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Colonización, Misionerismo y<br />
Resistencia en la Isla de Annobón<br />
tañoso de la isla, las breve extensión de las<br />
tierras fértiles cultivables, así como la falta<br />
de fondeaderos seguros. Annobón comenzó<br />
a ser utilizada como base estratégica para el<br />
comercio de esclavos con la costa africana,<br />
si bien esa función pronto fue absorbida por<br />
la isla de São Tomé. A pesar de otras iniciativas<br />
esporádicas, sólo entre 1543 y 1565<br />
se asumió la primera acción consecuente de<br />
poblamiento, con la instalación de algunos<br />
(pocos) europeos y de un número razonable<br />
de parejas de esclavos africanos. La tradición<br />
cuenta que eran naturales de Angola,<br />
aunque resulta mucho más probable que la<br />
mayoría de ellos procedieran del África Centro-Ocidental,<br />
señaladadamente de Kongo y<br />
de N’dongo (Angola). Esta leva de esclavos<br />
tan sólo esporádicamente fue renovada con<br />
la llegada de pequeños grupos de africanos,<br />
traídos por los europeos o, eventualmente,<br />
fugados de navíos negreros (de los que, de<br />
vez en cuando, desertaban también ciertos<br />
elementos de la tripulación), manteniéndose<br />
entonces, en lo esencial, una razonable<br />
homogeneidad de la población. En el interín,<br />
fueron introducidos algunos animales<br />
domésticos y plantas alimenticias (especialmente,<br />
mandioca, ñames y árboles<br />
frutales) esenciales para la supervivencia<br />
de los habitantes. Mas al contrario de São<br />
Tomé y Príncipe, nunca se intentó instalar (y<br />
a penas hay noticia de una vaga tentativa<br />
en siglo XVII) una agricultura de plantación<br />
en base a la caña de azúcar, de modo que<br />
habría una única materia prima exportable<br />
– el algodón – mas no era objeto de un cultivo<br />
extenso, sino que fue cultivado en pequeñas<br />
explotaciones, o bien, dejado crecer<br />
espontáneamente. El número de europeos<br />
presentes en la isla se recontó siempre con<br />
los dedos de una mano y, durante largos períodos,<br />
apenas hubo un único portugués, el<br />
factor o representante del donatário, quien<br />
encarnaba el orden colonial en la isla. Con<br />
todo, conseguía imponer una serie de obligaciones<br />
a los africanos (considerados formalmente<br />
esclavos) de las cuales, la más<br />
significativa era la entrega de una cantidad<br />
de algodón limpio (y en algunos casos, ya<br />
tejido en fibras), suficiente para cargar todos<br />
los años un navío, lo que constituía el<br />
principal rendimento del capitan-denatário.<br />
Esta exportación de algodón era prácticamente<br />
el único pretexto para unas relaciones<br />
regulares con el archipiélago de São Tomé<br />
y Príncipe, las cuales, salvo por situaciones<br />
de excepción, raramente ultrapasaban un<br />
viaje por año. Los contactos con el exterior<br />
provenían, sobretodo, de los navíos de pasaje,<br />
casi todos ellos extranjeros (ingleses,<br />
franceses, holandeses, daneses…), que<br />
se veían obligados a alargar sus rutas para<br />
hacer aguada y tomar refresco. Fue principalmente<br />
a través de ese comercio, del<br />
todo a modo de trueque directo, que la isla<br />
se abasteció mínimamente de productos<br />
manufacturados (de ropas, armas y herramientas...),<br />
junto con la pólvora, el tabaco<br />
y el aguardiente que no les llegaban desde<br />
São Tomé a tiempo, o en cantidad suficiente.<br />
Quien(es) más se beneficiaron con ese<br />
intercambo fue (son) el portugués (o portugueses)<br />
que controla(n) la isla, aunque también<br />
los propios productores locales cuando,<br />
en sus canoas, se podían aproximar a los<br />
navíos anclados en la bahía y no dejaban de<br />
aprovechar el acceso a algunos productos<br />
“exóticos”, canjeados por fruta, mandioca o<br />
animales de crianza. Siempre que fondeaba<br />
una embarcación mercante (y en ciertas<br />
épocas eso era frecuente), todos intentaban<br />
aprovecharse de algún modo de la estadía.<br />
La asistencia religiosa a la población de Annobón<br />
nunca fue regular, ni mucho menos<br />
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