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J. Antonio Ariza-Montes, Ana M. LucIa-Casademunt<br />
y Alfonso Carlos Morales-Gutiérrez<br />
En segundo lugar, el enfoque o perspectiva situacional apunta a<br />
la existencia de una serie de condiciones laborales y organizativas<br />
–fórmula de vinculación contractual, retribución, ritmo de trabajo,<br />
monotonía, tipo de organización o sector de actividad, entre<br />
otras–, ante las que el empleado reacciona actitudinalmente modificando<br />
su nivel de implicación. Numerosos estudios concluyen que<br />
el fenómeno de la implicación laboral surge como respuesta a las<br />
condiciones laborales que la organización ofrece, centrando su interés<br />
en las cinco dimensiones básicas del modelo de Hackman y<br />
Oldham (1975) sobre las características del puesto de trabajo: autonomía,<br />
variedad, significado, identidad y retroalimentación sobre<br />
el desempeño. Desde esta perspectiva de análisis, Brown (1996)<br />
pone de relieve que una persona implicada laboralmente es aquella<br />
que considera su trabajo altamente significativo y desafiante, que<br />
desempeña tareas complejas que requieren una gran variedad de<br />
habilidades y que, además, ven reflejado en el producto o servicio<br />
final el resultado de su trabajo diario (identidad de tareas). El sujeto<br />
implicado colabora activamente en la fijación de los indicadores de<br />
evaluación de su desempeño y mantiene una relación positiva con<br />
su superior inmediato, quien le corresponde facilitándole un amplio<br />
feedback. Brown (1996) matiza que los efectos de estas características<br />
situacionales sobre la implicación laboral son más intensos en<br />
aquellos individuos que necesitan obtener una constante satisfacción<br />
de su trabajo. Todas las investigación realizadas desde este<br />
punto de vista concluyen que la coherencia entre las características<br />
del puesto de trabajo y las expectativas individuales se traduce en<br />
una reacción afectiva del empleado que aumentará su grado de implicación<br />
laboral (Gamero, 2007).<br />
Por último, el enfoque interaccionista del modelo integrado de Rabinowitz<br />
y Hall (1977) también analiza la implicación a partir de<br />
ciertas actitudes como la motivación, el estrés, la satisfacción laboral<br />
o las diferentes dimensiones del bienestar laboral (entusiasmo,<br />
confort y satisfacción). La mayoría de las investigaciones realizadas<br />
en este campo han encontrado relaciones significativas y positivas<br />
entre la implicación y estas variables de resultado (Mohsan et al.,<br />
2011). De todas ellas, la que mayor atención ha recibido sin duda<br />
es la satisfacción laboral, entendida como un importante indicador<br />
de la calidad de vida laboral y el bienestar psicológico del trabajador.<br />
La mayoría de los estudios realizados en este sentido ponen<br />
de manifiesto una estrecha vinculación entre ambas variables,<br />
37<br />
UNIVERSIA BUSINESS REVIEW | SEGUNDO trimestre 2013 | ISSN: 1698-5117