revista icruceros nº12

Salvo la zona más comercial, con algún edificio
bancario y de capital extranjero y una zona alta,
más pudiente, que ellos llaman Beverly Hills ,
el resto de la ciudad me pareció que carecía de
atractivo turísitico.Barrios de viviendas y zonas
de imagen marginal donde me aconsejaron no
pasear, pero que tampoco me atraían para ir a
visitarlas.
Me recomendaron ir a comer al restaurante de
Usain Bolt, famosísimo corredor foráneo y allí
fui. Típico restaurante de comida rápida con el
jefe Bolt y sus grandes hazañas deportivas como
tema de decoración. La comida sabrosa y abundante.
Fresquita la Red Stripe, cerveza nacional,
de la que me hice experta en esos días.
Sin duda el viaje a Kingston si por algo mereció
la pena fue por la visita al Museo de Bob Marley.
Actualmente patrimonio nacional, ya que el gran
cantante es un símbolo rastafari y gran icono
jamaicano
El Bob Marley Tuff Gong Museum está ubicado
en el lugar de residencia que tubo allí el gran
cantante de reggae hasta 1981. También allí
estaba su estudio de grabación, Tuff Gong, se
conservan entre otros muchos enseres, ropa,
recortes de periódicos, fotografías personales
y de grandes conciertos así como la mesa de
mezclas, que alguno de sus descendientes aún
usa cuando pasa por allí. En esta casa fue donde
intentaron asesinarle en 1976.Los disparos en la
pared están todavía presentes.
Qué gran visita.
Desde Kingston toca ir hasta Spanish Town, que
fue capital de la Isla hasta el siglo XIX ciudad fundada
por el español Francisco de Garay. Allí tuve
la primera lección de historia en la zona ya que la
ciudad está llena de iglesias, edificios antiguos y
hasta tienen la primera catedral española en el
nuevo mundo.
La historia moderna de Jamaica tiene aquí su
inicio, como mi afición a la compra de frutas
exóticas en la calle, allí en un puestillo ambulante,
lleno de variedades poco conocidas probé
un auténtico hallazgo gastronómico. Mamón se
llama, os lo recomiendo.
Pero ojito, que algún fruto puede resultar peligroso,
como el Ackee, que por cierto, es la fruta
nacional de Jamaica, que si no está en su grado
exacto de madurez produce una toxina que
actúa como veneno…Así que ir siempre bien asesorados
por los mercadillos.
Ahora toca playa y que os contaré de las playas
jamaiquinas...Son exuberantes, la vegetación
llega hasta la orilla, arena blanquísima y agua de
infinidad de azules. No debemos buscar la típica
estampa caribeña de largas playas con altas
palmeras. No, en Jamaica son calas más pequeñas
y la vegetación se confunde con la frondo-
Revista de cruceros y viajes / Diciembre 2014 / www.icruceros.eu