Estudios Revista Ecléctica. Número 114 - Christie Books
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la cuidan con esmero los periódicos, porque<br />
se hallan compenetrados de la utilidad que<br />
reporta, no sólo en el aspecto de divulgar enseñanzas,<br />
sino también desde el punto de<br />
vista ético.<br />
La acción de la prensa es altamente beneficiosa,<br />
ya que constituye un elemento de regeneración<br />
de las almas. Los escritores, por<br />
medio del periodismo, realizan una labor<br />
evangelizadora, que penetra en todos los hogares,<br />
difundiendo las normas del recto proceder.<br />
Ante los estragos de la perversión<br />
moral, debida a la debilidad psíquica de los<br />
desdichados sujetos predispuestos al vicio,<br />
el crimen, el suicidio y la amoralidad, la<br />
prensa lucha bravamente, cooperando a las<br />
campañas profilácticas y regeneradoras.<br />
Digan cuanto quieran los detractores del<br />
llamado cuarto poder, el periodismo cotidiana<br />
contrarresta en buena parte los efectos deletéreos<br />
de la novela bajamente sentimental,<br />
erótica y aun pornográfica, convertida en<br />
elemento propagador de la conducta licenciosa<br />
y en factor máximo del envenenamiento<br />
de la juventud ingenua, inexperta y sin voluntad.<br />
La producción novelesca, convertida<br />
en instrumento de las pasiones protervas,<br />
constituye la forma más repugnante de la<br />
degradación individual y del relajamiento colectivo.<br />
La crítica periodística realiza una obra saneadora,<br />
poniendo de manifiesto los graves<br />
daños que ocasionan al ente social los excitantes<br />
cerebrales, morbíficos y contagiosos.<br />
La novela galante, cuando es sólo pintura de<br />
escenas de lupanar, es un contrasentido que<br />
no debiera tolerarse, porque sus consecuencias<br />
son funestísimas. Afirmaba Valentí Vivó<br />
que la literatura de burdel ha de considerarse<br />
más perniciosa que el tráfico de explosivos y<br />
venenos, pues contra éstos cabe ejercer el<br />
control y el aislamiento, y sirve el empleo<br />
de los procedimientos defensivos, al paso que<br />
la sociedad se halla casi inerme ante la avalancha<br />
de libros y opúsculos en los que se<br />
pintan escenas escabrosas y espectáculos<br />
truculentos, haciéndose, además, la relación<br />
meticulosa del asesinato seguido de suicidio,<br />
del homicidio en sus distintas formas, del<br />
robo sangriento, la coligación sectaria, la<br />
agresión a funcionarios, la embriaguez, la<br />
prostitución, etc. Todos estos temas, y otros<br />
mil, son los que cultivan nuestros noveladores<br />
rijosos y sin conciencia intelectual, que<br />
han convertido este género literario, que de-<br />
© faximil edicions digitals 2006<br />
bería ser el más educador y espiritual, en una<br />
torpe exhibición de lacería y deshonestidades.<br />
Aun cuando los periódicos, que gozan de<br />
mayor respetabilidad, sólo dedican, en general,<br />
breve espacio a relatar los sucesos espeluznantes<br />
y monstruosos, no pueden prescindir,<br />
sino en parte, de la crónica de los tribunales,<br />
y han de dar cabida en sus columnas a<br />
lo principal de las actuaciones judiciales, con<br />
toda escrupulosidad y corrección, dictadas por<br />
el prudente arbitrio de las respectivas direcciones.<br />
En nuestra época de inquietudes y de constante<br />
desasosiego, la prensa no puede sustraerse<br />
por completo al afán de coger determinadas<br />
noticias, que siente el gran público.<br />
La curiosidad es un fenómeno espiritual que<br />
reviste caracteres de universalidad, y el interés<br />
por satisfacer los anhelos del espíritu evoluciona<br />
de costumbre a hábito, de pasatiempo<br />
a necesidad psicológica, de deseo platónico<br />
a exigencia imperativa. Y de ahí que el periódico<br />
se vea constreñido a oscilar entre<br />
Scila y Caríbdis, siendo llevado a menudo<br />
donde no debería, por imperio de las circunstancias<br />
y por caso de fuerza mayor las más<br />
de las veces.<br />
El periodismo siempre necesitó profesionales<br />
competentes y conocedores de los problemas<br />
que en su tiempo se debatían; ahora<br />
el reportaje demanda especialistas, conocedores<br />
de los diversos ramos de la actividad<br />
humana, ágiles de mente y de pluma, para<br />
describir los hechos con criterio amplio y adecuado<br />
a los elevados fines que incumben a<br />
la prensa.<br />
En el hermoso trabajo que hemos tratado<br />
de compendiar sucintamente, el doctor Valentí<br />
Vivó preconiza el establecimiento de<br />
una cátedra y laboratorio de periodismo en<br />
los institutos de criminología. Tal vez en los<br />
Estados Unidos no tarde en realizarse el proyecto<br />
concebido por el que fue docto profesor<br />
de Medicina legal en nuestra Universidad.<br />
«La familia periodística —decía Valentí<br />
Vivó— es digna de mejor suerte, porque lucha<br />
penosamente por la existencia y con escasa<br />
esperanza de merecer la consideración que<br />
se otorga a otros profesionales que desempeñan<br />
funciones que revisten menos trascendencia<br />
social.»