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Onésimo Redondo Caudillo de Castilla - Zona Nacional

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ONÉSIMO REDONDO - CAUDILLO DE CASTILLA<br />

Valladolid se cree la primera ciudad <strong>de</strong> España en fe y en júbilo nacionalsindicalista.<br />

Nuestras centurias han pacificado la provincia, pasean en triunfo la capital<br />

y se <strong>de</strong>stacan animosas hacia Madrid y otras provincias castellanas.<br />

¡Arriba España! J. O. N-S. DE VALLADOLID.<br />

Valladolid, 22 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1936".<br />

Después <strong>de</strong> comer, una centuria <strong>de</strong> campesinos llegada a Valladolid, ro<strong>de</strong>ada también <strong>de</strong> gentes <strong>de</strong> la<br />

ciudad, organizaron <strong>de</strong> nuevo otra manifestación <strong>de</strong> entusiasmo<br />

y adhesión al jefe castellano <strong>de</strong> la Revolución nacional, <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong>. Este, una vez más tuvo que<br />

dirigir al pueblo una <strong>de</strong> sus vibrantes alocuciones.<br />

Pronto tuvo noticias <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> <strong>de</strong> la magnífica actuación <strong>de</strong>l Ejército y <strong>de</strong> los camaradas que<br />

habían salido la noche anterior: a la madrugada <strong>de</strong>l día 22, en San Rafael habían recibido or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> avanzar<br />

hacia el Alto <strong>de</strong>l León, don<strong>de</strong> se encontraba el enemigo; durante este avance el intenso fuego enemigo <strong>de</strong><br />

Aviación, fusilería y ametralladoras hizo por un momento dudar a las fuerzas, pero el magnífico espíritu y<br />

coraje <strong>de</strong>l camarada Girón, unido al <strong>de</strong> los otros jefes, hizo que las fuerzas avanzasen rápidamente, siendo<br />

él uno <strong>de</strong> los primeros en coronar el Alto <strong>de</strong>l León, avanzando luego sobre la Loma, que se encuentra a la<br />

izquierda, coronándola.<br />

Toda la tar<strong>de</strong> la <strong>de</strong>dicó <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> a organizar febrilmente una nueva expedición, esta vez sólo<br />

<strong>de</strong> falangistas, que <strong>de</strong>bían marchar a reforzar a los que en aquellos momentos estaban luchando en el Alto<br />

<strong>de</strong>l León. A las doce <strong>de</strong> la noche salieron en camiones unos trescientos camaradas mandados por Vicén, y<br />

como jefes <strong>de</strong> centurias Clarencio Sanz y Greciet, y como jefes <strong>de</strong> falange, César Sanz, Leopoldo Castro,<br />

Santiago Vázquez, Felipe Martín, Eduardo Sanz, Cándido Saez y Carlos Salamanca. Antes <strong>de</strong> partir<br />

<strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong>, consciente <strong>de</strong> la responsabilidad que tenía en aquellos momentos y <strong>de</strong>l importante papel<br />

que habían <strong>de</strong> jugar aquellos muchachos, les habló al corazón con firmeza y exactitud. Después les<br />

acompañó hasta Boecillo, don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>spidió nuevamente <strong>de</strong> ellos diciéndoles: "Hasta mañana, que estaré<br />

con vosotros en el Alto <strong>de</strong>l León". En la madrugada <strong>de</strong>l 23 llegó la columna al Preventorio, siendo<br />

bombar<strong>de</strong>ados por la Aviación, causando ocho muertos a la Guardia civil; a las tres <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, se pusieron<br />

en marcha los camiones, subiendo al Alto <strong>de</strong>l León, siendo intensamente bombar<strong>de</strong>ada la columna, que<br />

sufrió bastantes bajas. Por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l coronel Serrador repartiéronse las fuerzas <strong>de</strong> la siguiente forma: una<br />

Centuria y una Falange en las lomas <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha <strong>de</strong>l Alto <strong>de</strong> León, una Falange en la loma izquierda y otra<br />

Falange en la loma que hoy se <strong>de</strong>nomina <strong>de</strong>l Copo, sosteniéndose el intensísimo tiroteo y bombar<strong>de</strong>o <strong>de</strong> la<br />

Aviación.<br />

Parte <strong>de</strong> la última fase <strong>de</strong> esta operación la presenció el propia <strong>Onésimo</strong> Redonda. Por la mañana supo<br />

las dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l ataque y conquista <strong>de</strong>l Alto <strong>de</strong>l León y allá se fué a confortar con su presencia a los que<br />

luchaban y a animarles con su palabra cálida y expresiva. Salió la mañana <strong>de</strong>l 23 y regresó ese mismo día a<br />

las cuatro <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>. Estuvo en la línea <strong>de</strong> vanguardia dando un ejemplo elevadísimo <strong>de</strong> valor personal. La<br />

artillería y la aviación enemiga bombar<strong>de</strong>aban con furia, pero nuestro Ejército y nuestras Centurias habían<br />

ya <strong>de</strong>salojado las posiciones ventajosas <strong>de</strong> los rojos en un <strong>de</strong>rroche <strong>de</strong> alto espíritu y <strong>de</strong> audacia, en el que<br />

murieron por docenas nuestros camaradas alegre y generosamente. Bajo el fuego constante <strong>de</strong>l fusil y <strong>de</strong>l<br />

cañón <strong>Onésimo</strong> arengó a todos, cambió impresiones con los Jefes y tuvo un elogio para cada héroe, a la<br />

vez que predicaba con su conducta. Los mismos camaradas le reprendieron el que se pusiera tan en peligro<br />

y le recordaron que era necesario en el puesto difícil <strong>de</strong> mando, que no es precisamente el <strong>de</strong> la trinchera.<br />

El, sin embargo, rápido y contun<strong>de</strong>nte les dijo que volvería porque amaba la guerra y porque en Falange los<br />

Jefes caminan <strong>de</strong>lante. Entre el entusiasmo <strong>de</strong> todos, admirados <strong>de</strong> su gesto, abandonó <strong>Onésimo</strong> las alturas<br />

<strong>de</strong> la sierra, en las que ya on<strong>de</strong>aban las ban<strong>de</strong>ras victoriosas, emocionado por la veneración y fi<strong>de</strong>lidad que<br />

le profesaban los mejores camaradas que habían <strong>de</strong>safiado y vencido a la muerte.<br />

Todavía <strong>de</strong>dicó el final <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> al problema <strong>de</strong>l reparto y distribución <strong>de</strong> armamento y a dar<br />

instrucciones para el envío <strong>de</strong> nuevas Centurias al frente. Llamado por las altas autorida<strong>de</strong>s militares, que<br />

estaban emocionadas por el comportamiento <strong>de</strong> nuestros muchachos, fué informado <strong>de</strong> que conservando<br />

aún todas las ventajosas posiciones conquistadas con tanto arrojo y con tanto sacrificio en el Alto <strong>de</strong>l León,<br />

y evitando en el crítico instante el intento <strong>de</strong> los rojos <strong>de</strong> bajar a la llanura castellana, se estaba, sin<br />

embargo, en una situación difícil por el constante bombar<strong>de</strong>o <strong>de</strong> la Aviación enemiga que trataba por este<br />

procedimiento, sobre todo, <strong>de</strong> <strong>de</strong>smoralizar a nuestra gente. <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> entendió generosamente<br />

que su <strong>de</strong>ber, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> organizar el envío <strong>de</strong> más hombres, era ir él <strong>de</strong> nuevo a la mañana siguiente al<br />

Alto <strong>de</strong> León a sostener la moral <strong>de</strong> la juventud <strong>de</strong> <strong>Castilla</strong> que allí luchaba, con su palabra y su presencia<br />

ejemplar. Era el caudillo <strong>de</strong> <strong>Castilla</strong> y sabía mantener y arrastrar a sus gentes en las horas <strong>de</strong> peligro.<br />

Aquella noche, aunque agotado por el abrumador trabajo y esfuerzo <strong>de</strong>l día, tuvo energías suficientes<br />

para hablar por Radio Valladolid, conectada con Radio Burgos, a fin <strong>de</strong> que sus palabras encontraran la<br />

máxima difusión posible en aquellos momentos, e improvisar una alocución <strong>de</strong> calidad buenísima, <strong>de</strong> tono<br />

confortador y seguro, en la que contó con emoción y poesía la conquista <strong>de</strong>l Alto <strong>de</strong>l León y la significación<br />

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