Benny Hinn - LA SANGRE.pdf - Ondas del Reino
Benny Hinn - LA SANGRE.pdf - Ondas del Reino
Benny Hinn - LA SANGRE.pdf - Ondas del Reino
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>LA</strong> <strong>SANGRE</strong><br />
tamente el obedecer es mejor que los<br />
sacrificios[. .. ] (1 SamueI15.22).<br />
Un acto inconcebible<br />
¿Cuál fue la reacción de Caín ante la desaprobación<br />
de Dios?<br />
[ ... ] y se ensañó Caín en gran manera, y<br />
decayó su semblante. Entonces Jehová<br />
dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y<br />
por qué ha decaído tu semblante? Si bien<br />
hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no<br />
hicieres bien, el pecado está a la puerta;<br />
con todo esto, a ti será su deseo, y tú te<br />
enseñorearás de él (Génesis 4.5-7).<br />
Esto es lo que Dios le estaba diciendo al hijo<br />
desobediente: «La elección es tuya. Puedes tomar<br />
la decisión de escoger entre lo correcto y lo errado».<br />
Es un mensaje que impregna todas las Escrituras.<br />
Tenemos poder sobre el pecado si andamos<br />
en fe y obediencia a Dios.<br />
Pero Caín ignoró la advertencia de Dios y su<br />
próximo paso fue cometer un acto inconcebible.<br />
y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos<br />
al campo. Y aconteció que estando<br />
ellos en el campo, Caín se levantó contra<br />
su hermano Abel, y lo mató (Génesis 4.8).<br />
El primer asesinato que figura en la Biblia fue<br />
cometido con engaño <strong>del</strong>iberado. Caín invitó a su<br />
hermano, quien no sospechaba nada, a salir al<br />
campo, y allí le quitó la vida. El asesinato fue<br />
44<br />
Un pacto eterno<br />
también el resultado de la desobediencia espiritual.<br />
Se rebeló contra el hecho de presentar un<br />
pacto de sangre al Señor.<br />
¡Qué contraste! La Palabra nos dice «que nos<br />
amemos unos a otros. No como Caín, que era <strong>del</strong><br />
maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le<br />
mató? Porque sus obras eran malas, y las de su<br />
hermano justas» (1 Juan 3.11-12).<br />
Inmediatamente después <strong>del</strong> trágico suceso, el<br />
Señor le preguntó a Caín: «¿Dónde está Abel tu<br />
hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso<br />
guarda de mi hermano?» (Génesis 4.9).<br />
Como dice mi buen amigo Carlton Pearson de<br />
Tulsa, Oklahoma: «Si no eres el guarda de tu<br />
hermano, eres el asesino de tu hermano».<br />
La respuesta de Caín fue más que una mentira<br />
descarada: una declaración de indiferencia, de<br />
desdén.<br />
Una vez más Dios le habló a Caín, y le preguntó:<br />
«¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano<br />
clama a mí desde la tierra» (Génesis 4.10).<br />
La sangre de Abel clamaba porque se hiciera<br />
justicia. La sangre de Jesús, hablando de mejores<br />
cosas, pregona que se ha hecho justicia y que<br />
nuestros pecados han sido perdonados. La sangre<br />
de Abel clama venganza; la sangre de Jesús suplica<br />
perdón y restauración.<br />
Como cristianos hemos venido «a Jesús el Mediador<br />
<strong>del</strong> nuevo pacto, y a la sangre rociada que<br />
habla mejor que la de Abel» (Hebreos 12.24).<br />
Debido a su pecado, Caín nunca pudo conocer<br />
la bendición de Dios. El Señor proclamó este juicio:<br />
45