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estructura de elite” Y se considera al estado la organización dominante de la
sociedad. (Alford R. y Friedland R. , p.149). En este contexto los contenidos de
una opinión pública en principio autónoma son puestos bajo sospecha en tanto
pueden haber sido asumidos a través de una lente que pudo deformarlos. En
este sentido expresa Randall Collins “los individuos se orientarán hacia (valores)
sólo si saben que otras personas más poderosas, también están orientadas hacia
ellos. En consecuencia, los valores importantes son los ‘expresados’ públicamente
por individuos que claramente ocupan puestos en las instituciones políticas
dominantes” (Alford R. y Friedland R. p. 157). La conclusión que extraen Alford y
Frieland de este enfoque para el tema que nos interesa es que “La participación es
movilizada por las elites organizacionales más bien que por las preferencias
individuales o los intereses de clases, y se ve restringida por tendencias a la
oligarquía dentro de esas organizaciones. Las elites usan el poder que les otorgan
los cargos para controlar el acceso a la información, que sus clientes, electores o
miembros podrían emplear contra ellas. Las elites conforman la opinión pública
controlando la selección de cuestiones y manejando la participación” (Alford R. y
Friedland R. p. 159)
Como conclusión aún cuando la libertad política de asociación, la libertad
de palabra y de prensa como la libertad de información sean los supuestos
democráticos de una opinión pública autónoma su conformación según las
lecturas precedentes también puede aparecer mediada limitando una definición
exclusivamente procedimental.
Esta conclusión adquiere resonancias contemporáneas al incorporar otra
perspectiva a partir de la evolución de los medios de comunicación sobre la
apuesta incluyente y universalista democrática.
II. Repensando algunos conceptos políticos a partir de su moderno
entrecruzamiento con los medios de comunicación.
En relación a esta libertad de información la evolución de los medios de
comunicación entre otros factores tambien ha impactado en conceptos políticos
como democracia y estado que se han transformado bajo su impronta.
Pareciera que el concepto estado necesita una lectura contemporánea,
con diferencias según los casos. Pero en términos generales se han producido
mutaciones que provienen entre otros, del cambio producido por la globalización
de la información. Esta supera las fronteras nacionales y sus regulaciones legales
dificultando cada vez más la vigencia de sociedades cerradas o gobiernos
autoritarios. Por otra parte, así como existe una globalización informacional
también se agregan en el plano externo procesos de globalización financiera y
organización criminal que penetran toda la estructura del estado. (Castells, 271-
339) .
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