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atanga - CCEM

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tienen que ponerse, tienen que hacer otros<br />

arreglos, como el cuidado de las uñas, y un<br />

montaje capilar especial que por sí mismo<br />

chupa una cantidad importante de dinero.<br />

Todo esto sin olvidar que tienen las mismas<br />

necesidades de alimentos, pues son las que<br />

habitualmente cocinan. Pero lo tienen más<br />

difícil que los chicos, porque hasta ahora<br />

no se ha empezado a ver como normal el<br />

hecho de que una mocita de buen ver pida<br />

un hueco en la lista para descargar cajas de<br />

osobucos. Y puede ser por varias razones,<br />

pero está claro que si metiera un brazo congelado<br />

en el pecho con el deseo de llevarlo<br />

a su cocina se vería el bulto, porque ya tenía<br />

otro, y el asunto podría acabar en un privado<br />

de la empresa importadora. Entonces, no va<br />

en busca de estajos. Pero necesitan dinero<br />

a toda costa, de manera que se puede creer<br />

que toda la agitación que hay en las navidades<br />

tiene como origen la inmensa actividad<br />

de todos para que las mujeres no dejen de<br />

tener sus cabellos cuidados, su pata de cerdo<br />

en la cocina y unos zapatos para dejarse<br />

ver en la misa de la mañana, que es la que<br />

tiene más luz. ¿Y cómo se arregla esto en la<br />

capital de la Guinea insular? Pues dejando<br />

que todos los que necesiten, las mocitas de<br />

buen ver y mejor pensar, miren lo que quie-<br />

ran y que el silencio decida por las buenas<br />

costumbres. Aquí no hay rodeos. ¿Por qué<br />

creen que en estas fechas vas al mercado<br />

y entre la gente que no vende cosas de comer<br />

hay tanta joven al que le falta un poco<br />

para pagar por lo que quiere? Porque saben<br />

ellas que los que no venden cosas de comer<br />

pasarán las navidades aquí y desde que el<br />

padre suelta la bendición nocturna de la<br />

falsa misa de gallo hasta el amanecer hay<br />

mucho tiempo de sobra, tanto para que se<br />

haya inventando sitios de bailar donde la<br />

música no es nada ni tiene baños para los<br />

rigores alcohólicos de los que van a estos<br />

sitios. El eso se remedia con un arrimado<br />

navideño que recuerda las letras de muchos<br />

villancicos que las radios sueltan por estas<br />

fechas: beben, y beben y vuelven a beber.<br />

Claro, con tanta bebida tienen unas ganas<br />

de hacer niños que es una cosa irrefrenable,<br />

y mucho más cuando los villancicos animan<br />

a ellos: el niño estaba en la cuna, la virgen,<br />

en el portal, y san José. O sea, una familia<br />

que vive bajo las estrellas. Con todos estos<br />

antecedentes, todos se dejan querer:<br />

los mozos descargadores mangadores de<br />

perniles de bichos congelados. Las mozas,<br />

que los esperan en las inmediaciones de los<br />

barrios más populosos, y los vendedores de<br />

las cosas que no son de comer, que viven<br />

entre el descaro y la resignación más triste,<br />

pues saben que sus géneros no valen nada,<br />

y no es culpa suya, dicho sea de paso. Pero<br />

valen para estas noches cuyas siguientes<br />

mañanas son día de descanso pero que en<br />

Malabo no lo son, porque en realidad nadie<br />

descansa si bebe, y bebe y vuelve a beber.<br />

No descansa, y pese a que no hay circulación<br />

vial, pero los viandantes ven más<br />

lejos que los bólidos más rápidos. Las estrellas<br />

se esconden y abren los ojos unos<br />

días preciosos, porque es el día de navidad<br />

plenamente, o el primero de enero, fechas<br />

importantes, pero para una gente de Malabo,<br />

que no tiene, en realidad, planes para<br />

nada serio en los próximos dos decenios.<br />

Entonces, la importancia de las navidades<br />

en Malabo tiene su principal cuerpo en que<br />

la gente desea ardientemente, quiere comer<br />

distinto, quiere ropa nueva y se deja querer,<br />

pues los villancicos invitan y son, desde<br />

hace siglos, palabra de Dios. De hecho la<br />

misa no se ha adelantado a una hora temprana<br />

por un capricho de la Santa Madre.<br />

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