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Onésimo Redondo Caudillo de Castilla - Zona Nacional

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ONÉSIMO REDONDO - CAUDILLO DE CASTILLA<br />

2.ª CONTRA "EL ORDEN".---¡Aviso!---Ya se barrunta que la primera consecuencia<br />

apetecible <strong>de</strong> lo ocurrido es, para las gentes llamadas <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechas, "el<br />

restablecimiento <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n". Ninguno <strong>de</strong> nuestros militantes, pasados los momentos<br />

<strong>de</strong> lucha, participará en semejante empresa. Nosotros queremos el or<strong>de</strong>n, pero "otro<br />

or<strong>de</strong>n", diferente hasta la raíz. El régimen social imperante que es, por <strong>de</strong> pronto, lo<br />

que se ha salvado <strong>de</strong> la revolución, nos parece esencialmente injusto.<br />

3.ª CONTRA LA COMPONENDA.---Ya se barrunta (y ello no es sino nota específica<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la general ten<strong>de</strong>ncia a la confusión) que los sucesos revolucionarios van a<br />

carecer <strong>de</strong>l final neto y escueto ineludible.<br />

Empiezan al mismo tiempo los preparativos <strong>de</strong> impunidad para los directores <strong>de</strong> la<br />

revolución. las segurida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pervivencia para el Estatuto <strong>de</strong> Cataluña y las<br />

negociaciones <strong>de</strong> arreglo con los sindicatos socialistas, a los que el Gobierno confía<br />

en "amaestrar" gracias a la mediación <strong>de</strong>l profesor Besteiro.<br />

Ni uno sólo <strong>de</strong> nuestros militantes se consi<strong>de</strong>rará exento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> hacer<br />

campaña contra tales cosas. Exigimos penas <strong>de</strong>cisivas para los verda<strong>de</strong>ros jefes<br />

políticos <strong>de</strong>l movimiento; hay cosas que sólo pue<strong>de</strong>n terminar <strong>de</strong>corosamente en<br />

tragedia y que se ensucian y envilecen <strong>de</strong>senlazadas en pantomima. Exigimos la<br />

<strong>de</strong>rogación total <strong>de</strong>l Estatuto <strong>de</strong> Cataluña: una Cataluña purgada <strong>de</strong> propósitos<br />

separatistas podrá aspirar, como las otras regiones <strong>de</strong> España, a ciertas reformas<br />

<strong>de</strong>scentralizadoras; pero la breve experiencia <strong>de</strong>l Estatuto lo ha acreditado como<br />

estufa para el cultivo <strong>de</strong>l separatismo; conservarlo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> semejante<br />

<strong>de</strong>mostración sólo pue<strong>de</strong> ser obra <strong>de</strong> traidores. Exigimos, por último, al mismo tiempo<br />

que una revolución completa en lo social y económico, la disección implacable <strong>de</strong><br />

cuantos fondos turbios escon<strong>de</strong>n la U. G. T. y el partido socialista; nos parece<br />

in<strong>de</strong>cente escamotear esa implacable fiscalización tras una contrata <strong>de</strong> la tranquilidad<br />

pública con los socialistas mo<strong>de</strong>rados.<br />

4.ª CONTRA EL SACRIFICIO DE LAS FIJERZAS ARMADAS.---Con mucha más<br />

unción <strong>de</strong> la que cabe en los "homenajes públicos" en ciernes, nosotros hemos <strong>de</strong><br />

compartir en estos días la emoción orgullosa y silenciosa <strong>de</strong> nuestro Ejército, <strong>de</strong><br />

nuestra Marina, <strong>de</strong> nuestra Guardia <strong>de</strong> Asalto, <strong>de</strong> nuestros Carabineros, <strong>de</strong> nuestras<br />

fuerzas <strong>de</strong> Vigilancia y <strong>de</strong> Seguridad. Ellos han soportado las consecuencias <strong>de</strong> una<br />

necia política que permite formar tempesta<strong>de</strong>s para que <strong>de</strong>scarguen al fin sobre los<br />

mismos hombros sufridos. Nuestras fuerzas armadas se han clareado <strong>de</strong> mártires en<br />

estos días. Han sufrido, a<strong>de</strong>más, el espectáculo horrendo <strong>de</strong> sus mujeres y <strong>de</strong> sus<br />

hijos atormentados. Ni el terror, ni la <strong>de</strong>bilidad, ni la indisciplina hallaron albergue, no<br />

obstante, bajo los uniformes. La sangre militar se ha <strong>de</strong>rrochado en <strong>de</strong>sagravio a<br />

España por las culpas y las traiciones <strong>de</strong> los otros.<br />

Las armas <strong>de</strong> España necesitan más que elogios verbales y ceremonias. Necesitan<br />

justicia. Ya los Tribunales <strong>de</strong> guerra vuelven, como siempre, su severidad contra los<br />

que flaquearon o traicionaron en las propias filas marciales. Ahora que no que<strong>de</strong>n<br />

impunes los culpables verda<strong>de</strong>ros, los políticos, que por sustanciar sus <strong>de</strong>spechos o<br />

lograr sus codicias <strong>de</strong>sataron el caudal irreparable <strong>de</strong> tanta y tan buena sangre<br />

española. Sea la FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J. O. N-S. la que con voz más recia y<br />

sincera supla, en <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> justicia, la voz, enmu<strong>de</strong>cida por el <strong>de</strong>ber, <strong>de</strong> los<br />

Institutos armados.<br />

Así, bien señalado el camino, difícil y áspero, pronto se vió Falange envuelta en el odio <strong>de</strong> los políticos.<br />

A finales <strong>de</strong> noviembre era para <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> ya completamente inminente la <strong>de</strong>rrota total y absoluta<br />

<strong>de</strong>l equipo gobernante y señalaba, con tino y <strong>de</strong>cisión, como principal responsable al partido <strong>de</strong> Acción<br />

Popular, cuyos errores remarcaba en un artículo titulado "EL BIEN POSIBLE, Y EL MAL EN AUMENTO".<br />

No tenía <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> por qué callar el fracaso <strong>de</strong> las <strong>de</strong>rechas puesto que la salvación <strong>de</strong><br />

España había <strong>de</strong> estar, según el mismo había dicho muchas veces, por encima <strong>de</strong> las <strong>de</strong>rechas y <strong>de</strong> las<br />

izquierdas. El año 1935 no fué sino una plena confirmación <strong>de</strong> todos los vaticinios que <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong><br />

había hecho sobre la incapacidad <strong>de</strong> los grupos conservadores para salvar a nuestra Patria. Contra<br />

izquierdas y contra <strong>de</strong>rechas hablaba <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> a <strong>Castilla</strong>, y todos los campesinos supieron<br />

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