Madrid 19680305 - Home. Fundación Diario Madrid

nueva—
frontera
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siiiniiiiifiiiiiiiiiiiiniiinmiiiiiiiinih.
En 1960, Ut llegada de un hombre joven y tan inconfundiblemente
moderno como John F. Kennedy al primer puesto
político del mundo—la Presidencia americana^-, significó una
profunda conmoción no sólo en Norteamérica, sino en otros
muchos lugares del mundo. Los ideales de la democracia, del
progreso, de la libertad política se encarnaban en un nuevo
estilo que pocos años antes hubiera sido impensable. El nuevo
Presidente parecía aportar un dinamismo sustancial, adecuado
a las necesidades de una época que empezaba a resultar
mentalmente indigente. Con él, un grupo de intelectuales, de
políticos, de economistas', de hombres de Empresa, se lanzaba
desde las bases morales de la revolución americana animosamente
a la conquista de un futuro que había empezado
ya y en el que junto a los objetivos de las programaciones
técnica y económica que caracterizan a nuestra época se perseguían
unas finalidades morales, tratando de poner los logros
del Poder y del saber al servicio del hombre. Kennedy
y los suyos adoptaron como lema unas palabras que se habían
dicho alguna vez antes, pero que podían arrastrar tras
de sí a gentes desinteresadas y jóvenes: eran los hombres de
la "nueva frontera". Toda la Historia americana se entiende
como una marcha hacia el Oeste, cuyo más maduro fruto es
la actual importancia de California y toda la costa norteamericana
del Pacífico. La voz de Kennedy ofrecía a los americanos
una frontera nueva: los ideales del progreso para todos,
de la igualdad racial y de la libertad política para el
mundo entero.
Luego, tras la tragedia de Dallas y las actuales dificultades
bélicas en el exterior y raciales en el interior, la vida americana
atraviesa una nueva crisis. Es posible y deseable que
surja otra nueva frontera o alguna empresa colectiva equivalente.
No es una necesidad sólo americana, sino de todos
los pueblos. Del nuestro también. Nosotros creemos que en
España empieza a ser ya realidad esta orientación hacia el
futuro, sin complejos de inferioridad, presente en hombres de
las generaciones nuevas que se han formado con los ojos
abiertos liacia las realidades exteriores de la hora presente.
A esos hombres es a los que se propone prestar atención el
diarlo MADRID en esta serie de reportajes.
Cuando empezamos a publicar estos perfiles de españoles
todavía jóvenes, relativamente nuevos en la vida nacional,
pero que tienen tras de si ya una obra—intelectual y humana—hecha
o seriamente incoada, como decíamos entonces, la
amparábamos bajo el lema general de "Españoles de la nueva
conciencia". Esta afortunada fórmula había sido acuñada,
hace unos tres años, por nuestro último Naxial, el escritor y
novelista José María Sanjuán. Al aplicarla a las figuras que
MADRID recoge en su serie, rendíamos homenaje al animoso
estilo con que los hombres como Sanjuán y sus compañeros
del "movimiento de la nueva conciencia" estaban apareciendo
en los campos del pensamiento, de las letras, del arte,
de otras profesiones. Pero la selección de los nombres de esta
página del diario MADRID—en ningún caso exhaustiva, ni
siquiera la mejor de las posibles—no se inscribe, ciertamente,
en los límites biológicos de ninguna promoción concreta ni
en las actitudes o las filas de los que han adoptado para sí
el titulo de "nueva conciencia", como han manifestado en
algunas actuaciones públicas.
Entre las personas que aparecen reflejadas en esta sección
de MADRID liabfá algunas que, por definición propia o por
afinidad espiritual, pertenecen a la "nueva conciencia". Otras
evidentemente no: o son mayores y recogen necesariamente
una más dilatada experiencia personal, o están más situados,
desde un punto de vista sociológico, o han aparecido en nuestra
vida colectiva sin relación alguna con el movimiento iniotado
por José María Sanjuán.
No voy a repetir aquí los propósitos inspiradores de esta
serie de reportajes, explicados ya el 25 de enero en esta misma
página. Podría decirse, en lineas generales, que los hombres
que en ellos aparecen, como los americanos que acudieron
a la llamada de John F. Kennedy, quieren para su país
una "nueva frontera" y ponen sus ilusiones y su empeño en
que España camine hacia esa meta: la integración en la comunidad
atlántica y, en consecuencia, aparentemente paradójica,
la supresión de los fronteras con Europa.
MADRID no lo$ invita a str presentado» o a hablar oomo
representantes de ningún grupo, sino como personas individuales
que ya hoy son algo y que tienen, y seguirán teniendo
•mañana, una palabra que decir, merecedora de que la escuchen
otros.—A. F.
^9IMP"""'f°'^ -fi. Da.miB90 DS~1^8 >v FAGINA 7
PRIMERO FUE ABOGADO;
AHORA ES FINANCIERO;
MAÑANA, QUIZA, POLÍTICO
-"HniiniiniimHiuiuiHiiiiiiiimimiiiiiiiiiiiiiiiiiuiimimiiniiiiiniiuiiiiiiiiiiiiinnuniiiDuiiiiwimiiiniflMii^
«El PROBLEMA MAS GRAVE:
JOAOIIIN GARMGÜES
lograr unas bases mínimas de convivencia entre
los españoles en un régimen de máxima libertad»
iiiiiiiiiiiiniHiiiniiiiiiiiiiiiniiinminiinniiiiiiiiiniiiiiiiiiniíiiiiiiHuiiiiininiiimimniiniiiiniifiiiinniiniiiiiiiiinininmiiniiim
Lleva entre manos una considerable
y variada cantidad de
asuntos de importancia. Pero,
sobre todos, ahora tiene "encima
de la mesa", absorbiéndole
especialmente, las preocupaciones
inherentes a una enorme
Empresa: Autopistas, Concesionaria
Española, S. A. Quince
mil y pico millones de pesetas
de inversión en cinco años. Esta
cantidad hará posible el largo
tramo de aütorruta entre
Barcelona y La Junquera, y por
su magnitud, precisa la emisión
de bonos a escala internacional.
Joaquín Garrigues Walker no
está, sin embargo, volcado exclusivamente
en esta Empresa.
Lo suyo son las finanzas, y, por
lo tanto, su actividad se ramifica,
como es natural, en multitud
de Compañías.
Joaquín Garrigues no es, como
pxidria suponerse, la imagen
típica del maduro y enlutado
financiero al uso en la "city".
Nació el 30 de septiembre de
1933 en el Madrid republicano.
Su padre, don Antonio .Garrigues
y Diaz-Cañabate,' actual
embajador en el Vaticano y ex
embajador en Washington, era
ya por entonces un prestigioso,
aunque joven, abogado, que a
los veintiséis años desempeñó el
cargo político de director general
de los Registros del Notariado.
Su madre, Walker, era
americana, hija del ingeniero
jefe para España de la I. T. T.
americana cuando se montó la
Telefónica en nuestro país. Joaquín
Garrigues pasa los primeros
años de su infancia y la
guerra en Valenciai con su madre,
que fallecería en 1944, y
antes de terminar el conflicto
vuelve a Madrid para comenzar
en seguid» el Bachillerato, que
cursaría en el Colegio del Pilar.
Estudia Derecho en la Universidad
de Madrid. "Siempre
he sido un mal estudiante, o lo
que es todavía peor, una medianía.
Tanto en el Bachillerato
como en I» carrera me he limitado
a cumplir." Aprovecha dos
veranos para ir a Francia y
perfeccionar el idioma. Luego
cursaría cuarto y quinto de Derecho
en un solo año, para tener
un año disponible con objeto
de visitar el país de su madre,
y, efectivamente, termina
Derecho antes de lo previsto.
Expediente normal. Aunque vivió
la vida universitaria con alguna
intensidad. Hombre inquieto,
en los disturbios universitarios
de 1956 visitó dos veces la Dirección
General de Seguridad. Pue-
meses vuelve a España y entra
como abogado en J. & A. Garrigues
(su padre y su tío Joaquín),
que es una de las firmas
de abogados más importantes
de Europa. Excepcional escuela,
observatorio y yunque i>ara
un joven profesional deseoso de
lanzarse a grandes empresas.
Cerca de su padre y maeistro
trabajó, entre otros asuntos internacionales,
en la redacción
de los documentos para el primer
préstamo que, después de
la guerra, los grandes Bancos
americanos concedieron al Gobierno
español. Quizá estos primeros
contactos con el mundo
de las finanzas fueron decisivos
en el cambio de rumbo profesional
de Joaquín Garrigues, ya
que en 1962—a los veintiocho
años—, cuando su padre marcha
de embajador a Washington,
Joaquín Garrigues y su hermano
Antonio acuerdan un nuevo
plan de trabajo. Su hermano
continuará la tradición familiar
J. & A. Garrigues, y Joaquín
fundará una Empresa financiera.
Conviene un inciso importante.
En la biografía de Joaquín
Garrigues sale continuamente
BU familia en cada giro profesional.
Se dice que los Garrigues
componen un "clan" y que
uno de ellos no da un paso sin
el minucioso examen del resto
de la íBimilia.
"Si ser nna famUia unidísima
significa ser un "clan", sí; nosotros
lo somos. Creo, sin embargo,
que la palabra "clan" es
demasiado seria. Yo diría que
los Garrigues nos llevamos bien
en general, y ello hace que
"desde fuera" lo que hacemos
y lo que no hacemos se interprete
a veces como respondieMdo
a un plan familiar preconcebido.
Pero, aparte de que nuestras
acciones y omisiones tienen,
si es que alguna, muy poca
resonancia, a mí me parece que
hablar de "clan" familiar en
nuestro caso no corresponde a
la realidad."
(Los Garrigues "mayores",
además de su padre, son Joaquín,
catedrático de Mercantil;
Mariano, arquitecto; José Luis,
ingeniero agrónomo, y Emilio,
embajador de España.)
Joaquín Garrigues Walker es
el hermano mayor de una familia
numerosa: cuatro hermanas,
una casada con un norteamericano,
y tres monjas de las
Irlandesas, y un abc^ado y dos
economistas. El se casó en 1961
con Mercedes de Areilza y Chu-
"EN LA MEDIDA QUE LAS
GENERACIONES DE LA GUE­
RRA Y LA POSGUERRA SE
ENTIENDAN Y RESPETEN, ES
DECIR, SE ACEPTEN, EL RE­
LEVO SERA MAS ESTABLE"
ron los primeros disturbios universitarios
"de una generación
de españoles ajenos a la guerra
civil".
GIBO PROFESIONAL
Con su título de licenciado
llega a los Estados Unidos y entra
en The Chase Manhattan
Bank, el segundo Banco privado
del mundo. Allí trabaja y aprende;
redondea su formación durante
año y medio en contacto
directo con el mundo de las finanzas.
Por su fámula, tiene
contacto con los Kennedy y con
los Rockefeller (recientemente
un hermano suyo se ha casado
con una sobrina de este magnate
mundial). Tras dieciocho
rruca, y tiene cuatro niños, de
cinco, cuatro, tres años, y el pequeño,
de unos meses. Joaquín
Garrigues vive en Aravaca. Viene
todos los días a Madrid y
suele almorzar aquí, por compromisos
profesionales. Vuelve a
casa sobre las nueve de la noche.
Joaquín Garrigues prac tica
varios deportes. Todavía el año
pasado se partió ima pierna Jugando
al fútbol. Hace unos afios.
durante el Bachillerato, formó
un equipo de hockey «oBre patines
con su hermano Anltmlo,
y quedaron campeones de España.
"Entre semana no puedo dedicar
mucho tiempo a la fami­
lia. Pero llevo casi a rajatabla
la jornada de cinco días. Los
sábados me quedo en Aravaca,
salvo excepciones contadisimas.
Soy un poco de los que el sexto
dia de la semana podría decir
aquello de "cuéntame la quiebra
el lunes." En esto, como en
otras cosas, Joaquín Garrigues
es bastante anglosajón. Quizá lo
lleve en la sangre, quizá por su
convivencia y continuos contactos
con el mundo americano.
"REVOLUCIÓN",
NI VIOLENTA
NI DESTRUCTIVA
Los fines de semana Joaquín
Garrigues los dedica a la lectura,
al deporte y a la familia.
"Supongo que se dicen estas
cosas cuando uno se queda en
casa descansando..." Lee todo
lo que cae en sus manos: periódicos,
revistas, libros, y ahora
está preparando un ensayo sobre
un tema de actualidad en la
vida económica que "si el tiempo
no lo impide" publicará a
mediados de este año.
Pero habíamos quedado en
que Joaquín Garrigues, en 1962,
es decir, a los veintiocho años,
funda una Empresa financiera.
Dos años después, esta Empresa,
conjuntamente con The Chase
Manhattan Bank, constituye
uoa nueva entidad de inversioneg,.
de la que es n