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Onésimo Redondo Caudillo de Castilla - Zona Nacional

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ONÉSIMO REDONDO - CAUDILLO DE CASTILLA<br />

radiante <strong>de</strong> resignación, con la frente alta, la figura arrogante, que contrastaba con la humillación, la livi<strong>de</strong>z y<br />

la cobardía <strong>de</strong>l traidor y culpable principal <strong>de</strong> esta separación que tanto nos apena y aflige.<br />

Voces <strong>de</strong> ARRIBA ESPAÑA atronaban la nave, como alaridos <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedida; que eran contestados por<br />

los camaradas que marchaban con el brazo en alto.<br />

El JEFE caminaba ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> su Estado Mayor, por los escogidos, por ese grupo <strong>de</strong> valientes cuyo<br />

<strong>de</strong>lito no es otro que el haber arrostrado su vida multitud <strong>de</strong> veces por una i<strong>de</strong>a que salvará la Patria y la<br />

redimirá <strong>de</strong> esta miseria, <strong>de</strong> esta gangrena que la atenaza y aniquila, gracias a las mesnadas <strong>de</strong> gente<br />

innoble y maleante que la manda y la dirige.<br />

Ya sus voces se apagan entre la distancia que nos separa y el grupo <strong>de</strong> guardias que les conducen al<br />

camión; la fuerza pública, que tanto afecto siente por los hombres que no se <strong>de</strong>jan comer la calle, que se<br />

rebelan contra las oligarquías marxistas acometiéndolas unas veces, y otras aniquilándolas, lleva el gesto<br />

indignado, la cabeza baja, la pesadumbre en su alma; compren<strong>de</strong> que este traslado es la consumación <strong>de</strong><br />

un nuevo atropello, cometido por mandato <strong>de</strong> autorida<strong>de</strong>s canallescas, rencorosas, <strong>de</strong> sentimientos<br />

mezquinos y raquíticos, que no saben actuar si no adulan, con servilismo y doblez a los cobar<strong>de</strong>s dirigentes<br />

<strong>de</strong> la Casa <strong>de</strong>l Pueblo.<br />

Pero no claudiquéis, camaradas y españoles; que no enerve vuestro temple este lamentable episodio<br />

<strong>de</strong> la lucha.<br />

Afortunadamente España va reaccionando, la rebeldía se extien<strong>de</strong> por los pueblos como regueros <strong>de</strong><br />

pólvora; la dignidad y el civismo <strong>de</strong> la Sociedad atropellada, dará al traste con este gobierno beligerante, con<br />

este Poncio beligerante también y cómico plagiario, que tiene la valentía <strong>de</strong> publicar en la Prensa una nota<br />

que ofen<strong>de</strong> e irrita al enemigo cuando éste yace amordazado y prisionera<br />

Nos llevaron a los camaradas y hermanos predilectos; pero nos quedan en espíritu, su ejemplo, su<br />

gallardía y su fe para proseguir sin <strong>de</strong>smayos y con hombría la obra <strong>de</strong> hacer <strong>de</strong> ESPAÑA, UNA, GRANDE,<br />

LIBRE. ¡ARRIBA ESPAÑAI<br />

Cárcel Provincial, 25-6-1936".<br />

Fué en estos momentos en los que alejaban al jefe castellano <strong>de</strong> Valladolid cuando se notó más la<br />

influencia <strong>de</strong> Merceditas, la mujer <strong>de</strong> <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong>, en la organización. Ella alentaba, transmitía<br />

ór<strong>de</strong>nes y ayudaba resueltamente a la preparación <strong>de</strong>l movimiento. Semanalmente visitaba, acompañada <strong>de</strong><br />

algún jefe, a <strong>Onésimo</strong> en su prisión <strong>de</strong> Avila. Como allí le tenían sometido a una disciplina carcelaria muy<br />

rígida y restringían lo más posible las visitas, Elías Iglesias tuvo que figurar como pasante <strong>de</strong>l bufete <strong>de</strong><br />

<strong>Onésimo</strong>, a fin, gracias a esta estratagema, <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r recibir sus ór<strong>de</strong>nes con más frecuencia.<br />

La organización tenía ya datos suficientes <strong>de</strong> cada pueblo sobre el número <strong>de</strong> vehículos aptos para una<br />

movilización repentina, número <strong>de</strong> milicianos con que se contaba, cantidad <strong>de</strong> armas, situación <strong>de</strong> los<br />

transformadores <strong>de</strong> luz eléctrica, familias que disponían <strong>de</strong> teléfono, etc., etc. Como los marxistas. dándose<br />

cuenta <strong>de</strong> lo que se les venía encima, trataban <strong>de</strong> eliminar el peligro suprimiendo mediante atentados a los<br />

jefes <strong>de</strong> nuestro movimiento, llegó un día, en estos primeros <strong>de</strong> julio, que varios camaradas <strong>de</strong>stacados<br />

tuvieron que abandonar <strong>de</strong>finitivamente sus casas y dormir cada día en sitios diferentes. De ellos, los más<br />

importantes se refugiaron en una mo<strong>de</strong>sta pensión sobre la Plaza Mayor; allí celebraban las reuniones más<br />

peligrosas, fabricaban bombas, repartían armas y <strong>de</strong> allí salió el 18 <strong>de</strong> julio la or<strong>de</strong>n terminante <strong>de</strong> lanzarse<br />

a la calle secundando la posición <strong>de</strong> rebeldía que habían adoptado los guardias <strong>de</strong> Asalto. La mujer <strong>de</strong><br />

<strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> tuvo también que abandonar su domicilio. En Madrid, sucedía lo mismo con todos los<br />

jefes, que tenían que vivir <strong>de</strong>splazados <strong>de</strong> sus familias: Pilar Primo <strong>de</strong> Rivera no solamente tenía que estar<br />

fuera <strong>de</strong> su propia casa, sino que aun para hablar por teléfono con sus familiares se veía precisada a<br />

hacerlo con nombre falso, pues la persecución <strong>de</strong>satada en torno <strong>de</strong> ella era intensísima. Muchos jefes <strong>de</strong><br />

provincias tenían que residir en otras, así el jefe provincial <strong>de</strong> Santan<strong>de</strong>r, camarada Hedilla, tuvo que salir <strong>de</strong><br />

aquella zona, siendo utilizado para preparar el movimiento en Galicia. De igual manera algunos jefes<br />

madrileños se vieron obligados a abandonar la capital <strong>de</strong> España.<br />

Las consignas eran cada vez más concretas. Todos los antiguos camaradas son utilizados para<br />

recorrer incesantemente los pueblos y repartirles la or<strong>de</strong>n: "Estad en pie <strong>de</strong> guerra". Los pueblos respon<strong>de</strong>n<br />

muy bien y en casi todos ellos nuestros camaradas hacen instrucción militar y se acuestan cada día con la<br />

ilusión <strong>de</strong> que al siguiente llegue quizá la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> marcha.<br />

Los enlaces con Madrid y la cárcel <strong>de</strong> Avila funcionan a la perfección. El momento <strong>de</strong>cisivo, el <strong>de</strong> coger<br />

las armas, el <strong>de</strong> la guerra, que Falange ha venido predicando y preparando durante años, se acerca al fin, El<br />

Ejército ha venido también preparándose durante los últimos meses; sus cuadros <strong>de</strong> mando, sus<br />

guarniciones se han ido comprometiendo una a una; hay un plan y un or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> sublevación. Por la cúspi<strong>de</strong><br />

se han puesto <strong>de</strong> acuerdo Ejército y Falange, por la base no hacía falta: las jóvenes jerarquías <strong>de</strong>l Ejército y<br />

las juventu<strong>de</strong>s nacional-sindicalistas, tenían ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace mucho tiempo el mismo espíritu y el mismo grito<br />

<strong>de</strong> España Una, Gran<strong>de</strong> y Libre. En el último viaje que realiza el enlace <strong>de</strong> <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong>, nuestro<br />

camarada Elías Iglesias, a Madrid, para recibir la or<strong>de</strong>n suprema, fué ya presentado por Fernando Primo <strong>de</strong><br />

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