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Onésimo Redondo Caudillo de Castilla - Zona Nacional

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ONÉSIMO REDONDO - CAUDILLO DE CASTILLA<br />

Han querido ahondar el abismo entre las <strong>de</strong>rechas llegadas a la gobernación <strong>de</strong>l<br />

Estado y las filas proletarias <strong>de</strong> sus partidos, produciendo con el <strong>de</strong>sequilibrio y la<br />

sucesiva propaganda una nueva grieta -por confusión, por sentimentalismo acaso-en<br />

la masa neutra fluctuante...<br />

Táctica revolucionaria anterior y superior a Trotsky y <strong>de</strong> ningún modo improvisada<br />

para nuestras izquierdas, bien dirigidas por la masonería francesa.<br />

Este artículo causó escándalo y hasta indignación. Hubo gente que calificó, con motivo <strong>de</strong> las<br />

anteriores afirmaciones, a <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> <strong>de</strong> visionario y <strong>de</strong> <strong>de</strong>rrotista. No veían los que así juzgaban <strong>de</strong><br />

<strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> que él había acertado siempre porque era más que un político profesional, porque<br />

sencillamente era nada menos que voz auténtica <strong>de</strong>l pueblo castellano, que forjó la unidad <strong>de</strong> España y le<br />

dió un imperio.<br />

Esta <strong>de</strong>silusión ante la mediocridad <strong>de</strong> la política centro-<strong>de</strong>recha y ante su falta <strong>de</strong> visión nacional se<br />

extendió rápidamente sobre la juventud rebel<strong>de</strong> ante la pequeñez <strong>de</strong> la España partidista. La Falange por<br />

sus bocas autorizadas clamó una y otra vez contra la ineptitud <strong>de</strong> los gobernantes anti-heroicos. Fué<br />

entonces cuando nuestro gran José Antonio escribió en el semanario <strong>de</strong> la Falange madrileña aquel<br />

maravilloso artículo acogido por los fariseos con <strong>de</strong>sgarrones <strong>de</strong> vestiduras, que se titulaba "UNA VICTORIA<br />

SIN ALAS"; también <strong>de</strong> entonces es aquel otro artículo <strong>de</strong> José Antonio que apareció en "Libertad", no<br />

reproducido en ningún otro periódico, en el que bajo el título <strong>de</strong> "UNA OCASION DE ESPAÑA", se afirmaba:<br />

"Si la lucha hubiera surgido entre proletariado y burguesía, ésta podría invocar ahora, aunque nos<br />

doliera, el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l vencedor. Pero no han sido esos los términos en que se planteó la batalla; la batalla<br />

se planteó entre lo antinacional y lo nacional, entre la Antiespaña y el genio perenne <strong>de</strong> España. Este ha<br />

vencido; para él el triunfo; pero no para nadie-clase o partido-que ahora se lo quiera apropiar.<br />

Se ha vertido en estas fechas <strong>de</strong>masiada sangre española-sangre popular española-, <strong>de</strong> soldaditos<br />

estóicos y alegres, <strong>de</strong> guardias veteranos, y oficiales magníficos, <strong>de</strong> gentes ligadas a nuestras tierras por<br />

una permanencia <strong>de</strong> generaciones y generaciones, para que todo redun<strong>de</strong> en el restablecimiento <strong>de</strong> un<br />

or<strong>de</strong>n burgués, con barbacanas <strong>de</strong> sindicatos obreros domesticados. No se ha combatido para eso.<br />

Nuestros: soldados no han muerto por eso, que les es ajeno a los más; han muerto por lo que es <strong>de</strong> todos:<br />

por su España y por nuestra España; por romper esa costra <strong>de</strong> <strong>de</strong>saliento y cobardía y abyecta conformidad<br />

en que vegetábamos.<br />

No haya perdón para los que quieran malograr el triunfo. Todo un esfuerzo así reclama airadamente<br />

que se extraigan las últimas consecuencias. Otro cosa fuera estafar el caudal <strong>de</strong> sangre y <strong>de</strong> heroísmo<br />

recién <strong>de</strong>scubierto. Si ha triunfado el genio <strong>de</strong> España hay que entregar el botín y el trofeo al genio <strong>de</strong><br />

España. Hay que entregar a España a su propio genio, para que la posea con amor y dolor, para que la<br />

<strong>de</strong>vuelva las eternas palabras enmu<strong>de</strong>cidas, para que la fecun<strong>de</strong>, la temple y la alegre. En la madrugada <strong>de</strong>l<br />

7 <strong>de</strong> octubre los cañones emplazados frente a la Generalidad llamaron otra vezcon su vieja voz conocida-al<br />

alma profunda <strong>de</strong> España. Ella respondió, trágica y heroicamente. No resulte ahora que fué invocada para<br />

una bagatela. No lo tolerarían las sombras <strong>de</strong> los muertos. Ni lo toleraríamos nosotros".<br />

Respondiendo a esta <strong>de</strong>silusión <strong>de</strong> la Falange, que a la vuelta <strong>de</strong> año y medio iba a ser la <strong>de</strong>silusión <strong>de</strong><br />

toda España, <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong>, que escribía siempre para el pueblo, vulgarizaba las exigencias nacionalsindicalistas<br />

<strong>de</strong> justicia y revolución nacional en un suelto al alcance <strong>de</strong> todas las mentalida<strong>de</strong>s, en el que<br />

con su prosa limpia, sencilla y castiza, hacía compren<strong>de</strong>r nuestras razones oportunas y ambiciosas incluso a<br />

los olvidados campesinos <strong>de</strong> las más pequeñas al<strong>de</strong>as.<br />

COMO HABRIA OPERADO LA JUSTICIA NACIONAL-SINDICALISTA DESPUES DE<br />

VENCER A LA REVOLUCION.<br />

LOS TRES PRIMEROS DIAS:<br />

Muerte <strong>de</strong> horca para Azaña, Prieto, Largo, Teodomiro Menén<strong>de</strong>z y Companys.<br />

Cumplimiento inmediato <strong>de</strong> todas las sentencias <strong>de</strong> los Tribunales militares.<br />

Detención <strong>de</strong> todos los diputados y caciques socialistas y separatistas.<br />

Disolución <strong>de</strong>l partido socialista. Intervención judicial <strong>de</strong> los fondos, <strong>de</strong> todas las<br />

organizaciones rojas. Supresión <strong>de</strong> la C. N. T. y <strong>de</strong>l partido comunista.<br />

Plazo <strong>de</strong> ocho días para la entrega voluntaria <strong>de</strong> todos los fusiles, pistolas y<br />

explosivos <strong>de</strong> los revolucionarios. Pena <strong>de</strong> muerte a todo el que pasado ese plazo<br />

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