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Nº 46 - De la Palabra

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mismos y para los otros? ¿Cómo percibimos?<br />

¿Cómo conocemos el mundo y compartimos<br />

nuestras experiencias con los demás? <strong>De</strong>bemos<br />

sospechar, al menos, de quienes pregonan un<br />

lenguaje cosa, una pa<strong>la</strong>bra vacía, pa<strong>la</strong>bra herramienta.<br />

<strong>De</strong> aquellos encumbrados peritos de<br />

<strong>la</strong> fisiología, <strong>la</strong> psicología o <strong>la</strong> lingüística que<br />

predican un pensamiento “rey”, que ordena, y<br />

un cuerpo, “esc<strong>la</strong>vo”, que ejecuta órdenes sin<br />

más. <strong>De</strong>bemos enmarañarnos un poco.<br />

Hablemos. Haga <strong>la</strong> prueba. Repita junto conmigo,<br />

“una pequeña casita envuelta en distancia<br />

y tiempo, salpicada de viento y olvido”. Las<br />

pa<strong>la</strong>bras surgen, nos sorprenden de pronto, son<br />

como un tren que transporta sus propios rieles.<br />

Pensamos en pa<strong>la</strong>bras, pa<strong>la</strong>bras-pensamiento.<br />

Pero para llegar a embrol<strong>la</strong>rnos como se debe<br />

en el lenguaje según Merleau, necesitaremos<br />

hurgar un poco en su locura más general acerca<br />

de <strong>la</strong> percepción. El tratamiento del lenguaje<br />

per se, lo hal<strong>la</strong>remos hacia el final de este<br />

gran texto-confusión, aunque percibirán su<br />

presencia durante toda <strong>la</strong> exposición. Confundámonos,<br />

pues.<br />

Merleau Ponty reacciona contra <strong>la</strong>s posturas<br />

que postu<strong>la</strong>n que percibir es recordar; arremete<br />

contra estos puntos de vista del asociacionismo<br />

para los que percibir sería el experimentar una<br />

multiplicidad de impresiones que traerían consigo<br />

recuerdos que los completarían. Porque<br />

de esa forma percibir se transformaría en una<br />

operación de conocimiento en <strong>la</strong> que un objeto<br />

percibido se constituiría de sensaciones y recuerdos<br />

sin saber cuál es el límite entre ambos,<br />

cual es el límite a <strong>la</strong> invasión de los recuerdos.<br />

La percepción es, por el contrario, institución<br />

originaria de un sentido que es siempre nuevo.<br />

La percepción inaugura el conocimiento y se<br />

da en el presente de una manera total.<br />

Pero, si el objeto se constituye de <strong>la</strong> totalidad de<br />

<strong>la</strong>s experiencias, y si nunca podremos conocer<br />

el objeto en su totalidad… ¿Cómo conocemos<br />

entonces el objeto como unidad? A través de <strong>la</strong><br />

percepción, dice Merleau Ponty, <strong>la</strong> percepción<br />

cepción, 1957, p. 75<br />

Revista La Avispa <strong>Nº</strong><strong>46</strong> 2<br />

puede realizar <strong>la</strong> unidad del objeto. La percepción<br />

es presente, pero un presente continuo que<br />

retiene experiencias pasadas y espera futuras;<br />

esto es lo que constituye <strong>la</strong> unidad del objeto.<br />

Esto es lo que Merleau Ponty denomina “estructura<br />

de horizonte”. Es el presente el que<br />

hace posible <strong>la</strong> unidad, y esa unidad sólo puede<br />

ser entendida en <strong>la</strong> retroacción y en <strong>la</strong> protensión.<br />

“Todo presente funda definitivamente un<br />

punto del tiempo que solicita el reconocimiento<br />

de todos los demás, el objeto es, pues, visto<br />

desde todos los tiempos como es visto desde<br />

todos los lugares, y por el mismo intermediario,<br />

<strong>la</strong> estructura de horizonte” 1 .<br />

Como el presente retiene el pasado inmediato<br />

y este a su vez el pasado inmediato anterior,<br />

y como el presente efectivo es el advenir de<br />

ese pasado inmediato que fue presente, y es<br />

a <strong>la</strong> vez el pasado inmediato del futuro advenir,<br />

el presente deja de ser un presente que es<br />

enseguida destruido y pasa a ser un punto fijo<br />

que puede identificarse. Así es como <strong>la</strong> sil<strong>la</strong><br />

que ahora mismo está de<strong>la</strong>nte de mí seguirá<br />

estando al darle yo <strong>la</strong> espalda y no necesitaré<br />

darme una y otra vez vuelta hacia el<strong>la</strong> para<br />

corroborar que aún sigue allí. La estructura de<br />

horizonte resguarda <strong>la</strong> identidad del objeto al<br />

conservar en el presente lo recién visto y a <strong>la</strong><br />

vez tener los detalles de lo porvenir. Cabe destacar<br />

todavía, que <strong>la</strong> retención y <strong>la</strong> protensión<br />

en <strong>la</strong> estructura de horizonte no se tratan de<br />

un acto voluntario de mi conciencia, sino por<br />

el contrario involuntario, ya que de otro modo<br />

nos encontraríamos de<strong>la</strong>nte de una conciencia<br />

que determina.<br />

Hab<strong>la</strong> entonces de <strong>la</strong> percepción no como determinación<br />

de un a-priori, de una asociación<br />

de estímulos y recuerdos, de una representación<br />

de <strong>la</strong> conciencia, sino de una percepción<br />

instituyente, una percepción que instituye<br />

originariamente sentido y que es, por lo tanto,<br />

indeterminada. Pero esta indeterminación es<br />

1 MERLEAU PONTY, Maurice, Fenomenología de <strong>la</strong> per

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