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—Realmente sois un ser sobrenatural —logró<br />
decir entre jadeos Joanne.<br />
Richfire respondió perdiéndose nuevamente<br />
en su boca. Jugando con su lengua, mordiendo<br />
su labio. Olía tan bien. Él sabía que<br />
ella no podía resistirse, pero necesitaba evitar<br />
que volviera asustarse, con lo cual se dedicó<br />
a lo que mejor se le daba: embriagar a las<br />
damas, darles placer. El cuerpo de Joanne<br />
respondía a las caricias que le daba, contrayéndose<br />
y excitándose para él. Absolutamente<br />
entregada, confiada. Recorrió sus muslos<br />
con los labios, con la lengua… hasta que llegó<br />
al centro y ahí se demoró intencionadamente.<br />
Sabía que sólo era un aperitivo, que después<br />
iba el plato fuerte, pero le encantaba, sabía<br />
tan bien. Ella jadeaba, gemía, como si le estorbara<br />
su propio cuerpo ante el abanico de<br />
sensaciones que estaba sintiendo.<br />
Era el momento. Mientras ella se contraía<br />
con el orgasmo, él le clavó suavemente los<br />
colmillos en la parte interna de su muslo.<br />
Era más de lo que había imaginado. Succionó<br />
un poco, le lamió las marcas que la había<br />
hecho para que no quedara cicatriz y se<br />
incorporó. Realmente ella no era consciente<br />
de nada. Richfire se mordió el labio mientras<br />
la contemplaba debajo de él. Era tan hermosa,<br />
tan pura. Le acarició la cara bajando por<br />
su pecho hasta sus caderas, y entró en ella.<br />
Joanne, que había abierto los ojos, le acarició<br />
el torso y le atrajo hacia ella hasta alcanzar<br />
su boca. Rochfire quería evitar eso, muchas<br />
mujeres no soportaban el sabor de la sangre,<br />
pero Joanne se abrió paso con su lengua y, si<br />
la disgustó, no dio ni una ligera muestra de<br />
ello. El beso excitó aún más si cabe a Richfire,<br />
que aumentó el ritmo, colocándose las suaves<br />
piernas de ellas sobre los hombros. Para llegar<br />
al final, a lo más profundo.<br />
Joanne no aguantaba más, no podía acallar<br />
los gritos que salían libres por su garganta<br />
como respuesta al placer y al dolor que estaba<br />
sintiendo, notó esa electricidad en la<br />
punta de los pies de nuevo. Richfire, como si<br />
la leyera, la incorporó sentándola sobre él, y<br />
entre gritos y gemidos llegaron juntos al éx-<br />
LA MANSIÓN RICHFIRE<br />
<strong>Ánima</strong> <strong>Barda</strong> - Pulp Magazine<br />
tasis. Richfire alargó sus colmillos y esta vez<br />
los hincó más fuertemente en su cuello. Bebió<br />
de ella mientras aún se estremecía sobre él.<br />
Era deliciosa. Le curó la marca con su saliva<br />
y la besó castamente en los labios, tumbándola<br />
de nuevo sobre la cama y arropándola.<br />
Se quedó un largo rato contemplándola, entrelazando<br />
los dedos con su pelo. Ella se giró<br />
hacia él.<br />
—Esto es el camino más oscuro que he recorrido<br />
—dijo ella desperezándose.<br />
—Entonces vos sois la luz que lo ilumina.<br />
—Le acarició la mejilla.<br />
Ella negó con la cabeza, quedándose poco a<br />
poco profundamente dormida, y, por una vez,<br />
Richfire deseó poder quedarse a verla despertar.<br />
V<br />
Joanne inhala el aire fresco y puro, pero<br />
nada le llena los pulmones. Las lágrimas no<br />
dejan de caer por sus mejillas. Se tiende sobre<br />
la nieve haciéndose un ovillo. Sabe que<br />
tenía que dejarle, igual que sabía que no podía<br />
resistirse a él. Pero no es propio de ella<br />
ceder de esa forma a los impulsos carnales,<br />
no está bien. Por eso le ha abandonado. El<br />
frío empieza a calar en la ropa, intenso, imparable.<br />
Pero ella no lo siente, el dolor abarca<br />
todo su cuerpo sin dejar espacio a nada ni<br />
a nadie más. Desea no tener que levantarse<br />
nunca de allí. Del frío, del blanco, del hielo,<br />
de su corazón.<br />
Cris Miguel<br />
@Cris_MiCa<br />
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