revista icruceros nº12

sidad de la cercana zona selvática.
Las caracolas adornan el romper de
las olas y los peces voladores y de
colores se ven en primera línea, invitando
al baño.
Mi imagen de isla paradisiaca, es la
de la Isla que ahora os estoy describiendo.
Si añadimos que se mueve
con ritmo musical durante todas las
horas del día… y de la noche, la mezcla
es perfecta.
Isla de reggae, atardeceres y clubs.
Llego a Negril, zona vip de grandes
resorts en primerísima línea de
playa, buenos restaurantes de pescados
caribeños recién llegados a
la mesa, de su grandiosa playa, la
más larga de la Isla. Aquí el tema
diversión está asegurado. Después
de una cena lenta, muy lenta, por la
parsimonia del servicio, que desde
que te traen la carta, hasta que llega
el plato, casi se hace de día. Ellos no
tienen prisa y yo tampoco.
Voy al Ricks Café, visita obligada en
Negril.
Club de moda, desde donde la puesta
de sol nos deja a todos boquiabiertos,
entre el ron, la rítmica música
reggae, siempre en directo y los
cuerpos de los saltadores, que desde
los acantilados , se lanzan al mar,
previa propina de los turistas.
Creo que estoy en el paraíso.
Una vez voy asimilando la belleza
de la zona empiezo a necesitar ir
de compras, así que los variopintos
mercados y mercadillos de Ocho
Ríos será mi próxima meta.
Hace años era un pueblo de pescadores,
actualmente el turismo es su
fuente de ingresos más importante.
La caña de azúcar, la bauxita, el café
y la pimienta local, también ayudan a
la economía isleña.
Es un puerto al que acuden multitud
de cruceros y barcos de carga.
El nombre es curioso, al ser una zona
en la que no hay tantos ríos, si bien
al contemplar las cataratas del Rio
Dunn, uno de los más pintorescos y
visitados saltos de agua, da la impresión
de estar rodeados del líquido
elemento.
El agua cae por un acantilado que
llega hasta una maravillosa playa. La
atracción consiste en subir por los
escalones de piedra natural hasta
la parte alta. Claro está, rodeados
por una espesa vegetación tropical.
Lo más anecdótico es que todos los
que hacemos el paseíto debemos ir
de la mano, en ropa de baño y calzados,
así que la estampa es realmente
simpática. El guía, cargado con todas
las cámaras fotográficas, en un acto
de proeza, hace fotos a todos los
que participamos, a cada uno con
su cámara correspondiente. Aún me
cuesta asimilar tanta destreza…
Después de recomponerme toca
regateo. Infinidad de puestos con
coloridas ofertas. Tallas de madera
se llevan la palma, los artesanos que
las trabajan te camelan de tal manera
que acabas comprando varias y
calculando el peso, pensando en la
maleta de vuelta. Cuadros de estil
naif, collares de semillas, anillos de
concha, camisetas con los colores
rastas, café y algún cigarrito de la
risa que te acaban ofreciendo sin
ningún pudor.
93 Jamaica
Mi imagen de isla
paradisiaca, es
la de la Isla que
ahora os estoy
describiendo
Jamaica
Revista de cruceros y viajes / Diciembre 2014 / www.icruceros.eu