Libro Uno El niño y su Privación - Luz al Atardecer
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10 SOBRENATURAL: La Vida de William Branham<br />
apenas un jovencito, y aprendió a resolver las disputas con <strong>su</strong>s<br />
puños. En el otoño de 1911, Charles estaba en una fiesta cuando se<br />
desató una riña. <strong>El</strong> whisky ileg<strong>al</strong>mente destilado y hombres<br />
endurecidos hicieron una mezcla perversa y pronto el pleito se<br />
acrecentó hasta volverse una feroz reyerta involucrando a todos en el<br />
cuarto. Un fuerte pendenciero llamado Willy Yarbrough golpeó a un<br />
amigo de Charles derribándolo <strong>al</strong> <strong>su</strong>elo, s<strong>al</strong>tó sobre él, sacó <strong>su</strong> puñ<strong>al</strong>,<br />
y estaba apunto de clavárselo en el corazón cuando Charles asestó<br />
un golpe con una silla en la cabeza de Willy. Charles se apartó y<br />
sacó <strong>su</strong> propia navaja. Willy se olvidó del hombre en el <strong>su</strong>elo y se<br />
fue en pos de Charles. Willy le hubiera cortado el cuello a Charles si<br />
hubiera tenido la oportunidad —él era un hombre despiadado que<br />
había matado a <strong>su</strong> propio hijo con un p<strong>al</strong>o de la cerca— pero el<br />
puñ<strong>al</strong> de Charles dio primero en el blanco, dejando a Willy en un<br />
charco de sangre, sin sentido, aunque todavía vivo.<br />
Cuando las noticias de esta reyerta llegaron a Burkesville,<br />
Kentucky, Charles fue implicado como un cabecilla y acusado de<br />
intento de homicidio. Un <strong>al</strong>guacil llegó a cab<strong>al</strong>lo para arrestarlo.<br />
Antes que el <strong>al</strong>guacil pudiera encontrarlo, Charles s<strong>al</strong>ió huyendo<br />
de <strong>su</strong> peligro. Él tuvo que marcharse a toda prisa, sin saber a dónde<br />
iría o qué haría. Antes de marcharse, le prometió a <strong>El</strong>la que tan<br />
pronto como encontrara un trabajo y un lugar para que vivieran, él<br />
enviaría por ella, usando un nombre ficticio para que de ese modo se<br />
le pudiese loc<strong>al</strong>izar.<br />
Y así que, en el espacio de una tarde, Charles Branham se<br />
desapareció, dejando a <strong>su</strong> esposa sola y en los bosques para v<strong>al</strong>erse<br />
por sí misma y <strong>su</strong>s tres hijos. Billy tenía dos años y medio, Edward<br />
un año y medio, y Henry tenía escasos seis meses. A la edad de 17,<br />
<strong>El</strong>la, era casi una niña en sí misma. Antes que pasaran unas cuantas<br />
semanas, ella se dio cuenta que Charles había dejado una parte de sí<br />
mismo con ella. <strong>El</strong>la estaba de nuevo embarazada.<br />
Aquel otoño e invierno extendieron a <strong>El</strong>la <strong>al</strong> límite de <strong>su</strong> fuerza.<br />
<strong>El</strong>la parecía estar viviendo a través de una pesadilla, tratando de<br />
cuidar a <strong>su</strong>s tres <strong>niño</strong>s en una cabaña tosca y aislada, mientras ella<br />
misma sentía nauseas la mayor parte del tiempo. No tenía dinero, ni<br />
recursos, y ni energía. Si no hubiera sido por la ayuda de los<br />
parientes de Charles —tan pobres como eran— <strong>El</strong>la sabía que no<br />
hubiese sobrevivido.<br />
Pero fin<strong>al</strong>mente las estaciones cambiaron, el campo se desheló, y<br />
Misteriosa Señ<strong>al</strong> del Nacimiento 11<br />
<strong>su</strong> nausea terminó. Pasó el primer aniversario de Henry, el segundo<br />
aniversario de Edward, y el tercero de Billy. <strong>El</strong> bebé, pat<strong>al</strong>eando y<br />
retorciéndose en el vientre de <strong>El</strong>la, se acercaba el momento del<br />
parto. Una vez más durante aquella primavera de 1912, un <strong>al</strong>guacil<br />
se detuvo junto a la cabaña para preguntar si <strong>El</strong>la había tenido razón<br />
de <strong>su</strong> esposo. <strong>El</strong>la podía decir la verdad— no había tenido razón de<br />
él y no tenía idea de dónde estaba.<br />
<strong>Uno</strong>s cuantos días después de la visita del <strong>al</strong>guacil, Billy y Edward<br />
estaban jugando detrás de la cabaña donde un mananti<strong>al</strong> pequeño<br />
mantenía el <strong>su</strong>elo lodoso. Billy quería mostrarle a <strong>su</strong> hermano menor<br />
cuán fuerte era él, así que levantó la roca más grande que podía<br />
levantar, la sostuvo por encima de <strong>su</strong> cabeza, y la arrojó hacia el<br />
mananti<strong>al</strong>. La roca se hundió profunda dentro del lodo a la orilla del<br />
agua, s<strong>al</strong>picando todo de lodo a Edward, que de inmediato lloró y se<br />
fue zarandeándose de vuelta a la cabaña. Un petirrojo comenzó a<br />
gorjear con placer. Billy buscó en las ramas hasta que divisó <strong>al</strong><br />
pájaro en un árbol cercano. Él dio un paso hacia él y el petirrojo se<br />
<strong>al</strong>ejó volando. En ese momento <strong>su</strong>cedió <strong>al</strong>go tan asombroso que se<br />
grabó en <strong>su</strong> mente tierna y se convirtió en <strong>su</strong> primer recuerdo<br />
significante de la infancia. De donde el petirrojo había estado<br />
posado, procedió un sonido parecido a un viento levantando las<br />
hojas— juussssh. Entonces una voz resonó del árbol —una voz<br />
muy clara, voz humana— la cu<strong>al</strong> dijo, ―Tú vivirás cerca de una<br />
ciudad llamada New Albany.‖<br />
Con un grito de terror, Billy se fue a la cabaña tan rápido como <strong>su</strong>s<br />
piernas rechonchas podían llevarlo, chillando, ―¡Mamá! ¡Mamá!‖<br />
<strong>El</strong>la estaba quitando el lodo de la barriga de Edward. ―Billy, ¿qué<br />
<strong>su</strong>cedió?‖ preguntó ella, mientras abrazaba a <strong>su</strong> hijo mayor hacia <strong>su</strong><br />
costado.<br />
―Un pájaro me habló, mamá. Yo lo oí cantar en un árbol y luego<br />
me habló.‖<br />
<strong>El</strong>la se rió, ―Estabas soñando, hijo.‖<br />
Pero Billy insistió. ―Yo lo oí, mamá. Lo oí hablar.‖<br />
―Y ¿qué dijo este pájaro?‖ <strong>El</strong>la bromeó, pensando todavía que era<br />
la imaginación de Billy.<br />
―Él dijo que viviríamos cerca de una ciudad llamada New<br />
Albany.‖<br />
Esta respuesta la sobres<strong>al</strong>tó. Eso no parecía <strong>al</strong>go como que un <strong>niño</strong><br />
pequeño inventara en <strong>su</strong> juego. <strong>El</strong>la le dio a vuelta a la cabaña y