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Diario de una Bandera-Comandante Franco - Zona Nacional

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DIARIO DE UNA BANDERA. CTE. FRANCO. ED. 1922 20 Parte:El territorio <strong>de</strong> Melilla<br />

levante intenta presentarse y, ante el peligro <strong>de</strong> no po<strong>de</strong>r hacer la <strong>de</strong>scarga, se efectúa ésta durante la<br />

noche, correspondiendo a los legionarios la penosa tarea.<br />

La tienda <strong>de</strong>l coronel Castro ofrece extraordinaria animación. Unos 40 moros esperan sentados<br />

en los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> la puerta el momento <strong>de</strong> saludarle. Allí vemos al fiel Y simpático Kaid Ali, que<br />

siente por Castro verda<strong>de</strong>ra adoración. Kai<strong>de</strong>s viejos <strong>de</strong> barbas grises, montañeses curtidos, <strong>de</strong> aspecto<br />

guerrero, todos hacen su sumisión en este día; sólo uno no se ha presentado: el que habita aquella<br />

hermosa casa hacia el fondo <strong>de</strong>l valle; pertenece a la familia <strong>de</strong> los prestigiosos Xerifes <strong>de</strong> Uazan y el<br />

coronel sufre con esto <strong>una</strong> pequeña contrariedad; pero a la mañana siguiente tiene la compensación:<br />

llega el notable Jefe, sus criados son portadores <strong>de</strong> un centenar <strong>de</strong> gallinas y numerosos huevos, que<br />

traen como presente al caudillo español.<br />

EL KAID ALI DESEA invitar a comer en su casa a la oficialidad <strong>de</strong> la columna; el coronel acepta<br />

la invitación y un grupo <strong>de</strong> jefes y oficiales, con los comandantes <strong>de</strong> los cañoneros <strong>de</strong> la Marina,<br />

componen la caravana; cruzan el río y escoltados por montañeses armados siguen el camino alto a la<br />

casa <strong>de</strong>l Kaid. En la la<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l monte, entre los árboles, se encuentra la casa; <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ella se divisa un<br />

precioso panorama; el campamento apenas se distingue; en el mar, los barcos <strong>de</strong> nuestra escuadra<br />

aparecen como pequeñas barquichuelas y a nuestros pies los preciosos huertos <strong>de</strong> naranjos nos envían<br />

su <strong>de</strong>licado perfume.<br />

El Kaid Ali y sus familiares se extreman en las atenciones y nos sirven espléndida y bien<br />

condimentada comida, y son tan agradables el lugar y la paz <strong>de</strong> este campo, que las horas pasan y a<br />

nadie le apura la vuelta al campamento, (se está tan bien en la casa <strong>de</strong>l Jefe moro!<br />

Antes <strong>de</strong> caer la tar<strong>de</strong> empren<strong>de</strong> nuestra caravana el regreso por el camino <strong>de</strong> la vega, entre los<br />

floridos huertos <strong>de</strong> azahares.<br />

En estos días <strong>de</strong> estancia en Tiguisas los legionarios no permanecen ociosos y mientras unos<br />

rivalizan con los ingenieros en la construcción <strong>de</strong> barracones, otros arreglan el camino <strong>de</strong> la costa que<br />

hemos <strong>de</strong> recorrer a nuestra vuelta.<br />

VOLANDO PASARON estos cuatro días <strong>de</strong> estancia en Tiguisas y el día 24 se recibe la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong><br />

salida para Uad-Lau.<br />

En esta noche, mientras el campamento duerme, <strong>una</strong> gasolinera, con las luces apagadas, parte <strong>de</strong><br />

la playa; en ella embarcan contadas personas; <strong>una</strong> es el coronel Castro, que marcha al campo enemigo<br />

a conversar con los prestigiosos Kai<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la zona rebel<strong>de</strong>. Muy pocos conocen la excursión; sólo<br />

nuestro teniente coronel espera en la tienda, intranquilo, su llegada. Antes <strong>de</strong> amanecer regresa la<br />

gasolinera; el coronel Castro vuelve satisfecho <strong>de</strong> su visita.<br />

El regreso a Uad-Lau se efectúa en <strong>una</strong> jornada y, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un alto central en la playa <strong>de</strong> Targa,<br />

que aprovechamos para comer, entra la columna, ya caída la tar<strong>de</strong>, en nuestro antiguo campamento.<br />

Todos regresan satisfechos <strong>de</strong>l importante avance.<br />

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