atanga - CCEM
atanga - CCEM
atanga - CCEM
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
difíciles, como muertes misteriosas, malas<br />
cosechas, pocos nacimientos, falta de caza...<br />
El sacrificio al melan se realizaba para librar<br />
al pueblo de estos sufrimientos. Por lo tanto,<br />
estas ceremonias siempre debían celebrarse<br />
colectivamente, y estaba estrictamente prohibido<br />
realizarlas de forma individual. Quien<br />
invocaba a solas el melan se atraía un castigo<br />
contra el honor del pueblo. Si alguien se<br />
atrevía a hacerlo, el melan lo dejaba plantado<br />
en el lugar, sin poder moverse hasta que se<br />
arrepentía ante todo el pueblo. La gente del<br />
pueblo le obligaba a confesarse públicamente<br />
por haberla ofendido. Si hacía bien la confesión,<br />
la persona quedaba perdonada y ya<br />
podía moverse del lugar donde se había quedado<br />
plantada. Los jóvenes del pueblo, para<br />
participar en el culto al melan, debían pasar<br />
por el aku melan (iniciación). Para ello debían<br />
tener uso de razón y ser acompañados de sus<br />
propios padres. También podían participar en<br />
esta iniciación todos los enfermos que se encontrasen<br />
en el lugar de los actos.<br />
El fin del melan<br />
Los últimos mbelan melanen murieron hace<br />
años. Ya no quedan verdaderos conocedores<br />
de los nombres de los antepasados muertos.<br />
Entre 1940 y 1944 estas actividades se fueron<br />
extinguiendo. Sólo unos cuantos mayores<br />
lo siguieron practicando, en la más absoluta<br />
clandestinidad. En el momento en que desapareció<br />
el melan mucha gente ya lo critica-<br />
ba, pues se consideraba que algunos cuidadores<br />
de cráneos los utilizaban para matar a<br />
la gente (especialmente a niños o bien para<br />
convertirlos en “hechiceros” (con evú de carácter<br />
maligno). En esa época la práctica del<br />
melan era conocida por el nombre mikugk,<br />
con connotaciones malignas. Esto generó<br />
una fuerte persecución hacia los cuidadores<br />
de melan, de tal forma que muchos de ellos<br />
fueron denunciados a las autoridades coloniales<br />
y religiosas por sus propias familias.<br />
La mayoría de estas denuncias procedían de<br />
las mujeres, quienes estaban en mayor relación<br />
con los religiosos. Al mismo tiempo, ésta<br />
fue una estrategia utilizada por las mujeres<br />
para perjudicar a sus maridos en caso de<br />
desacuerdo en la separación o a la hora de<br />
pedir el divorcio. Mediante esta persecución,<br />
las autoridades se incautaron de toda clase<br />
de materiales: cráneos, estatuillas, marionetas...<br />
Muchos cuidadores de melan fueron<br />
perseguidos y acabaron en la cárcel (incluso<br />
se encerró por ese motivo a algunos inocentes).<br />
Conclusión<br />
El melan fue una institución positiva, creada<br />
por los fang para hacer el bien. Se creía<br />
que el melan resultaba útil para multiplicar<br />
las familias, incrementar la producción de<br />
alimentos, evitar desgracias... De esta forma<br />
favorecía a las tribus, a las familias y a los<br />
pueblos.<br />
Florencio Ondo Mangue<br />
Informantes:<br />
Información referente al período 1923-1944 obtenida gracias a:<br />
Don Sergio Eni Abesó de 90 años de edad. Su abuelo llamado Akono Ekua y que falleció hace años<br />
había sido el cuidador del melan en su pueblo Bikiam Onvang (Nsok-Nsomo).<br />
Don Guillermo Ndong Nvee de 93 años y habitante del pueblo de Onvang Oyee (Añisok Wele-Nzas)<br />
Don Diosdado Mba Esono de 83 años de edad, natural de Ncoantoma-Esangui, distrito de Bata Litoral.<br />
a35