Onésimo Redondo Caudillo de Castilla - Zona Nacional
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ONÉSIMO REDONDO - CAUDILLO DE CASTILLA<br />
El nuevo Estado <strong>Nacional</strong>-Sindicalista, operará con rigor y acabará con las<br />
palabras vanas y las promesas nunca cumplidas.<br />
El pan para todos y la justicia para todos es nuestro lema y será pronto nuestra<br />
obra.<br />
España una; España gran<strong>de</strong>; España libre.<br />
¡ARRIBA ESPAÑA!<br />
Aquella noche salieron por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> tres centurias para Benavente, mandadas por<br />
Vicén y Castro, a contener a los mineros <strong>de</strong> Asturias que intentaban caer sobre <strong>Castilla</strong>.<br />
Al día siguiente <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la División y el Gobierno civil controló la situación <strong>de</strong> los<br />
pueblos <strong>de</strong> la provincia enviando camaradas nuestros a sofocar la resistencia que en algunas <strong>de</strong> ellos<br />
habían organizado los rojos, dominándose totalmente, entre otros, Tu<strong>de</strong>la <strong>de</strong> Duero, Quintanilla <strong>de</strong> Abajo y<br />
Cigales; en Cigales resultaron muertos un guardia civil, el camarada jefe <strong>de</strong> milicias <strong>de</strong> Cabezón, Adolfo<br />
Vallejo, y herido Anselmo <strong>de</strong> la Iglesia.<br />
Aquel día se instaló nuestro cuartel general en la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Caballería. Des<strong>de</strong> allí dirigía <strong>Onésimo</strong><br />
<strong>Redondo</strong> con pulso firme la política social y militar <strong>de</strong> aquellas horas difíciles. Su opinión era requerida para<br />
todas las <strong>de</strong>cisiones; él dirigía todo el movimiento <strong>de</strong> nuestras milicias; él resolvía <strong>de</strong> igual modo problemas<br />
<strong>de</strong> organización, <strong>de</strong> inten<strong>de</strong>ncia, <strong>de</strong> reclutamiento, como fijaba en sus discursos las normas políticas <strong>de</strong>l<br />
futuro o arengaba a la muchedumbre excitándola al apoyo <strong>de</strong>l levantamiento nacional o animaba a los<br />
soldados que marchaban al combate. Todo se resumía en él, y él tenía que imponer su confianza y su fe en<br />
el triunfo a todos los <strong>de</strong>más.<br />
El día 21 tenía ya <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong>, por medio <strong>de</strong> los mandos militares, una información exacta <strong>de</strong>l<br />
peligro que se cernía si las tropas rojas que habían salido <strong>de</strong> Madrid lograban su intento <strong>de</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r a la<br />
llanura, una vez conseguidas las posiciones que dominaban la sierra. Por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong><br />
camaradas jefes <strong>de</strong> milicias salieron ese mismo día en toda clase <strong>de</strong> coches a buscar a los cientos y cientos<br />
<strong>de</strong> camaradas campesinos que en los pueblos se ofrecían para venir a luchar. El momento era <strong>de</strong>cisivo,<br />
urgentísimo y necesario era disponer <strong>de</strong> unas fuerzas <strong>de</strong> choque organizadas que oponer al enemigo en los<br />
primeros instantes mientras se preparaba más cuidadosamente una movilización general. A las siete <strong>de</strong> la<br />
tar<strong>de</strong> se trasladó una centuria mandada por Girón, y como jefes <strong>de</strong> unida<strong>de</strong>s inferiores, José Sáiz <strong>de</strong> Miera y<br />
Francisco Sabugo, al cuartel <strong>de</strong> San Quintín, a fin <strong>de</strong> salir con un Batallón <strong>de</strong>l Regimiento <strong>de</strong> Infantería <strong>de</strong>l<br />
mismo nombre, un grupo <strong>de</strong> Artillería al mando <strong>de</strong>l heroico comandante Moyano, un escuadrón y una<br />
sección <strong>de</strong> ametralladoras <strong>de</strong> Farnesio para el Alto <strong>de</strong>l León Al entrar nuestros camaradas perfectamente<br />
armados y disciplinados, la guardia <strong>de</strong>l cuartel les rindió honores, recibiéndolos como a una fuerza militar.<br />
Formados ya todos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cuartel <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> arengó a los soldados y a los falangistas <strong>de</strong> un<br />
modo efectivo y arrebatador. Plenos <strong>de</strong> entusiasmo y cantando el himno salieron a las doce <strong>de</strong> la noche en<br />
columna motorizada al mando <strong>de</strong>l coronel Serrador hacia San Rafael. Al regresar a las nueve <strong>de</strong> la noche<br />
<strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> a su casa, una imponente manifestación popular se formó por las calles <strong>de</strong> Valladolid<br />
<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la banda Unión Musical y fueron al domicilio <strong>de</strong>l jefe castellano, <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l cual, congregadas<br />
unas 6.000 personas, vitoreaban con entusiasmo a <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> y cantaban el himno <strong>de</strong> la Falange.<br />
<strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> tuvo que asomarse a uno <strong>de</strong> los balcones <strong>de</strong> su casa e improvisó un maravilloso<br />
discurso <strong>de</strong> gran sentido político que terminó afirmando que la salvación <strong>de</strong> la Patria estaba solamente en el<br />
nacional-sindicalismo que junto al Ejército estaba recobrando la gloria y el honor <strong>de</strong> España. Al terminar fué<br />
aclamado <strong>de</strong> nuevo <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> con entusiasmo in<strong>de</strong>scriptible por la muchedumbre, igual que lo<br />
había sido aquella misma tar<strong>de</strong> cuando al frente <strong>de</strong> una centuria motorizada pasó por las calles céntricas <strong>de</strong><br />
la ciudad.<br />
El día 22 <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> organizó la propaganda <strong>de</strong>l triunfo <strong>de</strong>l movimiento nacional por todas las<br />
tierras <strong>de</strong> <strong>Castilla</strong> y León, mediante millares y millares <strong>de</strong> octavillas que nuestras avionetas lanzaran <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el aire. Hizo el mismo <strong>Onésimo</strong> <strong>Redondo</strong> el texto <strong>de</strong> las octavillas que las gentes <strong>de</strong> tantos pueblos y<br />
ciuda<strong>de</strong>s leyeron ese día con avi<strong>de</strong>z. Decía así:<br />
"A TODA LA TIERRA DE CASTILLA Y LEON<br />
Valladolid, repleta <strong>de</strong> júbilo por su honrosa victoria sobre el Gobierno antinacional,<br />
saluda a las ciuda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>más poblaciones hermanas <strong>de</strong> esta región.<br />
Salimos al paso <strong>de</strong> unas necias especies lanzadas por la Radio <strong>de</strong> Madrid, sobre<br />
supuesto bombar<strong>de</strong>o <strong>de</strong> esta ciudad y rendición <strong>de</strong> la misma. Es increíble que todavía<br />
se juegue así con la credulidad <strong>de</strong> los pueblos. Quienes con tanta infamia mienten, dan<br />
hasta el final pruebas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sprecio que les inspira el país que tenían tiranizado.<br />
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