong>en</strong>es surrealistas, futuristas y <strong>en</strong> un m<strong>en</strong>or grado posee algún tinte <strong>del</strong> creacionismo<br />
latinoamericano e influjo de la escritura automática. El poeta se libera de la racionalidad y<br />
logra desatar de bases lógicas a la imag<strong>en</strong>, <strong>en</strong>riqueci<strong>en</strong>do su l<strong>en</strong>guaje poético. Plasma<br />
mundos oníricos a través de imág<strong>en</strong>es insólitas e ideas sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> varios de sus<br />
poemas. Hay <strong>en</strong> sus versos mucha velocidad, movimi<strong>en</strong>to y plasticidad. Otra faceta es, sin<br />
duda, la contemplativa y religiosa, heredada seguram<strong>en</strong>te de T.S. Eliot. Hay un tono místico<br />
y trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tal que hace pres<strong>en</strong>cia a lo largo de todo el libro.<br />
Esta bibliografía se contrastó con treinta y una (31) antologías de poesía colombiana<br />
publicadas durante el siglo XX y principios <strong>del</strong> XXI, que <strong>en</strong> criterio de investigadores y<br />
estudiosos son las más acreditadas, reconocidas y trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tales por su difusión,<br />
importancia o aporte, llegando a establecer que los nombres de autores tolim<strong>en</strong>ses que<br />
alcanzaron una decidida figuración <strong>en</strong> dichas selecciones de carácter nacional fueron <strong>en</strong> su<br />
ord<strong>en</strong>: Diego Fallon (Romanticismo y parnasianismo) y Juan Lozano y Lozano (Los nuevos)<br />
qui<strong>en</strong>es figuran <strong>en</strong> 14 de las 31 antologías, es decir, con una pres<strong>en</strong>cia <strong>del</strong> 45, 16 %; Germán<br />
Pardo García (Los nuevos) y Arturo Camacho Ramírez (Piedra y cielo) aparec<strong>en</strong> 13 veces,<br />
es decir el 41, 94%, convirtiéndose, este grupo, si el término se nos permite, <strong>en</strong> parte <strong>del</strong><br />
―canon oficial‖. Muy distantes aparec<strong>en</strong> Oscar Echeverri Mejía con el 9,68%, Luis Enrique<br />
S<strong>en</strong>doya con el 6,45%, Jaime Tello, Ars<strong>en</strong>io Esguerra y Jesús María Samper con el 3, 23%<br />
cada uno.<br />
Estudiada la vida y obra de este conjunto de autores cabe destacar algunas t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias o<br />
características estéticas y formales que marcaron la poesía tolim<strong>en</strong>se <strong>en</strong> la primera mitad <strong>del</strong><br />
siglo XX, además de algunos datos curiosos:<br />
Es notable la fi<strong>del</strong>idad y la devoción a preceptivas clásicas grecolatinas y españolas<br />
(Siglo de oro, G<strong>en</strong>eración <strong>del</strong> 98 y <strong>del</strong> 27) o bi<strong>en</strong> a las escuelas francesas e inglesas<br />
(romanticismo, parnasianismo, simbolismo, etc.).<br />
118
Aun cuando <strong>en</strong> Europa y Latinoamérica las vanguardias ya se habían desarrollado y<br />
evolucionado, estas t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias tuvieron una mínima incid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la poética<br />
tolim<strong>en</strong>se de la primera mitad de siglo XX.<br />
Los temas fundam<strong>en</strong>tales de la poesía <strong>del</strong> Tolima de principios <strong>del</strong> siglo XX son: una<br />
línea dedicada a lo telúrico, lo bucólico, el paisaje autóctono y la naturaleza, otra<br />
verti<strong>en</strong>te relacionada con la poesía galante, el intimismo y el amor, ya sea carnal o<br />
como fuerza motora <strong>del</strong> universo; también se tratan los temas contemporáneos de la<br />
ci<strong>en</strong>cia, la tecnología y la agitación <strong>del</strong> mundo moderno, con visos de compromiso<br />
social. Todos trasiegan por el misticismo y el aspecto espiritual. Finalm<strong>en</strong>te cabe<br />
decir que los temas más recurr<strong>en</strong>tes son el amor y muerte.<br />
La forma de composición poética prefer<strong>en</strong>te durante la época estudiada es el soneto.<br />
Hay un decido respeto por la poesía ortodoxa y la métrica clásica ceñida a normas<br />
prosódicas.<br />
De los poemas publicados <strong>en</strong> libros durante la primera <strong>del</strong> siglo XX, los que más<br />
alcanzaron reconocimi<strong>en</strong>to y se repitieron <strong>en</strong> las antologías consultadas fueron ―La<br />
luna‖ de Diego Fallon con un porc<strong>en</strong>taje <strong>del</strong> 45,16%, ―La catedral de Colonia‖ de<br />
Lozano y Lozano con el 38, 71%, ―Mujeres de otro día‖, ―Comi<strong>en</strong>zo de la sangre‖ y<br />
―Nada es mayor‖ de Camacho Ramírez, ―Tempestad‖ y ―Pres<strong>en</strong>cia de la muerte‖ de<br />
Pardo García, ―A la palma <strong>del</strong> desierto‖ de Fallon y ―Farewell‖ de Lozano y Lozano<br />
con el 4,55%.<br />
La mayoría de los autores estudiados no vivieron <strong>en</strong> el Tolima, a Fallon se lo llevan<br />
si<strong>en</strong>do un niño para Zipaquirá y luego para Europa, de regreso llega a Muzo<br />
(Boyacá) y finalm<strong>en</strong>te se radica <strong>en</strong> Bogotá; Pardo se lo llevan a los cuatro años para<br />
Choachí, Cundinamarca y posteriorm<strong>en</strong>te se radica <strong>en</strong> México, Oscar echeverri es<br />
considerado pereirano, vive <strong>en</strong> el eje cafetero, el Valle <strong>del</strong> Cauca, Madrid, México,<br />
Panamá y Bogotá ; Camacho vive <strong>en</strong> Bogotá desde los tres años de edad; igual<br />
119
sucede con Jaime Tello. Casi todos viajaron por Europa y Estados Unidos. Esto<br />
contradice la cre<strong>en</strong>cia popular de que nuestros poetas fueron provincianos.<br />
En g<strong>en</strong>eral, casi todos los poetas tolim<strong>en</strong>ses estudiados trasegaron <strong>en</strong> la burocracia,<br />
el periodismo, el ejército y la literatura.<br />
German Pardo es uno de los poetas más prolíficos de Colombia, además de ser<br />
reconocido y antologizado a nivel nacional e internacional, con estudios sobre su<br />
obra <strong>en</strong> el extranjero, candidato al Nobel por México <strong>en</strong> dos oportunidades.<br />
Se ha dicho reiteradam<strong>en</strong>te que la poesía <strong>del</strong> Tolima ha sido rezagada y tardía fr<strong>en</strong>te<br />
a las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias que se desarrollan <strong>en</strong> Europa y América; pero esto no sólo es un<br />
defecto de la poesía tolim<strong>en</strong>se sino de la literatura colombiana <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral. Sin<br />
embargo, <strong>en</strong> lo que ti<strong>en</strong>e que ver con el ámbito nacional, los poetas tolim<strong>en</strong>ses han<br />
estado a la par de las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias y movimi<strong>en</strong>tos que han hecho boga <strong>en</strong> nuestras<br />
letras, con repres<strong>en</strong>tantes y aportes directos para el desarrollo y evolución de cada<br />
grupo, un ejemplo de lo dicho es la participación intelectual e ideológica de Lozano<br />
y Lozano y Pardo García d<strong>en</strong>tro de ―Los Nuevos‖ y de Camacho Ramírez <strong>en</strong> ―Piedra<br />
y Cielo‖. Otra afirmación recurr<strong>en</strong>te es que los poetas tolim<strong>en</strong>ses han sido<br />
exclusivam<strong>en</strong>te unos usurpadores y repetidores de fórmulas, cont<strong>en</strong>idos y<br />
tradiciones, o que todas sus posturas estéticas fueron retardadas y anacrónicas, esto<br />
tampoco es <strong>del</strong> todo cierto, Fallon si<strong>en</strong>do un romántico, escapa <strong>del</strong> tono melancólico<br />
y se atreve a incluir el humor, la ironía y el sarcasmo <strong>en</strong> algunos de sus poemas;<br />
Pardo crea un universo propio <strong>en</strong> el que mezcla lo clásico y lo moderno, ampliando<br />
su expresión poética con el metal<strong>en</strong>guaje de la química, las matemáticas, la<br />
astronomía y la tecnología; Camacho miró hacia la poesía latinoamericana de<br />
Neruda, Vallejo y Borges, cuando todos miraban hacia el parnasianismo, el<br />
simbolismo y el modernismo. Los nuevos s<strong>en</strong>deros que abordó <strong>en</strong> el campo de la<br />
metáfora con su libro Espejo de naufragios (1935) influyó <strong>en</strong> la concepción <strong>del</strong><br />
grupo ―Piedra y Cielo‖; Jaime Tello por su parte, aunque no hizo parte de ningún<br />
grupo, se a<strong>del</strong>antó inclusive al grupo ―Mito‖ <strong>en</strong> algunas de sus concepciones<br />
120
poéticas, que si bi<strong>en</strong> no fueron de ruptura si por lo m<strong>en</strong>os de apertura, al trasegar por<br />
el surrealismo, futurismo y creacionismo, con influjo de la escritura automática,<br />
cuando el soneto seguía aferrado a la poesía nacional.<br />
Recom<strong>en</strong>daciones:<br />
Este estudio permite t<strong>en</strong>er una visión panorámica de la historia, estética y evolución y<br />
trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de la poesía tolim<strong>en</strong>se <strong>en</strong> sus primeros cincu<strong>en</strong>ta años, sin embargo, existe la<br />
necesidad de a<strong>del</strong>antar estudios más d<strong>en</strong>sos y particulares sobre la obra de cada uno de los<br />
poetas m<strong>en</strong>cionados <strong>en</strong> el levantami<strong>en</strong>to bibliográfico, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que este es un<br />
estudio parcial de su producción intelectual. Se requiere nuevos trabajos de investigación<br />
que complem<strong>en</strong>t<strong>en</strong> el levantami<strong>en</strong>to bibliográfico y el panorama de autores realizado hasta<br />
épocas más cercanas, debido a que posterior a 1955 surg<strong>en</strong> poetas cuya obra y prestigio<br />
desbordan hacia el ámbito nacional e internacional, además de recibir reconocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> los<br />
más importantes premios nacionales de poesía como es el caso de William Ospina, Nelson<br />
Romero Guzmán, Luis Eduardo Gutiérrez, Julio César Arciniegas Moscoso, <strong>en</strong>tre otros. Se<br />
destacan también las obras de Luz Mery Giraldo, José Pubén, Luis Enrique S<strong>en</strong>doya, Jorge<br />
Ernesto Leyva, Celedonio Orjuela, Jorge Ladino Gaitán y Esperanza Carvajal. Estos<br />
nombres demuestran que es necesario ahondar <strong>en</strong> sus obras desde la academia para lograr<br />
revitalizar, visibilizar y cualificar un canon crítico-literario, que abra espacios y público para<br />
los autores tolim<strong>en</strong>ses.<br />
121
ANEXOS: Pres<strong>en</strong>cia de poetas tolim<strong>en</strong>ses <strong>en</strong> antologías de poesía colombiana<br />
CARO, Víctor<br />
E.<br />
ORTEGA TORRES, José<br />
J.<br />
GARCÍA PRADA,<br />
Carlos<br />
OTERO MUÑOZ,<br />
Gustavo.<br />
CARO GRAU,<br />
Francisco.<br />
VARGAS TAMAYO,<br />
José<br />
AUTOR DE LA<br />
ANTOLOGÍA<br />
Sonetos<br />
colombianos.<br />
Poesía colombiana: antología de 490<br />
composiciones de 90 autores.<br />
Antología de líricos<br />
colombianos. Tomo I.<br />
Antología poetas<br />
colombianos 1800-1930.<br />
Parnaso colombiano<br />
Las 100 mejores poesías<br />
(líricas) colombianas<br />
escogidas por el padre José<br />
Vargas Tamayo.<br />
TITULO DE LA<br />
ANTOLOGÍA<br />
AÑO<br />
DE PUBLICACION DE LA<br />
ANTOLOGIA 1919 1920 1930 1937 1942 1942<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el<br />
mom<strong>en</strong>to de la<br />
publicación de esta<br />
antología<br />
Edad <strong>del</strong><br />
poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de la<br />
publicación de esta antología<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de<br />
la publicación de esta<br />
antología<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de<br />
la publicación de esta<br />
antología<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de<br />
la publicación de esta<br />
antología<br />
Edad <strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to<br />
de la publicación de esta<br />
antología<br />
POETA TOLIMENSE<br />
28 AÑOS 40 AÑOS<br />
LOZANO Y LOZANO, Juan.<br />
(1902-1979)<br />
Ante la estatua de Shelley Oxford -<br />
Pág. 568. Farewell - Pág.567.<br />
La catedral de colonia –pág.<br />
335. El castillo –pág.336.<br />
Poema(s) publicado(s) y<br />
pagina(s) <strong>en</strong> la que aparece(n).<br />
La catedral de colonia - Pág. 567.<br />
Madre - Pág. 569. La voz de la<br />
amada - Pág.569. Los ojos de la<br />
Amada - Pág.570. Manos - Pág. 570.<br />
Ritmo - Pág.570. Carmina - Pág.571.<br />
Exhortación - Pág. 571.<br />
. + (MUERTO HACE 37 AÑOS)<br />
. + (MUERTO HACE 32<br />
AÑOS)<br />
. + (MUERTO HACE 25<br />
AÑOS)<br />
. + (MUERTO HACE 15<br />
AÑOS)<br />
FALLON, diego. (1834-<br />
1905)<br />
La luna –pág.93 Las<br />
rocas de Suesca –pág.97<br />
La fu<strong>en</strong>te de Memoria<br />
–pág.104 A una naranja<br />
–pág. 106<br />
Poema(s) publicado(s) y<br />
pagina(s) <strong>en</strong> la que aparece(n).<br />
“A la luna” – Pág. 119. “A la palma<br />
<strong>del</strong> desierto” – Pág. 122 En la<br />
montaña.– Pág. 126. Espejo – Pág.<br />
129.<br />
“A la luna” – Pág. 253. “A<br />
la palma <strong>del</strong> desierto” –<br />
Pág. 258<br />
Espejo – pág. 133<br />
La luna –pág.134<br />
122<br />
Aire divino – Pág.573 A los<br />
voces de los muertes – Pág.<br />
573. El sacrificio–<br />
Pág.574. Pres<strong>en</strong>cias – Pág. 574.<br />
Al vi<strong>en</strong>to de junio – Pág. 575.<br />
Sil<strong>en</strong>cio <strong>del</strong> amor – Pág. 575.<br />
A la gloria <strong>del</strong> amor– Pág.575.<br />
Transito de amor – Pág. 576.<br />
Pres<strong>en</strong>cia de la muerte– Pág.576.<br />
PARDO GARCIA, Germán.<br />
(1902-1991)<br />
Poema(s) publicado(s) y<br />
pagina(s) <strong>en</strong> la que aparece(n).<br />
CAMACHO RAMIREZ, Arturo.<br />
(1910-1982)<br />
Poema(s) publicado(s) y<br />
pagina(s) <strong>en</strong> la que aparece(n).<br />
(MUERTO HACE 55 AÑOS)<br />
ESGUERRA, Ars<strong>en</strong>io<br />
(1836 -1875)<br />
María-pág. 453<br />
Poema(s) publicado(s) y<br />
pagina(s) <strong>en</strong> la que aparece(n).<br />
SAMPER, José María.<br />
(1888-1928)<br />
Poema(s)<br />
publicado(s) y pagina(s) <strong>en</strong> la<br />
que aparece(n). Bolívar – Pág. 103<br />
Plegaria –pág. 104
AUTOR<br />
ALBAREDA, Ginés<br />
De y Francisco<br />
Garfias.<br />
DE LA ANTOLOGÍA<br />
ARANGO, Daniel.<br />
ESCOBAR URIBE, Arturo.<br />
CABALLERO CALDERÓN,<br />
Eduardo.<br />
Ediciones Espiral<br />
Colombiana.<br />
CAPARROSO,Carlos Arturo. CARRANZA, Eduardo.<br />
Antología de la<br />
poesía<br />
hispanoamericana:<br />
Colombia<br />
“Esquema para una<br />
antología: un siglo de<br />
poesía colombiana”.<br />
TITULO DE LA ANTOLOGÍA<br />
Las mejores poesías<br />
colombianas<br />
Nuevo parnaso colombiano<br />
Los mejores poemas de los<br />
mejores poetas colombianos<br />
Antología de la nueva poesía<br />
colombiana.<br />
Antología lirica: 100 poemas<br />
colombianos.<br />
1945 1948 1948 1952 1954 1957 1958<br />
AÑO DE PUBLICACIÓN DE<br />
LA ANTOLOGIA<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el<br />
mom<strong>en</strong>to de la<br />
publicación de esta<br />
antología<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el<br />
mom<strong>en</strong>to de la<br />
publicación de esta<br />
antología<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de<br />
la publicación de esta<br />
antología<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de<br />
la publicación de esta<br />
antología<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de<br />
la publicación de esta<br />
antología<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de<br />
la publicación de esta<br />
antología<br />
Edad <strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to<br />
de la publicación de esta<br />
antología<br />
POETA TOLIMENSE<br />
43 AÑOS 52 AÑOS 55 AÑOS<br />
LOZANO Y LOZANO, Juan.<br />
(1902-1979)<br />
A la catedral de<br />
colonia - pág. 497<br />
"La catedral de colonia"<br />
Pág. 265<br />
Poema(s)<br />
publicado(s) y pagina(s) <strong>en</strong> la<br />
que aparece(n). "La catedral de colonia" Pág.<br />
252<br />
123<br />
53 AÑOS<br />
. + (MUERTO HACE 49<br />
AÑOS)<br />
. + (MUERTO HACE 40<br />
AÑOS)<br />
FALLON, Diego. (1834-<br />
1905)<br />
La Luna (fragm<strong>en</strong>to) -<br />
Pág. 77<br />
Poema (s) publicado (s) y "La Luna" - Pág. 89 "La Luna" - Pág. 138 La Luna - pág. 277<br />
"A la palma <strong>del</strong> desierto" Pág.<br />
93<br />
43 AÑOS 52 AÑOS<br />
44 AÑOS 47 AÑOS<br />
"A la gloria <strong>del</strong> amor" Pág.<br />
253<br />
página (s) <strong>en</strong> la que aparece<br />
(n)<br />
PARDO GARCIA, Germán<br />
(1902 - 1991)<br />
Poema (s) publicado (s) y<br />
pagina (s) <strong>en</strong> la que aparece(n)<br />
35 AÑOS 44 AÑOS 47 AÑOS<br />
CAMACHO RAMIREZ, Arturo<br />
(1910 - 1982)<br />
"Comi<strong>en</strong>zo de la<br />
sangre" Pág. 513<br />
La niña sin sombra Pág.<br />
83. "Nada es<br />
mayor" Pág. 85<br />
"NADA ES MAYOR" - Pág.<br />
261<br />
Poema(s) publicado(s) y<br />
pagina(s) <strong>en</strong> la que aparece(n)<br />
39 AÑOS<br />
ECHEVERRY MEJIA,<br />
Oscar<br />
(1918)<br />
Poema(s) publicadop(s) y<br />
pagina(s) <strong>en</strong> la que aparece(n) El poeta canta su<br />
muerte. Pág. 533
AUTOR DE LA ANTOLOGÍA<br />
MONTOYA Y<br />
MONTOYA , Rafael<br />
ARBELAEZ , Fernando HOLGUÍN , Andrés MADRID-MALO , Néstor.<br />
ACADEMIA<br />
COLOMBIANA<br />
HOLGUÍN , Andrés.<br />
Antología crítica de la<br />
poesía colombiana (1874-<br />
1974)<br />
Poemas de Colombia.<br />
Antología de la academia<br />
colombiana.<br />
TITULO DE LA ANTOLOGÍA<br />
Parnaso Colombiano<br />
50 años de poesía<br />
colombiana (1924-1974)<br />
Panorama de la nueva<br />
poesía colombiana.<br />
Las mejores poesías<br />
colombianas. Tomo II<br />
1959 1959 1964 1974 1974 1977<br />
AÑO DE PUBLICACIÓN DE<br />
LA ANTOLOGIA<br />
Edad <strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el<br />
mom<strong>en</strong>to de la<br />
publicación de esta<br />
antología<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de<br />
la publicación de esta<br />
antología<br />
Edad <strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el<br />
mom<strong>en</strong>to de la publicación<br />
de esta antología<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de<br />
la publicación de esta<br />
antología<br />
Edad <strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el<br />
mom<strong>en</strong>to de la publicación<br />
de esta antología<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de la<br />
publicación de esta antología<br />
POETA TOLIMENSE<br />
57 AÑOS 57 AÑOS 72 AÑOS 72 AÑOS 75 AÑOS<br />
LOZANO Y LOZANO, Juan.<br />
(1902-1979)<br />
"La catedral de<br />
colonia" Pág. 28<br />
"La catedral de colonia"<br />
Pág. 37<br />
"La catedral de colonia"<br />
Pág. 289<br />
La catedral de colonia -<br />
Pág. 320 La voz de la<br />
amada - Pág. 525<br />
Poema(s)<br />
publicado(s) y pagina(s) <strong>en</strong> la<br />
que aparece(n). A la catedral de colonia - pág.<br />
65<br />
.+ (Muerto hace 72<br />
años)<br />
.+ (MUERTO HACE 69<br />
AÑOS)<br />
.+ (Muerto hace 54 años)<br />
FALLON, Diego. (1834-<br />
1905)<br />
La luna - Pág. 8<br />
"La Luna" (Fragm<strong>en</strong>tos) -<br />
Pág. 71<br />
Poema (s) publicado (s) y<br />
pagina (s) <strong>en</strong> la que aparece(n) La luna - pág. 143, Las<br />
rocas de Suesca - Pág.<br />
146.<br />
57 AÑOS 57 AÑOS 62 AÑOS 72 AÑOS 72 AÑOS<br />
PARDO GARCIA, Germán.<br />
(1902 - 1991)<br />
“Tempestad”- Pág.295.<br />
“Vulgar elogio marino” ”-<br />
Pág.296. “Mujer<br />
naturaleza”- Pág.303.<br />
“Húmeda flor” –Pág. 306<br />
“Jess cook” –Pág. 309.<br />
“AireDivino”-Pág. 312 “A<br />
la pres<strong>en</strong>cia de la poesía”-<br />
Pág. 313. “Cáncer” Pág.<br />
315.<br />
“El hallazgo”- Pág.58. “La<br />
morada”- Pág.59. “El<br />
convite”- Pág.59. “Solo un<br />
mom<strong>en</strong>to”- Pág.60. “El<br />
olvido”- Pág.60. “La<br />
lejanía”- Pág.61.<br />
“Jesscook”- Pág.61. “Yo no<br />
soy un soldado”- Pág.62.<br />
124<br />
“Pres<strong>en</strong>cia de la muerte”-<br />
Pág. 34.<br />
Tempestad – Pág. 404.<br />
Carta a una oruga– Pág.<br />
405. Vulgar elogio<br />
marino– Pág. 558.<br />
Tempestad –pág.65 Aire<br />
divino –pág.65 A la pres<strong>en</strong>cia<br />
de la <strong>poesia</strong>–pág.67 Pres<strong>en</strong>cia<br />
de la muerte –pág.68 Húmeda<br />
flor–pág.69 Vulgar elogio<br />
marino–pág.71<br />
Poema (s) publicado (s)<strong>en</strong> la<br />
que aparece(n)<br />
CAMACHO RAMIREZ, Arturo.<br />
(1910-1982)<br />
49 AÑOS 49 AÑOS 54 AÑOS 64 AÑOS 67 AÑOS<br />
“Epilogo <strong>en</strong> el mar”-<br />
Pag.131. “Comi<strong>en</strong>zo de la<br />
sangre” – Pág. 134.<br />
“Vitalidad de la muerte”-<br />
Pág. 135. “Cándida inerte”<br />
Pág. 139.<br />
Nada es mayor–pág.100<br />
Mujer de otro día –pág.100<br />
Oda a Bau<strong>del</strong>aire<br />
(FRAGMENTO)–pág.102<br />
Apostrofe –pág.(Juana Duval)<br />
–pág.123<br />
Poema(s)<br />
publicado(s) y página(s) <strong>en</strong> la<br />
que aparece(n)<br />
La niña sin nombre -<br />
Pág. 271.<br />
“Comi<strong>en</strong>zo de la sangre” -<br />
Pág. 52<br />
Oda a Carlos Bau<strong>del</strong>aire–<br />
Pág. 443.<br />
ECHEVERRY MEJIA, Oscar.<br />
56 AÑOS<br />
(1918-)<br />
Poema (s) publicado (s)<strong>en</strong> la<br />
que aparece(n) "El asesinado <strong>en</strong> la sombra"<br />
- Pág. 69.<br />
44 AÑOS 54 AÑOS<br />
SENDOYA, Luis Enrique<br />
(1920 - 1994)<br />
"Elegía a un aviador<br />
muerto" Pág. 82.<br />
“Soneto s<strong>en</strong>cillo” –Pág. 276.<br />
“Soneto <strong>en</strong> primavera” -<br />
Pág.277. “Elegía a un<br />
aviador muerto” - Pág.277.<br />
“Elegía para nueve hombres<br />
libres” -Pág.279.<br />
Poema (s) publicado (s)<strong>en</strong> la<br />
que aparece(n)<br />
TELLO, Jaime. (1918) 46<br />
Poema (s)<br />
“Paralelos” –Pág. 310.<br />
“Binomio” –Pág.311<br />
“Proyección hacia el<br />
pasado” – Pág.314.<br />
“Ecuación” –Pág. 318.<br />
“Serie de Fibonacci”<br />
–Pág.320. “Modulador”<br />
–Pág.330.<br />
publicado (s)<strong>en</strong> la que<br />
aparece(n)
AUTOR DE LA ANTOLOGÍA<br />
ECHAVARRÍA ,<br />
Rogelio<br />
CHARRY LARA ,<br />
Fernando.<br />
ARÉVALO , Guillermo<br />
Alberto<br />
ESPINOSA , Germán. PANERO , Juan Luis.<br />
COBO BORDA , Juan<br />
Gustavo.<br />
Tres siglos y medio de<br />
poesía colombiana (1630 -<br />
1980)<br />
TITULO DE LA ANTOLOGÍA<br />
Qui<strong>en</strong> es quién <strong>en</strong> la<br />
poesía colombiana<br />
Poesía y poetas<br />
colombianos.<br />
Siete poetas colombianos<br />
(Antología)<br />
Poesía colombiana 1880-<br />
1980: una selección.<br />
Albún de poesía colombiana<br />
1980 1980 1981 1983 1985 1994<br />
AÑO DE PUBLICACIÓN DE<br />
LA ANTOLOGIA<br />
Edad <strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el<br />
mom<strong>en</strong>to de la<br />
publicación de esta<br />
antología.<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de<br />
la publicación de esta<br />
antología.<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de<br />
la publicación de esta<br />
antología.<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de<br />
la publicación de esta<br />
antología.<br />
Edad <strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el<br />
mom<strong>en</strong>to de la publicación<br />
de esta antología.<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de la<br />
publicación de esta antología.<br />
POETA TOLIMENSE<br />
.+ (MUERTO HACE 6<br />
AÑOS)<br />
PAG. 81 (COMENTARIO<br />
SOBRE EL AUTOR) Un<br />
recuerdo - Pág. 218. En la<br />
muerte de Luis Tejada - Pág.<br />
218. La Catedral de colonia<br />
- pág. 219. Farewell - Pág.<br />
219. Olvido - pág. 220.<br />
LOZANO Y LOZANO, Juan<br />
.+ (MUERTO HACE 1<br />
(1902-1979)<br />
AÑO)<br />
Poema(s)<br />
publicado(s) y pagina(s) <strong>en</strong> la<br />
que aparece(n). La catedral de colonia -<br />
pág. 154 A José Asunción<br />
Silva - pág. 155 En el<br />
manicomonio, <strong>en</strong> Londres. -<br />
pág. 155<br />
.+ (MUERTO HACE 91<br />
AÑOS)<br />
FALLON, Diego. (1834-<br />
1905)<br />
125<br />
Poema(s) publicado(s) y<br />
pagina(s) <strong>en</strong> la que aparece(n)<br />
La Luna - pág. 56<br />
78 AÑOS 83 AÑOS<br />
PARDO GARCIA, Germán.<br />
(1902 - 1991)<br />
PAG. 79- (COMENTARIO<br />
SOBRE EL AUTOR) Un<br />
caballo <strong>en</strong> la sombra-<br />
Pág.212 A la pres<strong>en</strong>cia de<br />
la poesía- Pág.213.<br />
Pres<strong>en</strong>cia de la muerte-<br />
Pág.213. Bob Mairnes<br />
mozo de mar-Pág.215.<br />
Tempestad-Pág.216.<br />
Mar <strong>en</strong>emigo –pág.157 A<br />
la pres<strong>en</strong>cia de la poesía<br />
–pág.158 El ser<br />
cósmico – pág. 158<br />
Biografía de un hombre<br />
contemporáneo–pág.159<br />
Jess Cook –pág.161 El<br />
v<strong>en</strong>cedor –pág.162 Mi<br />
perro y yo–pág.164<br />
Poema(s) publicado(s) y<br />
pagina(s) <strong>en</strong> la que aparece(n)<br />
.+ (MUERTO HACE TRES<br />
AÑOS)<br />
CAMACHO RAMIREZ, Arturo.<br />
(1910-1982)<br />
PAG. 97 (COMENTARIO<br />
SOBRE EL AUTOR)<br />
Mujeres de otro día- Pág.<br />
233. Comi<strong>en</strong>zo de la<br />
sangre -Pág.234.<br />
Poema(s)<br />
publicado(s) y pagina(s) <strong>en</strong> la<br />
que aparece(n).<br />
Los días y la vida Pág.-235.<br />
Entre morir -Pág.237.<br />
Carrera de la vida- Pág.239.<br />
.+ (MUERTO HACE 91<br />
AÑOS)<br />
FALLON, Diego. (1834-<br />
1905)
AUTOR DE LA ANTOLOGÍA<br />
ORTIZ FORERO,<br />
Omar. (Comp.)<br />
COBO BORDA, Juan<br />
Gustavo<br />
CHARRY LARA, Fernando. ECHAVARRÍA, Rogelio. ECHAVARRÍA, Rogelio. LUQUE MUÑOZ, H<strong>en</strong>ry.<br />
Luna nueva: once miradas a<br />
la poesía colombiana.<br />
Antología múltiple<br />
Antología de la poesía colombiana. Tambor <strong>en</strong> la sombra. Poesía<br />
Antología de la poesía colombiana-<br />
Tomo II- Siglo XX (De los nuevos<br />
hasta los más nuevos)<br />
TITULO DE LA ANTOLOGÍA<br />
Antología de la poesía colombiana.<br />
Tomo I. Siglos coloniales;<br />
Romanticismo; Modernismo<br />
1996 1996 1997 1996 2007 2007<br />
AÑO DE PUBLICACIÓN DE<br />
LA ANTOLOGIA<br />
Edad <strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el<br />
mom<strong>en</strong>to de la<br />
publicación de esta<br />
antología<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de<br />
la publicación de esta<br />
antología<br />
Edad <strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el<br />
mom<strong>en</strong>to de la publicación<br />
de esta antología<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de<br />
la publicación de esta<br />
antología<br />
Edad <strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el<br />
mom<strong>en</strong>to de la publicación<br />
de esta antología<br />
Edad<br />
<strong>del</strong> poeta <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to de la<br />
publicación de esta antología<br />
POETA TOLIMENSE<br />
.+ (MUERTO HACE 18<br />
AÑOS)<br />
.+ (MUERTO HACE 17<br />
AÑOS)<br />
LOZANO Y LOZANO, Juan.<br />
(1902-1979)<br />
Poema(s)<br />
publicado(s) y pagina(s) <strong>en</strong> la<br />
que aparece(n).<br />
"Farwell - Pág. .312<br />
"Olvido". Pág. 313<br />
"Madre". Pág. 313<br />
"Farwell" - Pág. 33<br />
. + (MUERTO HACE 92<br />
AÑOS)<br />
.+ (MUERTO HACE 91<br />
AÑOS)<br />
FALLON, Diego. (1834-<br />
1905)<br />
126<br />
"La Luna" Pág. 120.<br />
Poema (s)<br />
publicado (s) y pagina(s) <strong>en</strong> la<br />
que aparece(n). "La Luna" - Pág. 139 "Ala<br />
palma <strong>del</strong> desierto". Pág. 143.<br />
. + (MUERTO HACE 5 AÑOS) . + (MUERTO HACE 6 AÑOS) . + (MUERTO HACE 5 AÑOS)<br />
PARDO GARCIA, Germán<br />
(1902 - 1991)<br />
"El predestinado". Pág. 314.<br />
"Relato de los arcángeles".<br />
Pág. 315. "La mesa" - Pág.<br />
316 "Juguetes para niños".-<br />
Pág. 317.<br />
Poema(s)<br />
publicado(s) y pagina(s) <strong>en</strong> la<br />
que aparece(n).<br />
"El olvido" - Pág. 113<br />
“El festín” – Pág.34<br />
“Ignorancia” – Pág.34<br />
“Único dueño” – Pág.35<br />
. + (MUERTO HACE 14<br />
AÑOS)<br />
. + (MUERTO HACE 15<br />
AÑOS)<br />
. + (MUERTO HACE 14<br />
AÑOS)<br />
CAMACHO RAMIREZ, Arturo<br />
(1910-1982)<br />
"Mujeres de otro día" Pág.<br />
135<br />
"Nada es mayor" - Pág. 57<br />
"Muejres de otro día" Pág.<br />
57<br />
Poema (s)<br />
publicado (s) y pagina(s) <strong>en</strong> la<br />
que aparece(n).<br />
"Entremorir" Pág. 343<br />
ECHEVERRY MEJIA, Oscar.<br />
(1918-)<br />
79 años<br />
Poema (s)<br />
publicado (s) y pagina(s) <strong>en</strong> la<br />
que aparece(n). "El asesino <strong>en</strong> la sombra" -<br />
Pág. 380
Bibliografía:<br />
Albareda, Ginés De y Francisco Garfias. (1957). Antología de la poesía hispanoamericana: Colombia. Madrid:<br />
Almagro-Biblioteca Nueva. 570p.<br />
Arango Jaramillo, Daniel. (Mayo 1941). ―Sangre y otros poemas por Martín Pomala‖ EN: Revista de las<br />
Indias. Bogotá. Vol. 9, no. 29. p. 467-8.<br />
Arango, Daniel. (1958). (Selección). Las mejores poesías colombianas. Tomo I. Lima: Festival <strong>del</strong> libro<br />
colombiano. Editora latinoamericana.163p.<br />
Arbeláez, Fernando. (1964). Panorama de la nueva poesía colombiana. Bogotá: Ediciones <strong>del</strong> Ministerio de<br />
Educación. 548p.<br />
Arévalo, Guillermo Alberto. (1983). Siete Poetas Colombianos. Antología. Bogotá: El Áncora. 116p.<br />
Arias de la Canal, Fredo. (1991). Breve Antología simbólica de Oscar Echeverri Mejía. México: Fr<strong>en</strong>te de<br />
Afirmación Hispanista de México. 45p.<br />
Bibliografía sobre Lozano y Lozano, Juan. (1987). Banco de la República. Biblioteca Luis Ángel Arango. En:<br />
Bibliografías especializadas. Bogotá: 1987. 8h. No.176.<br />
Bonilla, Manuel Antonio. (1934). ―Diego Fallon: su obra Literaria‖ EN: Diego Fallon, su obra, juicios sobre<br />
ella y estudios sobre su vida. Ibagué: Tip. Etobar. 104p.<br />
_______. (agosto 1945) ―Diego Fallon‖ EN: Revista de América, Vol. 3, No. 8. Bogotá. Pág. 300-10.<br />
_______.Caballero Calderón, Eduardo. (1952). Los mejores poemas de los mejores poetas colombianos.<br />
Caracas: Casa colombiana. 54p.<br />
_______. (1946). ―Juan Lozano y Lozano‖ EN: Sábado. Bogotá: Febrero 2, 1946. N°. 134. Págs. 1-14.<br />
Caballero Calderón, Lucas. (1944). 1914-1981. Cuatro personajes. KLIM.<br />
En: Sábado. Bogotá: (Julio 22, 1944). No. 54. pág. 27.<br />
Camacho Ramírez, Arturo. (1935). Espejo de naufragios. Bogotá: Editorial Minerva. 61p.<br />
_______. (1939). Cándida Inerte. Edit. San José de Costa Rica. [Legación Colombia]. 15p. Colección<br />
cuadernos <strong>del</strong> noticiario colombiano 2.<br />
_______. (1939). Presagio de amor: Poema. Bogotá: Edit. C<strong>en</strong>tro. 28p.<br />
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