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Año Paulino y compromiso ecuménico

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JMJ Sidney<br />

18 Número 3.424 ■ 26 de julio de 2008<br />

MADRID<br />

tomará el<br />

relevo de<br />

SIDNEY<br />

en 2011<br />

Veintidós años después de la «cumbre» juvenil de Santiago de Compostela (1989), España volverá a acoger,<br />

en Madrid, su capital, la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en agosto del 2011,<br />

según anunció el Papa Benedicto XVI, en la misa de clausura celebrada el 19 de julio en el hipódromo de Randwick<br />

de Sídney, ante unos 400.000 jóvenes, muchos de los cuales habían pasado la noche en vigilia, a cielo abierto,<br />

para no perder el sitio, en medio de conciertos y adoraciones eucarísticas. A primera hora de la mañana se fueron<br />

incorporando más jóvenes, que llegaron al lugar de la ceremonia tras haber recorrido a pie, entre cantares,<br />

los seis kilómetros que dista la ciudad del hipódromo. Para esa fecha, el Papa contará 84 años.<br />

El anuncio de la próxima Jornada<br />

Mundial de la Juventud suscitó una<br />

explosión de júbilo de los miles de<br />

jóvenes españoles presentes en la misa<br />

multitudinaria (unidos, vía satélite, a los<br />

1.500 jóvenes que siguieron el acto desde<br />

la madrileña catedral de la Almudena),<br />

que saltaban portando la bandera nacional,<br />

júbilo ahogado enseguida por el entusiasmo<br />

de unos 70.000 jóvenes europeos<br />

—que ven Madrid más a la mano<br />

que lo ha sido Sídney— y por la totalidad<br />

del público juvenil, así como por el resto<br />

de las personas asistentes a la misa, hasta<br />

la cifra de unos 400 a 500 mil, según<br />

estimaciones oficiales.<br />

«Ha llegado el momento de deciros<br />

adiós, o mejor dicho “arrivederci”», indicó<br />

el Papa, después del rezo del Angelus, al<br />

final de la Eucaristía. En medio del silencio,<br />

añadió: «Os doy las gracias a todos por<br />

haber venido a Sídney, y espero veros de<br />

nuevo dentro de tres años». Tras un breve<br />

silencio, el Papa añadió, sonriendo: «La<br />

Jornada Mundial de la Juventud del 2011<br />

tendrá lugar en Madrid, en España». En<br />

ese momento estalló el júbilo, y el arzobispo<br />

de Madrid, cardenal Rouco (que dirigía<br />

la sede compostelana cuando Juan<br />

Pablo II se reunió con los jóvenes, en<br />

1989) se acercaba al Papa, para agradecerle,<br />

en alemán, el nuevo gesto de afecto<br />

por España, después de haber estado en<br />

Valencia, en 2006, para el Encuentro<br />

Mundial de las Familias.<br />

En el curso de la misa de clausura, el<br />

Papa pidió a los jóvenes luchar contra la<br />

«indiferencia», el «cansancio espiritual», el<br />

«conformismo ciego del espíritu de nuestro<br />

tiempo», y les invitó a ser «profetas» y<br />

a dar vida a una «nueva generación de<br />

cristianos» para la «edificación de un<br />

mundo en el cual la vida sea acogida,<br />

respetada, y cuidada amorosamente, no<br />

rechazada o temida como una amenaza<br />

y, por ello, destruida». Sólo de este modo<br />

será posible, añadió, oponerse al «desierto<br />

espiritual» que en nuestra sociedad<br />

convive con la «prosperidad material».<br />

Durante la Misa, el Papa administró la<br />

Confirmación a 24 jóvenes de diversos<br />

países. Se rezó en alemán, vietnamita, sudanés<br />

y árabe. El Evangeliario fue llevado<br />

al altar mientras algunos danzantes aborígenes<br />

bailaban, ataviados con faldas de<br />

paja, bajo el palco, un escenario de<br />

30x40 metros rematado con una paloma,<br />

símbolo del Espíritu Santo, la persona<br />

divina que ha sido el hilo conductor<br />

de esta Jornada Mundial.<br />

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