cursos humanos para el (cenio Internacional del Agua ... - PAHO/WHO

268 / Educación médica y salud * Vol. 16, No. 3 (1982)
las falencias actuales como la posibilidad de lograr éxito con las acciones
del Decenio dependen de las soluciones que logren encontrarse en tal sentido.
Cada uno de los aspectos comentados merece un tratamiento mucho
más extenso y minucioso; por fortuna, son cada vez más los especialistas
que se abocan a tan necesaria actividad y cada vez más los países en donde
sus recomendaciones son traducidas en planes de acción concretos.
Sin embargo, la magnitud de la tarea que exige el Decenio y el margen
de tiempo de que se dispone para cumplirla no nos permite quedarnos satisfechos
con el ritmo con que se van produciendo tales hechos. Para que
todos los países de la Región puedan cumplir las metas previstas la dinámica
sectorial debe acelerarse y, para ello, la solución para el problema de
recursos humanos debe lograrse muy rápidamente. La conyuntura es favorable.
En el plano internacional los organismos de ayuda para el desarrollo
están comprometidos en multiplicar su asistencia en todo lo que
hace a saneamiento básico. En el plano nacional, el hecho de que desde el
sector hayamos logrado que los Gobiernos asuman el compromiso de llevar
adelante el Decenio, brinda también un marco favorable.
No obstante, debemos tener presente que la importante contribución
externa que puede lograrse no evita que, en términos generales, el principal
esfuerzo deba realizarlo cada país y que, en cada uno de ellos, somos
los que participamos en el sector los que tenemos que asumirlo. Debemos,
asimismo, tomar conciencia de que el compromiso gubernamental no es
más que un paso inicial, que requiere ser reforzado por un cambio sustancial
en la forma en que nuestros organismos operan. Si bien es cierto que
los niveles políticos deben reconocer el hecho de que la problemática que
se enfrenta exige una atención y apoyo mucho mayor que los que ha recibido
hasta ahora, es también necesario que la eficiencia con que utilizamos
los recursos de que disponemos sea incrementada considerablemente.
De ambos aspectos depende que aquel compromiso no se limite a ser
una nueva declaración de principios, sin traducción en hechos concretos.
Como se ha señalado, las instituciones del sector deben ser dotadas de
una capacidad de gestión considerablemente mayor a la que tradicionalmente
han mantenido. Para ello es requisito que, a través de una clara
autocrítica sobre la forma en que hemos podido llevar adelante la responsabilidad
que nos cupo en el desarrollo experimentado por el sector, podamos
corregir aquellas actitudes que no son conducentes al logro de los objetivos
del Decenio. A ese respecto, debemos tener en cuenta que las empresas
de saneamiento básico son unidades productivas, y que en tal
sentido, son de aplicación todos los principios desarrollados por la teoría
administrativa. Como unidades productivas, es posible lograr los progre-