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cionante<br />
BILBAO. (Crónica telefónica de nuestro crítico taurino.)—Todas las<br />
esperanzas cifradas en torno a ta feria de .Bilbao quedaron fallidas ayer<br />
después de la octava y última corrida, celebrada en el coso de Vista<br />
Alegre. Hemos visto en ella toros con romana. Pero como el factor<br />
de los kilos no constituye por sí solo la importantísima característica<br />
del trapío en las rases bravas, resulta que este inmejorable público<br />
vizcaíno, que pone todas sus ilusiones en el animal grande "ande o no<br />
ande", se ha quedado sólo en lá antesala del toro auténtico, al exigir<br />
la garantía de las arrobas para los encierros que trajo a su privilegiada<br />
semana de agosto. Y así. Ja feria ha sido un desfile indefinidq de toros<br />
puestos en cuanto a báscula se refiere, pero no—hablo en términos<br />
generales, ya que me refiero a ocho corridas diferentes—eñ cuanto a<br />
todas esas circunstancias zootécnicas que deben coincidir en el toro<br />
de lidia y que integran eso tan sutil que llamamos trapío.<br />
Ya sabemos que la corrida de ayer, de<br />
don Manuel de Assuncao Coimbra, de Ribafejo<br />
(Portugal), arrojó una vez más el peso<br />
apeticldo con los 533, 484, 478, 487, 508 y<br />
^ kilos de sus seis toros. Pero ccano después<br />
diera un juego duro y difícil a lo<br />
ta.^0 de la lidia—las cabezas eran todas<br />
pavorosas—el público comprobó cómo las<br />
extremadas ilusiones puestas en ésta feria<br />
de gracia del año 1970 se le escapaban rápidamente<br />
de las manos, sin otro aliciente<br />
apenas que el de haber visto el sábado<br />
último la confrontación en él ruedo del<br />
núura de 70l kilos con el número uno de<br />
la torería de hoy—salvamos por si acaso<br />
a Ordóñez—, Paco Camino de nombre.<br />
JOSÉ FUENTES<br />
Como no podía ser menc« en esta interminable<br />
' serie de sustituciones, la última<br />
eorrida registró la suya con la actuación<br />
de José Puentes en el puesto anunciado<br />
para el mexicano Manolo Martínez. Con el<br />
yramo del Pipo hicieron el pásenlo Manolo<br />
etortés y José Luis Parada. La lidia normal<br />
m encontró reforzada con el rejoneo vistoso<br />
y atractivo de don Alvaro pomecq.<br />
A Pepe Puentes le correspondió el toro<br />
más franco y noble de loa seis de Cotmbra;<br />
pero como siempre o, casi siempre en estos<br />
últimas temporadas, tan distante, ¡ay!,<br />
cte los primeros tiempos de su profesión,<br />
ú torero de Linares nos cansó y lutsta. casi<br />
nos abrumó con un toreo vulgar y etaariente,<br />
a base de series y más series, todas sin<br />
giácia, de pases con la derecha y pases<br />
«m la Izquierda. El portugués acudió a la<br />
muleta con codicia, aunque al final punteara<br />
más de la cuenta. T crano Puentes<br />
persistiera en sus tandas de redondos, rematados<br />
con tres manoletinas y un abaniqueo<br />
antes de cuadrar el toro, la gente<br />
te premió la buena voluntad con una benevolencia<br />
que ciertamente no merecía la<br />
toena; larga, sí, pero escasa de clase. Pepe<br />
mató de una buena estocada y dos des<br />
BILBAO: Terminó la feria<br />
cabellos, daitílo la vuelta al anillo. En el<br />
cuarto de la tarde, que no tenía las óptimas<br />
condiciones del toro anterior. Puentes<br />
nos demostró los recursos de su inagotable<br />
muleta, presentada nuevamente en<br />
diagonal ante la cara del bicho, al que<br />
mató de dos pinchazos y ¡nada menos!<br />
que once descabellos. Escuchó pitos.<br />
MANOLO CORTES<br />
Manuel Cortés no refrendó en absoluto<br />
su actuación de la tercera corrida, porque<br />
no pudo con ninguno de los dos toros de<br />
Ribatejo que le correspondieron en suerte.<br />
El primero—¡oh, recuerdo de la cogida del<br />
pobre Lozano!—saltó ai callejón, sembrando<br />
el pánico en cuantos se encontraban<br />
en él. y aunque el gitano—no sabemos por<br />
qué—ío brindé al público, tan bellas esperanzas<br />
quedaron en nada después que<br />
el de Gines trasteó a su enemigo con pases<br />
exxskisivamente por la derecha. A toro<br />
sin cuadrar y sin pasar la frontera del<br />
acero, Manolo mató al portugués de dos<br />
pinchazos, media esto^ico había cundido<br />
también en su cuadrilla desde el tercio de<br />
varas y la lidia constltí^ó entonces y después<br />
una capea más que regular, de la<br />
que únicamente se salvó el mata,dor, con<br />
unos rnachetazos de castigo que pusieron<br />
cierta serenidad aX final de la faena. Matando,<br />
el gitano no mejoró su fallo anterior,<br />
pues precisó de tres viajes con el<br />
acero y otros tantos descabellos para rematar<br />
al bicho. No obstante, saludó desde<br />
el tercio.<br />
JÓSE LUIS PARADA<br />
José Luis Parada fue el único diestro de<br />
la terna que con cierto aseo y sobre todo<br />
con cierta lidia, se ajustó con el que cerró<br />
plaza: un toro que habiendo causado también<br />
de salida el miedo cerval en la cuadrilla<br />
del sanluqueño, encontró después en<br />
Final rutinario<br />
Sólo Alvaro Domécq y losé Luís Parada<br />
brillaron en momentos fugaces<br />
Por JULIO DE URRÜTIA<br />
los banderilleros Navarro y Arenas su justa<br />
réplica a la hora de los rehiletes. Los<br />
peones demostraron, pues, a José Luis en<br />
el segundo tercio que el hasta entonces<br />
marrajo encajaba bien las suertes diversas,<br />
y así el mozo le paró de seguido los<br />
pies con dos tandas de pases en redondo y<br />
una más de naturales que fueron lo mejor<br />
de toda la tarde. La función y la feria,<br />
por tanto, con la luz eléctrica encendida<br />
en los focos del graderlo, estaban a<br />
punto de concluir cuando de nuevo comenzó<br />
a sonar la música, acogida ahora con<br />
alegría por el público, a punto de desfilar<br />
definitivamente camino de sus hogares,<br />
después de una feria tan insoportable. Hubo<br />
entonces un momento de respiro y de<br />
ilusión en los aficionados. Y como el de<br />
Sanlúcar matara al lusitano de una buena<br />
estocada le fue reiteradamente pedida<br />
la oreja, que el presidente no concedió en<br />
atención a las desiguales circunstancias<br />
—pánico, prevención y, al fin, confianza<br />
del matador—en que se desenvolvió la lucha<br />
desigual. Parada dio así la vuelta al<br />
ruedo, desquitándose sobradamente del desvío<br />
que le mostró la gente al matar a su<br />
primero de dos estocadas tendenciosas y<br />
dos descabellos.<br />
ALVARO DOMECQ<br />
El mejor momento de la función, aparte<br />
de este fugaz paréntesis del torero gaditano,<br />
corrió a cargo de Alvaro Domecq,<br />
quien con un toro-novillo de la ganadería<br />
de su padre, registrada a nombre de Torrestrella",<br />
realizó ima magnífica exhibición<br />
de lo que es el rejoneo taurino. El toro, de<br />
una capa muy singular y mixta entre cárdeno,<br />
ensabanado y jabonero, fue a más a<br />
medida que transcurría la lidia y terminó<br />
con muchos pies el último tercio, hasta<br />
casi constituir \m ejemplar modelo para<br />
el toreo a caballo, Alvaro clavó al torrestrella<br />
tres impecables rejones de castigo,<br />
para seguir después con dos pares de banderillas<br />
a una mano, otro tercero magistral<br />
con ambas y uno más de las cortas<br />
que resultó también magnífico por su ejecución.<br />
Al no doblar el bravo novillo con<br />
los dos rejones de muerte, el hijo de don<br />
Alvaro echó pie a tierra y toteó al toro<br />
jerezano con el garbo, con la gracia y can<br />
la ¿láase—dos tijustáflíslmos molinetes del<br />
rejoneador fueron fuertemente aplaudidos—<br />
que para sí quisieran muchos espadas de<br />
alternativa. Mató de media en su sitio, casi<br />
en la suerte de recibir, porque la estocada<br />
la ejecutó al encuentro y sin citar<br />
al toro con el pie izquierdo, y tres descabellos.<br />
ES joven rejoneador dio, en fin, la<br />
vuelta al ruedo. ¡Enhorabuena!<br />
SÉPTIMA DE ABONO<br />
Miuras admirables<br />
de trapío<br />
y desiguales de juego<br />
# Ai de 701 kilos le cortó una oreja<br />
Paca Camino<br />
BILBAO. (Crónica t^efónica<br />
de nuestro orítico taurmo.) — El<br />
prestigioso don Eduardo mamdó el<br />
sábado a la plaza bilbaína el encierro,<br />
probablemente, más puesto<br />
de cuantos pastaron este aSó<br />
en el cortijo de Záíiaríclie. Sobre<br />
el papel, no podía pedirse más, ya<br />
que los seis miwas tuvieron preseiitación,<br />
lámina boitíta, defensas<br />
abundantes, hondura y cuajo<br />
de animales adultos y en general,<br />
trapío del bueno. El primero resultó,<br />
además, un toro de bandera,<br />
al que se dio la vuelta al<br />
ruedo, único galardón de esta especie<br />
otorgado hasta ahora en la .<br />
feria de Bilbao. El re^o, ínclnido<br />
el cuarto, cumplió más o menos<br />
justamente en los diversos tercios<br />
de la lidia, torciéndose lastúnosámente<br />
la radia en el quinto de<br />
ta tarde, que fue devuelto a los<br />
corrales por cojo, para ser sustituido<br />
por un maiíso de solemnidad,<br />
de don Antonio Martínez, de<br />
Tudelay poco menos qoe ilidiable.<br />
El sexto, fíifalineirf:e, ¡Dutilizado<br />
pm- la puya de IH» pcadw, quedó<br />
fuera de cmnbate a paitór del segundo<br />
tercio y fue cmtsa de que<br />
el fitt^ de la corrida transcurriera<br />
entre una brcmca general con el<br />
lanzmniento incivil, ya conoddo,<br />
de atanobadillas al ruedo. Los<br />
miaras lidiados pesaron en vivo<br />
558, 701, 62D, 560 y 585 kilos.<br />
El martínez tudela^o 494; es decir,<br />
207 menos exactamente qne<br />
d más gordo de lá ganadería titular.<br />
Este correspmidió a Francisco<br />
dañino. Coij él hicieron el<br />
paseSIo, a las cinco y media üa<br />
puBto de la tarde, ante un púbHco<br />
que casi llenaba por completo la<br />
plaza, Curro Girón y Ángel Teruel.<br />
Un toro de bandera<br />
El venezolano tuvo la grarf<br />
suerte de ver salir por la puerta<br />
de los sustos un toro guapo, de<br />
hocico fino, excelente cornamenta,<br />
cuello flexible, dorso ^lado,<br />
cola alta y pezuñas recogidas, qne,<br />
además, contaba coa una bravn-<br />
EN LAS WfNTAS Nuevo éxito de Gregorio<br />
Lalanda (dos orejas)<br />
Si a esa "gurantiza^ti!'<br />
afluencia turística se ttií« el<br />
interés que vienen, despertando<br />
las actuaciones de Gregorio<br />
Lalavéa, con los éxitos obtenidos<br />
en los dos domingos anteriores,<br />
será fácil deducir que<br />
el coso de las Ventas registrase<br />
ayer un auténtico llenazo, de<br />
corrida "grande". Al ya mencionado<br />
Gregorio Lalanda precedía<br />
en el cartel Vicente Punzón<br />
y Agustín Castellanos (El<br />
Puri). También figuraba el rejoneador<br />
portugués don José<br />
Maldonado. En los ctiiqueros,<br />
un novillo para rejones de El<br />
Pisarral y para lidia ordinaria<br />
cinéo toros lusitanos de los señores<br />
Herederos de don José<br />
Infante da Cámara y uno de<br />
Arellano y Gamero Cívico, corrido<br />
en último lugar,, en el<br />
puesto de otro animal desechado<br />
en el reconocimiento de la<br />
ya apuntada ganadería por-tuguesa.<br />
El encierro enviado por los<br />
Herederos de don José Infante<br />
da Cámara estuvo muy bien<br />
presentado, sin estridencias en<br />
sus defensas, siendo el corrido<br />
en tercer lugar quien mostró<br />
la cabeza más respetable. Hicieron<br />
una salida alegre, doblando<br />
bien, en los capotes y<br />
acudiendo sin remilgos a los<br />
eábállos. Fuen buena, en general,<br />
la lucha en varas. El primero<br />
y cuarto derribaron, a tos<br />
montados y en las tres ocasiones<br />
que lo hicieron (dos al primero<br />
y una al cuarto) fue más<br />
por fuerza de las reses que por<br />
debilidad de las monturas, pues<br />
levantaron a picador y cabatto.<br />
Sin embargo, llegaron al último<br />
tercio a la defensiva, con<br />
entreoía muy corta a la muleta,<br />
pidiendo auténtica lidia. El<br />
toro de AreUano y Oamero Cívico,<br />
por ét contrario, salió huído<br />
a las primeras citas con los<br />
capotes, pero llegó dóett a la<br />
Ciregorio Lalanda erarando a maxsec a su pnóoMir torOi<br />
(Foto Bi^Bioo.)<br />
muleta después de haber cumplido<br />
en la única vara que tomó,<br />
con un buen estilo y en la<br />
que el prim.ero le pegó ftterte.<br />
El novillo de El Pizarral para<br />
rejones fue francamente bueno.<br />
Peso de los toros de lidia ordinaria:<br />
509, 524, 468, 539, 506<br />
y 582 kilos-<br />
Gregorio Laíanda<br />
ratificó sus éxitos<br />
Tres actuaciones consecutivas<br />
éel nuevo doctor en tauromaquia<br />
y tres éxitos en la plaza<br />
madrileña. Evidentemente,<br />
Gregorio Lalanda está pisando<br />
fuerte en su labor. Ayer le cortó<br />
las orejas a su último toro<br />
tras una labor completa, merL<br />
toria y artística. Sin duda ha<br />
sido la vez que mds nos ha<br />
agradado este diestro.<br />
A su primer astado, le había<br />
toreado aseadamente, con buenos<br />
lances de capa; dos discretos<br />
pares de banderillas y una<br />
labor m-vleteril que comenzó<br />
con buenos doblones por bajo,<br />
pero qne quizá fueran insuficientes<br />
ante el genio mostrado<br />
por el enemigo. En algunos derechazos<br />
aguantó bien, pero<br />
desistió de emplear la izquierda.<br />
Un pinchazo, estocada y<br />
descabello pusieron fin a su<br />
labor y tuvo que saludar.<br />
Lalanda estaba con "ganas".<br />
Si m último astado tardó en<br />
entrar al capote de su matador,<br />
allí estaba Lalanda para<br />
buscarle y obligarse a tomar<br />
el percal en buenos lances.<br />
"Florido" se arranca de largo<br />
al piquero y el diestro pide él<br />
cambio. Los tres pares de banderillas<br />
fueron un portento de<br />
habilidad. Aguantó la fuerza<br />
del toro en su carrero y puso<br />
un par por él lado izquierdo y<br />
dos por él derecho, levantando<br />
los brazos en el encuentro y<br />
EL REJONEADOR PORTUGUÉS<br />
MALDONADO, VUELTA AL RUEDO<br />
clavando con fuerza. La aaación<br />
se dejó oír. Todo lo ejecutado<br />
con la muleta tuvo calidad,<br />
tanto los derechazos,<br />
bien rematados, como unos naturales<br />
largos, templando la<br />
embestida del toro. La plaza vibra<br />
cuando se adorna con el<br />
toro dominado, ün buen pinchazo<br />
y una gran estocada hacen<br />
doblar al animal, del que<br />
se conceden al diestro las dos<br />
orejas. Y, en volandas, se lo<br />
llevan por la puerta grande.<br />
Vicente Punzón,<br />
bien en su primero<br />
Nos gustó la labor de Punzón<br />
en su primero. No se amilanó<br />
cuando al abrirse de capa<br />
y salir comprometido, él afiladísimo<br />
pitón de "Clavero" le<br />
destrozó la taleguilla. Punzón<br />
aguantó muy bien en tres tañóos<br />
de derechazos y sus remates<br />
de pecho tuvieron mérito.<br />
Eh la única razón seria de naturales<br />
que suministró, él tercero<br />
y cuarto fueron francamente<br />
buenos. Había buena<br />
disposición en él público ante<br />
el valor del diestro. Entrando<br />
muy en corto, señala Un pinchazo<br />
y de la misma forma<br />
consigue la estocada, que asoma<br />
unos centímetros por encima<br />
del brazuelo. A la tercera<br />
acierta con el descabello, y es<br />
. aplaudido con fuerza. También<br />
pasó Punzón un mal momento<br />
en su segundo, cuando,<br />
al segundo lance de recibo, se<br />
escurrió, cayendo en la cara<br />
del enerriigo, qv.e habría de<br />
mostrar en toda la lidia no<br />
muy buenas intenciones... Punzón<br />
no le perdió la cara, aurbqiíe<br />
es fácü que hubiera sacado<br />
mayor partido de haber intentado<br />
torear por el lado izquierdo.<br />
También aquí necesitó de<br />
pinchazo, estocada y tres des<br />
cabellos para pasaportar a "Caralindo".<br />
El Puri, voluntarioso<br />
La bu.ena voluntad de Agustín<br />
Castellanos se puso de maiarga<br />
cambiada y ya, de pié,<br />
toreó por chicuelinas. Con dos<br />
tandas de derechazos inició la<br />
labor múleteril. Porfía con la<br />
izquierda, pero el toro se queda.<br />
Insiste, con ánimos de<br />
agradar, pero no tiene "material"<br />
propicio. Pincha antes de<br />
agarrar una casi entera. El toro<br />
se acuesta, pero comO lo levanta<br />
el puntillero, El Puri tiene<br />
que descabellar. Y es aplaudido,<br />
teniendo que saludar. En<br />
el otro de su lote. El Puri trastea<br />
brevemente. Con la zurda<br />
sufre dos coladas. "Reverso"<br />
está tardo en la embestida y<br />
El Puri se lo quita de en medio<br />
de cuatro feos pinchazos y media<br />
delantera, que no gustan a<br />
la concurrencia...<br />
Una vuelta para el<br />
rejoneador Maldonado<br />
Magnifica la eiJiüríción de<br />
montad que hizo don José Maldonado,<br />
así como la realización<br />
de las diversas stiertes del rejoneo.<br />
Tres rejones de castigo<br />
•a cual mejores; otros tres pares<br />
de banderillas, él último por<br />
los terrenos de adentro, para<br />
cerrar con nuevo par de las<br />
cortas prendido en lo alto. Falló<br />
en el primer rejón de muer.<br />
te, pero colocó otro en buen<br />
sitio. Y cuando él sobresaliente<br />
acabó con la vida de "Capuchino",<br />
un excélente novillo,<br />
de descabello al segundo intento,<br />
el caballero portugués<br />
dio la vuelta al ruedo entre él<br />
beneplácito general.<br />
Luis Herrero<br />
ra y una nobleza dignas del indultó<br />
de la vida. No lo toreó mal<br />
Curro Girón, esta es la verdad.<br />
Pero cuando vimos, tras los inevitables<br />
pares de rehiletes al<br />
cuarteo por el mismo lado, y después<br />
también del inevitable brindis,<br />
cómo "Azafrán", que así s«<br />
llamaba el miura, acudía uila y<br />
otra vez a la muleta nerviosálla y<br />
un poco abárullada del hermano<br />
de César, sin que la faena',<br />
más bien vulgar, trascendiera de<br />
manera emocionante- a los tendidos,<br />
todos nos acordamos de Paco<br />
Camino, que desde el bnria-<br />
•dero presenciaba la gran ocasión<br />
artística malograda.<br />
Girón mató de entera y dos<br />
descabellos cosechando, como de<br />
propina, la oreja de "Azafrán",<br />
que estaba llamado a ser desorejado<br />
por partida doble.<br />
Eií el cuarto de la tarde, el Venezolano<br />
no encontró la colaboración<br />
insuperable del toro airterior.<br />
En un eli^able deseo de redondear<br />
el éxito, alargó, además,<br />
la faena, sin conseguir otra cosa<br />
que dar la vuelta al anillo tras<br />
despachar a su enemigo, de pinchazo,<br />
media, estocada casi entera<br />
y dos golpes de verduguillo.<br />
David frente a Goliat<br />
El famoso miura de los 700 ki-<br />
IcM saltó a la arena mugiendo más<br />
de la cuenta, detalle este que lío<br />
gustó poco ni mucho a los entendidos<br />
en tauromaquia. Su nombre<br />
era el de "Campanito". Cuatro veees<br />
y con codfeia y empuje desiguales,<br />
entró "Campanito" a los<br />
caballos, encajando al primer envite<br />
ana gran puya, justamente<br />
aplaudida, del aragonés José Lausín.<br />
Ciertíunenté que este miara<br />
no era el anterior. Pero como Pa.<br />
co quisiera-deniostrar que él aceptó,<br />
coit pleno conocimiento de<br />
causa, y precisamente para Wlbao,<br />
el encierro sevillano, se fue<br />
decidido hacia "Campanito" para<br />
pegarle una gran serie de natiu^<br />
les—suaves, largos y mandones^—<br />
enfare otras de toreo en.redondo.<br />
El miura, que a pesar de su \t9der,<br />
se mostró flojo de remos en<br />
dos o tres ocasiones, comenzó a<br />
resabiarse, lo que no fue óWce<br />
para que el diestro de Camas volviera<br />
a los naturales, echando<br />
ahora hacia adelante la pierna<br />
, contraria y para que hiciera pasar<br />
maravill o s a m e rt te otra vez a<br />
"Campanito", de cabeza a rabo.<br />
Paco montó el acero para ixim.bar<br />
al miura de una certera y<br />
única estocada. Naturalmente que<br />
la oreja del miura pasó seguidamente<br />
de manera justa y natural,<br />
a manos de Camino, quién<br />
con el manso sustituto de dOa<br />
Antonio Martínez, y a petición<br />
del público, tiró a abreviar para<br />
agarrar otra entera que no precisó<br />
tampoco de complemento alguno<br />
con la cruceta de descabellar.<br />
Paco escuchó muchos aplaii.<br />
sos.<br />
Bailar con la más fea<br />
De todas ftMmas, fue a Teruel<br />
al que le tocó en la tarde<br />
bailar con la más fea^ porqué su<br />
lote estuvo ccnnpuesto por "Domito",<br />
un castaño de 620 kilos<br />
y tan generoso de defensas como<br />
sus otros hermanos, y pot "Jerezano",<br />
UB negro bragao que resultó<br />
a la postre, por la I^ón<br />
cobrada en la lidia, el garbanzo<br />
negro del encierro. Con "Dasmto"<br />
se equivocó de entrada el madrileño,<br />
porque si no fue d^no<br />
siquiera de que lo banderilleara<br />
personafanente en su cddad de<br />
maestro, tampoco lo era para qne<br />
lo sacara a los medie» en un alarde<br />
de liKÍmiento qae: no tenía justificación<br />
posible. Pronto, pe» el<br />
contrario, lo cerró Ángel en tablas<br />
par dar al miura, que acrecentaba<br />
visiblemente su tendeiriica<br />
a la mansedumbre, la única Udia<br />
impue^a por las circunstandas.<br />
Cuando, en fin, lo mató con ciertas<br />
precaudones de dos pinchar<br />
zos, una entera y descabello, hubo<br />
aplausos para el torero y abundantes<br />
pitos para el toro.<br />
Ya hemos didio que el inváHdo<br />
que cerró la corrida dio origen<br />
a un respetable escándalo.<br />
Ai^el pasaportó a "Jerezano"<br />
con aseo y brevedad, de estocada<br />
defectal^a^<br />
J. de U.<br />
iyXRID Jm MSQSm» DB-XS90 15