Testimonios para la Iglesia Tomo 2 - Iglesia Adventista Agape
Testimonios para la Iglesia Tomo 2 - Iglesia Adventista Agape
Testimonios para la Iglesia Tomo 2 - Iglesia Adventista Agape
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Pág. 154<br />
y dijo que había aguardado nuestra venida, y se sentía seguro de que si orábamos por él, recobraría <strong>la</strong><br />
salud. Le dijimos que no conocíamos su vida; que preferíamos que orasen por él aquellos que le conocían.<br />
Nos importunó con tanta insistencia que decidimos considerar su caso, y presentarlo ante el Señor<br />
aquel<strong>la</strong> noche; y si el camino parecía expedito, cumpliríamos con su petición.<br />
Esa noche, postrados en oración, presentamos su caso ante el Señor. Pedimos conocer <strong>la</strong> voluntad de<br />
Dios acerca de él. Todo lo que deseábamos era que Dios fuera glorificado. ¿Quería el Señor que orásemos<br />
por este hombre afligido? Dejamos <strong>la</strong> carga al Señor y nos retiramos a descansar. En un sueño se<br />
me presentó c<strong>la</strong>ramente el caso de este hombre. Se me mostró su conducta desde su infancia, y supe<br />
que si orábamos, el Señor no nos oiría, porque ese hermano albergaba iniquidad en su corazón. A <strong>la</strong><br />
mañana siguiente, el hombre acudió a pedirnos que orásemos por él. Lo llevamos aparte y le dijimos-<br />
que <strong>la</strong>mentábamos vernos obligados a negarle lo que pedía. Re<strong>la</strong>té mi sueño que él reconoció como<br />
verdadero. Había abusado de sí mismo desde su juventud, y había continuado haciéndolo durante su<br />
matrimonio, pero dijo que procuraría librarse del vicio.<br />
Este hombre tenía que vencer el hábito fomentado durante mucho tiempo. Ya era hombre de edad madura.<br />
Sus principios morales eran tan débiles, que se desmoronaban cuando tenía que luchar con un vicio<br />
tan arraigado. Las pasiones más bajas habían adquirido gran ascendiente sobre su naturaleza superior.<br />
Le interrogué acerca de <strong>la</strong> reforma pro salud. Dijo que no podía vivir de acuerdo con el<strong>la</strong>. Su esposa<br />
arrojaba de <strong>la</strong> casa <strong>la</strong> harina integral si se <strong>la</strong> traían. Sin embargo esta familia había recibido ayuda de<br />
<strong>la</strong> iglesia. Se habían hecho oraciones en su favor. Había (315) muerto su hijo, <strong>la</strong> esposa estaba enferma,<br />
y el esposo y padre nos presentaba su caso <strong>para</strong> que lo llevásemos a un Dios puro y santo, a fin de que<br />
realizase un mi<strong>la</strong>gro y lo sanase. Las sensibilidades morales de este hombre estaban embotadas.<br />
Cuando los jóvenes adoptan prácticas viles mientras su espíritu es tierno, nunca obtendrán fuerza <strong>para</strong><br />
desarrol<strong>la</strong>r plena y correctamente su carácter físico, intelectual y moral. Allí había un hombre que se<br />
degradaba diariamente, y sin embargo se atrevía a comparecer en <strong>la</strong> presencia de Dios, <strong>para</strong> pedir renovación<br />
de <strong>la</strong> fuerza que había despilfarrado vilmente, y que, si le era concedida, consumiría en su concupiscencia.<br />
¡Qué tolerancia <strong>la</strong> de Dios! Si tratase al hombre de acuerdo con sus caminos corrompidos,<br />
¿quién podría vivir de<strong>la</strong>nte de él? Y si nosotros hubiésemos sido menos cautelosos y hubiésemos presentado<br />
este caso a Dios, mientras practicaba <strong>la</strong> iniquidad, ¿nos habría oído el Señor? ¿Habría contestado?<br />
"Porque tú no eres un Dios que ame <strong>la</strong> maldad: el malo no habitará junto a ti. No estarán los insensatos<br />
de<strong>la</strong>nte de tus ojos: aborreces a todos los que obran iniquidad". "Si en mi corazón hubiese yo<br />
mirado a <strong>la</strong> iniquidad, el Señor no me oyera" (Salmo 5:4-5; 66:18).<br />
Este no es un caso ais<strong>la</strong>do. Aun <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones matrimoniales eran insuficientes <strong>para</strong> preservar a este<br />
hombre de los hábitos corrompidos de su juventud. ¡Oja<strong>la</strong> se me pudiera convencer de que los casos<br />
como el que presenté son raros; pero sé que son frecuentes! Los hijos que nacen de padres dominados<br />
por pasiones corrompidas resultan inútiles. ¿Qué puede esperarse de tales hijos, sino que se hundan aún<br />
más bajo que sus padres? ¿Qué puede esperarse de esta generación naciente? Miles carecen de principios.<br />
Estos mismos transmiten a su posteridad sus propias pasiones miserables y corruptas. ¡Qué legado!<br />
Miles arrastran sus vidas sin principios, contaminan a los que viven con ellos; y perpetúan sus pasiones<br />
degradadas, transmitiéndo<strong>la</strong>s a sus hijos. Asumen <strong>la</strong> responsabilidad de darles <strong>la</strong> estampa de su<br />
propio carácter.<br />
Vuelvo al caso de los cristianos. Si todos los que profesan obedecer <strong>la</strong> ley de Dios estuvieran libres de<br />
iniquidad, mi alma quedaría aliviada; pero no lo están. Aun algunos de los que profesan guardar todos<br />
los mandamientos de Dios son culpables del (316) pecado de adulterio. ¿Qué puedo decir <strong>para</strong> despertar<br />
sus sensibilidades embotadas? Los principios morales, aplicados estrictamente, son <strong>la</strong> única salvaguardia<br />
del alma. Si hubo alguna vez un tiempo en que <strong>la</strong> alimentación debía ser de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se más sencil<strong>la</strong>,<br />
es ahora. No debe ponerse carne de<strong>la</strong>nte de nuestros hijos. Su influencia tiende a excitar y fortalecer<br />
<strong>la</strong>s pasiones inferiores, y tiende a amortiguar <strong>la</strong>s facultades morales. Los cereales y <strong>la</strong>s frutas, pre<strong>para</strong>dos<br />
sin grasa y en forma tan natural como sea posible, deben ser el alimento destinado a todos aquellos<br />
que aseveran estar preparándose <strong>para</strong> ser tras<strong>la</strong>dados al Cielo. Cuanto menos excitante sea nuestra ali-