REVISTA DIALOGANDO - ISER Nº2 - 2014

no radica en establecer esa moral media sino en describirla; tampoco en
fundamentarla sino en recogerla sociológicamente.
En contextos en donde el caso planteado no se puede remitir a ese plano
sociológico, por tratarse de opciones más particulares en el marco social de un
pluralismo moral, pero también en contextos de un férreo positivismo o de un fuerte
trasfondo de negación de la posibilidad de un objetivismo ético, se ha abierto
camino la llamada objeción de conciencia.
Ésta no significa una modificación de la prescripción jurídica, tampoco una
conducta colectiva, sino particular y de tipo pasiva respecto a la conducta legalmente
imperada.
3. La nueva figura
Que la objeción de conciencia sea prevista en las normas o que, en su ausencia,
sea acogida judicialmente no significa que ella se desfigure. Algunos autores han
pensado que de por sí la objeción sería contra legem, y por ello no cabría su
previsión legal o admisión judicial. Nos parece que la particularidad de la figura de
la objeción admite su previsión normativa y su admisión judicial, precisamente,
porque enriquece la vida jurídica y no porque la contradiga.
La figura de la objeción de conciencia se distingue de la desobediencia civil y de
la resistencia, porque en estas figuras se trata de cuestionamientos a tal norma en su
existencia y, de por sí, tienen un dinamismo de propagación y generalización en la
conducta de los obligados. Tampoco se trata del simple trasgresor, aunque fuere por
motivos morales, pues éste no argumenta ante la autoridad ni trata de ser incluido en
el marco legal (por vía de la norma o por vía judicial).
También debemos distinguir claramente entre la objeción y la opción de
conciencia. Ésta última es una posibilidad contemplada por la norma general, que
deja librada la realización de su cometido a una decisión de los particulares según
convicciones extra legales, de tipo moral o religioso 2 .
2 Por ejemplo cuando se prescribe la enseñanza religiosa escolar según las convicciones de los
padres o de los educandos; también cuando se prevé la exención de tal asignatura por razón de
las convicciones. Lo mismo cuando se prescribe un juramento de buen desempeño para
asumir un cargo público y se deja a propuesta del nuevo funcionario que lo emite la elección
de la fórmula del juramento.
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