Festival Castell de Peralada

EL SAITO KINEN FESTIVAL DE JAPÓN reportaje
nente de la Philadelphia Orchestra. De
hecho la Saito Kinen es fundamentalmente
un conjunto que agrupa a verdaderos
solistas: entre sus miebros europeos
y americanos se encuentra un primer
flauta que lo ha sido del Festival de
Lucerna, el primer clarinete ocupa el
mismo puesto en la Saint Louis
Symphony Orchestra, el principal
encargado de los timpani lo es también
en la Filarmónica de Berlín y el primer
trompa tiene idéntica responsabilidad
en la Filarmónica Checa. El núcleo de
la formación, sin embargo, sigue siendo
nipón, pues los promotores del Festival
no sólo aprecian la música clásica de
Occidente sino también la musicalidad
de los ejecutantes japoneses.
En 2004 se construyó un nuevo teatro-auditorio,
el Matsumoto Performing
Arts Center, con una excelente acústica,
que supuso un coste de 14.500 millones
de yens (116 millones de euros). El festival,
que se celebra entre agosto y septiembre,
abunda en conciertos tanto en
dicho centro como en otros lugares
como el magnífico Harmony Hall,
donde se celebra todos los años el concierto
conmemorativo Toru Takemitsu
–con sus bellas connotaciones zen– para
honrar al gran compositor japonés, y el
Matsumoto Bunka Kaikan.
Desde el popular desfile de apertura
en que participan tanto los niños como
los adultos vestidos con trajes de abigarrados
colores, la ciudad bulle de una
actividad musical que se traduce en
cantos y bailes por las calles. La celebridad
de Ozawa aquí sería suficiente para
desmentir la frase de que nadie es profeta
en su tierra. Incluso su broma preferida
–“cuando yo digo algo en el teatro
todo el mundo se pone en actividad.
Lo hago fuera del teatro y no se mueve
nadie”– no responde a la realidad, pues
prácticamente en todos los escaparates
de la ciudad puede verse la imagen de
su característica mata de pelo gris, y
mientras los periodistas se disputan sus
entrevistas la gente en general acecha
cualquier oportunidad para sacarle una
fotografía. Ozawa es el héroe indiscutible
de la localidad y como su cumpleaños
coincide con el 1 de septiembre, en
que el festival está en todo su apogeo, la
ocasión se celebra festivamente tanto
por sus amigos como por el público.
Los espectadores son japoneses en su
mayoría y muchas señoras visten para la
ocasión sus ricos trajes tradicionales
(kimono, obi, sandalias negras y calcetines
blancos), pero no faltan tampoco
los visitantes de otros países, dispuestos
a gozar de los espléndidos paisajes que
rodean la ciudad, de los lujosos hoteles
construidos en el típico estilo japonés y
de la deliciosa cocina de los restaurantes
especializados.
El programa del festival resulta
impresionante. Los conciertos para
orquesta, normalmente con dos o tres
programas distintos, suelen tener un
contenido mixto o referirse ocasionalmente
a un tema monográfico, y así en
2003 los autores elegidos fueron
Bruckner y Martin, mientras en 2004 la
música de Bartók fue la única protagonista,
honor que correspondería en
2005 a Chaikovsky con Rostropovich y
a Gershwin con Ozawa. Para la edición
de 2007 el Festival, que pudo contar
con la Sinfónica de Boston y la
Orchestre National de Francia, encargó
a Dutilleux Le Temps l’Horloge, en cuya
parte de solista intervino Renée
Fleming, completando el concierto
obras también francesas de Ravel y
Berlioz. Desde 2004 uno de los conciertos
sinfónicos es confiado a un director
joven destacado, normalmente japonés.
Los programas de música de cámara
ofrecen asimismo una notable variedad,
ya que además de los clásicos como
Bach, Vivaldi, Mozart, Beethoven o
Seiji Ozawa
ÓPERA ACTUAL
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