1 LA EPOPEYA DE GILGAMESH En los albores de la civilización ...

LA EPOPEYA DE GILGAMESH 1
En los albores de la civilización, en la frontera con lo salvaje, cuando los límites se estaban
fraguando y los dioses aún convivían con los humanos, aparecieron los sumerios y con
ellos las centros urbanos, la agricultura, la metalurgia, la herrería y se desarrolló un sistema
de comunicación nunca antes visto: la escritura, vehículo de intercambio comercial que
permitió expandir los conocimientos y difundir las ideas.
En esa tierra intermedia hace cerca de cuatro mil años apareció la Epopeya de
Gilgamesh entre lo culto y lo salvaje, entre el mito y la historia, entre el sueño y la realidad,
entre lo crudo y lo cocido.
El tema de esta epopeya es la búsqueda de la inmortalidad, el hombre frente a la
muerte, la muerte ante el hombre; al inscribir sus hazañas en la piedra, el mismo héroe puso
a rodar el mito. Kenneth Rexroth dice: “es la primera obra de ficción que ha llegado hasta
nosotros, bien puede ser, de hecho, la primera en escribirse [...] y no obstante representa
una narrativa de ficción enormemente desarrollada.” 2
Gigamesh ¿era un personaje real o simple ficción. Se nos narra una iniciación o un
ritual escondido en el ropaje del mito? Este análisis intentará abordar la Epopeya de
Gilgamesh desde un punto de vista comparatista con otras mitologías y haciendo énfasis en
lo referente al tema del doble.
La Epopeya de Gilgamesh significa el primer ejemplo del tema del doble en la
literatura, aquí están ya contenidos muchos de los elementos que aparecerán a lo largo del
desarrollo del mismo en la historia de las letras: su presencia en una situación límite, el
duelo de los gemelos rivales y luego sus hazañas juntos, las relaciones con los estados
oníricos, con Eros y Thánatos, con la creatividad artística.
Según el texto conocido como “la Lista real” la monarquía sumeria descendió de los
cielos tras el diluvio; Gilgamesh fue el quinto soberano, entre sus antecesores encontramos
a Lugalbanda (lugal “hombre grande”), un rey pastor a quien Gilgamesh llamaba “su
padre” aunque en realidad era su abuelo; Enmerkar, el fundador de Uruk;; Dumuzi, el
1 He seleccionado la traducción de Federico Lara, los fragmentos citados se referirán a la página
correspondiente de la edición del Poema de Gilgamesh, Madrid, Editora Nacional 1983.
2 Kenneth Rexroth. Recordando a los clásicos (trad. Carlos Ávila Flores) México, Fondo de Cultura
Económica, 1993, p.11.
1

antecesor directo de Gilgamesh, y que era un dios pescador cuyo nombre también es el del
primero de los amantes de la diosa Ishtar y que prefigura al rey pescador, el rey tullido del
ciclo artúrico, por cierto en íntima relación con la fertilidad de su entorno. Sin embargo es
posible que la leyenda de Gilgamesh encierre un núcleo histórico, en el ciclo de sus
leyendas existe una en la cual el héroe luchó contra Agga rey de Kish, una ciudad rival, y
su sirviente era Enkidu (En-ki es un equivalente de Ea, dios de la sabiduría).
Para B. Hrozny Gilgamesh significa “el hombre del fuego y del hacha” 3 , por lo que
puede considerarse el maestro en el arte de los metales y de la madera, tal como fueron los
descendientes de Caín.
Sin embargo para otros significa “el viejo aún joven” 4 , lo que está en estrecha
relación con la leyenda que se narra ya que la planta que le proporcionaría la eterna
juventud fue bautizada por el héroe como “el hombre se hace joven en la vejez.”
Según la tradición Gilgamesh no era un descendiente de la estirpe real, sino hijo de
un lil-lu, un sacerdote cuyo nombre, según Agustí Bartra, significa “imbécil, medio loco” 5 ,
y si llegó a ser rey fue por sus hazañas y no por su herencia, para otros lil-lu significa
demonio. Aquí evoco un curioso testimonio de Claudio Eliano acerca de Gilgamesh a quien
llama Gilgamo. Eliano narra la historia de su salvamento por un águila en un mito muy
semejante al de Acrisio y Dánae o al del nacimiento de Ciro, pues dice que reinando
Sevécoro, los caldeos vaticinaron que el hijo de la hija de aquél arrebataría el reino al
abuelo y entonces éste vigiló a su hija pero: La hija (la necesidad fue más sabia que el rey
babilonio) quedó embarazada de un hombre oscuro, dio a luz clandestinamente. Pero los
guardianes, por miedo al rey, arrojaron al infante de la acrópolis, porque en ella fue donde
la susodicha mujer fue metida en prisión.
Sin embargo fue salvado por un águila que antes que cayera lo colocó en su dorso y
lo llevó a un huerto, el cuidador del cual se prendó del niño, lo crió y se llamó Gilgamo y
llegó a ser rey de los babilonios. 6
3 Poema de Gilgamesh, estudio introductorio p.28
4 Gilgamesh traducción, introducción y notas de Jorge Silva Castillo. Colegio de México, 1994. p.15
5 Agustí Bartra. “La epopeya de Gilgamesh” en Para qué sirve la poesía. ”Siglo XXI editores, México 1999.
p.259
6 Claudio Eliano. Historia de los Animales. Libro XII (Traducción y notas por José María Díaz-Regañón
López) Madrid, Gredos. 1984 cfr. Pp132-133.
2

El poema de Gilgamesh se sitúa en el tercer milenio antes de Cristo y muchos siglos
después fue fijado por escrito, poetas y cantores itinerantes dieron a conocer las aventuras
del rey. El mito se trabajó a través de las “casas de escritura” hasta fijarse en un texto
canónico luego de numerosas recensiones. Toda una serie de poemas épicos fueron dando
coherencia al personaje; la epopeya, si bien creación sumeria, fue redactada una y otra vez,
hasta que los acadios le dieron sentido argumental y coherencia. Su difusión sobrepasó con
mucho el territorio local.
Los asirios poseedores de un sentido enciclopédico reunieron los textos escritos en
numerosas bibliotecas, la más sorprendente era la de Arsubanípal en Nïnive entre cuyas
ruinas fue encontrada la versión acadia, la más completa.
El universo narrativo puede ser dividido en tres niveles: el de los dioses
humanizados interviniendo en los destinos de los hombres; el mundo de los héroes y las
criaturas míticas; el pueblo anónimo.
En el panteón de los dioses sumerios el padre de los dioses era Anu, su principal
santuario estaba en Uruk, su atributo era una tiara real adornada con una doble cornamenta;
Aruru, madre del género humano, esposa de Marduk el dios fecundador del agua; Dumuzi,
amante de juventud de la diosa Ishtar; Ea, dios del agua; Enlil, dios del viento y símbolo de
las fuerzas de la naturaleza; Ereshkigal, diosa de los infiernos; Ishtar, diosa del amor, la
fertilidad, la maternidad y la guerra, hija del dios luna Sin; Shamash dios del sol y la
justicia; Ninsun, la madre del héroe.
En el preámbulo se nos muestra a un héroe exhausto por haber descubierto el
secreto que estaba velado; había llegado hasta el abismo primigenio y todo lo había visto y
todo lo había vivido para enseñarlo y propagar su experiencia para bien de cada uno, para
que cuantos la aprecien se miren en su espejo.
Aquel que todo lo ha visto hasta los confines del mundo
aquel que todo lo ha vivido para enseñarlo a otros
propagará parte de su experiencia para el bien de cada uno.
Ha poseído la sabiduría y la ciencia del Universo,
Ha descubierto el secreto de lo que estaba velado.
[...]
Todo su esfuerzo lo grabó en una estela de piedra.(113)
3

Primero comparemos a Gilgamesh con Enkidu: la diosa Aruru ha participado en la creación
de ambos pues de Gilgamesh se preguntan “¿No fue Aruru quien parió a ese buey
montaraz?”, también se dice que tiene dos terceras porciones de divino por parte de su
madre, la diosa Ninsun (Excelsa Vaca) y una de humano; es producto de una hierogamia,
una unión sagrada entre un sacerdote y la hieródula representante de la diosa. Su figura era
de once codos de altura, la anchura de su pecho de nueve palmos y la de su miembro de
tres. Vivía en su palacio con los refinamientos de la corte, no dejaba varón ni doncella en
las familias, ejercía su autoridad con prepotencia.
En cuando a Enkidu, Aruru lo creó con arcilla a imagen y semejanza de Anu a
petición de los pobladores ante la maldad del rey, era hirsuto, salvaje, nómada, fue creado
en la estepa y vivía feliz entre las gacelas, se alimentaba de hierba y abrevaba en las
aguadas. Es evidente que comparte con Adán muchas similitudes. En la ciudad de amplios
mercados la gente decía: “¡Cómo se parece a Gilgamesh! Aunque de talla más baja tiene
los huesos más recios”. Es importante recordar que cuando el cazador le vio quedó mudo de
miedo, porque el rostro de Enkidu era como “el de un viajero llegado de muy lejos”, como
si viniera de la muerte.
Vemos la otra cara del espejo, si el pueblo de Uruk clama defensa contra el rey que
eleva impuestos y ejerce el derecho de pernada; los cazadores imploran ayuda contra el
salvaje que destruye sus trampas y se jacta de ello.
Gilgamesh, al escuchar las quejas del cazador utiliza un arma invencible, el episodio
recuerda la Caída de Adán:
Ve y toma, cazador, una ramera del templo, llévalo contigo
[...]
Cuando él llegue con sus bestias al aguadero
La mujer deberá quitarse sus vestidos y mostrar su espléndida belleza. (115)
Cómo olvidar la escena en la que Menelao perdona a Helena ante la impresionante
belleza de sus senos, cómo no recordar a Eva ofreciendo sus manzanas a Adán.
Tras haber cohabitado con la ramera Enkidu perdió fuerzas, su vigor, a la manera de
Sansón, se vio disminuido y las bestias, sintiéndolo distinto, se apartaban de él; en
4

compensación, “su espíritu era sabio, comprendía”, tal como Adán luego de comer del
árbol del bien y del mal. El precio del conocimiento a costa de la libertad. Enkidu había
sufrido un proceso de iniciación y ya era distinto; Shámhat la iniciadora, no se puede
olvidar, era una hieródula al servicio de la diosa Ishtar.
Gilgamesh ve a su doble a través de los sueños. La diosa Ninsun, su madre,
interviene como intérprete; del otro lado la hieródula Shámhat le revela a Enkidu lo que el
rey ha soñado. En sus sueños Gilgamesh abraza, como si de una amada esposa se tratara, a
un cielo tachonado de estrellas o a un hacha de doble filo. Para la diosa Ninsun es un sueño
favorable: “vendrá un compañero fuerte, igual a ti, protector del amigo”, y “lo amarás como
una esposa y como a tal lo acariciarás”.
Mientras a Enkidu se le dio una compañera para su infelicidad, a Gilgamesh se le
prometió un gemelo al que Ninsun trataría “como si fuera su propio hijo”.
Y en tanto Gilgamesh contaba sus sueños a su madre, Shámhat, la hieródula,
contaba a Enkidu los sueños que soñaba Gilgamesh, ¡como en un juego de espejos!, y así
mientras uno soñaba, el otro vivía, Enkidu acariciaba a la ramera y la desvestía. Casi al
final del poema Utnapishtim dirá de Gilgamesh “¡Contempla a ese héroe que busca la Vida!
El sueño lo envuelve como a una niebla.” (241)
Shámhat puso uno de sus vestidos a Enkidu y así lo guió hacia Uruk. Al igual que a
Heracles con Onfalia Enkidu es revestido con atributos femeninos; se había convertido en
un damnificado de las delicias de la civilización: aprendió a alimentarse con pan, a beber
vino y se le llenó el cuerpo de bienestar, le cortaron la maraña velluda, se frotó con óleo y
se puso vestidos “¡parecía un novio!”, tal como Gilgamesh lo había soñado. Enkidu es
afeitado porque va a entrar en otra jerarquía social, al final se hará lo mismo con
Gilgamesh.
Theodore H. Gaster comenta acerca que el encuentro entre un héroe urbano y el
vagabundo rústico y peludo es asunto de varios cuentos como en los casos de Esaú y Jacob
en la Biblia o de Preto y Acrisio en el mito griego 7 .
Prosigue el típico duelo de los dobles rivales: Enkidu lo detiene en el umbral de una
casa a donde el rey iba a ejercer sus derechos de pernada. Como un antecedente del
7 Cf. Theodore H. Gaster. Los más antiguos cuentos de la Humanidad.(trad. Hernán Rodríguez) Buenos
Aires, Librería Hachette 1956 pp.52-60.
5

“William Wilson” de Poe: Enkidu trataba de evitar que Gilgamesh cometiera una mala
acción.
Theodore H.Gaster hace una observación “pero lo que aquí más nos interesa es que
el encuentro se produce durante la Fiesta de Año Nuevo. Cuando Gilgamesh, como rey de
Erech (Uruk), está por celebrar el tradicional rito del casamiento sagrado es cuando Enkidu
le cierra el paso con rudeza”. 8 El autor dice que el papel desempeñado por Enkidu es el del
Impostor o Entremetido de la literatura folklórica y el teatro popular tal como se practicaba
en Tracia y Grecia Septentrional. En la Tesalia se lo concibe como un “árabe” salvaje y
velludo cubierto con una máscara negra de piel de oveja o de cabra o con un vellón a veces
incluso con cola. En algunas comedias de Aristófanes es quien interrumpe las escenas de
festín o boda.
Entonces “se agarraron uno a otro, enlazados con fuerza, como toros.” En este
enfrentamiento Gilgamesh tuvo que hincar la rodilla; pero al final, contrario a los deseos
del pueblo, los rivales entablaron una amistad que sólo la muerte iba a disolver “se besaron
y sellaron su amistad.” El vengador es ahora un aliado fiel, se ha convertido en su
lugarteniente.
Por segunda vez en el texto Enkidu pierde fuerzas y llora la despedida de la mujer
que lo había iniciado en el amor “mi fuerza se ha trocado en debilidad.”
Las hazañas comienzan con la expedición al Bosque de los Cedros custodiado por
Humbaba, el encuentro sigue el patrón de muchos cuentos del folklore como el del ogro
que vive en la cima de una montaña y también recuerda a la Gorgona que petrifica cuanto
mira y sólo es derrotado cuando los vientos ciegan su ojo, el texto recuerda a la
decapitación de la Gorgona. “Gilgamesh llevaba la cabeza de Humbaba”.
Gardner dice además, que el monstruo que velaba su ojo con siete velos en un
tiempo era una historia independiente y recuerda un cuento de la isla de Zacinto que es
prácticamente igual al de la epopeya 9 .
Puntualicemos aquí el temor, el miedo como una de las características a subrayar en
el mito del doble. Jan Kott nos hace ver que, además del amor y la muerte hay una clara
impregnación con el miedo, un pánico que pasa de un héroe a su doble a lo largo del
8 Ibid. p.53
9 op.cit. p. 54
6

texto. 10 Y los hace elaborar ritos mágicos y se siente la presencia de lo inefable a su lado, la
divinidad lo roza.
La muerte del monstruo implica un ritual de purificación semejante a los de la
mitología griega; Gilgmesh se revistió con vestidos limpios, se cubrió la cabeza con la tiara
y entonces la diosa Ishtar puso sus ojos en él. La diosa le suplicaba: “¡Ven, Gilgamesh, --
dijo—sé tú mi amante, concédeme el don de tu amor!” y llena sus palabras con melosas
promesas “se humillarán ante ti reyes, príncipes, señores, los montañeses y la gente del
llano te ofrecerán sus tributos”.
Gilgamesh le responde:
¿Qué ganaría yo casándome contigo?
No eres más que un brasero que se apaga con el frío,
una puerta trasera que no resiste la tormenta,
un palacio que los héroes han saqueado,
una trampa mal disimulada
[...]
¿A qué amante has sido fiel? (176)
Gilgamesh enumera a los amantes de la diosa, a quienes su amor trajo la desventura, la
castración o la impotencia, encabezados por Dumuzi, quien víctima de falsas promesas
ocupó el lugar de Ishtar en los infiernos. La diosa también se unió a un caballo tras lo cual
ese animal fue domesticado, en fin, se incluye ese pastor amante de la diosa que fue
metamorfoseado en lobo y al que sus propios perros muerden las ancas, y en el que
encuentro un antecedente del mito de Ártemis y Acteón, cuando éste fue convertido en
ciervo.
Gilgamesh sabía que las relaciones entre diosas y humanos siempre resultaron
escabrosas y terminaron mal, tal como sucedió a Peleo o a Anquises, por ello Odiseo
rechazó las propuestas de Calipso. He aquí el “Himno Homérico de Afrodita” que recuerda
el episodio del padre de Eneas, quien encendió la pasión de Afrodita y lo enamoró
disfrazada de doncella, Anquises a pesar de sospechar que quien se le ofrecía era la misma
10 Kott, Jan. “Gilgamesh o el hombre mortal”. Trad. Mario Merlino, en Letra Internacional 11/12 Madrid,
1986. p.43
7

diosa fue, como corresponde a todo mortal común, incapaz de rechazarla: “De buen grado,
mujer semejante a las diosas, luego de haber subido a tu lecho, penetraría en la morada de
Hades”. 11 Eros implica Thánatos.
Pero no es el caso Gilgamesh le responde: “Si me amas, me tratarás como a ellos”
(178). En un acto de astucia...o de cobardía, renuncia a ella; en una u otra forma Gilgamesh
es incapaz de amarla. A diferencia de Enkidu que ha perdido vigor tras el contacto con la
hieródula con él no sucederá lo mismo. El propio Gilgamesh había dicho “Ve y toma,
cazador, una ramera del templo, llévala contigo, prevalecerá sobre él a causa de un mayor
poder.” (117)
Gilgamesh se niega a entregarse por completo por temor a perder su poder, los
sucesivos ensayos intentaré demostrar que el doble implica incapacidad para el amor.
Ishtar, despechada, suplica al dios Anu que críe un Toro celeste para castigar al
héroe amenazando con levantar a los muertos para que el número de difuntos sobrepase en
cantidad al de los vivos; estamos ante una de las versiones de la lucha de héroe contra un
toro, tal como Teseo en el laberinto o Hércules con el Toro de Creta. Y también ante una
demostración de fuerza de la diosa de la fertilidad, como la de Deméter tras el rapto de su
hija. Sobre todo recuerda los mitos de Fedra e Hipólito, Siwash y Sudabeh o de José y la
mujer de Putifar cuyo rechazo implica un severo castigo.
No obstante los héroes hacen la faena y Gilgamesh mata al toro con una espada,
creo se trata del primer testimonio de la tauromaquia.
Su error es cometer el pecado que los griegos conocen como hybris, el de la
desmesura, el de la ruptura del orden, los hombres no son semejantes a los dioses; tras
arrancar el corazón del toro, en son de burla arrojan a la diosa el muslo derecho, ¿habrá que
leer muslo tal como en la literatura medieval cuándo, la herida en el muslo de los héroes
tiene clara connotación sexual? ¿O tal vez le arrojó el fragmento del cuerpo destazado de
Osiris que nunca fue encontrado? De ser así tendría mayor sentido la maldición de Ishtar
que desencadenará la muerte del doble, ¿es el equivalente de los genitales de Urano? En la
Rama Dorada Frazer señala que la sangre y los genitales del toro formaban parte de
muchos ritos de renovación. 12
11 Himnos Homéricos/ La “Batracomiomaquia”. Traducción, introducciones y notas de Alberto Bernabé
Pajares, Madrid, Biblioteca Clásica Gredos 1978, p.193.
12 James G. Frazer La Rama Dorada. (Trad ) México, FCE 1969 p. 407 (creo)
8

Encuentro una clara división entre Vida: por la que clama la diosa: “a esto Ishtar
congregó a las consagradas, las mozas de placer y las rameras del templo, sobre el muslo
derecho del Toro Celeste todas gimieron”.(181). Y Arte: cuando Gilgamesh convoca a los
artesanos para que admirasen el tamaño de los dos cuernos de lapislázuli.
Los héroes habían llegado a la cima, la gente los vitoreaba, Gilgamesh era el más
espléndido entre los héroes, el más glorioso entre los hombres. De pronto comenzó la
decadencia presagiada por un sueño: tras la fiesta en el palacio Enkidu tuvo una pesadilla:
los dioses celebraban consejo, en el juicio sumario fue condenado a muerte; el doble es
quien debe morir en lugar del héroe, es su razón de ser, aunque quien debería morir era el
rey, como insistían algunos dioses en el consejo, Enkidu acepta su suerte, sabe que es el
elegido, el chivo expiatorio que pagará las culpas de su hermano y lamenta sus victorias,
añorando su vida silvestre, maldiciendo en especial a la ramera que le ha mostrado el
camino de la civilización, sus palabras guardan parecido con las que Gilgamesh había
ofendido a la diosa.
En cambio el dios de la justicia, Shamash, hace a Enkidu una apología la cultura: ha
bebido manjares dignos de dioses, ha bebido vino digno de reyes, ha gozado de lecho
preclaro, los príncipes de la tierra besaron sus pies, el pueblo alegre gemirá por él. Enkidu
reconoce entonces el valor de la civilización: “mi boca que la había injuriado debe cambiar
y ahora la bendice” (192). En la difícil elección entre cultura y nomadismo la civilización
gana por un ligero porcentaje, vale la pena vivir bien.
En una de sus pesadillas Enkidu visita el inframundo y se ve con los brazos
cubiertos de plumas (convendría recordar aquí algunos de los cuentos de las Mil y una
noches; Gardner señala la notable semejanza con Kessi, un relato hitita 13 ) y Zu, un
personaje sombrío, lo conduce a la Casa de las Tinieblas, la Casa del Polvo, el reino de la
diosa Ershkigal donde dobles de Anu y Enlil servían pasteles y carnes asadas. Por su parte
Gilgamesh soñó que Zu volaba sobre ellos como una nube, su boca era de fuego, su aliento,
la muerte, era un ser de horrible apariencia y cuyo resplandor provocaba pánico; de manera
sorprendente Gilgamesh se reconoce: “soy yo mismo” 14 , de nuevo el doble. Si los sueños
13 op. cit. p.56
14 Este sueño está tomado de una nota a pie de página de Gilgamesh. Traducción directa del acadio,
introducción y notas de Jorge Silva Castillo y se refiere a un texto de J. Bottéro. Colegio de México, 1994
p.86
9

eflejan el inconsciente, entonces ¿albergaba deseos de matar al doble, de matarse a sí
mismo?
Las lamentaciones de Gilgamesh en la tablilla VIII recuerdan a la leyenda nórdica
de la muerte de Balder, en la cual se pide a todas las cosas creadas que lloren para que sea
perdonado; es una larga enumeración que incluye al Bosque de los Cedros, a los ancianos
de la amurallada Uruk, a todos los animales y criaturas salvajes de la estepa, a los ríos Ula y
Éufrates.
Enkidu en su agonía de doce días (el doble de sus noches de placer) reprocha a su
amigo, tal como Cristo en la cruz lo hará con su padre: “¿por qué ahora mi amigo me
abandona? [...] tú y yo, juntos, triunfamos...¿por qué me abandonas?” 15 Y luego muere, su
cuerpo reposa al lado de su amigo quien lo vela durante seis días y siete noches, hasta que
los gusanos aparecen triunfantes por las fosas nasales del cadáver, tal como en su sueño
Enkidu es conducido:
A la casa donde se entra sin esperanza de salida
Por los caminos que son sólo de ida y nunca de vuelta
Me conduce hasta la morada cuyos habitantes carecen de luz
Donde el polvo es su vianda y la arcilla su manjar. (193)
Enkidu lamenta morir en su lecho y no en combate, mismas reflexiones tal vez
atormentaban a Alejandro Magno. Me pregunto ¿cuál fue la causa de su muerte: heridas
anteriores, veneno, malaria, una enfermedad venérea o simplemente el otro duelista? No lo
sabemos, no ha llegado a nosotros. Como síntoma premonitorio Enkidu tiene la sensación
de haber sido apoderado por una presencia extraña que presagia su final (lo que nos remite
a una de las variantes del tema del doble; el vampirismo).
De nada han servido sus hazañas: habían matado al Toro Celeste y a Humbaba, pero
ahora el verdadero enemigo estaba ante él: la muerte. El sueño de la muerte se había
apoderado de Enkidu y éste no lo escuchaba. El llanto de plañidera de Gilgamesh recuerda
al de Aquiles por Patroclo, al de Alejandro por Hefestión.
Entonces cubrió a su amigo como si se tratara de una novia
Y su voz resonó como un rugido pavoroso,
15 También tomado de la versión de Jorge Silva Castillo, p. 125.
10

Arrebatado cerca de él como un león.
Como una leona privada de sus cachorros
Va y viene ante el lecho mortuorio
Arrancándole el pelo y esparciéndolo,
Rasgando y diseminado sus vestidos y adornos
¡Cómo si estuviera impuro! (199)
En ese estado de indefensión y angustia, le nace el Arte: Gilgamesh pide al forjador, al
batidor de cobre, al aurífice y al lapidario forjar una estatua de su amigo, en oro y
lapislázuli, es decir mantener el espíritu de su amigo a la manera de Pigmalión.
“¡Cuando matan a un hombre la esposa sale huyendo de la casa!” (204).
Gilgamesh obró de tal modo, soltó su cabellera, vistió piel de león, y errando por la estepa
mataba a los animales salvajes que encontraba, a los leones los dominaba con sus manos,
tal como se aprecia en numerosos relieves; se lanzó a recorrer el mundo, quería llegar hasta
los confines donde late el corazón de la vida, hasta dónde ningún ser vivo había llegado
anteriormente, tal como siglos más tarde lo intentaría Alejandro. Se había convertido en un
salvaje, una réplica de Enkidu, ahora él es el otro. Alcanzando las montañas que presiden la
salida y caída del sol, las cumbres gemelas que son el soporte de la bóveda celeste y cuya
base reposa en los Infiernos. Montañas resguardadas por los hombres-escorpiones cuyo
resplandor es terrible, su vista es muerte (y aquí evocamos una curiosa coincidencia: los
hombres-escorpión de Cacaxtla), ellos apreciando su carne de dios le señalaron el camino.
Aquí también señalamos la importancia que dice Frazer tuvo en la leyenda de Osiris el
escorpión, tanto en la búsqueda de Isis como en el signo astrológico. (checar)
Pero primero debía cruzar por doce dobles leguas de densa oscuridad, la ruta que
sigue el sol en el inframundo, tal como Hércules lo haría, hasta desembocar en un bosque
de árboles con piedras preciosas como frutos (también motivo de las Mil y una noches).
Viajar por el camino del sol para nacer de nuevo nos recuerda a un proceso de iniciación.
Que ha alcanzado el más allá, lo indica ese bosque de árboles de cornalina, de lapislázuli,
cedros con troncos de mármol, árboles de ágata y obsidiana.
Enseguida ocurre el episodio de Siduri, la tabernera, que mora a la orilla del océano,
ella iba cubierta con un velo y él vestía la piel de un león, como Hércules,
11

Al verlo Siduri observa que su cara es la de un caminante que ha llegado de tierras lejanas y
escuchamos el eco del cazador que reconoció a Enkidu, en efecto él es el otro. ¿Es el doble
o el ser real? Ella se dice “-Seguramente ese que se aproxima es un asesino.” (217)
Gilgamesh teme que lo ocurrido a su amigo le suceda a él, también él retornará al
barro, y ya no habrá de levantarse, por eso acude humilde solicitando ayuda y suplicando
que le sea otorgada la ruta que cruza las Aguas de la Muerte para acudir a Utnapíshtim, el
conocedor del secreto de la vida.
¿Por qué acude a ella?
Para Kott Siduri, la tabernera, es otra representación de esa diosa de las mil caras
que es Ishtar 16 , la patrona de las taberneras, una especie de Calipso tocada con un velo entre
jarras y platos de oro, ante él se encuentra un ser semisalvaje, de cabellos desgreñados,
vestido de pieles, tal como ¡Enkidu!, andrajoso, destruido por el viaje, ¡pero en busca de la
inmortalidad!, suplicando a la misma diosa que antes ofendió. Se acoge a ella: “Tabernera,
ahora que he visto tu rostro, no consientas que vea la muerte que constantemente temo”.
(215)Y ella le expresa el célebre fragmento:
Gilgamesh, ¿por qué vagas de un lado a otro?
No encontrarás la vida que persigues.
Cuando los dioses crearon la humanidad,
La muerte para la humanidad decretaron;
Reservando la vida para sí mismos.
¡Tú, Gilgamesh, llénate el vientre;
goza de día y de noche ;
[...]
Cuando el niño te tome de la mano, atiéndelo y regocíjate
Y deléitate con tu mujer, abrazándola.
¡Esa es la tarea de la humanidad!. (216)
Él confiesa haber matado a Humbaba, a los leones, al Toro Celeste pero Siduri le dice:
16 op cit. p.42
Si tú eres Gilgamesh, el que mató al guardián,
El que trajo la desgracia a Humbaba
12

[...]
El que mató leones en los caminos de la montaña,
El que prendió y mató al Toro Celeste,
¿Por qué entonces están tus mejillas demacradas, hundida tu cabeza,
está tan triste tu corazón y tan casado tu rostro?
¿Por qué el dolor te corroe las entrañas?
¿Por qué tu cara es la de un viajero que viene de lejos? (217)
Porque sobre su amigo ha caído la mala suerte de la especie humana y temiendo la muerte
anda errante por la estepa. Y ahora busca el camino hacia Utnapíshtim, el superviviente del
diluvio, quien tiene el secreto de la inmortalidad.
Siduri le da instrucciones tal como Circe a Odiseo: las Aguas de la Muerte son
profundas y una vez llegado a ellas “¿qué harás?” Primero debe convencer a Ursanabi, el
Caronte sumerio, el barquero de Utnapíshtim y a sus hombres de piedra para ser
transportado al otro lado, “Si la cosa es posible, efectúa la travesía con él, si no lo es,
regresa.” (220).
También el barquero se da cuenta de que su rostro es “como el de quien ha hecho un
largo viaje”. ¿Entonces es el rey o su doble quien busca cruzar a la otra orilla?
El héroe deberá hacer la travesía por sus propias fuerzas, corta pértigas del bosque,
las alquitrana y las aguza para poderse embarcar Luego él y Ursanabi navegaron durante
mes y medio hasta que advirtieron que habían llegado a las Aguas de la Muerte, que no
debían ser tocadas, fue entonces cuando Gilgamesh se quitó la ropa, y aquí recordamos las
instrucciones que recibió Odiseo de Ino-Leucotea para salvarse del naufragio.
Utnapíshtim divisa una embarcación a la deriva y el que llegaba en ella no era un
ser humano (entonces qué era ¿un espectro? ¿un muerto en vida?). Gilgamesh dice que por
verlo cruzó todos los países, todos los mares sin encontrar nada que lo hiciese feliz, para él
la alegría no existía, había alcanzado el límite de la desgracia, a pesar de su carne divina, a
pesar de que recibió de los dioses un trono, limpias vestiduras, cerveza, pan y todos
cuantos bienes había Shamash ensalzado a Enkidu. No es feliz, la muerte es un peso que le
impide avanzar.
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Pero de pronto, al mirar a Utnapíshtim, el Lejano, se lleva una sorpresa. ¡Gilgamesh
es igual a Utnapíshtim! Ha encontrado a otro doble suyo a la orilla de la muerte “Cuando te
miro, Utnapíshtim, tus rasgos no son extraños; incluso eres como yo. Tu no eres extraño:
¡eres como yo!” (233) es como si hubiera cruzado los océanos para encontrarse ante un
espejo.
Utnapíshtim entonces le cuenta el secreto de los dioses y elabora el largo relato del
diluvio, ancestro casi gemelo del de los hebreos, cuando la luz se tornó en oscuridad y
“como un jarro se quebró la tierra”, los dioses estaban echados como perros, hechos nudo,
amedrentados y chillaba ishtar como una parturienta. Tras seis días y siete noches cesó la
tempestad, pero la especie humana había tornado al barro. Cuando Utnapíshtim depositó su
ofrenda de junco perfumado, incienso y mirto, ante el buen aroma los dioses se apiñaron
como moscas.
Utnapíshtim somete a una dura prueba a Gilgamesh, debe permanecer en vigilia
durante seis días y siete noches (en el mito el tiempo es intemporal, y entre los sumerios
está relacionado con el sistema sexagesimal, doce días dura la agonía de Enkidu, seis días y
siete noches son las que Enkidu goza a su ramera, los mismos que debe soportar Gilgamesh
sin dormir, los mismos que tarda en presentarse el diluvio luego del aviso a Utnapísthim,
los mismos que dura el diluvio) pero, apenas se retira, el héroe se duerme, ha fracasado
como en su tiempo los apóstoles con Jesús. Era como si un demonio hubiera tomado
posesión de él, como si yaciera en el mismo lecho de la muerte, donde ponía sus pies allí
estaba la muerte, ahora él padece la sensación de vampirismo.
Considero aquí prudente comparar el último capítulo de El castillo de Kafka con la
epopeya; por ejemplo esa posadera o tabernera que se encuentra justo antes del puente que
conduce al otro mundo como en muchas leyendas medievales; pasaje valorado por Sebald
en un ensayo de su Pútrida Patria: K., es un caminante, Gilgamesh un extranjero, un
peregrino, Sebald dice que en el psicoanálisis viaje y peregrinaje como símbolos de muerte;
la presencia dominante de Eros-Thánatos tanto en Kafka como en la leyenda; la atmósfera
onírica de El Castillo recuerda a los constantes sueños del héroe sumerio; K., está a punto
de descubrir el secreto del castillo, ¡pero se muere de sueño!, tal como Gilgamesh ante la
prueba suprema que le pide Utnapísthim; la Posadera de los Señores habla con K., acerca
14

de su extraño guardarropa, todos los vestidos pasados de moda de los que posee armarios
enteros. En Gilgamesh también hay preocupación por su vestimenta.
Dice Sebald “la posadera, como señora Mundo, como tabernera de una posada que
pertenece a la muerte y al diablo, es un topos de la literatura medieval que aparece todavía
de vez en cuando en la época burguesa” 17 . Y antes de despedir a K., la Posadera le dice
“Mañana me traerán un vestido nuevo, tal vez te haga llamar”, señala Sebald y evocamos a
Gilgamesh siendo afeitado y preparado para el cruce por el océano de la muerte, ¡ambas
historias separadas por cerca de tres mil años!
Tras el fracaso Utnapihstim pide a Ursanabí que lave a Gilgamesh, porque tiene
“Cubierto de pelo el cuerpo”, ¡tal como Enkidu!, revestido con las pieles había tornado a la
animalidad. Debe limpiarse, lavar y dejar puros sus cabellos, arrojar al mar las pieles y
cambiar de color su hermoso cuerpo, “que se vista con un ropaje conforme a su dignidad”.
Nos damos cuenta que ha sufrido una iniciación, lo están preparando tal como a su doble
tiempo atrás. ¿A qué palacio se dirigirá sino al de Uruk? Confundido el uno con el otro,
vida con muerte.
Sólo entonces, ya embarcado con un nuevo ropaje, se le revela un secreto, una cosa
oculta, el secreto verdadero de los dioses: una planta cuya raíz es como la del espino, “pero
si tu mano se apodera de esa planta, rejuvenecerás”, se renovará el vigor de quien la toma,
“Rejuvenece-el-hombre-viejo”, será su nombre. Al fin su viaje tenía sentido, pero, tras
encontrarla y arrancarla del fondo del mar, mientras se bañaba en el océano, una serpiente
percibió el aroma de la planta y calladamente se la llevó a cambio de su piel.
“¿Para quién, Ursanabi, trabajaron mis brazos? ¿Para quién se gasta la sangre de mi
corazón?” (244) No fue capaz de encontrar la felicidad.
Yo recordaría aquí a la planta moly, con la que Circe convirtió a los griegos
en cerdos y que Joyce utilizó para uno de sus más célebres personajes. Moly es una planta
de raíz negra y flores blancas como la leche, tiene una apariencia desconocida para los
mortales y además es difícil de arrancar.
17 Sebald, W.G. “El país por descubrir “ en Pútrida patria. Trad.Miguel SáenzAnagrama, Barcelona, 2005.
p.56
15

Perdido el camino, debía seguir adelante. La travesía termina donde comenzó: ante
los muros de Uruk, su herencia eterna, junto con el poema que grabará en la piedra, y con
lo que alcanzará la inmortalidad que anhelaba.
Esta epopeya es una obra circular, inicia donde comenzó, ante las murallas de Uruk,
Ursanabi, por órdenes de Gilgamesh, está valorando los cimientos de las mismas. Con el
registro, en piedra, de las hazañas del héroe el mito queda fijado para la posteridad.
Señalando un cambio, una frontera entre la oralidad y la escritura, igual como esas murallas
separan el mundo bárbaro del civilizado, ambos son creaciones del héroe, pero un héroe
fatigado,
Dice Kott “En una verdadera epopeya, el principio es el fin y el fin es la repetición
del principio” 18 , me pregunto, ¿es Enkidu o es Gilgamesh quien va en pos del secreto de
Utnapíshtim?,¿son uno y el mismo? ¿y también Gilgamesh es Utnapíshtim y el Ángel de la
Muerte? Quién sino el artista es el que puede ser uno y mil.
La tablilla XII es considerada un apéndice poco comprensible. Tras hablar de la
Creación del Mundo se relata acerca de un árbol crecido a orillas del Éufrates recogido por
Ishtar con la intención de construirse un lecho y un trono plantándolo en su jardín
(vagamente recuerda al árbol donde se ocultaba el cadáver de Osiris), Gilgamesh ahuyenta
a las criaturas malignas que habían ocupado el árbol para entregárselo a la diosa, con las
raíces se fabricó un pukku y un mikku, instrumentos que pudieran ser el tambor y los
palillos tal como en las tradiciones del folklore de los chamanes estudiadas por Mircea
Eliade en su “El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis” 19 . Estos aditamentos
cayeron (¿o los arrojó él mismo?) en el abismo de la Gran Morada, Enkidu se propuso
recuperarlos, pero fue retenido en el averno, tal fue la causa de su muerte y no en una
batalla gloriosa.
A través de un agujero en la tierra el espíritu de Enkidu pudo contactar con su
hermano, “se abrazaron y besaron e intercambiaron pareceres, suspirando mutuamente”.
Enkidu le hizo un apresurado recuento de los cadáveres de quienes murieron en batalla o
con alguien a su lado a diferencia de los que no tienen nadie para velar por ellos, estos
últimos son los espíritus más desdichados, comen los restos de las marmitas, las migajas de
18 op. cit- p.44
19 Mircea Eliade. El Chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis. México, Fondo de Cultra Económica,
1982.
16

pan, los desperdicios que se arrojan en la calle, los muertos entre los muertos. Mientras
alguien lo recuerde no morirá del todo.
Creo que la Tablilla XII, considerada como apéndice por casi todos los especialistas
encierra una moraleja: Enkidu, desciende al averno en pos de las insignias reales, porque es
el sacrificado, desde el infierno el espíritu del tanista le hace ver al rey que quienes tienen a
su lado alguien que los vele pueden reposar con seguridad; tal vez esta sea la clave:
mientras sea recordada su epopeya él seguirá viviendo, la escritura como fuente de
renovación, la planta moly.
La epopeya de Gilgamesh es un mito, una historia mitificada, un ritual y un proceso
de iniciación. Gardner dice que se pueden identificar los núcleos de muchas narraciones
mitológicas o tal vez conserven la memoria de algún hecho histórico. Entonces puedo
hablar de un registro histórico que se basa en algunos aspectos comprobables de la leyenda
como los muros y restos de los templos descritos, los antecedentes de luchas entre las
ciudades estado de la región, los registros en los sellos que muestran a Gilgamesh abatiendo
leones o toros salvajes.
De este registro histórico surge el mito; un tirano soberbio que intentó deificarse,
alguien que sin ser de sangre real alcanzó la más alta jerarquía, en el pueblo quedó el
registro de sus hazañas, algunas portentosas, y fue mitificado, su origen semeja a los del
mito del héroe y el personaje se deificó tras su muerte.
Resumiendo:
1)El fenómeno de la autoscopía comienza a través de un sueño; la preparación de Enkidu
tiene por objeto disminuir su vigor ante un posible enfrentamiento. Así Gilgamesh
mantendrá su superioridad, su jerarquía ante el tanista.
2)En cuanto al duelo hay dos posibilidades: o bien Enkidu evita una mala acción de
Gilgamesh (ejercer su derecho de pernada) o bien actúa como el Entrometido en el ritual
del Matrimonio Sagrado. No sabemos si el ritual se llevó a cabo, pero el duelo termina en
amistad, el doble se convierte en el sirviente del rey.
3)Es probable que el episodio de Humbaba esté tomado del folklore, pero tal vez la
incursión al Bosque de los Cedros recuerde un episodio histórico, una incursión al Líbano
para obtener maderas preciosas.
17

4)El miedo ante la muerte pasa del uno al otro. Tal vez aquí se percata Gilgamesh de que el
doble es un emisario de la muerte.
5)El mundo de los sueños de Gilgamesh, aunque con algunas imágenes apocalípticas, está
lleno de presagios interpretados como favorables y es posible encontrar en ellos huellas de
motivos psicológicos. Los de Enkidu en cambio anuncian la tragedia.
6)Los personajes femeninos pueden ser uno y el mismo: Ishtar, Shámhat y Siduri, pues la
diosa es la dueña de las rameras y patrona de las taberneras; es la diosa de las mil caras, su
aspecto puede ser terrible o adorable. Es también la reina de las diosas, la que enseña el
camino de la iniciación, la que purifica, la mancha de betún que todo contamina.
Himno a Inanna o Ishtar
Yo te imploro, ¡Señora de Señoras, Diosa de Diosas!
[...]
Reina todopoderosa, de nombre sublime;
Eres Tú la lámpara del Cielo y de la Tierra.
[...]
A la mención de Tu nombre, Cielo y Tierra se estremecen,
Tiemblan todos los dioses del Cielo y temen los del Infierno.
[...]
Antorcha brillante del Cielo y de la Tierra,
Resplandor de todas las comarcas,
Acepta mi genuflexión, escucha mi oración, Mírame siempre con bondad... 20
7) ¿Qué significa este Toro Celeste cuya muerte provoca un terrible dolor en la
diosa y su cortejo de meretrices? El Toro como símbolo de potencia viril es ampliamente
reconocido en la mitología del Mediterráneo, en Zeus y Europa, en Minos y Pasifae, en los
ciclos de Teseo y Hércules.
Dice Robert Graves en sus mitos griegos que el combate con un toro, o un hombre
disfrazado de toro es uno de los trabajos rituales impuestos al candidato a la dignidad del
rey aparece en la fábula de Teseo y el Minotauro, Hércules y el Toro de Creta.y de Jasón y
los toros que exhalaban fuego de Eetes.
20 Himnos Sumerios. Estudio preliminar, traducción y notas de Federico Lara, Madrid, Tecnos, 1988 p.58
18

Cuando la inmortalidad implícita en la dignidad de rey sagrado era ofrecida
eventualmente a cada iniciado en los misterios de Dionisio, la captura de un toro y su
dedicación a Dionisio Plutodotes (“dador de riqueza”) se convirtió en un rito común. 21
Habrá que recordar que la madre de Gilgamesh era la Vaca Excelsa y que uno de los
atributos del padre de los dioses era su cornamenta ¿entonces Gilgamesh mató a su padre?,
según la genealogía de los reyes Lugalbanda era su abuelo, el antecesor directo
era...Dumuzi. ¿O fue él quien mató a Enkidu y al hacerlo se mató él mismo? Tal como en el
texto de Poe. El doble tiene una implicación evidente con la muerte.
8) En cuanto a la ceremonia del Matrimonio Sagrado, la festividad del Año Nuevo
dice Samuel Noah Kramer: ”apenas hay duda que fueron los sumerios, los sacerdotes y
poetas de comienzos del tercer milenio a.C. los que, por primera vez lo concibieron y
desarrollaron como un elemento esencial de su fe religiosa y práctica ritual”. 22 Y añade:
Algunos de los sacerdotes y teólogos más imaginativos y clarividentes de Uruk concibieron
la alentadora idea de convertir a su rey en el amante y esposo de la diosa para que, de este
modo, compartiera con ella su inapreciable poder fertilizador y su divina inmortalidad. 23
Para el Rito ella se baña, se lava con jabón, se pone sus “vestidos de poder” y hace a entrar
en su santuario a su amante “la proa de la Barca Celeste erguido frente a un campo”. El toro
que ayudará a labrarlo es, desde luego, el miembro de Dumuzi. El soberano debía desposar
a Ishtar en el papel de Dumuzi reencarnado para asegurar la prosperidad en el año
siguiente, era la diosa quien elevaba al rey hasta su condición divina, la diosa era
representada por una hieródula escogida del templo de Ishtar.
En Mesopotamia, era la diosa la figura predominante en este acto de renovación. El
Dios Joven moría anualmente en el ciclo de las estaciones y tenía que ser rescatado y
devuelto desde la tierra de los muertos por su amante madre. Era ella quien le resucitaba y
al hacerlo traía consigo el revivir de la naturaleza. Dumuzi-Tammuz, su primer amante, era
sólo un instrumento, agente de esa fuente de regeneración era Ishtar, la encarnación del
poder creador en toda su plenitud. 24
21
Cfr. Robert Graves. Mitos Griegos II. (Trad. Luis Echávarri) Buenos Aires, Losada. 1967, pp136-137.
22
ibid.
23
ibid. 71
24
cf. E.O. James Los dioses del mundo antiguo (trad. Carlos Alonso del Real) Madrid 1962, Guadarrama p.
94
19

Sin embargo hay otra versión en la cual Isthar rechaza a Dumuzi en beneficio de su
rival, el dios de la agricultura Enkimdu (es obvia la semejanza fonética con el doble de
Gilgamesh). ¿La leyenda nos habla entonces de la vieja rivalidad entre pastores y
agricultores tal como se refleja en la Biblia con Caín y Abel? “En relación a mí,¿el
agricultor en qué es superior?”, expresa Dumuzi. 25 Tal vez sea la queja encubierta en las
palabras de Enkidu. ¿por qué yo?
Frankfort dice que “sólo fueron divinizados aquellos reyes que habían sido invitados
por la Diosa a compartir su lecho. En general, los reyes que emplean un determinativo
divino antes de su nombre pertenecen a la misma época en que los textos mencionan
matrimonios de reyes con diosas [...] mientras que la idea de que un rey podía haberse
atrevido por su propia decisión a pasar la barrera entre lo humano y lo divino, choca con
todo lo que sabemos de las creencias mesopotámicas”. 26
El festival de Año Nuevo estaba precedido por toda una serie de purificaciones
rituales y vestiduras especiales. ¿Gilgamesh se rehusó a efectuar el ritual o lo impidió su
doble? ¿Quiso tomar la investidura divina desde su momento humano? Tal vez esta sea la
enseñanza del poema, Gilgamesh fue deificado, pero sólo después de su muerte.
9) Tengo la impresión de que el ritual es de importancia relevante en el mito y que
aquí está la razón de que Gilgamesh llamara padre a su abuelo. Para ello me remonto a
Grecia para hablar de los tritopátores, los padres en tercera generación, .en los rituales
matrimoniales atenienses se requería que fueran rememorados los tripátores para asegurar
la fertilidad de los esposos. Es generalmente la persona de un muerto y su intervención la
que hace ligar las generaciones en círculo, en los sistemas indoeuropeos el relevo clave no
es el padre sino “El padre del padre”. Es decir se brinca una generación como señala
Benveniste citado por María Daraki, 27 además esta autora afirma que entre un autóctono y
su sucesor hay el vacío de una generación y se dice del padre o la madre que fueron
muertos antes de sus nupcias o tuvieron un matrimonio irregular. El “salto” de una
generación borra la importancia del padre, los productos son hijos de la tierra, se produce
una reencarnación y el vacío lo representa la muerte. El abuelo engendra, desde el más allá,
al tritógenes. Y los abuelos se conocen como los autopátores. Los padres de sí mismos.
25 ibid. p.85
26 ibid p. 140
27 Cf. María Daraki. Dionisio y la Diosa Tierra. Madrid, Abada. 2005, p.180-181
20

Pero para hacer del abuelo padre es necesario que sea un padre incestuoso con su propia
hija. Tal es el origen de Dionisio Zagreús, el hijo de Zeus con su propia hija Core. Dionisio
es el hombre-mujer, reúne en sí el poder de los dos sexos. ¿Entonces por eso Enkidu fue
revestido con atributos femeninos, ocupó él el lecho de la diosa en lugar del soberano?
Como Dumuzi ocupa el lugar de Ishtar en los infiernos se dice que Lugalbanda, que
también está muerto, puede engendrar en lugar de Dumuzi y el producto era Gilgamesh a
través de la diosa madre tierra ¡y del propio Gilgamesh!
10) Cabe la suposición de que Enkidu, adiestrado por una hieródula del templo de
Ishtar, era el sustituto del rey, el encargado de morir en lugar de éste, el tanista. Y sospecho
que al término del tiempo de su reinado Gilgamesh decidió que otro muriera por él, el
adiestramiento de Enkidu a cargo de la hieródula de Ishtar pudiera presagiarlo, pero luego
ambos despecharon a la diosa, tratando de evitar la muerte. Y tal vez quedó grabado por el
mito al ser la primera vez que sucedió, que alguien se rebeló y se ensoberbeció contra los
dioses.
11) Gilgamesh se rebeló contra el orden, tal vez incluso intentó divinizarse. Según
Federico Lara en sus notas a pie de página dice que desde la Antigüedad Gilgamesh fue
identificado con el Nemrod o Nimrod bíblico y que Flavio Josefo recogió una tradición que
representaba a Nemrod-Gilgamesh como constructor de la torre de Babel- 28 No he podido
corroborar el dato en Flavio Josefo pero la construcción de la torre de Babel recuerda en
cierta forma a la de los muros de Uruk (ladrillo soldado con pez). Nemrod o Nimrod o
Nebrodes (“nos rebelaremos”, del verbo marod, “rebelarse”.) era un nieto de Cam, y dice
Josefo “iba convirtiendo poco a poco la marcha de los asuntos en una tiranía” 29 y,
ensoberbecido, construyó la torre para enfrentarse a Dios. Según Daniel Colodenco. “El
texto parece apuntar hacia la pretensión de los constructores de la torre de sustituir a la
divinidad” 30 Los zigurats eran edificaciones dedicadas al dios patrono de la ciudad.
Gilgamesh pertenecería entonces a esa estirpe que incluye, además de Nimrod, a
Prometeo o Lucifer. Respecto a Nimrod dice Robert Graves que era hijo de Kus, que
recibió, de su padre Cam, las vestiduras de piel que había hecho Dios para Adán y Eva. Con
estas reliquias Nimrod se hizo sumamente fuerte y Dios le concedió valor y habilidad en la
28 op. cit. p.125
29 Flavio Josefo. Antigüedades judaicas. Libro I, Edición de José Vara Donado, Madrid,, Akal, 1997 p.40
30 Daniel Colodenco. Génesis: el origen de las diferencias. Buenos Aires, Lilmod, 2006 p.88
21

caza. Y construyó la torre para mantenerse a salvo en caso de otro diluvio. En los
monumentos, como en los de Gilgamesh, se le representaba matando leones, toros y
serpientes, acto simbólico que indicaba un ritual de coronación. Los persas identificaban a
la constelación de Orión como “Nimrod” vinculándolo así con el ángel rebelde Shemhazai
y con el cazador griego Orión que ofendió a su dios. 31
En el las Antigüedades Bíblicas del Pseudo-Filón reafirma la idea de Nemrod como
un rebelde “el que comenzó a ensoberbecerse ante Dios” y que fue elegido como jefe por
los hijos de Cam y construyó la torre para forjarse un nombre y gloria en la tierra
tiranizando a los hebreos. 32
Utnapíshtín adereza a Gilgamesh, lo prepara para acudir a Uruk, tiene un pendiente
en la ciudad: su cita con la muerte. Si Ifigenia es la novia de la muerte, Gilgamesh-Enkidu
es el equivalente masculino. Eros-Thánatos.
En un documento reciente “La muerte de Gilgames” se nos narra el fin del héroe, el
cual, moribundo, tiene un sueño en el cual es citado en la asamblea de los dioses que
examinan su curriculum vitae y su derecho a ser inmortal. Pese al número y magnitud de
sus hazañas, a pesar de su origen divino, los dioses le anuncian su muerte inevitable,
aunque le reservan un papel especial como juez del Submundo; los dioses le consuelan
recordándole la continuidad de su dignidad real después de la muerte. Morirá, pero será un
muerto especial.
Tu destino ha sido reinar
Pero no vivir para siempre
Resignado con su destino, Gilgamesh moviliza al pueblo para que le edifiquen una tumba.
El dios Enki recomienda desviar el curso del Eufrates y levantarla en el lecho del río con el
fin de hacerla inviolable. Luego la familia real y los funcionarios de la corte entraban en la
tumba para acompañar al rey, serán enterrados con él. Luego se procede, tras su muerte, al
sellado de las tumba, las aguas invaden el cauce, y todos lloran.
31
Robert Graves y Raphael Patai. Los mitos hebreos. (Versión de Luis Echávarri) Buenos Aires; Losada,
1969 cfr pp.146-151
32
Apócrifos del Antiguo Testamento Tomo II. Obra dirigida por el profesor Alejandro Diez Macho.Madrid,
ediciones Cristiandad 1983 cfr. pp. 214-219
22

Hemos seguido paso a paso la aventura del héroe hacia la inmortalidad, en su
camino se ha cruzado un doble, será éste el emisario del destino, el espejo en el cual se verá
el rey, ese rostro que parece venir desde muy lejos, que primero es de Enkidu y luego de
Gilgamesh nos hacen ver que uno es el otro, las dos caras de la moneda, cuando Gilgamesh
se presenta con la Tabernera nos recuerda claramente al salvaje que fue educado por la
hieródula. Los rituales se repiten vigilados por Utnapíshtim, ¡para llevarlo a Uruk!
Los sumerios, uno de los pueblos más enigmáticos de la historia, quienes se auto-
proclamaron como los “cabezas negras”, son polvo y polvo también son asirios, acadios,
babilonios, hititas, hurritas. Polvo son Nínive y Uruk. Y Gilgamesh, que partió en busca de
la inmortalidad, también es polvo, incluso pudiera ser una de las vasijas que adornaban el
museo de Bagdad, polvo son las sólidas murallas que edificó, polvo es la lápida de piedra
donde grabó sus hazañas. Pero el nombre de Gilgamesh no se ha borrado y persiste a través
de su leyenda.
Enkidu y Gilgamesh son lo primitivo y lo salvaje, la vida y la muerte, el sueño y la
realidad, mundos complementarios. Aquí el doble representa todo lo que uno no puede ser.
Y ¿qué es lo que uno no puede ser?, la muerte sin duda. Es un muerto quien atraviesa el
Océano, sí pero también un vivo, un muerto-vivo, una muy cercana definición de lo que es
un artista, un hombre que ha elegido el Arte contra la Vida. Gilgamesh encontró la
inmortalidad que tanto buscaba, pero no como él la deseaba, sino como un mito que
permanentemente se rejuvenece, al tocar con sus manos la planta se llevó en ellas la eterna
juventud.
¿Qué por qué encontró la inmortalidad? Simplemente porque la buscó.
La iniciación termina ante un espejo, decían los hebreos que ver a Dios era morir,
verse a sí mismo, tal como se es en realidad, también.
23