Madrid 19680305 - Home. Fundación Diario Madrid

MAÑANA, NUEVA CUMBRE COMUNISTA
CBISIS EN US
REUCIONES
MOSCU-BUCAREST
Es atrevido sentar afirmaciones
absolutas sobre la
conferencia de Budapest, celebrada
a puerta cerrada, y
ligereza infantil deducir de
las informaciones filtradas a
través de los numerosos enviados
especiales de Occidente
que el peligro comunista
se va desvaneciendo.
Más lógico parece interpretar
la división registrada como
una prueba de que los
Gobiernos comunistas y los
partidos extranjeros de idéntica
ideología ya no se sienten
amenazados por el bloque
adversario, que ha perdido
vigor, y por eso se permiten
el lujo de exhibir diferencias
que desaparecerían
automáticamente si vieran
en riesgo lo que ya han conseguido
en el poder. No hay
cisma ideológico, sino divergencias
entre los dirigentes
de las distintas naciones sobre
la aplicación del marxismo
y la manera de extender
su doctrina a otros pueblos,
aspiración a la que no han
renunciado nunca.
De los catorce Estados con
régimen comunista, sólo seis
í'.—Alemania del Este, Bulgaria,
Hungría, Checoslovaquia,
Polonia y la lejana
Mongolia exterior—e s t án
aún bajo la disciplina rusa
y aceptan—aunque con diferencias
de matiz—las normas
del Kremlin. Los derruís
tienen "ideas propias"
sobre las relaciones con las
potencias occidentales y con
China roja. Rumania, en la
estela de Yugoslavia, se retiró
de la reunión de Bucarest
con escándalo y desconcierto
de las Delegaciones-
de los partidos que actúan
legalmente o clandestinamente
en el Extranjero y
que son los "malditos" de
estos cónclaves, donde tienen
el papel desairado de comparsas.
Porque también entre
ellos falta coordinación
y coincidencia de criterios,
como se confirma por las
diferencias que distancian a
los grupos comunistas de Venezuela
y otros países de
América de las tácticas castristas.
Como esta reunión
de Bucarest era sólo la preparación
de la que desea
Moscú en la capital soviética,
se puede dar por casi
seguro que tendrá lugar antes
de fin de año y que en
ella serán pocos—siete a lo
sumo—los partidos estatales
que acudan, más los coristas,que
nunca desdeñan una
invitación para dar señales
de existencia.
Uno de los miembros del
grupo rumano que estaba en
Budapest dijo a Jacques
Guillemé-Brulon, enviado especial
de "Le Fígaro", que
ni en "Moscú ni en Sofía"
se dejarían insultar. Porque
para mañana, día 6 de marzo,
está prevista otra reunión
en la capital de Bulgaria,
dentro del marco del Pacto
de Varsovia, en la que seguramente,
por su interés
militar, no faltarán observadores
rumanos, que se sienten
apoyados por su partido.
El portazo que han da­
do en Budapest ha merecido
el placet de Ceaucescu.
Puede que esta rutinaria
conferencia de los aliados
comunistas tenga consecuencias
trascendentes si, como
se dice, Moscú no ha encajado
plácidamente la rebeldía
rumana, pues teme que
el ejemplo se contagie a
otros satélites, como Checoslovaquia,
que también se
siente tentada a mejorar relaciones
con Alemania occidental.
Y ya se especula sobre
cuáles serán las medidas
"profilácticas" que propondrá
el Kremlin contra Rumania
para devolverla al redil
moscovita.
Es cierto que Rumania,
por la riqueza natural de su
agro y recursos petrolíferos,
puede resistir con eficacia
cierto tipo de presiones económicas
en el debilitado
C. O. M. E. C. O. M. Pero
geográficamente es muy vulnerable,
porque está materialmente
rodeada por Estados
comunistas sumisos a
la U. R. S. S., menos por la
frontera con Yugoslavia. Y
como, además, el Gobierno
rumano tiene la pretensión
de recuperar la Besarabia,
que se anexionó la U.R.S.S.
al firml de la segunda guerra
mundial, es natural que
en las relaciones entre Rusia
y Rumania no sólo cuenten
las distintas interpretaciones
de las teorías marxistas, sino
un germen nacionalista que
florece a la primera oportunidad
y que obliga a los rusos
a pensar en medidas que
restablezcan la obediencia de
un país que tienen al alcance
de la mano y que se atreve
a reivindicar territorios
que hoy forman parte de la
ü. R. S. S.
No está fijada aún la fecha
de esa reunión de Moscú
que Rusia patrocina, pero
por lo sucedido en Budapest
se puede vaticinar que
no estará muy concurrida.
Los invitados que comparezcan
no podrán influir en su
desarrollo, porque serán Delegaciones
que no están respaldadas
por Gobiernos en
el Poder. Y porque el verdadero
objetivo—la excomunión
de Mao Tsetung—no
encontrará clima propicio.
Pekín no se anda por las ramas
al enjuiciar las iniciativas
rusas. En esta reunión
reciente de Budapest se recibió
un mensaje telefónico
en el que se establecía la
posición del partido comunista
chino: "No tenemos la
intención de entrar en relación
alguna con una conferencia
negra de contrarrevolucionarios,
renegados y traidores."
Para la de Moscú
tendrá preparado un mensaje
similar. Pero, como decíamos
al principio, de este cisma
no se pueden sacar consecuencias
desenfo cadas.
Basta mirar a Vietnam para
comprobar que todos los comunistas—por
distantes que
se sientan unos de otros—
están unidos en la necesidad
de apoyar materialmente a
Ho Chi Minh contra Estados
Unidos.—/. S. R.
H4Pmp >; MARTES. S B& MARZO DB 1968 >: PAOQiA 10
RUMANIA propugna la disolución
de los Pactos militares europeos
BONN. (De nuestro colaborador-corresponsal.)—Sin
tiempo para que se borre el
mal recuerdo de la Conferencia cunsultiva del
comunismo internacional de Budapest, los
países miembros del Pacto militar de Varsovia
darán comienzo mañana, miércoles, a los
trabajos de la Conferencia cumbre de Sofía,
preparada con bastante urgencia por aquellos
aliados que siguen siendo defensores de
la intolerancia. Asistirán a ella los jefes de
partido y Gobierno de la Unión Soviética,
Polonia, Alemania oriental, Checoslovaquia,
Hungría, Rumania y Bulgaria, para tratar
problemas generales que, según el programa,
afectan a la seguridad europea. Tratado de no
proliferación de armas atómicas y mantenimiento
de la integridad del Pacto militar
oriental.
"Desunión" y "discrepancia"
Entre bastidores cree saberse que la gran
precipitación con que fue convocada la Conferencia
cumbre obedece a la necesidad de
aclarar posiciones y criterios que en la pasada
"pequeña cumbre" de Praga, reunida a finales
de febrero, se demostraron enormemente
contradictorios. Desde esta "pequeña
cumbre" a la reunión de mañana en Sofía,
pasando por las consultas de Hungría, se han
barajado hasta la saciedad conceptos
como "desunión" y "discrepancia"
—amén de sus múltiples sinónimos—para determinar
la actual situación en el bloque so­
cialista europeo. No hay, por ahora, ningún
mdicio que permita prescindir de ellos al
tratar de enfocar el encuentro de mañana;
más bien al contrario.
Por primera vez en la historia del conglomerado
comunista europeo, los órganos de
Prensa de países como Checoslovaquia y Rumania
exponen abiertamente sus dudas sobre
el éxito de cualquier cumbre o concilio, reunión
o encuentro, si antes no son aceptadas
por todos los países las premisas de lo que se
llama en Praga y Bucarest "democratización
socialista". Porque no fueron aceptadas en
Budapest, Rumania hizo mutis por el foro y
Checoslovaquia se mantuvo fiel a regañadientes.
Excesivas alusiones
Quizá son excesivas las ilusiones que el Oc
cidente europeo se hace de estos altercados
comunistas, cc«no consuelo de su propio mal,
y es probable que los observadores de nuestro
"Continente libre" calculen demasiado a
la ligera las repercusiones que han de tener
para el futuro de Europa. En medio de tanta
inseguridad hay algo cierto: a Moscú le están
poniendo algunos de sus aliados las peras a
cuarto.
Habrá incidentes
Antes de que los altos dignatarios comunistas
se reúnan en Sofía, se sabe que Ru­
mania propugna la disolución de los Pactos
militares europeos y la retirada de todas las
tropas extranjeras, y que Checoslovaquia, remozada
y emprendedora, aboga por fórmulas
más amplias y liberales hacia la implantación
de un sistema colectivo de seguridad europea.
Necesariamente habrá serios roces entre
estas posturas y la cerrazón tradicional de
Polonia, Moscú y Berlín oriental, el "recogepelotas"
del bloque. Por estos barrios de la
Europa central no se considera probable que
Rumania vuelva mañana a sus andadas y organice
el segundo desplante, a pesar de que
la población se ha lanzado estos días pasados
a la calle para apoyar la rebeldía de sus
dirigentes. Lo que sí se espera es que Checoslovaquia
se encargue de la segunda sesión.
En Praga, tanto o más que en Bucarest, la
oposición que presentan amplios círculos de
opinión pública contra el férreo dictado del
Kremlin es manifiesta. En Checoslovaquia se
comienza a gozar estos días el inenarrable
placer de una nueva libertad: la de expresión.
Los dirigentes comunistas de este país
han decidido—según se desprende de informes
fidedignos—suavizar la censura de Prensa,
dejando al criterio de editores y redactores el
peso de la responsabilidad. En la Prensa de
Praga han dicho los nuevos "demócratas":
"Habrá lucha. Nos encontramos al principio.
no al final. La opresión ha hecho imposible
hasta ahora la corrección de los errores. Nn
será fácil, pero hay que acabar con el culto
a la personalidad y con el inmovilismo de los
viejos métodos e ideas".—PEDRO MUÑOZ.
BRUSELAS m Pese a la crisis, se excluyen,
por ahora, las reformas de la estructura unitaria
BRUSELAS. {0« nuestro enviado
especial, por "telex".)—
La primavera se anuncia bajo
el signo doctoral en Bélgica, El
31 de marzo flamencos y valones
acudirán a las urnas para
elegir un Parlamento con poderes
constituyentes, aunque limitados,
en cuanto a su capacidad
de reforma, a determinados
artículos de la actual Constitución.
Quiere decirse con esto
que la revisión constitucional
excluye en lo inmediato la
sustitución de las estructuras
unitarias del país por airas federales
que ciertos sectores extremistas
preconizan.
CLARA DIVISIÓN
El rasgo saliente de estas elecciones
es que van a celebrarse
en un ambiente de clara división
entre las dos grandes comunidades
lingüísticas del país,
que ha provocado asimismo la
escisión en el seno de los principales
partidos políticos. La división
es sobre todo clara en
el partido socialcristiano, que
es la principal victima (sus adversarios
dicen también él prin- .
cipal responsable) del clima
apasionado que predomina en
Bélgica. Pero la separación entre
los dos sectores nacionales
se manifiesta igualmente, aunque
se perciba menos, en el cam>po
socialista... En el fondo, el
único de los grandes grupos
políticos que conserva una relativa
unidad es el partido por
la libertad y el progreso (ex
partido liberal), cuyo presidente
nacional, el senador por Lovaina
y ex ministro señor Vanaudenhove,
propone a los otros
partidos de carácter nacional
nn "pacto lingüístico" con una
duración de doce años; es decir,
un acuerdo provisional que
sea en cierto modo un armisticio
y que pennita ir reeolvlendo
el problema por sucesivas etapas.
En cuanto a las cuestiones
institucionales, el líder del
P. L. P. opina que pueden encontrar
un cauce sin recurrir a
fórmulas federalistas, tan peligrosas
para una naíción integrada
por dos grai^es comunidades
que pudieran sentirse atraídas
cada cual i>or ti Estado vecino
(Francia y Países Bajos),
con el que tienen en común el
idioma. El señor Vanaudenhore
cree necesario reemplazar d
centralismo actual por una. descentralización
económica y administrativa,
al nivel de las provincias
y de los Municipios^ Esta
reforma bastaría, según él,
para poner remedio a muchos
de los problemas planteados.
LOS PROBLEMAS
LINGÜÍSTICOS
La división d«l partido socialcristiano
es clara por lo que atañe
a las dos garandes regiones
del mapa lingüístico. Pero, además
de esas dos cuasi mitades
eran francófonas, pero también
actualmente por la aspiración
de los bruselenses a ver su ciudad
convertida en capital europea.
No obstante, en las afueras
de la urbe comienza la zona
flamenca, donde, de acuerdo
con la división del país en
regiones lingüísticas, el neerlandés
se impone como idioma oficial.
Esto se traduce a veces en
anécdotas tan curiosas como la
del pueUecito de Beuval, donde
más de la mitad de cuyos vecinos,
que son francófonos, no
pueden oír misa en la iglesia
porqae allí—de acuerdo con la
legislación vigente y las instrucciones
del Episcopado—la dicen
únicamente en neerlandés, en
vista de lo cual un sacerdote
Talón cdebra una misa cada
domingo ai aire Ubre. Las misas
"a la antigua", en latín,
habían sobajado este problema.
.var las indicaciones en francés
y otros idiomas.
El primer ministro del Gobierno
dimitido y líder socialcristiano,
señor Vanden Boyenants,
ha tomado la decisión
de presentarse a las elecciones
por la circunscripción de Bruselas,
encabezando una lista bilingüe
de candidatos. Asi va a
hacerlo, pese a la resuelta oposición
del sector francófono de
su partido y sin que esto signifique
tampoco que acudirá al
escrutinio con etiqueta flamenca.
No se trata de una lista de
candidatos socialcristianos d e
este o el otro bando, sino de
"una lista V. D. B.", como ya
la llaman los periódicos y la
gente, basándose en las iniciales
del nombre de su promotor. Figuran
en ella, al lado de los
flamencos de Bruselas, personalidades
francófonas de relieve,
como el señor Struye, hasta
ahora presidente del Senado.
ALGUNOS LÍDERES PROPONEN
UN «PACTO LINGÜÍSTICO»
hay una zona intermedia, que
es la de la aglomeración de
Bruselas. Sector éste donde los
problemas pierden su fnerza radical,
pero son todavía más
complejos, ya que la interpenetración
de las dos comunidades
lingüísticas crea nuevos matices.
La capital de Bélgica se halla
rodeada de territorios que lingüísticamente
son flamencos. A
pesar de lo cual el 10 por 100
de lot vecinos de Broselaa hablan
en francés o lo emplean
como primer idioma. El fenómeno
se explica por lo» «nachos
años durante lo» cnales
las esferas dirisen^o ^^ V''^
que ahora se agudiza a medida
que la guerra de los idiomas se
intensifica.
GUERRA DE IDIOMAS
Otro caso que suscitó discusiones
fue el del aeropuerto de Zaventhem,
que es el de Bruscas,
pero se halla en territorio flamenco.
De haberse aplicado estrictamente
las disposiciones legales,
como los extremistas fiamencM
pretendian, todos los
Ictrerot hubiesen tenido qne estar
etcritof en neeriandés. E hi-
>o faita que las autoridades invocaran
la categoría intemaciontí
del aeropuerto para conser-
El señor Vanden Boyenants,
que goza de gran popularidad y
que es hombre que suele saber
lo que hace, orienta su campaña
hacia un tipo de elector que
seria difícil encontrar fuera de
la capital, pero que quizá sea
mayoritario en Bruselas. En tal
sentido, la actitud del primer
ministro es una prueba de confianza
en el espíritu nacional de
sus conciudadanos. Pero el gesto
no está exento de riesgos.
¡Imagínense ustedes!, en un IAIIS
poblado por flamencos y valones,
lo que el señor Vanden Boyenants
solicita son los votos
de los belgas.
JUAN BELLVESEB