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inmediato que incluye en su interior a la analogía lógico-semántica. Tengamos en<br />
mente esto último. Observaremos a continuación cómo Schmitt aplica el principio<br />
de la analogía a su teología política.<br />
Analogía jurídica e isomorfismo material político-teológico: la<br />
estructura esférica<br />
La analogía jurídica presupone la unidad y la coherencia del orden jurídico.<br />
Aquella no cubre una “laguna” o un “vacío” en sentido general o dogmático (de lo<br />
contrario el orden jurídico no sería unitario y coherente), más bien aplica<br />
técnicamente una determinada norma a dos hechos A y B (Sachverhalt) que son<br />
plausibles de comparación en su aspecto material (Sachzusammenhang). La similitud o<br />
la diferencia entre los dos hechos sigue un criterio (el tertium comparationis) que no se<br />
basa en la relación meramente lógica entre los dos supuestos materiales. El caso<br />
(Sachverhalt) al cual debemos aplicar la analogía, no representa un vacío para el<br />
sistema en sentido estricto, sino un hecho (Tatbestand) que exige una extensión o<br />
aplicación analógico-jurídica.<br />
¿Para qué nos sirve comprender la analogía jurídica? para lo siguiente: la<br />
analogía político-teológica de Schmitt presupone una unidad coherente entre un<br />
orden político-jurídico y un orden político-religioso cualquiera, más allá de la<br />
formas históricas que ambos órdenes posean: se trata de una unidad entre un vínculo<br />
material y un vínculo espiritual, un vínculo que adquiere únicamente diferentes formas históricas en<br />
el tiempo. No se trata de una unidad “ontológico-metafísica”, o una nueva “filosofía<br />
de la historia”, puesto que el vínculo de esta unidad material-espiritual está<br />
permanentemente expuesto a la contingencia. Se trata, en la teoría schmittiana, de la<br />
figura del enemigo y del caso excepcional (ver más adelante). Es precisamente esta<br />
componente de permanente y contingente apertura de la mencionada unidad hacia lo<br />
impredecible (en sentido realista), hacia aquello que puede poner en juego su<br />
integridad, lo que permite ver dicha unidad material-espiritual de ambos órdenes<br />
como una identidad, una identidad ontológico-política.<br />
Para ver esta unidad con más claridad, Schmitt primero radicaliza idealtípicamente<br />
(en el sentido de llevar a la raíz) la componente material de los<br />
conceptos jurídicos, con el objetivo de mostrarnos el fundamento políticodecisorio<br />
“detrás” de ellos en el tiempo. Según Schmitt, este nexo entre la analogía<br />
y su vínculo político-decisorio se puede observar si analizamos con atención, en el<br />
tiempo, la formas últimas de los conceptos jurídicos, es decir, la relación entre el<br />
vínculo político-material que introduce una norma y el vínculo ideo-lógico que la<br />
vuelve legitima en el tiempo como orden social precisamente.<br />
Se trata de un método hermenéutico ideal-típico que puede aplicarse a<br />
cualquier periodo histórico y que ha sido desarrollado con éxito (por el lado<br />
histórico-semántico) por un alumno de Schmitt, Reinhart Koselleck. En el fondo<br />
se puede notar un concepto muy peculiar de ideo-logía, de análisis ideo-lógico. Se<br />
trata de un análisis que no es marxista, si vemos bien (pre-marxista más bien): entre<br />
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