Estudios Revista Ecléctica. Número 114 - Christie Books
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<strong>Estudios</strong><br />
dispensable desterrar imagen tan desacertada.<br />
Un puente une dos orillas y, mientras al<br />
lado de allá está la gloriosa cumbre de la sociedad<br />
libre, al lado de acá está el abismo<br />
insondable de la tiranía y la explotación.<br />
Puente, no; escarpado sendero hacia arriba.<br />
Brecha en la muralla que nos impide el paso.<br />
• * *<br />
Analicemos las características de nuestra<br />
revolución en sus dos aspectos más interesantes<br />
: finalidad y medios. Qué es lo que queremos<br />
y cómo podremos conseguirlo.<br />
* * *<br />
La finalidad de nuestra revolución es el<br />
comunismo libertario.<br />
Como hombres libertarios, somos enemigos<br />
de los dogmas j concedemos amplio margen<br />
sobre el concepto de nuestra nueva ordenación<br />
social. Somos incapaces de uncirnos al<br />
yugo de una opinión ajena, y de todo ello<br />
nace cierta indeterminación que aparenta ser<br />
una debilidad nuestra cuando es, en realidad,<br />
nuestra gran fuerza, ya que nos permite aceptar<br />
todas las posibles realizaciones que el<br />
tiempo y el uso cuidarán de aquilatar en su<br />
valor.<br />
Pero tal determinación se presta extraordinariamente<br />
al confusionismo, por lo que nos<br />
parece muy interesante jalonar destacadamente<br />
las fronteras de nuestro comunismo libertario<br />
para desautorizar de una vez a cuantos<br />
quieran ampararse en tan preciado nombre<br />
para justificar nuevas apreciaciones, nuevas<br />
burocracias o nuevas jerarquías.<br />
En los momentos actuales, con la mirada<br />
fija en nuestra revolución, son indispensables<br />
definiciones concretas. Allá va la nuestra sin<br />
más pretensiones que la de servir de ponencia<br />
en el debate que ha de entablarse en el<br />
interior de la conciencia de cada uno. Para<br />
ello puntualizaremos cuáles nos parecen los<br />
límites fundamentales del comunismo libertario<br />
y que señalan un coto cerrado dentro del<br />
cual caben infinidad de diferentes soluciones<br />
para los múltiples problemas secundarios que<br />
se han de presentar.<br />
Más adelante especificaremos las soluciones<br />
que se presentan a nuestros ojos como las<br />
más viables para dichos problemas, tratando<br />
en sus líneas generales el montaje y reajuste<br />
de la nueva economía comunista libertaria,<br />
sin que concedamos a tales soluciones la importancia<br />
básica que las definiciones generales<br />
nos merecen.<br />
© faximil edicions digitals 2006<br />
Vamos a definir nuestro comunismo libertario<br />
como un estado transaccional entre<br />
nuestras aspiraciones anarquistas y las características<br />
de la humanidad actual. Claro es<br />
que nuestra fórmula deberá sufrir modificaciones<br />
con el tiempo y con la geografía y que<br />
deberá irse acercando cada vez más a la anarquía<br />
conforme la humanidad vaya mejorando.<br />
* * •<br />
Nuestras premisas fundamentales son : desaparición<br />
del concepto individual de la propiedad,<br />
la autoridad y la jerarquía. Derecho<br />
del individuo a disfrutar de lo indispensable<br />
y de lo sobrante (uso y consumo) con las limitaciones<br />
circunstanciales de cada caso. Deber<br />
del individuo de producir con arreglo a<br />
su capacidad.<br />
Para hacer posible la realización de tales<br />
premisas, al mismo tiempo que la vida social<br />
de relación, establecemos la agrupación natural<br />
de los individuos en colectividades municipales,<br />
concediendo a cada municipalidad<br />
la más absoluta independencia y propia soberanía<br />
y considerándolas propietarias colectivas<br />
del suelo y de cuanto sobre él exista.<br />
Para la ordenación de • la vida dentro de<br />
cada municipalidad libre, creemos fundamental<br />
distinguir entre los dos aspectos esenciales<br />
de la producción y del consumo,<br />
ensanchando este segundo concepto a la<br />
ordenación general de la vida ciudadana,<br />
haciéndola compatible con la imperfección<br />
individual, para lo que es indispensable, hoy<br />
por hoy, una coacción, sustitutivo de la autoridad.<br />
Pero, puesto que hemos establecido como<br />
base la supresión de toda autoridad individual,<br />
sólo nos resta la posibilidad de una autoridad<br />
colectiva. Así venimos a parar a las<br />
normas plebiscitarias para la determinación<br />
de cuantos acuerdos deban ser adoptados<br />
como obligatorios para todos. Para facilitar<br />
el plebiscito, en las municipalidades numerosas,<br />
se recurrirá a la subdivisión interior<br />
federativa, dividiendo las grandes municipalidades<br />
en barriadas, éstas en secciones, las<br />
secciones en sectores y los sectores en manzanas<br />
o en calles. Para cuanto afecte exclusivamente<br />
a cada una de tales divisiones,<br />
siempre que no se trate de negaciones de las<br />
bases, fundamentales, autonomía absoluta.<br />
Lo relacionado con la totalidad, resuelto<br />
plebiscitariamente en asambleas parciales y<br />
plenos.