19.05.2013 Views

Benny Hinn - LA SANGRE.pdf - Ondas del Reino

Benny Hinn - LA SANGRE.pdf - Ondas del Reino

Benny Hinn - LA SANGRE.pdf - Ondas del Reino

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>LA</strong> <strong>SANGRE</strong><br />

Llamé a estas personas a la plataforma. Eran<br />

cuarenta y nueve en total. Me enteré que habían<br />

viajado seis horas para asistir a la reunión.<br />

-¿Por qué no viene a visitarnos? -me preguntó<br />

su dirigente.<br />

-Me encantaría ir -le dije.<br />

Meses más tarde lo hice. Su plantel se ubica en<br />

las colinas de un valle. Ellas mismas habían construido<br />

todos los edilicios, incluyendo un centro de<br />

retiro y una granja en donde criaban sus animales.<br />

Nos sirvieron a mí y a unos pocos amigos que<br />

me habían acompañado, una <strong>del</strong>iciosa cena con<br />

pavo que fue completada con legumbres cultivadas<br />

por ellas.<br />

Después de la cena, me preguntaron:<br />

-¿Le importaría si le servimos la comunión?<br />

-De ninguna manera. Me encantaría -les dije.<br />

No me di cuenta de que el Señor tenía algo<br />

guardado para mí esa noche, que impactaría mi<br />

vida grandemente.<br />

Las cuarenta y nueve personas, mis amigos y yo,<br />

nos dirigimos a una capilla recientemente construida.<br />

Ellas empezaron a alabar al Señor «cantando<br />

en el Espíritu» y bendiciendo al Señor alrededor<br />

de media hora. Algunas pronunciaron palabras de<br />

profecía que me animaron.<br />

En ese momento lloraba de rodillas, porque<br />

percibía una tremenda presencia <strong>del</strong> Señor allí.<br />

Fue una unción como nunca antes había experimentado<br />

en un culto de comunión, ni siquiera en<br />

mi propia iglesia. Fue una divina, poderosa pre-<br />

176<br />

La comunión en la comunión<br />

sencia de Dios que no puedo describir, excepto<br />

diciendo: «Jesús entró en aquella habitación».<br />

Justo, cuando concluyeron ese tiempo de adoración,<br />

empecé a sentir que mis brazos y pecho se<br />

adormecían. No sabía que la líder se había dirigido<br />

a la mesa y tomado el pan de la Cena. Leyeron las<br />

palabras <strong>del</strong> apóstol Pablo, de 1 Corintios 11.23:<br />

Porque yo recibí <strong>del</strong> Señor lo que también<br />

os he enseñado: Que el Señor Jesús,<br />

la noche que fue entregado, tomó pan. •<br />

Mientra estaba arrodillado y alabando al Señor<br />

con mis manos extendidas directamente frente a<br />

mí, la dirigente <strong>del</strong> grupo me puso el pan en la<br />

boca.<br />

En ese momento sentí literalmente que me recorría<br />

un fuego, y mientras eso ocurría algo más<br />

sorprendente estaba sucediendo. Sentí en las puntas<br />

de mis dedos algo como un manto: una tela<br />

suave y sedosa.<br />

Pensé que tal vez tocaba la vestimenta de alguna<br />

de aquellas mujeres, o que mi mente me jugaba<br />

una pasada. No estaba seguro de qué se trataba.<br />

De modo que abrí mis ojos para ver si alguien se<br />

había detenido de pie frente a mí. No había nadie.<br />

Quise asegurarme de que no era solamente un<br />

truco de mi mente, de modo que cerré de nuevo<br />

mis ojos. En ese momento, por supuesto, lloraba y<br />

temblaba. Otra vez sentí el manto. Pensé: Esto no<br />

puede ser. Abrí mis ojos. No había nadie.<br />

177

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!