Nº 46 - De la Palabra
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¨Las prendas de su referencia pertenecientes al Capitanejo amigo Anca<strong>la</strong>o, le han sido entregadas<br />
por el conducto del Sargento Mayor Dn Francisco Iturra…¨.<br />
¨Dios guarde á V.M.A.¨ (23).<br />
Injustísimo amor… continuó exc<strong>la</strong>mando Ariosto, con tono severamente admonitorio. La injusticia,<br />
en efecto, había cambiado <strong>la</strong> vida a más de uno bajo el mismo sol. Al paisano seriamente<br />
<strong>la</strong>stimado. Al Sargento Mayor Anca<strong>la</strong>o, con su furia comiéndole el corazón y una espue<strong>la</strong> de<br />
p<strong>la</strong>ta rota. A <strong>la</strong> china Micae<strong>la</strong>, con su joven carita marcada. A todos los habitantes de <strong>la</strong> toldería,<br />
que una vez más sirvieron para explicar con argumentos mentirosos los desaguisados de cristianos<br />
usurpadores. Al gobierno de Buenos Aires, que admitió por razones de distancia que los<br />
pulperos y <strong>la</strong>s pulperas continuaran haciendo su negocio porque era <strong>la</strong> única forma de mantener<br />
quietos a los rebeldes. Así como permitiendo que los oficiales de <strong>la</strong> Fortaleza se enriquecieran<br />
con negocios marginales, con tal de que no abandonaran su mojón.<br />
Gracias al menos que –como decíamos en el epígrafe– <strong>la</strong> actuación escrita permitiera seccionar<br />
un capítulo de historia con mínimas certezas. Aún cuando una de el<strong>la</strong>s fuera <strong>la</strong> injusticia. Y que<br />
una vez más los escritores nos transformáramos en árbitros. Ignorado pero insobornable referato<br />
el nuestro, que permite cantar al justo y rec<strong>la</strong>mar al miserable. Como ha dicho Ariosto:<br />
Oye bien, pues, <strong>la</strong> fama que ha dejado Elisa,<br />
siendo casta a su marido,<br />
que por ma<strong>la</strong> entre gentes ha quedado<br />
sólo porque Marón mal <strong>la</strong> ha querido.<br />
Y no te maravilles si he hab<strong>la</strong>do<br />
sin orden, por pasión que me ha corrido;<br />
que yo a escritores amo, y c<strong>la</strong>ro muestro<br />
que escritor también fui al mundo vuestro.(24)<br />
Y entonces sea dicho: Verba vo<strong>la</strong>nt; scripta manent. (25)<br />
__________________________________________________________<br />
(1) En <strong>la</strong> introducción a ¨Don Quijote de <strong>la</strong> Mancha¨ de Miguel de Cervantes Saavedra, leemos con particu<strong>la</strong>r goce<br />
el soneto ¨Or<strong>la</strong>ndo furioso a don Quijote de <strong>la</strong> Mancha¨:<br />
Si no eres par, tampoco le has tenido:<br />
que par pudieras ser entre mil pares,<br />
ni puede haberle donde tú te hal<strong>la</strong>res,<br />
invicto vencedor, jamás vencido.<br />
Or<strong>la</strong>ndo soy, Quijote, que, perdido<br />
por Angélica, vi remotos mares,<br />
ofreciendo a <strong>la</strong> Fama en sus altares<br />
aquel valor que respetó el olvido.<br />
No puedo ser tu igual, que este decoro<br />
se debe a tus proezas y a tu fama,<br />
puesto que, como yo, perdiste el seso;<br />
mas serlo has mío, si al soberbio moro<br />
y cita fiero domas, que hoy nos l<strong>la</strong>ma<br />
iguales en amor con mal suceso.<br />
Revista La Avispa <strong>Nº</strong><strong>46</strong> 2