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editorial
Cuando las barbas del vecino veas pelar...
Los jefes del New York Times han anunciado que
sobran, con carácter inmediato, un centenar de redactores,
algo así como el 8% de la plantilla periodística
del periódico. De momento invitan a que
surjan voluntarios para hacer la lista, que eviten la segunda
fase, la de despidos forzosos. La explicación del editor
tiene que ver con los ingresos y los beneficios de la
empresa. Van para abajo, y las cotizaciones se resienten
y surge el riesgo de compradores con ganas de colocarse
la insignia de editores sin antes mamar el oficio. Los
medios valen poco, unos pocos miles de millones de euros
los más cotizados, y su vulnerabilidad a opas y similares
es muy alta. El relevo de editores está en marcha y
lo que viene es incierto en cuanto a sus intenciones.
Lo del NYT no es el único caso, ni tiene nada de excepcional.
El censo de periodistas en activo en los Estados
Unidos ha caído los dos últimos años, hay menos empleo
profesional y también se nota menos influencia social, reputación
de reciente. Y para complicarlo aun más, alguna
revelación periodista con insinuaciones sobre las viejas
amistades del candidato McCain, publicadas sin fuentes
y con un tufo amarillo que apesta, dan otra palada a la
fosa del desprestigio.
En los medios clásicos españoles no se han producido
aún ajustes de plantilla, pero es probable que no tarden
en llegar, con las mismas excusas. Y cuando empiece
uno, los demás irán detrás siguiendo la estala y compartiendo
el desgaste. Esa cuestión de tiempo.
¿Qué podemos hacer Se trata de un supuesto añadido
al maltrato en la inserción profesional que comentábamos
en el número anterior y que ha provocado media docena
de escritos de compañeros que protestan y que advierten
de situaciones irregulares.
Los expedientes de regulación de empleo de algunos
medios públicos, especialmente el de RTVE, han sido
costosos y penosos en muchos casos. En este caso los
recursos disponibles para ajustar han sido todos los necesarios,
pólvora del Rey. Si se llegan a producir casos
semejantes en el sector privado los recursos compensatorios
no serán tantos.
Si se cumplen los pronósticos de un enfriamiento severo
de la economía, los ingresos publicitarios se resentirán
y los márgenes del negocio editorial entrarán en zona de
peligro, en números rojos. Si se produce ese escenario,
tal y como están las relaciones de fuerzas o influencias
en los medios, el coste del ajuste recaerá sobre las redacciones,
cada vez más sustituibles, prescindibles. Si
en el N YT sobran mil periodistas, en cualquiera de nuestros
medios van a sobrar decenas o centenas de periodistas.
Imaginar lo que va a ocurrir, lo que puede ocurrir, servirá
para prevenir o para preparar alguna respuesta o alternativa.
En este sentido cuantas sugerencias o consideraciones
nos hagáis llegar serán muy útiles para intentar
poner remedio o para mitigar los problemas que pueden
llegar.
periodistasfape [5]