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determina siempre, como fundamento de su mantenimiento en el tiempo, un<br />
isomorfismo entre un aspecto material y un aspecto espiritual. Esto quiere decir<br />
que un determinado status quo político-social (la monarquía, la democracia liberal) y<br />
un orden metafísico-teológico (Dios en la monarquía; el individuo o sujeto<br />
abstracto en el deismo liberal neo-humanista respectivamente) se fundan entre sí<br />
especularmente de manera autológica y autoreferencial (Spiegelindetitat).<br />
Se trata de dos realidades concretas en relación isomórfica en dos momentos<br />
históricos diferentes, no se da una “base” o “estructura” y una “sobre”estructura<br />
entre ambos. Se note además que estamos al interior de la esfera: tanto el lado<br />
material (el ordenamiento político-jurídico, material, la juristische Gestaltung) como el<br />
espiritual (los conceptos y categorías jurídico-teológicas, die lezte jur. Begrifffe) son<br />
relacionalmente lo mismo finalmente. Estamos lejos de cualquier “teoría del<br />
reflejo” o concepto de ideología marxista. Estamos mucho más cerca, sin duda, de<br />
los primeros idéologues franceses (destutt de Tracy), que veían un nexo orgánico y<br />
concreto entre las ideas, los contenidos ideacionales y un determinado orden políticosocial.<br />
Justamente por este nexo orgánico entre lo espiritual y lo material, pensamos<br />
que la representación adecuada para esta lectura de Schmitt sea una esfera.<br />
Resumiendo: 1) dos esferas o identidades espirituales perfectamente<br />
isomórficas (geistliche Identität 1 y 2). En nuestra interpretación, una de ellas se funda<br />
(Grund), por ejemplo, en el dogma y la otra en la axiomática lógico-racional clásica<br />
(Aristóteles, Descartes). 2) al interior de cada esfera espiritual encontramos un<br />
principio de identidad y causa estrictamente especular (Spiegelindentität) entre dos<br />
concepciones, aparentemente distintas. Se trata de esa aparente dualidad<br />
completamente moderna, por lo tanto espuria, entre una “esfera material” y una<br />
“esfera espiritual” que se fundan y se auto-legitiman en la negación de la otra y<br />
viceversa. En el esquema vemos los ejemplos que introduce Schmitt, es decir, la<br />
realidad histórico-política con su “base” económico-social (la “estructura”<br />
marxiana) y su respectiva “sobreestructura” ideológica. La lucha aquí es aparente. 3)<br />
Tales analogías de caracter autoreferente y autológico se representan<br />
recursivamente y permanentemente en la historia al interior de cada esfera, cuyo<br />
isomorfismo fundamental (dogma religioso y lógica clásica) es inmóvil. La<br />
inmovilidad no se funda en un principio abstracto, sino en la forma precisa de una<br />
causa agente que modifica o introduce tal estado, en nuestro caso, la decisión<br />
(Entscheidung). La representación del acto decisorio se da en un lugar preciso, su<br />
ordenamiento (la tierra, die Erde). Instrumentos de este orden son la técnica y el<br />
simbolismo político-religioso (la re-presentación). La decisión determina el<br />
equilibrio isomórfico entre las dos esferas. Este es el tertium comparationis de Schmitt<br />
entre un momento histórico y el otro, lo que le permite observar similitudes y<br />
diferencias en dos momentos históricos: la decisión. El ámbito de la decisión es el<br />
ámbito de la existencia concreta, que es ortogonal a las dos esferas y siempre<br />
expuesto al enemigo.<br />
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