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Recursos humanos para el Decenio / 265
sos no aceptadas por las comunidades, debido a resistencias derivadas de
hábitos y costumbres profundamente enraizados en las tradiciones y culturas
predominantes. Según se ha comprobado, en la medida que tales
pautas se presenten como una imposición respecto a la cual la comunidad
solo es receptora pasiva, difícilmente se logre un resultado distinto (38).
En atención a ello, ya la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Agua, en el Plan de Acción para el abastecimiento de agua a la comunidad,
consideró como una medida prioritaria lograr que las comunidades
se interesen y participen en todas las fases del programa que las comprenda
(39). En correspondencia con ello, la estrategia del Decenio hace de la
participación comunitaria un aspecto esencial (40).
Ahora bien, lograr la participación comunitaria supone la ejecución de
proyectos experimentales que exploren la forma en que es posible una eficaz
tarea de promoción para lograr que la comunidad pueda investigar
sus propias necesidades y posibilidades de acción y también la aplicación
de los resultados en programas concretos que movilicen los recursos de la
comunidad, los armonicen con la asistencia externa y logren una diferencia
rápida y visible en los servicios de que se dispone; supone además,
promover el trabajo voluntario y tratar de solucionar los problemas de los
grupos o zonas desatendidas que experimentan dificultades para obtener
servicios (41). Pero todo ello requiere ampliar y adaptar la capacidad de
formación, haciendo hincapié en los paraprofesionales y en los trabajadores
sobre el terreno-sobre la base de las necesidades comunitarias y prestando
atención a las pautas culturales existentes. Asimismo, exige una sistematización
en la divulgación de materiales probados y la preparación,
conjuntamente con las comunidades y con educadores y técnicos, de tales
materiales de formación y educación (42).
Para atender tal exigencia, la Región no está preparada. Ello resulta
evidente, al comprobar que un conocedor de la situación que se presenta
en las áreas rurales entiende que "es penoso observar que los planes, los
institutos, los instructores y los materiales que existen para enfrentar este
problema a una escala apropiada aun a los modestos programas actuales,
son desastrosamente inadecuados" (43).
Tales condiciones sitúan la problemática en un nivel distinto al que
pueden considerarse los aspectos particulares de una empresa determinada.
Por sus características particulares, para muchos países de la Región,
la aplicación de medidas supone una importante movilización de recursos.
En atención a ello, teniendo en cuenta las posibilidades de complementación
y el hecho de que el enorme esfuerzo que debe realizarse durante
el Decenio no permite un mínimo desaprovechamiento de posibili-