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DANZA EN ESCENA
La noticia de la creación de una compañía de ballet
clásico en España, que llamarían Ballet Real de
España, ha cruzado el Atlántico, y llegado a las costas
de América despertando gran interés.
El reportaje primeramente aparecería en al rotativo El
Mundo, de la capital española (oct. 2), y al día siguiente
sería publicado en el "The Guardian", de Londres. En el
diario madrileño se daba casi por sentada la fundación
del colectivo, con Tamara Rojo, distinguida bailarina principal
del Real Ballet de Londres, como directora artística,
llevando a su lado como "madrina", a la octogenaria
Alicia Alonso, legendaria bailarina cubana, directora
artística absoluta del Ballet Nacional de Cuba.
Sin embargo, en la nota periodística londinense, no parecía
que todos los planes estuvieran finalizados. Solo bastarían
unas horas para que la noticia comenzara a dar
señas de ser una "filtración" no autorizada a la prensa
-posiblemente de alguien con una agenda personal
determinada-, sobre un proyecto muy lejos de estar finalizado.
Empero, ya fueran las noticias precipitadas o
manipuladas, los comentarios en la prensa española han
continuado, sembrando dudas sobre la realidad de tal
intento.
Para terciar sobre este tema desde el otro lado del océano,
hay que analizar ciertos factores que deben ser tomados
en cuenta en la creación de un ballet clásico estable
en suelo español, con una importante escuela anexa, que
como muchos esperan, evitará el éxodo de los valores a
otras fronteras, y ayudará a crear las nuevas estrellas del
futuro.
En primera instancia, sorprende que se haya ignorado la
Casa de la Danza Ángel Corella para este intento, ya que
desde hace varios años existe, y mantiene su sede principal
en Logroño. No obstante, no parece acertado que bailarines
en plenitud de facultades y juventud (ya sean Rojo
o Corella los llamados a dirigir) con muchos años todavía
en el futuro para continuar obteniendo triunfos sobresalientes,
interrumpan sus brillantes trayectorias con las
preocupaciones y responsabilidades que implica dirigir
una empresa tan difícil. Esa labor siempre ha recaído
sobre artistas retirados; sin embargo, un bailarín/a en
20 DEE
UN BALLET REAL PARA ESPAÑA, BAJO TOTAL
DIRIGENCIA ESPAÑOLA
Por Célida Villalón
activo pudiera aportar brindar una ayuda invaluable
como asesor, lo cual no implicaría menoscabar su carrera.
En el caso específico de colocar a la Alonso en posición
directriz (con un personal para ayudarla que incluiría un
asistente, una secretaria, y sendas gerencias de producción
y dirección, según la nota de prensa), pasando por
alto a bailarines españoles que han abandonado la escena
después de honrosas carreras, se nos antoja incomprensible,
y hace sospechar la presencia de maquinaciones
personales.
Si los bailarines españoles han confesado infinidad de
veces en la prensa que marchan de su país en busca de
mejores oportunidades artísticas, el Ballet de Cuba es
notorio por las deserciones constantes que ocurren en sus
filas, que ocurren, de acuerdo con las propias declaraciones
de los que se exilian, debido a la rigidez administrativa
predominante. Por la interrogante situación que
impera actualmente en la isla caribeña, la Alonso parece
haber atacado con gran diligencia -en estos precisos
momentos que la dictadura en Cuba parece estar en sus
momentos finales-, la posibilidad de asegurarse una posición
cómoda y bien remunerada en un país tan acogedor
como España.
Según uno de los últimos reportajes sobre el tema (diario
ABC, oct. 10), representantes del Instituto Superior de
Danza Alicia Alonso que existe hace varios años anexo a
la Universidad Rey Juan Carlos, y lleva en su seno el
Joven Ballet de Cámara, ya están en comunicación con las
autoridades de Fuenlabrada, para la constitución de la
nueva compañía en dicha municipalidad. El escrito explica
que "este Joven Ballet es el embrión sobre el que se
plantearía la creación de la compañía", la cual contaría
con una plantilla de 65 bailarines, y un presupuesto de
nueve millones de euros.
El Ballet Real de España, que puede ser una realidad cercana,
debe ser formado bajo la égida de elementos del
país. De antemano se sabe que este plan es complicado,
pero confiamos en que los ciudadanos españoles y su
gobierno abran los bolsillos, y presten amplia ayuda a
una aventura tan hermosa.