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HABLA PARA "MADRr EL TENIENTE
GENERAL DON MANUEL DIEZ-ALEGRIA
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«EL EJERCITO NO PUEDE
EN UNA POIITIZACION
"ESTAMOS EN UK MO­
MENTO DE CAMBIO DE
LA DOCTRINA Y DE LA
MENTALIDAD MILITAR"
-- "EN VIÉTNAM SE VE OUE
DAVID NUNCA ESTA VEN­
CIDO DE ANTEMANO POR
GOLIAT"
«*•-.royectíón exterior en los países, y en consecuencia,
un mayor conocimiento mutuo.
—Otro de los pimtos de su conferencia: Re­
MAomo
;-: MARTES, 6 DE MARZO DK 1968 i-: PAGINA It
lación entre el Ejército y el desarrollo de un
país. ¿En qué forma se r^iza?
—Es indudable que las necesidades müitaj«s
influyen en el desarrollo de los pueblos. Tanto
en los países de desaroUo medio o menor como
en las más adelantadas potencias, la influencia
e^ por lo emnán impingante, y en casos, enorme.
La expltcaelóñ es minuciosa y comiriieada, si Men
el mundo está lleno de casos actnaJes en los
que la relación se ve de un modo pa^Me. AIM-,
ra bi^ii: me acojo a im argumente bastante co-
BodUlo y nMiy ejemplar. Es evidente que la energía
nuclear, de origen puramente nüUtar, tiene
y ha de tener an papel mucho más importante
en el desarrollo pacífico de los pneHoS.
TIETNAM: UNA GUERRA COMPLICADA
—¿Puede decirse que hay un desconocintlento
general entre Ejército y sociedad?
—Es cierto que suele darse de hecho un aislamiento
producido por la iguOTancia. En consecuencia,
existe una incomprensión mutua. Por la
que a España respecta, este Centro (CESEDEN)
precisamente tiene una justificación en el sentido
de que quiere acabar con ello. Aquí reina un
espíritu que se traduce en cursos y en programas
que tienen un alcance oficial de Defensa nacional
y que, bajo este fin superior, lo que tratan es de
acercar a todos los estamentos militares y no militares.
—¿Qué es la Defensa nacional?
—Es ante todo una actividad jxditica y social
generales, de las que una parte, y tal vez ne» la
más importante; es la militar. Ahora bien, ne
se- trata de un concepta puramente militar. Esa
sí, raMitarmente, la Defensa nacional equivale a disnasite.
La disuasión basada en una fuerza s»i\eiente
para vivir en orden y en paz; no un Ejército
rigurosamente ofensivo, sino defensivo. Un Ejércitos
come ya he ^cho antes, reducido a la fuerza y
a les servicios exclosivamente necesarios, pao rigurosamente
preparados. Al mismo tiempo; cen
una capacidad de resorte para mevAisar y poner
en actuación, en un momento dado, un grueso número
de fuerzas y unidades. A pesar de eUo, este
moderno Ejército pn^ugnado es muy caro. Lo que
hay que hacer es emplear el dinero le más c»rrecta
y ordenadamente posible.
—¿Es usted partidario, por tanto, de la reducción
del servicio milrta¡r?
—La duración dd servicio militar es un problema
slmplnuente técnico. Si una nación necesita
un determinado número ' dé unidades, ese
mismo número impondrá el tiempo que diM