Año 57 - 1995 Págs. 41-57 [41] APOCALIPSIS Y ... - Revista Biblica

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El milenarismo se ha presentado y aún se presenta bajo diversas formas. Russell se refiere
en particular a tres de estas corrientes, designadas con los nombres de premilenarismo,
postmilenarismo y amilenarismo.
De acuerdo con la doctrina del premilenarismo, habrá ciertos signos que anticiparán la
venida del Cristo: la predicación del evangelio a todas las naciones, una gran apostasía,
guerras y catástrofes naturales, la manifestación del Anticristo y la gran tribulación. Luego
Cristo reinará junto con sus santos en una prolongada era de paz y de justicia. Así se
cumplirán las antiguas profecías, y todo el mundo será colmado de bendiciones divinas. En
este reino del milenio los judíos se convertirán y tendrán una gran participación en él (aunque
hay diferentes interpretaciones sobre el “cómo” y el “cuándo” de esta conversión).
Satanás, que había sido atado y aprisionado en el Abismo durante mil años (Ap 20,2-3),
será liberado por un breve tiempo al fin del milenio, y los creyentes se verán sometidos a una
dura prueba. Pero luego será arrojado al “lago de fuego y azufre”, donde están también la
“bestia” y el “falso profeta” (los ejecutores de sus designios, cf. Ap 20,10). Entonces llegará el
fin: serán creados el nuevo cielo y la nueva tierra y comenzará la era de la felicidad eterna.
El postmilenarismo afirma que el Reino se ha extendido a través del mundo a medida que
ha sido anunciado el evangelio. En el futuro, la influencia del cristianismo va a ser tal que
sobrevendrá una larga era de paz y de prosperidad en todo el mundo. Pero no habrá una
ruptura catastrófica entre el mundo presente y el “milenio”, sino un crecimiento gradual a
medida que más y más personas se conviertan. La influencia del mal irá decreciendo cada vez
más bajo el influjo de la fe cristiana, y muchos problemas sociales y económicos quedarán
resueltos. Luego llegará el fin definitivo: Cristo se manifestará por segunda vez, resucitarán
los muertos y tendrá lugar el Juicio final.
El amileriarismo rechaza los dos sistemas anteriores. El Reino de Dios ya se ha hecho
presente en el mundo con la venida de Jesús; el trigo y la zizania seguirán creciendo juntos,
sin que ninguno llegue a imponerse definitivamente sobre el otro antes del juicio final. A
partir de su resurrección Cristo ha sido constituido Señor, pero solo en su parusía se
establecerá definitivamente su reinado, en la nueva creación.
Aunque el autor no lo menciona, cabe recordar en este contexto el decreto emitido por el
Santo Oficio el 21 de julio de 1944, que responde a una consulta relativa al así llamado
milenarismo mitigado,