Juan Manuel Pérez Castro. Las irrupciones en la ... - UPN Unidad 03A
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preocupación constante <strong>en</strong> ese estribillo tan actual d<strong>en</strong>ominado “<strong>la</strong> pérdida o <strong>la</strong> s<strong>en</strong>sación de<br />
<strong>la</strong> falta de tiempo”. Esto puede explicarse de maneras distintas, el dogma, el rumor, <strong>la</strong><br />
literatura incluy<strong>en</strong>do el mito, como manifestación cultural de los pueblos. El mito se ha<br />
definido como una narración que cu<strong>en</strong>ta – <strong>en</strong> forma simbólica – una circunstancia o hecho<br />
importante de una cultura: el orig<strong>en</strong> del mundo, <strong>la</strong> creación de los seres humanos, el orig<strong>en</strong><br />
de ciertos ritos, <strong>la</strong> explicación de algunas costumbres e, incluso, <strong>la</strong> génesis teogónica <strong>en</strong><br />
difer<strong>en</strong>tes pueblos del orbe.<br />
La teoría antigua de <strong>la</strong> creación griega l<strong>la</strong>ma Caos al abismo de donde proced<strong>en</strong> todos los<br />
seres y objetos .Caos dio vida a <strong>la</strong> Noche y al Erebo, <strong>la</strong> región donde mora <strong>la</strong> muerte: los<br />
hijos de <strong>la</strong> oscuridad se unieron para producir el Amor que a su vez, dio orig<strong>en</strong> a <strong>la</strong> Luz y al<br />
Día .En este mundo de fuerzas naturales, Caos g<strong>en</strong>eró <strong>la</strong> masa de <strong>la</strong> Tierra de <strong>la</strong> que surgió<br />
el cielo estrel<strong>la</strong>do y ll<strong>en</strong>o de nubes. La madre tierra (Gaya) y el padre cielo (Urano) fueron los<br />
padres de <strong>la</strong>s primeras criaturas del universo: los titanes, los cíclopes y los hecatonquiros.<br />
Los titanes – doce hijos conocidos como los “dioses mayores”- fueron, durante mucho<br />
tiempo, los gobernadores del universo; poseían una fuerza extrema además de una estatura<br />
fuera de lo común: Océano, Tetis, Mnemosine, Temis, Hiperión, Jápeto, At<strong>la</strong>s, Febe, Tío, y<br />
Cronos, el padre del tiempo…“y el último a qui<strong>en</strong> parió fue al sagaz Cronos, el más terrible<br />
de sus hijos, que cobró odio a su padre vigoroso” 8<br />
Urano, temi<strong>en</strong>do y aborreci<strong>en</strong>do a los monstruos <strong>en</strong>g<strong>en</strong>drados, los <strong>en</strong>cerró <strong>en</strong> un lugar<br />
secreto, dejando libres sólo a los titanes y a los cíclopes. Gea, su madre, trató de rescatarlos<br />
y pidió ayuda a sus hijos. Sólo Cronos se atrevió a <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar a su padre, apoyado por los<br />
titanes: atacaron a su padre, lo hirieron gravem<strong>en</strong>te para, finalm<strong>en</strong>te, emascu<strong>la</strong>rlo. La sangre<br />
que fluyó sobre <strong>la</strong> tierra concibió a <strong>la</strong>s tres erinias. Cronos se convirtió, <strong>en</strong> Señor del<br />
Universo durante <strong>la</strong> Edad de Oro y gobernó durante <strong>la</strong>rgo tiempo <strong>en</strong> compañía de su<br />
hermana y mujer, <strong>la</strong> titánida Rea.<br />
Cronos y Rea llegaron a ser padres de seis de los doce dioses conocidos como los<br />
“olímpicos” y, habiéndosele profetizado a Cronos que sería derrocado por uno de sus hijos,<br />
éste int<strong>en</strong>tó eludir el augurio comiéndose a los primeros cinco desc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes; cuando ocurrió<br />
el sexto alumbrami<strong>en</strong>to, Gea ocultó al pequeño Zeus y <strong>en</strong>tregó a su hermano/esposo una<br />
piedra <strong>en</strong>vuelta <strong>en</strong> un pañal que el gobernante devoró.<br />
El acto filicida de Cronos <strong>en</strong> sus cinco vástagos ha sido interpretado <strong>en</strong> el mundo occid<strong>en</strong>tal<br />
como el proceso inexorable del tiempo que devora nuestras vidas y ante el que no t<strong>en</strong>emos<br />
def<strong>en</strong>sa .No puede olvidarse <strong>la</strong> veleidad del ayer, o <strong>la</strong> fugacidad del pres<strong>en</strong>te y <strong>la</strong> oscura<br />
8 HESIODO. Teogonía. Editorial Porrúa, México,1986, p. 5