Libro Uno El niño y su Privación - Luz al Atardecer
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96 SOBRENATURAL: La Vida de William Branham<br />
los esc<strong>al</strong>ones tan vivo como si él hubiera sido un visitante del<br />
hospit<strong>al</strong> en vez de un paciente. Él traía puesto un saco café y un<br />
sombrero de copa <strong>al</strong>ta t<strong>al</strong> como Billy había predicho.<br />
George le preguntó <strong>al</strong> anciano, ―¿Cómo se escapó Uds. de todos<br />
esos doctores?‖<br />
<strong>El</strong> Sr. Merrill expresó con una sonrisa detrás de <strong>su</strong> bigote<br />
canoso. ―<strong>El</strong>los me tomaron la temperatura y yo no tenía ninguna<br />
temperatura, así que me dieron de <strong>al</strong>ta.‖<br />
A LA MAÑANA SIGUIENTE Billy se levantó <strong>al</strong> despuntar el día.<br />
Mientras él buscaba a tientas <strong>su</strong> ropa en el amanecer, repentinamente<br />
la habitación fue bañada en pleno día, como si <strong>al</strong>guien la hubiera<br />
encendido por medio de un interruptor. Bill se dio cuenta<br />
instantáneamente que ya no estaba en <strong>su</strong> propia casa. La habitación<br />
en la cu<strong>al</strong> se encontraba ahora era más amplia que <strong>su</strong> recámara; se<br />
veía <strong>al</strong>go parecido a una s<strong>al</strong>a de estar —con un sofá, una silla de<br />
brazos acolchada, un diván, mesitas esquineras, y lámparas—<br />
excepto que en una esquina estaba situaba una cama <strong>al</strong>ta. En esta<br />
cama estaba acostada una mujer de mediana edad, horriblemente<br />
lisiada. Billy observaba con asombro mientras las extremidades de<br />
esta mujer se enderezaban y llegaban a estar norm<strong>al</strong>es. La mujer<br />
bajó de la cama y se dirigió directamente a él, lo cu<strong>al</strong> le permitió a<br />
Billy mirarle bien el rostro. Entonces él estaba de vuelta en el<br />
amanecer de <strong>su</strong> propia habitación.<br />
Billy se sentó en el borde de la cama por un largo tiempo,<br />
rompiéndose la cabeza con eso. Obviamente el Señor Jesús iba a<br />
liberar a <strong>al</strong>guien más. Pero ¿a quién? Y ¿cuándo? Él pensó, ―Bueno,<br />
probablemente descubriré hoy dónde está ella.‖<br />
Aquel día <strong>su</strong> asignación de trabajo lo llevó a la C<strong>al</strong>le Oak East #<br />
2223 en New Albany. Una familia se había mudado de una acera de<br />
una casa de doble vecindad y Bill necesitaba cortar el agua a aquel<br />
lado únicamente, pero en la caja no estaba claro cuál medidor iba a<br />
cuál lado. Él le dio vueltas a la válvula para cerrarla en un medidor,<br />
entonces le dio vuelta <strong>al</strong> lado ocupado del dúplex para revisar.<br />
Una adolescente atractiva, m<strong>al</strong> vestida, respondió a <strong>su</strong> llamada.<br />
―¿Qué desea?‖<br />
―Trabajo para la compañía de servicio público. ¿Probaría Ud. el<br />
agua para ver si está interrumpida?‖<br />
Ordenado para un Evangelio Sobrenatur<strong>al</strong> 97<br />
―Con mucho gusto,‖ La jovencita le dio la vuelta a una esquina<br />
hacia la cocina.<br />
De pie en la puerta, Billy podía ver a una mujer acostada en una<br />
cama parecida a la de un hospit<strong>al</strong> en la s<strong>al</strong>a. Su cuerpo estaba<br />
<strong>su</strong>mamente deformado, haciéndola que se mirara como una araña<br />
encogida. La cama elevaba <strong>su</strong> cabeza y la ponía de frente hacia la<br />
puerta para que así Billy pudiera ver <strong>su</strong> rostro claramente. <strong>El</strong><br />
corazón de él daba vuelcos de emoción. Esta era la mujer lisiada<br />
que él había visto esa mañana en la visión. <strong>El</strong>la estaba leyendo un<br />
libro de forro negro. Un periódico estaba tirado disperso en el piso<br />
junto a la cama.<br />
―¿Cómo le va, señora? Mi nombre es Billy Branham.‖<br />
―Hola. <strong>El</strong> mío es Mary Der Ohanion. Mi hija <strong>al</strong>lá es Dorothy.‖<br />
Dorothy regresó <strong>al</strong> cuarto y dijo, ―No, el agua sigue s<strong>al</strong>iendo.‖<br />
―Me <strong>su</strong>pongo entonces que cerré el medidor correcto. Gracias por<br />
revisarlo.‖ Pero él no se iba. De <strong>al</strong>gún modo él debía entablar una<br />
conversación con esta mujer lisiada. ―¿Qué es eso que está Ud.<br />
leyendo?‖<br />
―Una Biblia Armenia,‖ contestó ella.<br />
Él la retó. ―¿Cree Ud.?‖<br />
La Sra. Der Ohanion dejó el libro en <strong>su</strong> regazo. ―Dorothy tiene 17<br />
años de edad. Desde el tiempo que ella nació yo he estado lisiada en<br />
cama. Pero esta mañana leí en el periódico tocante a un hombre que<br />
fue sanado <strong>al</strong>lá en el Hospit<strong>al</strong> Católico y dije, ‗Existe esperanza para<br />
mí.‘ Oiga, ¿Ud. dijo que <strong>su</strong> nombre era Branham?‖ <strong>El</strong>la se quitó los<br />
lentes de lectura para fijar la mirada en el joven parado en la puerta<br />
de <strong>su</strong> s<strong>al</strong>a. La expresión de ella cambió mientras ella relacionaba a<br />
este joven dedicado a revisar medidores con el Branham sin rostro<br />
en el artículo del periódico. ―¿Es Ud. el varón de Dios que sanó<br />
anoche <strong>al</strong> hombre de color?‖<br />
―No, señora. Yo no soy un sanador. A mí se me fue mostrado por<br />
medio de <strong>al</strong>go que yo debería de orar por ese hombre. <strong>El</strong> Señor Jesús<br />
es el Sanador, no yo.‖<br />
La mujer asintió con la cabeza. ―Desde que leí tocante a ese<br />
milagro, yo le he estado pidiendo a Dios por uno en mi propia vida.<br />
¿Podría Ud. orar por mí?‖<br />
Billy miró a esta mujer cuyas extremidades retorcidas habían<br />
<strong>su</strong>frido durante 17 años de atrofia, y él dijo cautelosamente, ―Me iré<br />
y oraré tocante a eso y luego regresaré.‖