Edición 9 de Enero de 2015
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Diario Co Latino<br />
16<br />
REALIDAD NACIONAL<br />
BALANCE DE 2014 (I)<br />
Viernes 9 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> <strong>2015</strong><br />
Luis Armando González<br />
El año 2014 tiene un punto <strong>de</strong> arranque<br />
importante en las dos jornadas electorales<br />
que llevaron al triunfo <strong>de</strong>l FMLN –y sus candidatos<br />
a la Presi<strong>de</strong>ncia y Vicepresi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la<br />
República, Salvador Sánchez Cerén y Óscar Ortiz,<br />
respectivamente—. Los resultados <strong>de</strong> estas dos<br />
jornadas electorales posicionaron <strong>de</strong> una manera<br />
bien <strong>de</strong>finida a las fuerzas <strong>de</strong> <strong>de</strong>recha <strong>de</strong>l país<br />
ante la segunda gestión presi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong>l FMLN<br />
(2014-2019). El proceso político nacional tiene<br />
dos trasfondos ineludibles, que le aña<strong>de</strong>n complejidad:<br />
por un lado, el contexto social <strong>de</strong>l país,<br />
marcado por dinámicas <strong>de</strong> violencia, inseguridad,<br />
<strong>de</strong>terioro ambiental, exclusiones seculares (que<br />
se expresan en las condiciones <strong>de</strong> marginalidad<br />
y pobreza en que viven sectores significativos<br />
<strong>de</strong> la población), y la vigencia <strong>de</strong> una cultura<br />
individualista, competitiva e insolidaria.<br />
La cultura predominante, neoliberal y globalizada,<br />
marca <strong>de</strong>cisivamente los comportamientos<br />
y actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la gente, convirtiéndose en un<br />
fuerte obstáculo para el necesario “cambio <strong>de</strong><br />
mentalidad” que <strong>de</strong>be operarse en El Salvador<br />
en el horizonte <strong>de</strong>l Buen Vivir. Este “cambio <strong>de</strong><br />
mentalidad” se está abriendo paso, pero no sin<br />
dificulta<strong>de</strong>s, gracias al compromiso y esfuerzos<br />
<strong>de</strong> quienes, en diferentes ámbitos <strong>de</strong> la sociedad,<br />
trabajan no sólo por un nuevo paradigma cultural,<br />
sino por nuevos paradigmas en lo social, lo<br />
económico, lo político y lo ambiental.<br />
Por otro lado, un contexto económico fuertemente<br />
<strong>de</strong>terminado por un mo<strong>de</strong>lo económico<br />
terciarizado (centrado en los servicios financieros,<br />
los seguros, el comercio y el turismo), poco<br />
tecnificado productivamente, con bajos niveles<br />
<strong>de</strong> inversión y sin capacidad <strong>de</strong> dar respuesta<br />
a las necesida<strong>de</strong>s laborales <strong>de</strong> la población. Y,<br />
asimismo, un contexto económico caracterizado<br />
por el <strong>de</strong>terioro en las condiciones <strong>de</strong> vida <strong>de</strong><br />
amplios sectores <strong>de</strong> la sociedad, especialmente<br />
<strong>de</strong> las capas medias, que no logran recuperarse<br />
<strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> la crisis económica internacional<br />
<strong>de</strong> 2007-2008.<br />
No es inoportuno apuntar que tanto en el contexto<br />
social como en el contexto económico <strong>de</strong> El Salvador<br />
se hacen presentes dinámicas estructurales<br />
que se han venido configurando a lo largo <strong>de</strong> la<br />
historia <strong>de</strong>l país y que, en ese sentido, algunos <strong>de</strong><br />
los problemas sociales y económicos más graves<br />
requieren <strong>de</strong> soluciones <strong>de</strong> carácter estructural,<br />
pues <strong>de</strong> lo contrario sólo serán tratados con<br />
medidas paliativas que <strong>de</strong>jarán inalterados los<br />
mecanismos que los generan. La apuesta por el<br />
Buen Vivir reclama una atención impostergable<br />
a las dinámicas estructurales (principalmente<br />
económicas y socio-naturales), que <strong>de</strong>terminan<br />
–y no sólo condicionan— las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
realización <strong>de</strong> las personas, sus familias y sus<br />
comunida<strong>de</strong>s.<br />
1. El horizonte <strong>de</strong>l Buen Vivir<br />
Sin duda, la gente pa<strong>de</strong>ce <strong>de</strong> diversas maneras<br />
el impacto <strong>de</strong> esas dinámicas estructurales; y,<br />
por lo general, la inmediatez y la dureza <strong>de</strong> ese<br />
impacto llevan a exigir soluciones inmediatas<br />
sin consi<strong>de</strong>rar que, a lo mejor, esas soluciones<br />
pue<strong>de</strong>n comprometer (o posponer) una solución<br />
permanente –estructural— a los problemas que afectan<br />
la vida <strong>de</strong> las personas. Intereses ocultos y no tan ocultos,<br />
llevan a la <strong>de</strong>recha política, empresarial y mediática<br />
a manipular las necesida<strong>de</strong>s urgentes <strong>de</strong> la gente y a<br />
presionar al gobierno para que dé soluciones inmediatas<br />
a problemas complejos, sin consi<strong>de</strong>rar la poca viabilidad,<br />
intrascen<strong>de</strong>ncia o costos <strong>de</strong> mediano y largo plazo <strong>de</strong> las<br />
“soluciones” exigidas. No toda la gente se ve atrapada<br />
en las “re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la manipulación inmediatista”: sectores<br />
críticos <strong>de</strong> la sociedad –ubicados en las clases populares,<br />
y las clases medias— hacen resistencia a esa manipulación,<br />
clamando por cambios profundos en la estructura<br />
social y económica salvadoreña.<br />
Cada vez se hace más evi<strong>de</strong>nte que esas soluciones,<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> apuntar a lo estructural, <strong>de</strong>ben ser orientadas<br />
y conducidas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Estado. Es claro que no cualquier<br />
Estado pue<strong>de</strong> asumir una responsabilidad como la<br />
planteada arriba. Debe ser un Estado no sólo fortalecido<br />
financiera e institucionalmente, sino inspirado en una<br />
visión <strong>de</strong> servicio y <strong>de</strong> compromiso con el Bien Común.<br />
En el momento presente, ese Bien Común se concreta<br />
en el Buen Vivir, que es el i<strong>de</strong>ario –la cosmovisión, el<br />
paradigma— que el Presi<strong>de</strong>nte Salvador Sánchez Cerén<br />
impulsa como marco orientador <strong>de</strong> valores y principios<br />
estratégicos <strong>de</strong> su gestión presi<strong>de</strong>ncial. Precisamente,<br />
ese es el horizonte –<strong>de</strong> una gestión presi<strong>de</strong>ncial orientada<br />
por el Buen Vivir— que se abrió al país con el triunfo<br />
electoral <strong>de</strong>l FMLN en 2014. Y, como se dijo antes, es con<br />
las dos jornadas electorales mencionadas que arranca,<br />
políticamente, 2014.<br />
2. Elecciones: la primera vuelta<br />
El FMLN y sus candidatos a la Presi<strong>de</strong>ncia y Vicepresi<strong>de</strong>ncia<br />
<strong>de</strong> la República mostraron su fuerza en la primera<br />
vuelta <strong>de</strong> las elecciones <strong>de</strong> 2014; en la misma, fueron<br />
los requisitos <strong>de</strong> la legislación electoral salvadoreña los<br />
que impidieron que se proclamaran ganadores. Des<strong>de</strong> el<br />
inicio <strong>de</strong> la campaña que culminó en esa primera vuelta,<br />
las cartas jugaban a favor <strong>de</strong> Salvador Sánchez Cerén y<br />
Óscar Ortiz. El partido ARENA y sus candidatos (Norman<br />
Quijano y René Portillo Cuadra) tuvieron serias dificulta<strong>de</strong>s<br />
no sólo para posicionarse como figuras potables,<br />
sino para sumar los recursos y apoyos <strong>de</strong> una <strong>de</strong>recha<br />
que no lograba recomponerse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 2009 –cuando<br />
perdieron el Ejecutivo ante el FMLN y su candidato <strong>de</strong><br />
entonces, Mauricio Funes—. De alguna manera, ARENA<br />
llegó a esa elección sumergido en una crisis institucional<br />
sin prece<strong>de</strong>ntes, <strong>de</strong> la cual –pese a distintos esfuerzos<br />
<strong>de</strong> “renovación”— aún no ha podido salir. El <strong>de</strong>senlace<br />
crítico <strong>de</strong> las fracturas en ARENA se tuvo en primera<br />
vuelta electoral <strong>de</strong> 2014, en la que la fórmula integrada<br />
por Norman Quijano y René Portillo Cuadra salió <strong>de</strong>rrotada<br />
ante la fórmula <strong>de</strong>l FMLN (48.93% <strong>de</strong> votos para el<br />
FMLN versus 38.96% para ARENA).<br />
3. Segunda vuelta: el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha venezolana<br />
Para la segunda vuelta, las cosas cambiaron en ARENA.<br />
La campaña sucia y agresiva, los chantajes a la población<br />
y unos recursos financieros y logísticos inusitados se<br />
hicieron presentes. Un manto <strong>de</strong> ilegalida<strong>de</strong>s y bajezas<br />
marcan esa segunda vuelta electoral para ARENA y, en<br />
conjunto, para las fuerza <strong>de</strong> <strong>de</strong>recha <strong>de</strong>l país. Las fuerzas<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>recha, políticas, económicas y mediáticas, se<br />
aliaron y sumaron esfuerzos para la campaña. Se trató<br />
<strong>de</strong> una campaña sistemáticamente diseñada para ocupar<br />
todos los espacios <strong>de</strong> <strong>de</strong>bate y <strong>de</strong> opinión, asesorada por<br />
figuras políticas y mediáticas <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha venezolana,<br />
orientada a amedrentar, inventar realida<strong>de</strong>s y manipular<br />
a la población para que no votara por el FMLN y sus<br />
candidatos.<br />
Fue tan influyente la <strong>de</strong>recha venezolana que incluso<br />
una parte <strong>de</strong> la campaña sucia se orientó a <strong>de</strong>stacar<br />
e inflar aspectos <strong>de</strong> coyuntura que se vivía<br />
entonces en Venezuela, los cuales, según sus<br />
auspiciadores, generarían miedo en el electorado<br />
salvadoreño. El mensaje era: “si gana el FMLN,<br />
El Salvador será otra Venezuela”. La <strong>de</strong>recha<br />
salvadoreña se empleó a fondo para ganar; sus<br />
dirigentes, sus i<strong>de</strong>ólogos, sus asesores internacionales<br />
y sus financistas estaban seguros <strong>de</strong> que<br />
así sería, pues habían cuidado todos los <strong>de</strong>talles<br />
y habían invertido recursos suficientes para ello.<br />
La estrategia surtió efecto en amplios sectores<br />
<strong>de</strong> la población, siendo la clase media la principal<br />
<strong>de</strong>stinataria <strong>de</strong> la misma. Pero tal estrategia no<br />
alcanzó para ganar. En la segunda vuelta, el FMLN<br />
consiguió la mitad más uno <strong>de</strong> los votos válidos y<br />
se alzó con la victoria, siendo legitimado su triunfo<br />
por la legislación electoral vigente.<br />
El crecimiento electoral <strong>de</strong> ARENA, en la segunda<br />
vuelta, dio lugar a dinámicas perniciosas para<br />
la <strong>de</strong>mocracia salvadoreña. Lo primero es que<br />
ARENA y la <strong>de</strong>recha se valieron <strong>de</strong> prácticas<br />
que bor<strong>de</strong>aron la ilegalidad –cuando no fueron<br />
abiertamente ilegales— para conseguir votos. Al<br />
conseguirlos –con la complicidad <strong>de</strong> los medios<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>recha y <strong>de</strong> los voceros <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha empresarial—,<br />
hizo ver ese caudal electoral como<br />
una muestra <strong>de</strong> su fuerza, obviando los medios<br />
ilícitos empleados para conseguirlo.<br />
Segundo, ARENA –en virtud <strong>de</strong>l crecimiento en<br />
sus votos— <strong>de</strong>sconoció no sólo la fuerza electoral<br />
<strong>de</strong>l FMLN (olvidando el casi millón y medio <strong>de</strong><br />
votos obtenidos por el FMLN sin estratagemas<br />
ni manipulaciones o chantajes al electorado). Al<br />
<strong>de</strong>sconocer la fuerza electoral <strong>de</strong>l FMLN, ARENA<br />
menosprecio su fuerza política y jugó a <strong>de</strong>safiarlo<br />
agresivamente en las calles, sin reparar en las<br />
graves consecuencias <strong>de</strong> ello para la <strong>de</strong>mocracia<br />
en el país. Y tercero, ARENA se consi<strong>de</strong>ró con el<br />
<strong>de</strong>recho –secundado por sus aliados mediáticos y<br />
por voceros <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha empresarial— a exigir<br />
la victoria, para la cual montó una campaña <strong>de</strong><br />
reclamos, incluso en la calle, que estuvieron a<br />
punto <strong>de</strong> llevar al país a un grave conflicto sociopolítico.<br />
Esto fue sumamente peligroso, pues ARENA y<br />
sus aliados –siguiendo el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha<br />
venezolana— pretendían hacerse reconocer<br />
como ganadores sin serlo, para lo cual pretendían<br />
convencer a la población <strong>de</strong> que, mediante<br />
el frau<strong>de</strong>, les había sido arrebatado el triunfo.<br />
Repitieron hasta el cansancio esta “verdad” (que<br />
habían fabricado mediáticamente); tanto así que<br />
sus miembros más fanáticos se la terminaron<br />
creyendo, al punto <strong>de</strong> resistirse a aceptar los<br />
resultados cuando ya eran oficiales y <strong>de</strong>finitivos.<br />
El capítulo siguiente, una vez que no hubo forma<br />
<strong>de</strong> revertir el resultado <strong>de</strong> la segunda vuelta, fue<br />
la <strong>de</strong>slegitimación. El lema mediático que se<br />
enarboló fue: “ARENA no ganó, pero casi”. Y “el<br />
FMLN ganó, pero su triunfo no es legítimo, pues<br />
ARENA casi lo alcanzó”.<br />
Detrás <strong>de</strong> esta forma <strong>de</strong> argumentar estaba,<br />
por un lado, el espejismo <strong>de</strong>l crecimiento en los<br />
votos <strong>de</strong> la primera a la segunda ronda; por otro,<br />
el <strong>de</strong>sconocimiento <strong>de</strong> la legitimidad que da la<br />
legislación electoral a quien obtiene la mitad más<br />
uno <strong>de</strong> los votos; y, en tercer lugar, la resistencia a<br />
ser gobernados por un Presi<strong>de</strong>nte y un partido que<br />
representan algo opuesto a lo que son la <strong>de</strong>recha<br />
política, empresarial y mediática.