Soluciones para la triple crisis - Fundación Banco Santander
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SOSTENIBILIDAD, ENERGÍA Y SOCIEDAD<br />
del MIT seña<strong>la</strong>ba como mecanismos que progresivamente dificultarían<br />
el proceso de crecimiento económico a lo <strong>la</strong>rgo de <strong>la</strong><br />
segunda mitad del siglo XXI. Los hechos, por tanto, lejos de haber<br />
desmentido el informe del Club de Roma parece que van<br />
dándole <strong>la</strong> razón.<br />
Los problemas ligados al futuro energético empiezan a ser conocidos<br />
por el gran público: <strong>la</strong> progresiva dificultad de descubrir<br />
y extraer los combustibles fósiles, y muy especialmente el<br />
petróleo (pero también el gas y el carbón), que hoy suponen<br />
más del 85% del consumo energético mundial –con su consiguiente<br />
encarecimiento– y el aumento de temperaturas debido<br />
a <strong>la</strong>s emisiones de CO 2 y de otros gases de efecto invernadero.<br />
Contrariamente a lo que puede en principio parecer, <strong>la</strong><br />
previsible reducción de <strong>la</strong> disponibilidad de petróleo podría hacer<br />
aumentar <strong>la</strong>s emisiones porque <strong>la</strong> única solución industrial<br />
que tenemos a nuestro alcance <strong>para</strong> substituir el petróleo en<br />
cantidades significativas –<strong>la</strong>s arenas asfálticas y <strong>la</strong> licuefacción<br />
del carbón– más que triplican <strong>la</strong>s emisiones del petróleo al que<br />
substituyen.<br />
Frente a esta problemática se proponen o se propondrán algunas<br />
soluciones tecnológicas que pasarían por dividir por dos<br />
los consumos sin reducir <strong>la</strong> calidad de los servicios energéticos<br />
que de ellos se derivan, por ejemplo, ais<strong>la</strong>ndo mejor <strong>la</strong>s viviendas,<br />
reduciendo el consumo de los vehículos hasta los<br />
3,5 l/100 Km, equipando los hogares con colectores so<strong>la</strong>res y<br />
fotovoltaicos, etc.; produciendo electricidad sin generar CO 2 a<br />
base de fuentes renovables y nucleares, o capturando y secuestrando<br />
<strong>la</strong>s emisiones de <strong>la</strong>s centrales térmicas fósiles; y, finalmente,<br />
substituyendo a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo el petróleo por biocarburantes<br />
o, eventualmente, por vehículos eléctricos o propulsados<br />
por hidrógeno.<br />
Estas soluciones hipotéticas tienen sin embargo dos dificultades<br />
fundamentales: hoy no son económicamente competitivas con los<br />
combustibles fósiles y por tanto no se desarrol<strong>la</strong>rán por los mecanismos<br />
de mercado y, lo que es más grave, en caso de que fueran<br />
técnica y económicamente viables, no podrían desplegarse significativamente<br />
antes de 25 ó 30 años. El sistema energético de<br />
<strong>la</strong>s próximas décadas es el de hoy, y si no hay cambios imprevisibles,<br />
todo lo que está hoy en fase de investigación y desarrollo difícilmente<br />
podrá desplegarse antes de 2040. Las soluciones que<br />
actualmente prevén los responsables políticos y económicos, y <strong>la</strong>s<br />
agencias internacionales, se centran en <strong>la</strong> mejora de <strong>la</strong> eficiencia<br />
energética, el desarrollo voluntarista de <strong>la</strong>s energías renovables, y<br />
en algunos casos también de <strong>la</strong> energía nuclear 4 , y en <strong>la</strong> captura<br />
y almacenamiento del CO 2 . Pero difícilmente estas políticas podrán<br />
compensar por sí so<strong>la</strong>s el declive del petróleo reduciendo al<br />
mismo tiempo, suficientemente, <strong>la</strong>s emisiones.<br />
Un escenario tendencialmente<br />
virtuoso<br />
El departamento de I+D de <strong>la</strong> eléctrica francesa EDF ha publicado<br />
un estudio 5 en el que, incluso suponiendo unas tasas de<br />
crecimiento de los consumos energéticos muy modestas (de<br />
un 0,4% anual en <strong>la</strong> OCDE y <strong>la</strong> ex URSS, y del 0,7% en los paí -<br />
ses emergentes), c<strong>la</strong>ramente por debajo de <strong>la</strong>s históricas y<br />
también de <strong>la</strong>s que prevén los organismos internacionales, se<br />
llega a <strong>la</strong> conclusión de que incluso en el mejor de los casos<br />
–lo que ellos denominan como escenario «tendencialmente<br />
virtuoso»– no se logra cuadrar <strong>la</strong>s necesidades energéticas<br />
con <strong>la</strong> reducción de <strong>la</strong>s emisiones.<br />
Este escenario virtuoso supondría <strong>la</strong> electrificación progresiva<br />
del transporte hasta cubrir el 15% de todos los medios de<br />
transporte <strong>para</strong> el año 2050; multiplicar por cuatro <strong>la</strong> producción<br />
de calor y de electricidad de fuentes renovables y por veinte el<br />
consumo de biocarburantes; y triplicar el número de centrales<br />
nucleares a nivel mundial. Aún así, y utilizando <strong>la</strong>s estimaciones<br />
más optimistas de <strong>la</strong>s reservas de carbón y petróleo, los combus-<br />
4 La opinión del autor sobre <strong>la</strong>s posibilidades de <strong>la</strong> energía nuclear es globalmente negativa. Ver El<br />
espejismo nuclear: Por qué <strong>la</strong> energía nuclear no es <strong>la</strong> solución sino parte del problema, de Marcel Coderch<br />
y Núria Almiron, Ed. Los Libros del Lince, 2008.<br />
5 Quelles solutions des industriels peuvent-ils apporter aux problèmes énergétiques?, Ives Bamberger y<br />
Bernard Rogeaux, Revue de l’Énergie, n.º 575, enero-febrero 2007. www.e-scio.net/energie/<br />
Baumberger.pdf