Soluciones para la triple crisis - Fundación Banco Santander
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<strong>Soluciones</strong><br />
Antes de indagar en <strong>la</strong>s soluciones y p<strong>la</strong>smar<strong>la</strong>s del modo más<br />
conciso que el rigor y <strong>la</strong> honestidad permita, voy a enunciar <strong>la</strong>s<br />
razones por <strong>la</strong>s que <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas a <strong>la</strong> ética personal, <strong>la</strong>s exhortaciones<br />
a formar sociedades alternativas o <strong>la</strong>s consignas <strong>para</strong><br />
cambiar el sistema capitalista no son suficientes.<br />
L<strong>la</strong>mada a una (nueva) ética personal<br />
Rec<strong>la</strong>mar una nueva ética personal no es suficiente, aunque necesario,<br />
porque esa nueva ética necesariamente secu<strong>la</strong>r, pues<br />
en modo alguno puede provenir <strong>para</strong> los fines que el mundo<br />
necesita de una religión, no cuenta con el estímulo económico<br />
suficiente. Es una ética que incide en <strong>la</strong> conciencia del individuo,<br />
lo cual es, como digo necesario, pero que lucha con una<br />
conste<strong>la</strong>ción de valores bien omnipresentes en <strong>la</strong> sociedad que<br />
opera contra esa ética necesaria <strong>para</strong> <strong>la</strong> autocontención, decididamente,<br />
libremente, no impuesta. Superada <strong>la</strong> influencia de<br />
<strong>la</strong> religión en <strong>la</strong>s democracias que se precian de serlo, esa ética<br />
secu<strong>la</strong>r es demasiado plural, diversa y, por tanto, de difícil<br />
configuración <strong>para</strong> ser integrada en nuestra conciencia de manera<br />
eficaz. Algunos autores creen que pese a <strong>la</strong> herencia de<br />
Kant, esa ética secu<strong>la</strong>r no es definible hasta el punto de poder<br />
configurar un programa político, ni siquiera un marco constitucional<br />
(Gray, 2008). Pero, en mi opinión, el motivo por el que<br />
<strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada a <strong>la</strong> nueva ética no surte muchos efectos en <strong>la</strong> medida<br />
necesaria es que <strong>la</strong> sociedad no <strong>la</strong> recompensa de manera<br />
suficiente. Volveremos sobre esta cuestión.<br />
Las exhortaciones a formar sociedades alternativas<br />
Aún más débil que <strong>la</strong> necesidad de una nueva ética personal,<br />
que al menos se origina en Kant y cuenta con un bagaje filosófico<br />
de profundas raíces, es toda exhortación a formar sociedades<br />
o instituciones alternativas. Nuevamente, no es que no<br />
sea necesario o que no esté bien situado el punto de mira, <strong>la</strong><br />
11<br />
razón de su debilidad como camino efectivo <strong>para</strong> reconducir<br />
el estado del mundo es que <strong>la</strong>s pocas experiencias en <strong>la</strong>s que<br />
sus postu<strong>la</strong>dos han sido puestos en práctica –los kibutz, por<br />
ejemplo 2 – exigen un grado de homogeneidad cultural que no<br />
está presente en casi ningún contexto de <strong>la</strong>s sociedades occidentales.<br />
Es posible crear comunidades alternativas, pueblos,<br />
asociaciones, barrios, etc., pero a <strong>la</strong> postre esa sociedad va a<br />
requerir tecnologías IT <strong>para</strong> estar conectadas, edificación sostenible,<br />
tecnologías de generación de energía sostenibles y, lo<br />
que es más importante, hospitales con los mejores médicos y<br />
avances tecnológicos. Se puede hacer una sociedad alternativa,<br />
se pueden crear instituciones alternativas y eso es bueno porque<br />
demuestra que existen oportunidades <strong>para</strong> vivir de manera<br />
diferente. Pero nadie asume voluntariamente vivir al margen<br />
del progreso técnico, especialmente en casos de gravedad extrema<br />
3 .<br />
Nadie puede afirmar que es bueno detener <strong>la</strong> investigación<br />
médica, energética o ambiental, pero ¿qué instituciones o sociedades<br />
alternativas pueden desarrol<strong>la</strong>r<strong>la</strong>s al margen de un<br />
sistema de capital riesgo, de bolsas de valores, de estímulos<br />
económicos, de posibilidad de endeudamiento, de patentes,<br />
etc.? ¿Alguien puede afirmar que los retos tecnológicos, ambientales<br />
y médicos a los que se enfrenta <strong>la</strong> humanidad, por citar<br />
tres importantes, se pueden abordar al margen del sistema<br />
capitalista y de mercados de capital eficientes y avanzados?<br />
En mi opinión, estos son los que deben orientarse, ni siquiera<br />
digo transformarse pues ya lo hacen de manera continua y sin<br />
mandato alguno, <strong>para</strong> <strong>la</strong> resolución de los problemas. Pensar<br />
que una ruptura <strong>para</strong> crear sociedades alternativas, refundando<br />
desde cero el sistema capitalista y creando formas alternativas<br />
de vida, producción y metabolismo eco-social es un buen<br />
y sano ejercicio intelectual e incluso práctico. Pero si todos los<br />
2 Si damos crédito a Garton Ash (2009) el kibuzt más antiguo de Israel decidió recientemente introducir<br />
pagos o emolumentos diferenciados por <strong>la</strong> contribución de cada kibutzim.<br />
3 Sin ánimo de cuestionar su derecho, ni valorar moralmente su decisión, un escritor tan crítico<br />
con el sistema capitalista de <strong>la</strong>s sociedades occidentales como José Luis Sampedro, se operó del<br />
corazón en el prestigioso hospital neoyorquino Mount Sinaí, en cuya ‘Misión fundacional’ no aparece<br />
pa<strong>la</strong>bra alguna referida a una institución pública, gobierno, constitución. (www.mountsinai.org/<br />
Who%20We%20Are/Mission)<br />
Cuadernos de Sostenibilidad y Patrimonio Natural Nº 19