17.11.2014 Views

Descargar - Fundación Isonomia - Universitat Jaume I de Castelló

Descargar - Fundación Isonomia - Universitat Jaume I de Castelló

Descargar - Fundación Isonomia - Universitat Jaume I de Castelló

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Las chicas en sus historias son salvadas por los chicos en asuntos mecánicos o técnicos mientras<br />

ellas son salvadoras <strong>de</strong> chicos en apuros sentimentales o incluso, ahora, económicos. Los chicos<br />

se muestran menos salvadores <strong>de</strong> lo que les hubiera gustado a ellas. En cuanto a los sentimientos<br />

expresados las chicas expresan más la tristeza, el amor y una baja autoestima, mientras que los<br />

chicos expresan más la emoción sexual, la rabia y el dominio.<br />

Varias <strong>de</strong> estas historias imaginadas guardan una estrecha relación con las reales vividas por<br />

adolescentes, como he podido comprobar en historias recientes narradas por ellas y ellos, don<strong>de</strong><br />

pue<strong>de</strong>n verse los estereotipos sexistas <strong>de</strong> algunos chicos y los estragos <strong>de</strong>l amor romántico en el<br />

cuerpo <strong>de</strong> las mujeres. Al escuchar a las mujeres y al observar, a través <strong>de</strong> diversos ejercicios, lo<br />

que suce<strong>de</strong> en las historias reales <strong>de</strong> adolescentes y jóvenes, po<strong>de</strong>mos darnos cuenta <strong>de</strong> que existe<br />

un erotismo más global en las mujeres, con gran sensibilidad en todo el cuerpo, una sensación <strong>de</strong><br />

placer que se difun<strong>de</strong> por todo el cuerpo suavemente. A las mujeres les gusta ser tocadas en todo<br />

el cuerpo, ser masajeadas, besadas, rozadas suave y fuertemente. En el erotismo femenino hay una<br />

gran emocionalidad. Un ejemplo <strong>de</strong> ello es que el encuentro sexual y el sentimiento amoroso suelen<br />

ir unidos frecuentemente. Y esto es así porque así lo han <strong>de</strong>sarrollado las mujeres en el contacto con<br />

otras mujeres, a lo largo <strong>de</strong> su proceso evolutivo, en la infancia y adolescencia sobre todo. Este tipo<br />

<strong>de</strong> contacto no tiene por qué estar unido al <strong>de</strong>seo genital o <strong>de</strong> penetración. A veces sí y a veces no.<br />

Los hombres y también los chicos adolescentes y jóvenes muestran, mucho más frecuentemente,<br />

una sexualidad más genital y menos global.<br />

Algunas historias contadas por chicas adolescentes <strong>de</strong> nuestros institutos muestran una mayor<br />

fusión amorosa y sexual en ellas y un mayor distanciamiento y separación en los chicos, más<br />

dispuestos a cambiar la relación que tienen por otra que aparezca como posible.<br />

Por otra parte en observaciones realizadas a niñas y niños, en su relación con la madre, se ha<br />

podido ver que la madre habla más a la niña que al niño. Al niño se le impulsa más a la acción, a la<br />

relación con objetos y máquinas. A la niña se le impulsa más a la relación, la palabra y el cuidado.<br />

Esto se queda inscrito en el cuerpo. La niña será cuidadora y cómplice <strong>de</strong> la madre en este cuidado.<br />

El niño será cuidado por la madre, aprendiendo a ser cuidado por las mujeres. Este diverso aprendizaje<br />

se llevará a las relaciones amorosas. De ahí las quejas <strong>de</strong> las mujeres, que cuidan y no se sienten<br />

cuidadas.<br />

De todo esto po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>ducir que existen dos códigos eróticos y amorosos diferentes para mujeres<br />

y hombres, dos códigos que necesitan ser explicitados y hechos conscientes. Por eso es importante<br />

tenerlo en cuenta en la coeducación emocional y sexual y en la comunicación que establecemos con<br />

chicas y chicos adolescentes, jóvenes y con personas adultas también.<br />

Al analizar las historias <strong>de</strong> amor <strong>de</strong> mujeres y hombres jóvenes ( y adultas también) se nos hace<br />

patente lo más importante: cómo partir <strong>de</strong>l propio <strong>de</strong>seo, sin supeditarlo al otro sino entrando en contacto<br />

con el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>l otro, <strong>de</strong> la otra. Este es el camino <strong>de</strong>l encuentro que hay que construir a través <strong>de</strong><br />

la experiencia. ¿Pero <strong>de</strong> qué experiencia? ¿Cómo aceptar experiencias que contradigan el mo<strong>de</strong>lo?<br />

El camino nos lo indican los síntomas y los malestares, que nos dicen lo que va bien y no tan bien.<br />

El camino está en el cuerpo, en las experiencias gratificantes, lúdicas, divertidas, y en las palabras y<br />

emociones que acompañan a estas experiencias; cuerpo sensible, que siente y pone en palabras lo<br />

sentido, a través <strong>de</strong> la propia escucha, con sus sensaciones, emociones y palabras, y a través <strong>de</strong> la<br />

escucha <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> los otros y otras, mujeres y hombres, poniendo palabras al <strong>de</strong>seo, a la carne, a<br />

la emoción, a los miedos, al dolor, al goce, es <strong>de</strong>cir, partiendo <strong>de</strong> sí. Si el punto <strong>de</strong> partida es <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

nuestro ser colocaremos a EROS en nuestro interior y no fuera <strong>de</strong> nosotros y nosotras, como un dios<br />

caprichoso y lejano, cuyos <strong>de</strong>signios no conocemos. Es <strong>de</strong>cir que <strong>de</strong> nuestro <strong>de</strong>seo y <strong>de</strong> nuestro<br />

erotismo nadie sabe más que nosotras/os mismas/os.<br />

5.4. Los malos tratos y el mito <strong>de</strong>l amor romántico.<br />

Creo que el mito <strong>de</strong>l amor romántico no presta ningún favor en el caso <strong>de</strong> los malos tratos, don<strong>de</strong><br />

la mujer espera, gracias al mito <strong>de</strong>l amor romántico, que algo cambie sólo porque ella lo <strong>de</strong>sea, como<br />

si <strong>de</strong> ella <strong>de</strong>pendiera. En la i<strong>de</strong>ología que estructura el amor romántico, existen elementos que fijan<br />

la energía <strong>de</strong>l amor en el sujeto en un principio elegido, fundamentalmente en el caso <strong>de</strong> las mujeres,<br />

aunque este sujeto ya no les ame. Esto ocurre <strong>de</strong> tal manera como si esa energía no pudiera dirigirse<br />

hacia sí o hacia otro sujeto u objeto <strong>de</strong> <strong>de</strong>seo. Po<strong>de</strong>mos verlo también en las historias imaginarias <strong>de</strong><br />

algunas adolescentes:<br />

“…Pero ya en Enero rompimos porque se puso en medio otra chica. Yo todavía sigo queriéndole,<br />

aunque él a mí no.” 4<br />

Lo que acabo <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir es más evi<strong>de</strong>nte en el caso <strong>de</strong> las mujeres que soportan los malos tratos<br />

y que colaboran, con la excusa <strong>de</strong>l amor, con aquello que las <strong>de</strong>struye como sujetos. ¿Por qué, nos<br />

preguntamos todas y todos, continúan muchas mujeres ahí, soportando a aquel que las <strong>de</strong>struye?<br />

Muchas están amenazadas y soportan verda<strong>de</strong>ros infiernos por pánico, miedo o excusa <strong>de</strong> los hijos.<br />

Pero en el caso <strong>de</strong> las chicas adolescentes y jóvenes, sin hijos, nos cuesta enten<strong>de</strong>r por qué<br />

permanecen ahí, en los malos tratos. Sin embargo todas se han <strong>de</strong>slizado hacia ese infierno, en<br />

nombre <strong>de</strong>l amor, gracias al discurso dominante <strong>de</strong>l amor. Como dice Victoria Sau (2000), las mujeres<br />

reciben los discursos sobre el amor que han hecho los hombres porque éstos se difun<strong>de</strong>n más,<br />

porque es el mo<strong>de</strong>lo dominante. Es necesario, por ello, difundir los nuevos mo<strong>de</strong>los amorosos que<br />

han construido y están construyendo fundamentalmente las mujeres y algunos hombres, ponerlos en<br />

palabras e imágenes y hacer teoría <strong>de</strong> ello. Porque a lo largo <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte el mo<strong>de</strong>lo<br />

amoroso dominante ha tratado <strong>de</strong> esclavizar a las mujeres, pero éstas han respondido <strong>de</strong> diversas<br />

maneras; unas sojuzgándose, otras rebelándose y practicando, escribiendo y difundiendo otros modos<br />

<strong>de</strong> amar, don<strong>de</strong> la violencia no tiene cabida.<br />

La violencia no tiene cabida cuando los sujetos que se aman realizan una escucha activa <strong>de</strong> sí y<br />

<strong>de</strong>l otro, es <strong>de</strong>cir cuando los dos sujetos se colocan y son consi<strong>de</strong>rados por el otro en el mismo plano,<br />

aceptando las diferencias; diferentes <strong>de</strong>seos, ritmos y necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> lo que hay que hablar para<br />

llegar a acuerdos justos. De esto nos habla la película <strong>de</strong> Zhang Yimou: “Amor bajo el espino blanco”<br />

en la que el amor que comparten los dos jóvenes es un amor respetuoso <strong>de</strong> los ritmos y espacios<br />

<strong>de</strong> cada persona. Si se confun<strong>de</strong> lo que un sujeto (mujer u hombre) <strong>de</strong>sea con lo que <strong>de</strong>sea el otro<br />

sujeto (hombre o mujer), lo que uno/a u otro/a entien<strong>de</strong>n por amor, se cae en una trampa mortal. Por eso<br />

muchas mujeres, más que hombres, para tener amor, se pliegan a los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> la otra persona. Ese es<br />

el mo<strong>de</strong>lo o la estructura <strong>de</strong> base. Y si no, veamos los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> amor que <strong>de</strong>spliegan las ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong><br />

televisión, en programas <strong>de</strong> cotilleo y en películas don<strong>de</strong> los chantajes y los celos parecen inevitables<br />

o justificables. Claro que hay excepciones, luchas, empeños y <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> que las relaciones sean más<br />

justas y amorosas, y en ello estamos, pero hacen falta acciones, no sólo i<strong>de</strong>as, que promuevan otro<br />

tipo <strong>de</strong> relaciones en el mundo <strong>de</strong>l arte y en la realidad.<br />

Gran parte <strong>de</strong>l maltrato tiene que ver con la adición.<br />

¿Por qué las mujeres soportan el maltrato aunque no hayan vivido esa experiencia en sus familias?<br />

Sin duda porque el maltrato a las mujeres está en esta sociedad en múltiples ámbitos, pero también<br />

porque han tenido que hacer un camino <strong>de</strong> “<strong>de</strong>berías”, <strong>de</strong> ocultaciones <strong>de</strong> ciertas emociones y<br />

conductas para ser aceptadas como mujeres, preparando así la <strong>de</strong>sconexión con su cuerpo y el<br />

camino para soportar por amor el maltrato. Esto lo po<strong>de</strong>mos ver en muchas adolescentes que expresan<br />

libremente su amor y su sexualidad, sus opiniones y emociones y poco a poco, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> las<br />

experiencias <strong>de</strong> relación que tengan, van escondiendo lo que no es aceptado por la sociedad, por el<br />

grupo <strong>de</strong> pares, por los compañeros o por la persona con la que tengan una relación íntima. Pue<strong>de</strong>n<br />

sentir la rebelión y el malestar en su interior, pero si no lo escuchan pue<strong>de</strong>n pasar a la adición y el<br />

cuerpo hará un síntoma que habla por sí mismo.<br />

4 Charo Altable. (1998) Opus. Cit.<br />

74 75

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!