Año 57 - 1995 Págs. 41-57 [41] APOCALIPSIS Y ... - Revista Biblica
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[46] integración de los distintos elementos, y los sistemas de asimilación y de<br />
intercambios.<br />
La evolución abarca la creación entera. La estructura de la realidad es dinámica, se halla<br />
en constante movimiento y engendra incesantemente formas nuevas. Este dinamismo produce<br />
a primera vista una impresión de caos. Pero cuando se toma la debida distancia y se mira la<br />
realidad como se contempla un cuadro, se ponen de manifiesto las grandes líneas del proceso<br />
evolutivo y aparece la continuidad de la evolución cósmica, biológica y humana, Toda la<br />
realidad revela entonces una marcha bien determinada, que tiene su punto de partida en la<br />
cosmogénesis, pasa por la emergencia de la vida (biogénesis) y culmina en la hominización<br />
(antropogénesis). De ahí que lo vital no esté herméticamente separado de lo prevital, ni lo<br />
humano de lo prehumano, sino que uno nace siempre de lo otro.<br />
La evolución es irreversible: no volverá nunca atrás ni destruirá lo creado laboriosamente.<br />
En contraposición con el tiempo cíclico de ciertas mitologías, el tiempo del universo fluye<br />
únicamente del pasado al porvenir, sin ninguna regresión posible. Por eso la perfección está<br />
adelante y no atrás: no en lo anterior y primitivo, ni tampoco en la unidad estática de lo<br />
físicamente in descomponible, sino en el continuo esfuerzo de síntesis que lleva a la<br />
producción de estructuras cada vez más diferenciadas y complejas. Por lo tanto, la perfección<br />
implica pluralidad; pero no pluralidad de elementos disgregados y dispersos, sino integrada de<br />
tal modo que al aumento de complejidad en la estructura material corresponde un incremento<br />
de la conciencia.<br />
De esta suerte, en el universo no solo hay continuidad —continuidad entre la materia<br />
inerte y la vida, la animal y la humana— sino que hay también un ascenso. El tiempo es un<br />
factor de diferenciación, pero esa diferenciación tiene un valor positivo: es creadora de<br />
individualidades y de formas diversas, que antes no preexistían. En consecuencia, la<br />
multiplicidad de los seres engendrados en el transcurso del tiempo no es una ilusión o un mal<br />
que sería preciso eliminar, sino el resultado de una evolución que tiende por entero hacia la<br />
constitución de seres cada vez más conscientes y libres.<br />
Por otra parte, esta continuidad implica también discontinuidad porque del proceso<br />
evolutivo surge siempre lo otro. Sin embargo, dado el carácter temporal del universo, este<br />
surgimiento no se produce en forma instantánea y sin ninguna preparación, sino que requiere<br />
el tiempo necesario para que el fruto madure. Esto es así en cada una de las etapas del<br />
proceso. En su fase pre-humana, la evolución biológica puede describirse como una<br />
ramificación y una